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El secreto de las sirenas
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El secreto de las sirenas
Libro electrónico88 páginas42 minutos

El secreto de las sirenas

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Información de este libro electrónico

Seis niños descubren que tienen los mismos poderes que algunos personajes de la mitología, ya que son sus bis-bis-bis-bisnietos. Por eso, deben asistir a la escuela de la maga Circe, en la Isla de Eos. Pero las clases son un poco extrañas y la Isla esconde muchos secretos…

En este episodio... Las clases de la maga Circe prosiguen: a la orilla de un mar maravilloso los niños tienen que entrar en contacto con sus animales guía... pero ¿dónde se ha metido Aracne en su obsesión por encontrar una red wifi?
IdiomaEspañol
EditorialLaberinto
Fecha de lanzamiento1 sept 2021
ISBN9788413308913
El secreto de las sirenas

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    El secreto de las sirenas - Simone Frasca

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    Título original: Il segreto delle sirene

    © 2016 Giunti Editore S.p.A., Firenze – Milano

    www.giunti.it

    Texto original: Simone Frasca y Sara Marconi

    Ilustraciones: Simone Frasca

    Traducción: Carmen Ternero Lorenzo

    © 2018 Ediciones del Laberinto, S.L., para la edición mundial en castellano

    ISBN: 978-84-8483-930-9

    Depósito legal: M-4121-2018

    EDICIONES DEL LABERINTO, S.L.

    www.edicioneslaberinto.es

    Impreso en España

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com ; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

    La luz rosada del amanecer iluminaba la escuela de Circe y penetraba en la habitación de las niñas a través de las cortinas de la gran puerta de cristal.

    Aracne se despertó sobresaltada y soltó un grito con el que casi mata del susto a su animal guía, una arañita violeta que estaba durmiendo en su almohada.

    —Perdona, Web, he… he tenido... una pesadilla —balbuceó.

    —Pues seguro que lo que nos espera en la cocina es todavía peor —se rio Medusa—. Porque el desayuno ya está listo, ¿verdad, Pica?

    A la pequeña medusa voladora le entró un escalofrío y enseguida volvió a dar una voltereta sobre la cabeza de su dueña.

    —No os preocupéis —intervino Atenea levantando la cabeza del libro que estaba leyendo—. Circe no nos dejará en manos de Arpía. Seguro que encontramos un exquisito desayuno mágico en el pasillo, igual que ayer. ¿A ti qué te parece, Omega?

    Omega, la pequeña lechuza, no contestó, porque seguía roncando tranquilamente encaramada al cabezal de la cama.

    —¿Puedo empezar a preocuparme? —preguntó Medusa, que fue a abrir la puerta de la habitación y vio que en la entrada no había nada, y que en la mesita en la que la mañana anterior se encontraron un montón de delicias tan solo había una miserable cucharita. Y una galleta.

    —Mmm… —dijo Medusa pensativa mientras empezaba a movérsele el pelo.

    Pica se puso fluorescente y se plantó delante de la habitación de los niños.

    —Ares, ¿estás bien? —gorjeó Medusa al tiempo que llamaba a la puerta.

    Zí, zí, dodo bien, gaciaz —bufó una voz.

    —¡Ares! ¡Si no nos devuelves el desayuno, te machaco con el pelo!

    La puerta verde se entreabrió y apareció una cara avergonzada llena de mermelada y migas de pan.

    ¡Glup! Perdona, pero como estaban todos durmiendo…

    Uno de los rizos de Medusa ya tenía la forma de un puño, pero Ares

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