Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Doctora de Sueños
Doctora de Sueños
Doctora de Sueños
Libro electrónico327 páginas5 horas

Doctora de Sueños

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La Doctora de Sueños sigue las aventuras de Sara, en su nueva vida como esposa y estudiante de Medicina, enfrentando los retos que implica su carrera, su vida al lado de su esposo, Brian, y los misterios que sus sueños le van presentando para ser resueltos

No hay carencia de emociones, sobre todo suspenso y momentos que ponen en riesgo su vida y la de personas que ama.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 jun 2020
ISBN9781071550618
Doctora de Sueños

Lee más de J.J. Di Benedetto

Autores relacionados

Relacionado con Doctora de Sueños

Libros electrónicos relacionados

Misterio para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Doctora de Sueños

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Doctora de Sueños - J.J. DiBenedetto

    Para Mamá

    Gracias por todo, siempre.

    Tabla de Contenidos

    Prólogo: La Novia Princesa

    Uno: Macro Anatomía

    Dos: Líneas Mortales

    Tres: Demasiado Cerca Para Ser Agradable

    Cuatro: Puros Problemas

    Cinco: Solo Los Solitarios

    Seis: La Conversación

    Siete: Frenética

    Ocho: Buscando Desesperadamente a Susana

    Nueve: El Día Después

    Diez: Turno Nocturno

    Once: Confía en Mí

    Doce: Secretos y Mentiras

    Trece: Metal Pesado

    Catorce: Misterios Sin Resolver

    Quince: Esposa vs. Secretaria

    Dieciséis: Diagnóstico: Muerto

    Epílogo: Ella Está Dando a Luz

    Nota del Autor

    ¡Bienvenidos a Los Misterios de la Doctora de Sueños! Espero que disfruten conociendo a Sara, y confío en que desearán permanecer con ella en sus aventuras, a través de esta historia y todas las de los libros que siguen a este.

    A pesar de que es el primer libro de la serie, si quieren retroceder un poco en el tiempo y ver a Sara en la preparatoria, antes de comprometerse, y antes de darse cuenta del verdadero significado de sus sueños, entonces la precuela de esta serie, Estudiante de Sueños, ¡es lo que necesitan! Y, lo que es mejor, ¡es gratis en todos los principales minoristas de libros electrónicos!

    Una nota más, este libro tiene lugar hacia el final del verano/principio del invierno de 1991. Para ubicarles un poco en la escena:

    Exterminador 2 y Robin Hood: Prícipe de los Bandidos eral las dos mejores películas del año, y El Silencio de los Inocentes ganó un Oscar a Mejor Película

    Los mayores hits de música del año fueron (Todo lo que hago) Lo hago por ti, de Bryan Adams, Blanco o Negro por Michael Jackson y Joyride por Roxette

    Los programas de televisión mejor posicionados fueron 60 Minutos y Roseanne, Dallas salió del aire luego de 13 años, y en animación, Rugrats y El Show de Ren y Stimpy debutaron

    Bill Clinton anunció su candidatura para la presidencia (aún era gobernador de Arkansas en aquel momento). George H. W. Bush era Presidente

    Los nombres más populares para bebés eran Michael para niños y Ashley para las niñas

    ¿Por qué esto nos sigue ocurriendo a nosotros?

    Holly McClane en Duro de Matar 2

    Prólogo: La Novia Princesa

    (Junio 15-17, 1991)

    El cielo es de un azul brillante, completamente despejado. El día simplemente no podría ser más perfecto, piensa Sara. Excepto por el dolor en su tobillo derecho; ella enlentece  la línea de graduados mientras cojea hacia los peldaños de metal y luego sube hacia el escenario. Desea haber tenido su bastón, a pesar de no haberlo necesitado en más de un año. Mira sobre su hombro; el graduado directamente detrás de ella observa con impaciencia, pero justo detrás de él John de Nueva York le sonríe a ella, y un poco más atrás Janet Black le muestra los pulgares arriba.

    Ella para en el punto asignado, convenientemente marcado con cinta adhesiva. Está agradecida por el momento de descanso. Aunque solo sean unos pocos segundos, antes de que mencionen su nombre.

    Sara Katarina Barnes, Graduada de Ciencias Biológicas, con máximos honores.

    Sara cojea a través del escenario hasta el podio, su pie derecho ahora le palpita. No le había dolido tanto, piensa, desde que se lo lastimó inicialmente. Trata de ignorar el dolor pero le parece más difícil con cada paso, hasta que su tobillo cede  y cae al suelo, su birrete volando de su cabeza y rodando fuera del escenario.

    Sara siente los ojos de varios cientos de personas sobre ella, pero su única preocupación son los dos ojos que la observan desde el podio, solo unos pocos pies más lejos. No pertenecen al Presidente de la Universidad, o al Decano, sino al hombre que ama. Brian la observa pero no hace ningún movimiento para ayudarle, no dice nada. Su expresión, sin embargo, habla elocuentemente, le cuestiona: ¿Por qué te quedas tirada? ¿No te quieres graduar?...

    ...Sara está repentinamente en ogro lugar. Se sorprende de estar en pie nuevamente, el dolor en su tobillo derecho se ha ido. Está igualmente sorprendida de encontrarse a sí misma, ¿dónde?

    Un cementerio, se da cuenta al mirar alrededor, lápidas de mármol salpican el bien cortado césped. Específicamente, un cementerio durante un funeral. No reconoce a ninguna de las personas de pie alrededor de la tumba abierta, pero a medida escucha las palabras del ministro, jadea cuando menciona al fallecido: Dr. Abraham Morris.

    Sara sabe quién es: directivo del comité de admisiones en la Escuela de Medicina de la Universidad Crewe. Ha visto al Dr. Morris exactamente una vez; él dirigió su entrevista final de admisión. Había sido una hora extraordinariamente estresante. Después Sara había quedado preguntándose si la escuela de medicina era realmente la elección correcta.

    ¡No lo odio! ¡Y entré de todos modos! ¡No lo quiero muerto! grita Sara, acurrucándose inmediatamente, escudriñando en busca de un lugar para esconderse, para desaparecer. No encuentra tal lugar, pero la reacción que espera de los dolientes no llega; no hay palabras de enojo o miradas de desaprobación. De hecho, no hay ninguna reacción.

    Sara está sorprendida, pero solo por un instante; entonces se aclara para ella lo que estás sucediendo. Esto ha pasado antes; este no es su sueño en realidad. Ella no llora, o grita; simplemente cierra sus ojos y suplica – sabiendo que no recibirá respuesta- ¡Por favor, Dios, no otra vez!

    ***

    Abro mis ojos, y sé lo que veré aún antes de forzarlos a enfocar. El reloj marca 3:05 AM.

    Eran también las tres de la mañana la última vez. Al menos no desperté gritando. O mordiendo nuevamente el brazo del Señor Pennington -mi conejo de peluche está aún en una pieza, justo en la cama, conmigo. Y tampoco desperté a Lumpy, quien está haciendo honor a su nombre, roncando a los pies de la cama, todo enredado en las sábanas, o a Beth, en el piso, que se mira más cómoda durmiendo sobre un colchón inflable de lo que yo podría estar alguna vez.

    No le voy a contar sobre esto. O a Brian. O a cualquiera. No hoy especialmente.

    Casi es divertido, excepto porque no lo es de ninguna forma. No había tenido un sueño de estos por año y medio, no desde que eso pasó, excepto una vez, el verano pasado. Cuando Brian estaba soñando conmigo, y yo lo vi. Pero fue la única vez.

    Hablando de suerte. De todos los momentos para que empezara nuevamente, para que mi cerebro comenzara a captar señales otra vez, tenía que ser la noche antes de mi boda.

    ***

    Fui capaz de volverme a dormir, finalmente; tengo probablemente dos horas más.

    Cuando me fui a la cama anoche estaba temerosa, en primer lugar, de no ser capaz de dormirme; pensé que estaría despierta toda la noche por los nervios. Para mi sorpresa, no tuve problema para hacerlo. Pasé unos cuantos minutos sosteniendo mi mano a la altura de mi rostro y observando el anillo de la abuela Roberta –mi anillo- y recordando aquella tarde del verano pasado cuando Brian me lo dio. Hice mi mejor esfuerzo para parecer sorprendida, pero no pude conseguirlo. Él supo que lo había visto, vi su sueño, le vi pidiendo a mi papá su bendición y obtener mucho más de lo que esperaba cuando papá le entregó el anillo de mi abuela a él.

    Me dormí con ese recuerdo, y una sonrisa en mi rostro. Después de eso, no esperaba despertarme porque alguien a quien no conocía soñaba con matar a otra persona. Pensé que ya había acabado con eso de una vez por todas.

    Por los aproximadamente tres primeros meses después de que el Dr. Walters fuera apresado, me fui a la cama cada noche esperando tener más pesadillas. Estaba segura de que me mantendría viendo las horribles visiones de otras personas en mi cabeza. Pero eso no ocurrió, y se mantuvo sin suceder. No fue sino hasta una o dos semanas después de mi incidente que realmente comencé a creer que todo había terminado para siempre.

    Ilusión, obviamente.

    Pero no me voy a obsesionar con eso ahora. Tengo muchas mejores cosas sobre las cuales obsesionarme.

    Beth se está desperezando. No comprendo como es posible que se vea tan descansada y fresca como parece, luego de haber pasado la noche en un colchón de aire. Le ofrecí mi cama, y mi papá ofreció pagar por un cuarto de hotel, pero ella no quiso oír nada de eso. Quería estar acá para mí, dijo, y lo puso de esta forma: ¡Tengan por seguro que no voy a hacer que la novia duerma en el suelo la noche anterior a su boda!.

    Realmente la amo. No creo que pudiera ser más cercana a ella aunque fuésemos hermanas de verdad. Va a ser muy extraño no tenerla tan próxima, siempre en el otro extremo de la habitación o a un par de puertas en el pasillo como ha estado los últimos cuatro años.

    También va a ser extraño tener a alguien más allí, cada noche, no solo en mi cuarto sino en mi cama. Creo que debería corregir eso: no va a ser ya más mi cama, será nuestra cama. Siento como si debiera estar más nerviosa por eso de lo que realmente estoy, pero no. Creo que es una buena señal.

    Incluso no estoy nerviosa por la boda en sí. En realidad todo está más bien fuera de mi control. No fue como si pudiera hacer mucho planeando mientras estaba terminando mi último semestre, trabajando en mi tesis y preparándome para la graduación. Pero no lo tuve que hacer, mamá estaba emocionada encargándose y lo hizo prácticamente todo. Casi lo único que hice fue escoger el color de los vestidos de las damas de honor, celeste, casi un tipo de tono pastel. No estoy segura si le gusta a alguien más, pero a mí sí, y como todos dicen, es mi día, ¿verdad?

    Y, por supuesto, escogí el vestido; insistí en hacerlo yo misma. Beth pasó la semana posterior a Navidad en mi casa ayudando y tomó casi todo ese tiempo encontrarlo. No tenía una idea clara de lo que estaba buscando exactamente y rechacé vestido tras vestido que Beth o mi mamá pensaban que era perfecto, con la misma e inútil respuesta en cada ocasión: Simplemente no soy yo.

    Finalmente lo encontré en la tercera o cuarta tienda de novias que visitamos, honestamente no lo recuerdo. Todas perdimos la cuenta de cuántos vestidos habían sacado, cuando me mostraron el perfecto. Tanto Beth como mamá inmediatamente lo declararon aburrido. Pero no lo era. Ese era, no puedo explicarlo mejor que diciéndolo, ese era yo.

    Es muy simple, lo acepto. Es satín completamente blanco, sin encajes vistosos ni nada. Tiene suficiente escote como para que mi collar de esmeraldas sea visible; hace juego con mis ojos tan perfectamente, después de todo. Beth y mamá discutieron conmigo, pero insistí en probármelo. Cuando salí del vestidor vieron que estaba en lo correcto. Mamá se echó a llorar de inmediato, y Beth –aunque lo negó después- casi lo hizo también. Ella intentó convencerme de bajar el cuello un poco, a lo cual me rehusé completamente. Eso es algo que mi alter ego habría hecho. Gretchen lo haría le dije a Beth, "pero este es mi vestido, y el cuello está perfecto así". Todo en él era perfecto –podría haber sido hecho a mano justo para mí.

    Mamá se encargó de cualquier otra decisión: la comida, el pastel, las flores, todo eso. La única cosa que yo realmente tenía que hacer era llegar, y como la limusina vendrá a recogernos, todo está listo, aún eso está cubierto.

    Solo hay una cosa por la que estoy nerviosa, y sé lo ridículo que es. Incluso no quiero mencionárselo a Beth, pero si no puedo decírselo a mi mejor amiga y Dama de Honor, ¿a quién?

    Está despierta ahora, bostezando y estirándose; creo que es mi oportunidad de contarle. Pero antes de que pueda decir nada más que buenos días, tocan a la puerta de mi dormitorio y mi mamá entra.

    Buenos días, cariño, dice, y se sienta en la silla de mi escritorio. Se mira nerviosa. Será un día muy ocupado, y solamente... yo quería hablar contigo por unos minutos, tú sabes, antes... bueno, antes.

    Oh Dios. No hay manera de que esto sea más embarazoso y horrible. Mamá lo sabe también, pero pone la cara más valiente que puede y continúa. Yo sé que es anticuado. Pero es una tradición familiar. Mi madre me sentó antes de mi boda, y su madre lo hizo de la misma manera, y así.

    Beth y yo nos miramos una a la otra. Me lanza una condescendiente sonrisa y comienza a caminar hacia la puerta, pero mamá la llama. Tú deberías oírlo, también. Por un momento pienso que se va a ir de todos modos, abandonándome a sufrir en soledad, pero por millonésima vez ella prueba su lealtad conmigo. Se para, inclina su cabeza en señal de sumisión y se arrastra hacia la cama para sentarse junto a mí.

    Mamá, digo. Tengo veintidós años de edad. No necesito...

    Ella suspira. Sé eso, Sara. Pero es mi trabajo como tu madre, así que te lo diré de cualquier forma. Además, yo tuve veintidós alguna vez. Yo conozco lo que sientes en este momento, dice. Yo le creo, pero realmente no quiero pensar en eso.

    "De cualquier forma, la noche antes de mi boda, mi madre me sentó, y... bien, de todo modos. No voy a hacerte eso a ti. Yo solo... quiero decirte lo que hubiera deseado que ella me dijera". Ahora no tengo idea de hacia dónde va esto. que ni siquiera deseo adivinar que consejo le dio la abuela Lucy a mi mamá el día de su boda.

    Mamá, yo no sé...

    Ella me sonríe realmente, y es una sonrisa muy amable pero de alguna forma también triste. Sí, tú lo sabes. Eres una chica lista, ella tose un poco, tan lista. Y tan fuerte. Mucho más de lo que yo nunca fui. Ella tiene que tomar una profunda inspiración antes de poder continuar. Tú tienes también mucho de –no sé cómo decirlo de otra forma- ideas románticas sobre la vida.

    Beth me da con el codo; no la miro pero estoy absolutamente segura de que hay una expresión de ¡te lo dije! en su cara. Ella está en lo correcto, también; me lo ha dicho, muchas veces.

    Yo también tuve esas mismas ideas, continúa mamá. Y lo hice en mi, tú sabes, mi noche de bodas. Tuve todas esas ideas sobre... bien, estoy segura de que sabes exactamente a lo que me refiero. Velas y música suave y todo perfecto y... Ella no puede mirarme ahora, y  yo veo a todos lados y de regreso a ella. De alguna manera se las arregla para terminar su frase ...y, bueno, fuegos artificiales.

    ¿Cómo lo sabe? Eso es exactamente lo que estaba por decir a Beth. Nunca esperé oírlo de mi madre, y no puedo imaginar decirle que está en lo correcto, ni aunque viviera cien años. Pero no tengo que decírselo; mi expresión me delata. Tú estás esperando lo mismo, dice. Dios, es como mirarme en un espejo cuando te hablo. Se da por vencida por un momento. Yo también.

    Mamá, está bien. Yo sé...

    Ella se recobra un poco. Casi he terminado, dice. Pienso, si tienes algo de mí dentro de tí, probablemente morirías antes que admitirlo, pero creo que probablemente estás asustada por esta noche.

    Quiero levantarme y abrazarla, y al mismo tiempo quisiera irme al jardín, cavar un agujero y enterrarme por los próximos mil años. Puedo ver en sus ojos que mamá siente exactamente lo mismo. No sé cómo continúa, pero lo hace. Bueno, este es mi consejo. Recuerda que... que Brian estará tan asustado como tú lo estás. Y no hay nada de malo en eso. Tal vez tú ya lo hayas descubierto por tu cuenta. Me tomó mucho tiempo aprenderlo, pero estar asustados juntos puede acercarlos... mucho.

    Sí. Es algo que Brian y yo aprendimos justo al comienzo de nuestra relación.

    Hay una cosa más que quiero que recuerdes esta noche, dice ella, vas a estar tan abrumada y cansada, después de la ceremonia y de la recepción y de todo, solo... si nada pasa, o no pasa como lo imaginan... si no sientes – o él no siente- está bien. Es normal. No hay nada malo.

    Ahora corro a ella y la abrazo. No puedo decir ninguna palabra, pero ella entiende igual lo que estoy diciendo.

    Está bien, dice ella suavemente, palmeando mi cabeza con ternura, exactamente en la forma que lo hacía cuando yo era una pequeña niña. Está bien. Si... solo recuerda, esto es lo más importante de todo. Cualquier cosa que pase, o que no, ustedes tendrán después toda una vida juntos, ¿sabes?

    Lo sé. Aún no puedo hablar. Mamá me abraza un corto tiempo más, y entonces besa mi frente, despeja su nariz y se marcha. Cuando vuelvo para ver a Beth, miro que está limpiando apresuradamente una lágrima.

    ¡Vaya!, es todo lo que ella dice.

    Yo asiento. Sí, ¡vaya!.

    Ella estaba en lo correcto sobre ti, dice Beth, mirándome con curiosidad. Sobre ser romántica. Pero no lo estaba... no estás... no están preocupados... no me digas... sugiere.

    No puedo verla a los ojos, pero le doy un pequeño asentimiento.

    Puedes ser increíblemente pesada a veces, ¿lo sabes?

    He sido advertida. Aunque no digo nada. Después de unos momentos en silencio, camina hacia mí, sujeta mi cara me hace mirarla. No tendría que decir nada sobre esto. Especialmente después de todo lo que tu mamá acaba de decir, mencionó. Pero creo que lo haré. Ella entornó su mirada y suspiró teatralmente. Dime, honestamente. ¿Nunca se ha quejado Brian? ¿Para nada?"

    ¡No! lo lanzo sin pensarlo. Bueno, ¡no lo ha hecho!

    ¿Y tú?

    La respuesta es la misma, pero sale en una voz mucho menos audible, acompañada de una cara muy sonrojada. No.

    Entonces ¿de qué te preocupas? Sabes lo que estás haciendo, él sabe lo que hace, y nunca han tenido problemas antes, así que no busques uno ahora.

    Cuando lo dice de esa forma... es algo difícil discutir con ella.

    ***

    A las diez llega el equipo del salón: peinador, maquillista, manicurista. Mi pequeña fiesta nupcial está lista y esperando. Además de Beth y yo, solo hay dos de ellas, mi compañera pronta-a-ser-estudiante-de-medicina Janet Black, y la prima de Brian, Bianca.

    Terminan con todas nosotras alrededor del mediodía, y luego toma media hora vestir a todo el mundo. Tenemos otra media hora antes de que venga la limusina. Beth y Janet ríen sobre mi despedida de soltera, cuando no están criticándome por cómo el color que escogí para sus vestidos desentona tanto con el rojo intenso del cabello de Janet. ¿Qué puedo decir? Escogí el color dos meses antes de elegir a Janet como dama. Abro mi boca para contestar, y al unísono responden por mí, "Lo sabemos. Es tu día". Mientras tanto, Bianca está agitándose incómodamente su vestido y mi mamá se acerca tratando de asegurarse de que no se le haya olvidado nada.

    Estoy sentada en la cocina, sin pensar en nada en particular, pero cuando observo el reloj y miro el segundero moviéndose puedo sentir a mi corazón palpitar frenéticamente. No estoy segura de lo que está pasando; no sé por qué estoy tan tensa de repente. Se supone que es el mejor día de mi vida, ¿cierto? Amo a Brian, quiero compartir mi vida con él.

    Entonces ¿por qué quiero romper mi hermoso vestido, saltar al auto y conducir tan rápido y lejos como pueda?

    Sé exactamente por qué.

    Necesito un minuto, murmuro, y voy escaleras arriba a mi habitación y aseguro la puerta. Lumpy está sentado sobre la cama y lo agradezco. Voy a necesitar alguien a mi lado que me ame incondicionalmente para superar esto.

    Levanto el teléfono y marco. La madre de Brian responde al primer timbre, sonando muy hostigada. ¿Está Brian? Necesito hablar con él, digo sin preámbulo. Ella puede oír el pánico en mi voz, y yo puedo percibir la pequeña nota de esperanza en la suya mientras llama a Brian para que atienda. Es un año y medio y ella aún no ha congeniado conmigo. Nunca, nunca lo hará. Está bien, ella está a punto de conseguir lo que desea.

    Mientras espero a que Brian conteste, Lumpy restriega su nariz contra mí, lame mi mano derecha. Después de que esto termine, él será el único que no pensará que soy horrible, estúpida o loca –o quizás las tres cosas. Escucho un chasquido cuando Brian levanta el teléfono. Está jadeando. ¿Sara? ¿Qué ocurre? Debe haber corrido al teléfono. Ni siquiera puedo adivinar lo que piensa que está ocurriendo conmigo. Odio estarle haciendo esto, pero ¿qué elección tengo?

    No sé cómo comenzar, así que solo lo lanzo: Te amo... lo sabes. Pero pienso... nosotros... tú no deberías casarte conmigo. No es justo para ti.

    ¿De qué estás hablando? ¿No se han acabado ya la champaña, o sí? No, pero podría tomar un poco en este momento.

    Yo solo... voy a estar trabajando todo el tiempo, ¡voy a estar malhumorada y loca, y no es justo para ti! ¿Qué tipo de vida sufrirás así? Lo cual es totalmente cierto, y hemos pasado por eso miles de veces y nunca antes le ha alterado.

    Sara, yo entiendo todo eso. No me importa. ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Al menos una más. ¿Qué te tiene alterada?

    Él sabe que hay algo más. Me va a obligar a decirlo. ¡Bien! ¿Quieres saberlo? ¡Tuve un sueño anoche!

    Silencio sepulcral de su lado. Sé lo que está pensando. No quiere pasar por eso otra vez. No se lo merece. Nadie lo merece. Sara... dice, finalmente.

    No te culpo. Estarás mejor fuera de esto. Podrías haber muerto la última vez, ¿recuerdas? Tuviste suerte de que no pasara. Agradezco que entienda. Solo está siendo inteligente. Es mejor para todos de así.

    ¡¡Sara!!, casi suelto el teléfono. Nunca me ha alzado la voz de esa forma, nunca. Eres una idiota, ¿lo sabes? Quiero decir, realmente lo eres. ¿Piensas que voy a dejarte plantada en el altar porque has tenido un estúpido sueño?

    ¡Deberías! Desearía que ya lo hubiera aceptado.

    Baja su voz, es muy suave, muy amable ahora. "Nunca. No me importa lo que hayas soñado. Lo que sea, estaré contigo para enfrentarlo. Es donde debo estar. Es donde quiero estar, ¿no lo entiendes?"

    Voy a llorar. Voy a llorar y a arruinar todo el trabajo que Kellyanne, del salón, hizo esta mañana. Realmente soy estúpida. Todos lo están diciendo ahora y están en lo correcto. ¿Aún si...?

    Aún si nada dice.

    ¿Aún si eso significa casarte con una idiota? Mi corazón empezó palpitar más lento, solo un poco. Tal vez las lágrimas no aflorarán después de todo.

    Especialmente si significa eso, dice, y yo no puedo argumentarle más. Lo dejo ir, estoy segura de que tiene algunas cosas de último minuto para hacer antes de que él y toda su familia partan para la iglesia, como yo.

    ¡Me voy a casar este día, después de todo!

    ***

    Brian está mirándome expectante. Así también el Padre Murray, igual que otras cien personas. Devuelvo la mirada a ese centenar de personas sentadas en las bancas, mi familia y la de Brian, y nuestros amigos. Está la abuela Lucy, con su tanque de oxígeno al lado, y mamá cerca de ella, ya llorando. En el otro lado de la iglesia veo a la cuñada de Brian, Lina, y sus dos hijos, a los que Brian y yo conocimos por primera vez ayer en nuestra cena de ensayo. Ellos, junto con todos los demás, están esperándome para que diga mis votos.

    Recuerdo las palabras que me tomaron horas y horas de lucha para que expresaran exactamente lo que siento, pero no puedo encontrar mi voz. No sé cuánto tiempo me paro allí con todos esos ojos sobre mí antes de forzarme yo misma a hablar.

    Difícilmente puedo dar un suspiro. Todo lo que soy, todo lo que siempre seré, te lo doy. De algún modo, de alguna forma, me siento más fuerte con cada palabra. Mi voz suena más alto, más segura. Todo lo demás empieza a desvanecerse; los cien pares de ojos y el altar y el hermoso vitral y todo lo demás, desaparece. Brian y yo podríamos estar flotando en el espacio, las únicas dos personas en todo el universo.

    Soy tuya y tú eres mío, en cuerpo y alma. Él de algún modo reconoce las palabras, aunque es la primera vez que las escucha. Todas mis alegrías son para compartirlas contigo, todas tus tristezas son mías para aliviarlas, en clama y en tormenta, ahora y por siempre. Busco y tomo sus manos en las mías. Brian, mi amor, me ofrezco a mí misma como tu esposa, y te tomo a ti como mi esposo.

    Las lágrimas llegan repentinamente; siento el corazón como una ráfaga. Brian parece que no estuviera muy lejos de llorar también.

    La voz del Padre Murray me regresa a la tierra, pero solo por un momento. Por el poder investido en mí por la Mancomunidad de Pennsylvania, yo los declaro marido y mujer, dice. Puedes besar a la novia.

    Brian levanta el velo, me toma en sus brazos, y el mundo desaparece nuevamente.

    ***

    Estamos en la camioneta del hotel para el viaje de cinco minutos al aeropuerto. Pasamos nuestra noche de bodas en el Keystone Gateway Hyatt, que fue idea de Beth. No quieren pasar su noche de bodas embutidos por ocho horas en un avión, ¿o sí? preguntó, y Dios la bendiga por pensarlo. En lugar de eso, permanecimos cerca del aeropuerto y vamos a volar esta mañana. Será temprano en la tarde cuando aterricemos en Hawaii.

    Eso fue mucho mejor.

    Y solo para el registro, sí, definitivamente hubo fuegos artificiales.

    Uno: Macro Anatomía

    (Agosto 5-9, 1991)

    ––––––––

    He sido una estudiante

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1