Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El Toque del Alfa: Set Completo
El Toque del Alfa: Set Completo
El Toque del Alfa: Set Completo
Libro electrónico136 páginas3 horas

El Toque del Alfa: Set Completo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Las cuatro partes de El Toque del Alfa, ¡ahora en un set completo!

Karen era una desgracia para su manada. Insistía en romper cada regla establecida por su clan en busca de liberarse de las ataduras de un linaje que había estado extinguiéndose durante siglos.

Cuando es enviada a Sky High Ranch para una reforma, Karen cree que pasará el mes en aburridas sesiones de terapia. Sin embargo, nada es lo que parece en Sky High Ranch, incluyendo a Carter, el sexy Alfa regional. Él tiene pensado un método de reforma diferente para Karen, uno que incluye convertirla en su para siempre.

IdiomaEspañol
EditorialBabelcube
Fecha de lanzamiento22 feb 2019
ISBN9781547573332
El Toque del Alfa: Set Completo

Lee más de K. Matthew

Autores relacionados

Relacionado con El Toque del Alfa

Libros electrónicos relacionados

Romance paranormal para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para El Toque del Alfa

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El Toque del Alfa - K. Matthew

    Parte Uno

    CAPÍTULO UNO

    Karen era una desgracia para su manada. Pretendía quebrar cada regla establecida que su grupo consideraba importante y cuidaba con recelo. Lo hacía con el fin de liberarse de las ataduras de su linaje que había ido muriendo poco a poco a través de los siglos. Las razones por las cuales su manada intentaba preservar al lobo en su linaje de sangre, eso la trascendía. Ellos eran más humanos que lobos. Algunos ya ni siquiera podían convertirse. La transformación de Karen era completamente involuntaria y sólo sucedía durante las noches de luna llena, no siempre. Era realmente un incordio. La mitad de las veces, cuando la manada se juntaba para la transformación, ella sólo se quedaba allí, desnuda en su forma humana, mientras la mayor parte de su familia salía corriendo hacia el bosque, sin ella.

    Durante algún tiempo su hermano insistió en que los humanos cambiantes que quedaban atrás, debían intentar correr con los lobos. Tal vez esto ayudaría a forzar la transformación. Fue en vano.

    Karen se había resignado bastante tiempo atrás a que cuando ella fuera una anciana, sus nietos probablemente serían completamente humanos. Siempre y cuando su hermano no insistiera en que los miembros de su familia sólo pudieran aparearse con cambiantes sólidos, es decir, aquellos que se transformaban en cada luna llena. Esa fue la primera regla que Karen rompió. Jamás permitiría que su hermano Alfa, cabeza de chorlito decidiera con quién sí y con quién no, ella podía tener sexo.

    Cuando Howard se hizo mayor de edad y estuvo al mando de la manada, Karen comenzó verdaderamente a odiar su condición de lobo. Había reglas antes de que su hermano se convirtiera en Alfa. Lo peor que podía suceder si rompías una de éstas reglas era ser ignorado por la familia durante algunos días. Con Howard al mando, las reglas fueron ajustadas y reforzadas. Las cosas tomaron un rumbo algo más serio. Había mediaciones e intervenciones, lecciones y arresto domiciliario, y otra gran cantidad de estupideces con las que Karen no estaba dispuesta a lidiar.

    Podría haberse escapado de su manada, sin embargo no fue necesario. Decidieron que su comportamiento era tan malo que debían enviarla lejos. Resopló de solo pensarlo. Reformatorio para hombres y mujeres lobo, lo llamaba Howard. La envió a pasar un tiempo con el Alfa regional, el hombre que reforzaba todas las leyes de los licanos[1] en las grandes manadas del estado de Michigan. Si a este Alfa le hubiese importado que Karen cumpliera o no esas leyes, ya hubiese ido a buscarla. Pero no lo había hecho. Esta era la prueba de que la manada Needham era insignificante, un detalle que su hermano se negaba a ver.

    Con el apoyo de la familia de Howard, Karen fue enviada a Sky High Ranch, hogar del Alfa regional y  paraíso para todos los hombres y mujeres lobo que aún no habían encontrado su lugar en el mundo. Karen pensó que sería una prisión, pero el lugar le resultó más parecido a un campus universitario. Cuando llegó, fue recibida por la Omega de la manada quien la llevó inmediatamente hasta su habitación. 

    Howard estaba algo decepcionado por no haber sido presentado al Alfa regional. Tal vez, su hermano quería una oportunidad para probar que los Needhams eran todavía, una manada legítima. Cualquiera haya sido el caso, Karen estaba contenta de  que el Alfa regional no los considerara importantes siquiera para un saludo casual. Tal vez cuando Howard volviera a casa, podría reflexionar sobre eso un rato hasta darse cuenta de que todos sus esfuerzos por preservar al lobo en su descendencia, eran en vano. Si Karen tenía suerte, el Alfa regional la miraría por unos segundos, se daría cuenta de lo que tenía en frente y la enviaría de vuelta a Lansing.

    Poco después de haber llegado, se hizo evidente que jamás tendría una reunión con el Alfa regional. Esencialmente, su familia la había depositado aquí por un mes de vacaciones de sus idioteces. Para ser el hogar del hombre que hacía y reforzaba las leyes de las manadas de Michigan, no parecía haber demasiadas reglas a seguir en Sky High Ranch. Licanos de varios linajes y descendencias merodeaban por el lugar, socializando como si no les importara nada en el mundo. A pesar de la abundancia de personas con diferentes porcentajes de sangre licana, Karen podía darse cuenta de que la de ella era la más débil. Cada licano tenía su propio olor, su propia esencia, y por medio de ésta, resultaba relativamente fácil distinguir quién tenía más lobo en su sangre y quien tenía menos. Esto sorprendió a Karen, debido a la falta de olores en su propia familia. Tener su fosas nasales impregnadas de tantos distintos olores, era casi abrumador y le llevó un tiempo acostumbrarse.

    En Sky High Ranch, no había sesiones de counseling, no había reuniones. A Karen se le permitía hacer lo que quisiera durante el día, siempre cuando se mantuviera dentro de las instalaciones. Por la noche, sin embargo, se le requería asistencia a una fogata grupal. Resultaba la más extraña forma de terapia para reformarla, pero, quién era ella para quejarse. No había planeado alterar su conducta al permanecer en este lugar. Les seguiría la corriente con sus canciones, con sus kumbaya y punto final. 

    Cuando el sol se escondió en el horizonte y la luna se levantó en el cielo, los lobos de Sky High Ranch se encaminaron hacia el bosque para su fogata nocturna. Karen fue también, esperando canciones y malvaviscos. En lugar de un chico con una funda de guitarra colgada al hombro, se encontró con varios licanos llevando neveras llenas de cerveza. A esto sí que podría adaptarse.

    Tan pronto como el fuego estuvo listo, la reunión se convirtió en algo más parecido a una fiesta, los licanos caminaban y conversaban con sus cervezas en la mano. Podría haber sido un sueño hecho realidad  para Karen, rodeada de tantos de su misma especie, excepto que nadie parecía estar interesado en hablar con ella. La invadió un sentimiento de  ansiedad social como nunca antes la había sentido, haciendo que se cuestionara todo y se sintiera insegura. ¿Estaba siendo ignorada porque no había suficiente loba en ella? ¿O era a causa de su gran tamaño?

    Algo bueno de ser parte lobo es que obra maravillas en el metabolismo. No tanto cuando solo hay unas pocas gotas de lobo en tu sangre. Karen era por lejos, la chica más grande en tamaño en toda la fiesta y no había un solo hombre que no la mirara. Jamás se había sentido tan observada. Rodeada por su propia especie, sintiéndose completamente sola.

    Intentando no ser una aguafiestas, Karen tomó una cerveza de una de las neveras y se sentó en un lugar alejado para mirar la fiesta desde allí. La noche estaba fresca por lo que se envolvió con sus brazos y así entrar en calor. Todo el entusiasmo que había sentido al darse cuenta de que en lugar de una reunión para generar vínculos esto sería más parecido a una fiesta, ese entusiasmo se había ido y se sentía completamente miserable. Lo único que quería en ese momento, era volver a casa.

    La fiesta continuó durante la noche y nadie volvió a mirar a Karen. Había una rama bastante cerca de su pie y pensó que sería más divertido hacer dibujos en la tierra que mirar cómo todos pasaban un buen momento. El aroma a lobo era tan intenso en el aire, una combinación de muchos olores e identidades, que no se dio cuenta cuando alguien se le acercó.

    Te ves sola, dijo una voz profunda y masculina haciendo que Karen se sobresaltara. ¿Era tan débil su loba que ni siquiera podía percibir un chico caminando hacia ella? Esto solo le recordaba lo patética que era.

    Estoy bien, suspiró. Esa reacción hizo que fuera obvio que no lo estaba. La expresión de su cara era de depresión y la forma en que sus labios no habían sonreído desde el momento en que se dio cuenta de que estaba siendo dejada de lado por el resto de los licanos, era obvia.

    Eres nueva aquí, ¿verdad?, levantó su ceja perfecta mientras sostenía una cerveza y se paraba delante de ella como si nada. Cuando sus ojos se encontraron, Karen tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no sonrojarse. 

    Era apuesto, como la mayoría de los hombres en la fiesta. Si tenías una gota de sangre de lobo dentro de ti esto elevaba la atracción por los de tu misma especie. A veces, incluso volvía las líneas algo confusas entre atracción primitiva y atracción real. Sin embargo, este hombre resultaba atractivo para cualquier mujer. Era alto y corpulento, con rasgos oscuros. Ojos color chocolate, casi negros y el cabello desordenado. Su aroma, sin embargo, Dios mío, era intenso. Incluso con todo el resto de los licanos cerca, Karen podía sentirlo. Tenía mucho lobo en él. Tal vez incluso, era un pura sangre. 

    Acabo de llegar. Karen arrojó la rama hacia un costado y levantó su cerveza vacía, solo para tener algo en la mano de lo que sostenerse.

    ¿Te importa si me siento?, preguntó señalando el lugar vacío al lado suyo.

    Como quieras. Ella miró al lugar donde se sentó. Olía fuerte antes, pero ahora su aroma era abrumador. Abrumador en el buen sentido. Había algo en él que despertaba la pequeña parte de sangre lobo dentro de ella haciéndola sentir cosas que era mejor mantenerlas dormidas. Seguramente, él sólo estaba siendo amable. No había ningún motivo para que su cuerpo reaccionara hacia él de esta manera. 

    Bueno, bueno, ¿por qué estás aquí?, preguntó levantando la cerveza hasta sus labios y bebiendo con ganas mientras miraba al resto de los invitados. Karen se sintió algo ignorada, pero al menos estaban hablando. Tal vez este era el comienzo de una nueva amistad. O tal vez, sólo se había aburrido del resto de las chicas en la fiesta. Cualquiera fuera el caso, Karen estaba agradecida de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1