Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Sangre: Jinetes Oscuros MC 3: Jinetes Oscuros
Sangre: Jinetes Oscuros MC 3: Jinetes Oscuros
Sangre: Jinetes Oscuros MC 3: Jinetes Oscuros
Libro electrónico156 páginas2 horas

Sangre: Jinetes Oscuros MC 3: Jinetes Oscuros

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El tiempo para las decisiones esta finalmente aquí. ¿Es la sangre más espesa que el agua? ¿O el amor lo conquistara todo?

Nadia sabía que enamorarse de Slayer, el y sexy y peligroso Sargento de Armas del club de motociclistas rival, iba a ser duro. Ella solo no se dio cuenta de cuanto. Palmer le mostrará que hay una vida fuera de su pequeño club, pero las fuerzas convergen para que no sea así. Nadia no dejará que así sea. Ahora que ella ha tenido una probada de libertad, ella no tiene miedo a afrontar todo por mantenerla. 

Slayer es capaz de arriesgar su vida por Nadia, y el ya lo ha hecho. Incluso al borde entre la vida y la muerte, este rudo Sargento solo tiene a Nadia en su mente. Slayer no se detendrá de pelear hasta que pueda salvar a su mujer y termine la misión. Incluso si eso significa pagar un alto costo. 
¿Podrán Slayer y Nadia finalmente obtener su "Felices por Siempre"? ¿O la felicidad por la que han peleado tanto por conseguir se vendrá abajo antes de que pueda crecer?
 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 abr 2020
ISBN9781071534960
Sangre: Jinetes Oscuros MC 3: Jinetes Oscuros

Relacionado con Sangre

Libros electrónicos relacionados

Romance para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Sangre

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Sangre - Elsa Day

    Uno

    Brent.

    Mierda.

    Me agarre la cabeza, estaba palpitando. Sangre seca cayó de mi frente cuando tope la misma. ¿Cuánto tiempo había pasado? Tope la herida una vez más y el golpe de dolor envió estremecimientos por todo mi cuerpo. Mierda. No el suficiente.

    Di un salto. Esa pequeña perra probablemente seguía ahí. Mire alrededor, listo para golpear su nariz en el momento en el que viera su cara, pero no había nadie. La habitación estaba en silencio. Demasiado calmado. ¿Cuánto tiempo estuve noqueado? ¿Todo había acabado?

    Hey. Llame. ¿Hay alguien aquí?

    La puerta aún estaba rota, salida de sus goznes. La habitación se veía como si hubiera pasado un tornado por ahí. O al menos, un pequeño punk.

    Mi cabeza giraba, como si estuviera borracho. Nada estaba pasando, pero aún era difícil el poner dos y dos juntos. Mire fuera de la puerta. ¿Por qué las motos de todos seguían ahí? Yo no podía ver a nadie. ¿No se habían ido? ¿No habían escapado?

    Camine con dirección a la puerta y mi pie golpeó contra algo. Baje la mirada.

    Jase.

    Caí en mis rodillas. Sus ojos estaban abiertos, mirándome de forma vacía. Jase se veía impactado, como si no pudiera creer lo que pasaba, con sus cejas levantadas y su boca abierta. La bilis llego a mi boca y yo batalle por contenerme. No era el momento de sentirme enfermo. Tal vez si me movía rápido. Tal vez...

    Había un gran agujero en su pecho. Ya no sangraba. La sangre seca ahora era de color café, ya no roja. Puse mis manos encima y empecé a hacer CPR. Lance todo mi peso en eso, agitando el cuerpo de Jase, provocando que se mueva bajo mi presión.

    ¿No fue él la razón de que yo supiera eso? Una enfermera sexy nos había dado clases gratis, y ya sabes, él no podía decir que no.

    Reí.

    Vamos Jase, probablemente es tiempo de renovar nuestros certificados, ¿no es así? Tal vez la enfermera sexy sigue ahí...

    Nada paso. Sabía que no pasaría, pero...

    Levante la cabeza de Jase.

    Perdóname, bro le dije y empecé con la respiración boca a boca.

    El pecho de Jase se infló, llenándose de aire. Pero nada pasó. Después de un par de intentos, colapse encima de él. Golpee su pecho con mi puño.

    No puede hacer esto le grite.

    Lo agarre de sus hombros y zarandee su cuerpo.

    ¡No me puedes hacer esto a mi! Se supone que somos hermanos. Hermanos por... Lo deje ir, bajando la cabeza. Hermanos por toda la vida

    No supe cuanto tiempo estuve ahí, en esa posición. El tiempo parecía haber perdido su sentido. Eventualmente, cerré los ojos y la boca de Jase, arreglando su posición para que pareciera menos sorprendido. Retire su chaqueta y la puse sobre su rostro, para cubrirlo.

    Hijos de la Rebelión una vez, hijos de la Rebelión para siempre. Slayer y yo atraparemos a ese idiota, Jase.

    ¡Slayer!

    Con todo el shock que había pasado, me había olvidado por completo de él. ¿Dónde estaba?

    No tuve que mirar lejos. A solo unos pasos de Jase se encontraba el cuerpo del secretario. No necesitaba ser un doctor para saber que no había salvación para él. (Como si quisiera encontrarla. Que lo jodan. Podía ahogarse en su propia sangre para lo que me importaba)

    Y luego, un poco más lejos, estaba él. El mango de un cuchillo sobresalía de su estómago. Era como algo salido de una película de terror.

    No. No Slayer también.

    Me apresure hacia él. Primero, quise agarrar el cuchillo y sacarlo, pero dude. ¿No había algo en la televisión con respecto a eso? Lo deje ahí donde estaba. El cuerpo de Slayer estaba frío. Mi pecho se encogió.

    No. No también él. ¿Por qué soy el único que queda?

    Trate de encontrar su pulso, pero mis torpes dedos no podían dar con el. Maldición, no podía encontrar ni siquiera mi propio pulso la mayoría del tiempo. Solo había una cosa más. Me incliné hacia adelante y acerqué mi oreja a su boca. No podía ver nada, pero talvez, solo tal vez...

    En principio, pensé que estaba imaginando cosas. Tenía muchas esperanzas. Tal vez era solo el susurro de mis ropas al moverme. Pero no, eso no lo fue.

    Era debil. Silencioso. Apenas estaba ahí. Pero estaba. La respiración de Slayer. Estaba vivo.

    Las lágrimas llenaron mis ojos, pero parpadee para alejarlas. Me desplome y empecé a reír. ¡Por supuesto que lo estaba! Ese bastardo. No había forma que el se fuera antes que yo. Al parecer sería capaz de arrastrar su amado trasero por ahí un tiempo más.

    Respire hondo y me senté de nuevo.

    Slayer estaba vivo, pero apenas. Ahora, ¿qué iba a hacer? No podía llamar a una ambulancia, pero podía llamar por apoyo. Alcance el bolsillo de atrás por mi teléfono, pero todo lo que obtuve fue una colección de partes eléctricas y vidrio. ¡Mierda! Por primera vez, deseé haberme quedado con aquellos viejos teléfonos pasados de moda. Aquellos que podían ir al infierno y aún así funcionar como si fueran nuevos.

    Alcance el bolsillo de Slayer, y al parecer su teléfono estaba intacto. Pero había un problema. No tenía batería. No tenía tiempo para esperar a que cargue. Podría ser muy tarde entonces.

    Llamar por ayuda estaba descartado. Eso me dejaba con una sola opción. Necesitaba ir hacia ellos. Agarre a Slayer y lo cargué sobre mi hombro, con cuidado de no clavar el cuchillo más profundo en su estómago. Cuando llegué con él hasta la puerta, vi el cuerpo de Jase.

    Mi garganta se sentía apretada, dolía. Retiré mi mirada de ahí, tomando una larga y profunda respiración.

    Lo entiendes, ¿verdad? Dije al aire vacío. Me sentía como un loco. Sabía que no me podía escuchar, pero necesitaba decirlo.

    No puedo llevarlos a los dos, y Slayer está apenas vivo Dije. ¿No dijiste antes que tu hábito de empezar peleas un día te atraparía?

    Dejé escapar una risa seca. No había nadie más que se ría conmigo. El sonido murió en la habitación vacía.

    Así que, bueno... No podía decirlo. No miré atrás, solo agite mi cabeza con la mirada en el camino. Nos vemos por ahí, Jase

    Dos

    Nadia.

    Necesitaba verlo. Había esperado pacientemente todo el día, pero ni una palabra. Ni una llamada. Ni un simple mensaje de texto. Mire fuera de mi ventana, con la esperanza de ver la motocicleta de Hunter rugiendo en la calle, pero nada.

    Al principio trate de actuar cool. Fui de compras con Jona, y llenamos bolsas de compras hasta que nuestros brazos no pudieron cargar nada más. Habíamos comprado vestidos sexys, vestidos bonitos, tacones, maquillaje. Aún así, eso no me había detenido de lanzar miradas a mi teléfono cada cierto tiempo solo para encontrarme con la pantalla negra. Sin notificaciones.

    Jona me había empujado hasta la nueva tienda de uñas. Era de esa clase donde te hacían diseños funky en el manicure, como personajes de caricaturas o arcoiris. Nunca habíamos tenido uno de esos en la ciudad, o por lo menos eso creía. (Como si yo pudiera saberlo, cualquier clase de manicure que he tenido era cortado en apenas unas horas. Supongo que era más dura con ello que todas esas chicas de grandes ciudades.)

    Jona me jalo dentro de la tienda. La manicurista nos sonrió en bienvenida. Ellos masajearon nuestras manos, las envolvieron en cálidas toallas, y pintaron una capa tras otra de esmalte. Era genial el ser consentido, pero aún así no me podía mantener concentrada. Ellos hablaron con nosotros, contándonos toda la historia de su vida, pero deje que Jona fuera la que más respondía.

    Incluso cuando todo estuvo terminado, cuando Jona me mostro su manicure puntiagudo, dorado y negro, con gemas en la punta, yo tuve que forzar una sonrisa. Mire mis manos. Simples. Palo de rosa con dorado en las puntas. Como una versión avanzada del manicure francés. Era hermoso. ¿No debería estar feliz?

    No, ¿cómo podría estarlo? Había sido un día completo sin contacto alguno. Como si Hunter simplemente se hubiera desvanecido.

    Regresamos. Dije.

    ¿Qué? Jona dijo. Ella se giró, deteniendo su marcha hasta la siguiente tienda de zapatos. Pero si ni siquiera hemos. . .

    En cuanto vio mi rostro, ella se detuvo. Ni siquiera discutió.

    Okay Dijo. Vamos

    Nos montamos en su auto, colocando las compras en el asiento trasero hasta que prácticamente llegaron al techo. En cuanto fuimos calle abajo, pensé en lo extraño que era viajar de esta forma. En el auto, tú solo ves el mundo pasar a tu lado. El aire se sentía perfectamente calibrado a tu temperatura favorita. Los únicos sonidos que escuchabas venían de la radio. Era como andar en una caja, dejando que el mundo exterior se fuera.

    Pero eso no era de esta forma con Hunter. Sentía que el aire flagelaba mi piel. En la mañana, se escuchaba los pájaros y en la noche el sonido de los grillos. El suelo crujía debajo de mi mientras yo presionaba su espalda. No solo estaba viendo el mundo entonces. Lo estaba sintiendo.

    ¿Era solo por la motocicleta? No. Crecí rodeada de ciclistas, pero ninguno de ellos me hizo sentir de la forma en la que me sentía con mis brazos rodeando la cintura de Hunter.

    ¡Nadia!

    Sacudí mi cabeza un poco. Jona estaba mirándome como si estuviera loca.

    Te he llamado como cinco veces. Dijo ella y abrió la puerta del auto. Estas en casa, así que ¡sal!

    Llevamos las bolsas hasta el segundo piso. Había tantas que parecía Navidad, con hermosos empaques llenando todo el piso de mi habitación. Normalmente, hubiera destruido el empaque para abrirlos, pero esta vez no tenía la energía suficiente.

    Me tire en mi cama y me hundí en el suave colchón.

    Hey, ¿qué pasa contigo? Jona pregunto. Normalmente estarías rebotando por todo el lugar como un niño con un algodon de azucar despues de que fuimos de compras

    Suspire. No lo se...

    Jona me agarró por los hombros. Yo se que te va a levantar el ánimo.

    Ella empezó a rebuscar por todas las bolsas, sacando maquillaje, vestidos, zapatos. A la velocidad que se movía, difícilmente podía ver que era lo que estaba haciendo. Antes de que me de cuenta, ella se había puesto a trabajar.

    Las manos de Jona se movian

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1