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Maya
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Libro electrónico309 páginas7 horas

Maya

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Maya Pyjeve creyó que en São Paulo se quedaría segura. Fotógrafa muy exitosa en su carrera, ella tiene la certitumbre de que está desafiando las enseñanzas de su pueblo y la voluntad de los dioses, al intentar buscar su propio camino. Maya creyó que estaba bien, hasta que la diosa Selene resolve joderla y pone en su camino un desconocido misterioso, con intensos ojos castaños que parecía decidido en fastidiarla.

Apolo Ujk, el alfa de su Pueblo, no esperaba que en medio de una cacería por las noches de São Paulo fuera encontrar aquella que seria su prometida por el resto de su vida, él no podría recibir un regalo mejor que ella. Infelizmente, su pareja no pensaba así.

Para derrotar sus enemigos, los dos tendrán que aprender a poner las diferencias de lado y unirse o vendrán el mundo que conocen, perecer.

IdiomaEspañol
EditorialNanáh Zoti
Fecha de lanzamiento3 ago 2020
ISBN9781071558430
Maya

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    Creo yo que está mal traducido y es muy complicado de leer con tantos errores

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Maya - Nanáh Zoti

Sinopsis

Maya Pyjeve creyó que en São Paulo se quedaría segura. Fotógrafa muy exitosa en su carrera, ella tiene la certitumbre de que está desafiando las enseñanzas de su pueblo y la voluntad de los dioses, al intentar buscar su propio camino. Maya creyó que estaba bien, hasta que la diosa Selene resolve joderla y pone en su camino un desconocido misterioso, con intensos ojos castaños que parecía decidido en fastidiarla.

Apolo Ujk, el alfa de su Pueblo, no esperaba que en medio de una cacería por las noches de São Paulo fuera encontrar aquella que seria su prometida por el resto de su vida, él no podría recibir un regalo mejor que ella. Infelizmente, su pareja no pensaba así.

Para derrotar sus enemigos, los dos tendrán que aprender a poner las diferencias de lado y unirse o vendrán el mundo que conocen, perecer.

Nota de la autora

Quien ha leído Maya cuando el libro aún se llamava Prometida, va a notar la diferencia así como quien también ha leído en wattpad y luvbook lo va a notar.

Fueron seis años desde que me he quedado sentada en una silla para empiezar a escribir el primero capítulo y finalmente el libro quedó de la manera correcta.

Espero que se divirtan!

Prólogo

En aquello tiempo, la devoción a los dioses era recompensada con prosperidad.

Había reinos que saludavan Cronos, el dios de la agricultura y tenían sucesso en sus cosechas. Otros, hacían ofrendas para Ares, el dios de la guerra o Dionisio, el dios del vino. Pero Arcádia dedicavase a Zeus...

El rey de aquel lugar construyó un templo en el corazón de la ciudad y allí ofrecía regalos y sacrifícios a los dioses. Niños eran quemados vivos, mujeres pobres eran mutiladas y prisioneros tenían sus órganos arrancados, todo eso bien delante del altar.

Oráculos fueron enviados para alertar el rey Licáon acerca del descontento de Zeus, con tan grande crueldad, pero el rey de Arcádia no oía a nadie.

Así que Zeus salió del Olimpo, determinado a dar una última chance al rey e fue hasta Arcádia para visitar el templo que tenía sido hecho para él. Algunos habitantes que permanecieron siguiendo el caminho correcto de los dioses, habian visto en sus sueños que el gran Señor de los Cielos estaba vindo visitarlos y intentaron alertar el rey Licáon una vez más que de nuevo ignoró cada uno de los avisos. Hasta que llegó Zeus. Con un disfraz de campesino, él ha pedido por hospitalidad para el rey que recordó de los alertas de su pueblo y desconfió del hombre, que en verdad hablaba y caminava como un noble.

Los días pasaron, fiestas fueron ofrecidas al hombre, visitas al templo fueron hechas y muchas virgenes fueron dadas como regalo para el campesino, que en ningún momento llegó a revelar su identidad.

El rey estaba cada vez más impaciente, ya que la hora de la partida del campesino acercavase, entonces como un gran esfuerzo ordenó que le preparasen un gran banquete. Los mejores cocineros fueron contratados y los mejores condimentos fueron usados. Muchos serviciales pasaron horas abrillantando las mejores lozas de plata y oro, mientras otros adornavan el salón de fiestas.

Cuando la noche del banquete llegó y los platos empiezaron a ser servidos, la expresión del campesino se cerró, mientras él se quedava más y más colérico a cada segundo y sin ningún motivo.

Los propios hijos del rey fueron los que le serviron los platos, hasta la llegada del plato principal, que fue la reina que le servió.

—Tienes la certitumbre de que este es mi regalo? — el campesino preguntó y el rey se quedó con una sonrisa.

—Sirvase, noble señor.

—Está listo para lo que va a suceder, así que yo coger esos cubiertos de plata?

—Sirvase, noble señor. — el rey lo ha dicho por segunda vez y balanceando su cabeza con algo de tristeza, Zeus mostró su verdadera forma, allí mismo, delantes todos.

—Mujer, tienes idea de lo que hay en el plato que me has dado? — preguntó para la reina que estaba arrodillada como muchos otros dentro de aquel salón.

—Carne de nuestro mejor venado, grandioso Zeus. — ella contestó atemorizada.

—Licáon, que hay en el plato que tu has ordenado que me fuera servido? — Zeus preguntó al rey, que sonreía alegre por la visita de su Dios.

—Carne de los paganos, grandioso Zeus! — él llevantó los brazos, aproximandose del señor de los cielos — Fueron abatidos por la mañana. Todos los prisioneros del palácio que iban a ser quemados en su templo, fueron usados en esto glorioso banquete.

Zeus que no había tocado en ningún de los platos que le fueron servidos, se quedó aún más colérico con la confesión del rey, que tenía volvido a matar inocentes de la manera más deshonrada posible. Para castigar toda la degradación de Licáon y de sus hijos, él echó una maldición en el rey y los príncipes.     

La luna llena fue testigo de la escena en la cual el rey e sus hijos se quedaron al suelo, gritando de terror cuando sus pieles cayeron y en el lugar surgieron pelos gruesos y garras en las puntas de sus dedos. Los otros, que también han comido del banquete de Licáon fueron transformados, pero era fácil diferenciar los culpables de los inocentes.

Los inocentes fueron transformados en grandes lobos de cuatro patas y pelo suave, ya los culpables se transformaron en bestias con pelos gruesos que caminavan en dos piernas y hablaban con una voz sibilante como se fueran serpientes. Los inocentes tuvieron la oportunidad de continuar en Arcádia, convivendo con su nueva condición, mientras el rey Licáon y sus hijos fueron condenados a deambular por la oscuridad, abandonados a su propio destino, completamente despreciados por los dioses.

Siglos sucedieron y la maldición era pasada de padre para hijo, pero Licáon nunca ha olvidado la humillación y en algun lugar lejos de todos, espera el día en que podrá volver para tomar el poder y el control de sus hijos y de los habitantes de Arcádia.

Capítulo 1

Maya Pyjeve

Necesitamos hablar.

Aquella simple mensaje de texto fue el suficiente para me distraer por todo el dia. Y los dioses saben que no puedo estar distraída por ahora. Despues de trabajar por años, logré un contracto para fotografar una campaña de una marca famosa, allí estaba el punto más alto de mi carrera. Pero aquello maldito mensaje de texto, no estaba dejandome aprovechar las cosas como debería.

—Para que esa mueca, sexy? — me forzé a poner alguna atención en Matheus, que estaba a mi lado y dejó su kit de cocina vacío a mi lado, antes de inclinarse y tomar uno trago de agua de la botella que estaba a sus pies.

—Acuerdáme para que nunca más le deje a ti escoger el almuerzo. — reviré mis ojos. Con casí 1,80 de altura, músculos grandes y abdomen definido, mi mejor amigo era algo obsesionado con comida.

Miré alrededor, observando las tiendas, equipamientos, coches de golf, sillas y mitad del equipo, cada uno en un lugar diferente para refrescarse durante la pausa para el almuerzo. El Ibirapuera con sus varios metros cuadrados de verde, flores, brisa fresca y todas esas cosas era perfecto para la campaña.

Pasar el día rodeada por modelos semidesnudos, reflectores y ropas de alta costura siempre fuera mi sueño por mucho tiempo, pero hoy, por más que intente concentrarme, mi cabeza estaba en outro lugar.

Llevanté, dejando mi propio kit de cocina en la silla.

—Okay, gente! — batí en mis manos llamando la atención de todos — Gracias al boy aqui — apunté para Matheus que mostró su lengua para mí — El almuerzo se acabó. Vamos que yo quiero aprovechar un poco más de la luz natural.

—Carai, Matheus! — Júlia suspiró, llevantandose también. Ella era una de las modelos que he escogido para la campaña. Tenía un pelo black maravilloso con una sonrisa blanca contrastando con su piel negra, lo que llamava mucha atención. La chica era muy linda y se via destacada entre los otros, mismo cuando no estaba por ahí, con su personalidad fuerte — Ensalada de nuevo?

He sentido mi móvil vibrar en mi bolsillo y lo cogí para ver quien estaba llamandome, mientras los modelos continuavan peleandose.

Hoy por la noche. No puedes faltar.

El segundo mensaje solo servió para dejarme más preocupada, mientras el día pasava e yo fotografava — Mi suerte es que fotografar se ha volvido en algo natural para mí por mucho tiempo, entonces pedir por posiciones diferentes, explorar los ángulos y aún aprovechar la luz de la manera correcta eran cosas que no demandavan mucho de mia concentración.

Por lo fin del día, mi cuerpo todo se quedó tenso, así que el parque arbolado y lleno de vida colocó mi autocontrol a la prueba. Lo sonido de los insectos, el olor de la tierra, las estrelas brillando en el cielo oscuro... Todo hacía con que me recordara de una época en que era libre. Y al mirar para aquel móvil, donde habia recebido el segundo mensaje, me hice acuerdar que yo no era más tan libre. Pietro no era conocido por su paciencia e yo no era la clase de persona que haria realmente falta para alguien, caso él decidira livrarse de mí. Con un suspiro, junté todas mis fuerzas, apreté mis manos sudadas y no hice caso del escalofrío que pasó por mi espina, mientras eso mi encía estaba hormigueando. Por la mañana no me importava tanto con eso, pero por la noche las cosas que se quedavan peores, la tentación era mayor y por eso necesitava salir de allí.

—Creo que ya tenemos todo, chicos. — he dicho estirando mi cuello y mantenendo la atención en las personas delante de mí. Sólo más un poquito... — Las fotos están maravillosas, entonces voy escoger las mejores y enviar para el cliente hasta el lunes.

Ellos aplaudiron entusiasmados.

— Gracias a todos, fue realmente fantástico trabajar con ustedes. — Despues que los caprichitos cerraron, claro. — Y para celebrar el fin de la campaña, más allá de agradecerlos por todo el trabajo que tuvieron, así que la marca está ofrecendo entradas vip y open bar en el Poseidon, hoy!

Poseidon era el mejor club nocturno de São Paulo y mucho allí, yo incluso, aún no tenian conocido el lugar que fue inaugurado recientemente.

De esa vez, los aplausos vinieron acompañados de gritos y silbidos.

Gracias a las palabras mágicas "open bar", las cosas fueron desmontadas bien rápidamente y llevadas de allí con aún más eficiencia.

Y sólo despues de supervisar todo, fue que el alivio llegó para mi también.

—Terminamos, dueña Maya. — Raimundo ha dicho cuando el último camión se fue.

—Voy a dejar su nombre, junto con el de su mujer en la lista de invitados en la entrada del Poseidon — le dice apretando su mano e ignorando la rigidez en mis músculos que sólo se quedava peor a cada minuto — Puedes irte, lo mereces. Trabajamos mucho esa semana...

Su rostro se quedó rojo y él pasó las manos por su pelo corto.

—Estoy viejo para juergas nocturnas. — encogió los hombros — Voy llegar en mi casa, tomar mi baño... cenar y pasar el resto de la noche al lado de mi mujer.

—Caso cambie de idea, el nombre de los dos ya está allí. — sabia que él no aceptaría, pero independiente de su respuesta, el hombre era parte del equipo y estaba invitado.

—Buenas noches, dueña Maya. — él habló y fue para el aparcamiento.

—Buenas noches, señor Raimundo.

Capítulo 2

Maya Pyjeve

La buena noticia es que logré llegar hasta el coche sin perder el control. La mala noticia es que así que cerré la puerta del conductor, he sentido un gusto de sangre.

La transformación no es un proceso doloroso, generalmente, pero cuando lo evitas hacerlo con frecuencia, la historia era otra. – Mis colmillos rasgaron mis encías, llenando mi boca de sangre que engullí con un gemido. — Cuando eres lo que soy, morar en una gran ciudad no es algo cómodo. Existen varios inconvenientes y por eso que he decidido esconderme en la área metropolitana de São Paulo de todos las otras ubicaciones.

Nadie iba a buscarme allí.

Infelizmente mi escondite no era gratuito y para continuar en la ciudad, tendría que ser la perra de Pietro. Correr hasta mi dueño, con el rabo entre las piernas toda vez que él llama.

Respiré profundamente, antes de ligar mi coche y dirigir lo más rapidamente posible hasta el parque Villa-Lobos.

Intenté evitar el peor de la congestión, cortando por los barrios, antes de volver para las avenidas principales. Mis ojos desviaron de la entrada, para quedarme mirando para el móvil que estaba en el banco del pasajero, espero por el tercero mensaje que no llegó.

El móvil llamó, cuando aparqué delante del parque.

—Maya, querida. — la voz del otro lado de la línea me dió escalofrío en mi espina — Ya es noche y tu aún no me has agraciado con tu compañía.

Cada município tendría su líder. São Paulo tendría Pietro y él era tan despiadado cuanto su territorio.

—Estoy aqui delante, señor Golveia. — salí del coche, batí la puerta del conductor antes de apretar el botón de la alarma y caminar a pasos largos hasta la fila horizontal de las cabinas de peaje, en la entrada del parque.

—Maravilloso. — la falsa voz amable de Pietro ha sumido, antes que yo escuchara el tu tu tu de la llamada telefónica encerrada.

Lo que sucedió sea lo sea es serio el suficiente para que él juegue con falsa gentileza por el aire. Cerré mis dientes e continué a caminar, cambiando de dirección siempre que tenía alguna persona que estaba en los terrenos de juego o las trillas del parque Villa-Lobos en aquel horario.

Aún sentía mis colmillos con la punta de mi lengua, mientras me aproximava de la entrada de la sede del clan Golveia se quedava en el subterráneo del parque, y sólo cuando he visto un grupo de hombres, reunidos a algunos metros de la trilla principal, logré reunir el suficiente de mis fuerzas para retraerla.

Llegar en medio de un bando de vampiros, con sus colmillos listos no era una señal de amistad.

—Buenas noches, señores. — yo forzé una sonrisa cuando muchos ojos rojos se han virado para observarme.

Los hombres estaban vestidos con ropas diferentes, pero eran todas negras. Tal vez era una exigencia de Pietro o solamente una versión rara de en miércoles usamos rosa. De cualquier modo, no era algo que iba a comentar para empiezar una conversación.

— Milord, esperáte. — uno de ellos, lo más alto habló y los otros que lo acercavan se quedaron más lejos de él, lo suficiente para que yo pudiera pasar por entre las hojas secas, para alcanzar el vampiro que había hablado.

El camino por los árboles estaba oscuro, pero yo logré ver con nitidez cada hoja seca y rama en el suelo. El sonido de los animales nocturnos era inexistente, ya que el sonido de grito un poco más adelante tenía ocultado los otros sonidos.

La trilla se ha abierto en un espacio abierto, donde más de ellos estaban reunidos. Eran diez, todos con ropas negras, excepto por aquel que estaba bien en el medio de todos, usando un traje blanco. Miré abajo y vi la fuente de los gritos y cerré las manos en puño, reconocendo el olor mismo por la tierra mojada del dueño del cuerpo en el suelo.

— Maya, querida. — Pietro era el más viejo de ellos. Con su pelo blanco, la piel arrugada y la espalda encorvada, él dió una sonrisa así que me há visto.

—Señor Golveia. — asentí para cumprimentarlo, ignorando uno de los centinelas de Pietro que estaba arrancando la cabeza del sujeto en el suelo, con un sonido húmedo antes de lanzarlo en mis pies.

—Lo conoces? — preguntó apuntando para la cabeza del hombre lanzada a mis pies. Tragué grueso, antes de bajar mi mirada para ver los restos del hombre con el pelo oscuro y ojos amarillos.

—No, señor. — volví mi mirada para Pietro, y no estaba demostrando ninguna emoción. Yo no podría demostrar. Vampiros olfatean el miedo, como se fuera un afrodisiaco exótico para elllos de lo que gustavan disfrutar.

—Tienes la certitumbre? — asentí. Mismo teniendo cosas en común, el defunto e yo no éramos conocidos — Bueno, querida. — Pietro quitó un pañuelo del bolsillo de su traje blanco y limpió sus manos. — Ese era el asunto urgente que tenía para tratar contigo. — forzó una sonrisa e yo no tuve como dejar de temblarme cuando he visto sus dientes manchados de rojo.

Él no tenía simplemente matado el hombre desmembrandolo. Pietro tenía alimentadose de él.

—Mi ciudad está infestada de lobos, Maya. — tragué grueso, mientras él cruzava sus brazos — Alguna idea de la motivación de esto?

Si él que era el líder no sabia, como yo pudiera saber?          

Capítulo 3

Maya Pyjeve

Pietro caminó en mi dirección, clavando los ojos en mí e yo hice lo mismo, con mi mentón levantado y la expresión neutra.

—No. — contesté lo mirando fijamente, hasta que él asentió satisfecho.

—He pedido para que uno de mis centinelas procurase saber acerca de los visitantes inoportunos — él volvió a guardar el pañuelo, ahora sucio de sangre, antes de sonreír para mí. Como se yo fuera creer mismo que por uno segundo en su gentileza, aún más que se yo apenas estirase mi pierna, tocaría en una cabeza mutillada con la punta de mis zapatillas — Y ellos me han garantizado que los lobos pertenecen a tuya antigua manada.

Asentí con calma, mismo sin estar calma.

Noticias sobre lobos volan, no importa que ellos no eran de mi manada, pues descobrindo algo sobre mí, era sólo una cuestión de tiempo antes de denunciarme para mi antiguo alfa.

—Pero aún me incomoda el hecho que yo he discubierto sólo que esta manada de perros está por ahí y que mi querida amiga no me ha dicho nada. — con el rabillo del ojo, he visto varios de sus centinelas venindo en mi dirección rodeandome.

—Yo teria hablado si supiera de algo. — encogí mis hombros, volvendo a prestar atención en Pietro.

—Su especie asquerosa está rodeando por ahí, como si fueran dueños del territorio y hablas que no sabes de nada? — uno de los centinelas ha dicho eso e yo mordí mis dientes.

—Soy mestiza. — contesté sin desviar los ojos de Pietro — y desde que he salido de la manada, no tuve más contacto con ningún de los lobos. — Ni con mi propia familia, siendo sincera.

—Y es por eso que aún estás viva, Maya. — Pietro habló, interrumpindo cualquiera que su centinela iba hablar para mí — Por diez años siempre fuístes fiel, nunca ha causado contrariedad...

—Gracias. — forzé una sonrisa y él asentió.

—Los quiero fuera de aquí. — él ha dicho e yo me esforzé para no revirar mis ojos. Enviar la cabeza decapitada o  tal vez un brazo para los lobos sería más efectivo para ahuyentarlos do que yo, una mestiza con un metro y medio.

—Sí, señor. — contesté como una perfecta perra ejemplar. Dioses, como odiava eso.

—Voy mandar a Ivo para ayudarte. — Mucha gente siguiendote por ahí, Pietro... Tenías que mandar justo a mi ex para ayudar? En serio? — sólo en caso de ellos rechazaren hacer lo cierto. — Pietro me dió la espalda, claramente dispensandome a mí y caminó para lejos, junto a los suyos centinelas.

Sé que deberia ver las cosas por el lado positivo, al final he salido de un encuentro con todos los miembros del lugar. Pero el cansacio no permitia que pudiera ver nada de eso.  

Bajé al suelo hasta quedarme al lado de la cabeza, tocando con cuidado el pelo oscuro del hombre. En algun lugar, fuera de allí, alguien lo echaria de menos. Su pareja? Sus padres? Amigos?

Nuestro mundo era cruel y pocos logravan sobreviver.

—Que los dioses acojan su alma. — he tocado en su frente que ya empiezava a quedarse fría, antes de llevantarme para quedarme lejos de allí sin mirar detrás.

Volví por el bosque, antes de salir en una de las trillas asfaltadas del parque, que ya estaba vacío. La conversación tenía durado más de lo que yo esperaba, pero eso ahorrava el tiempo de mantener las apariencias, mientras yo corría por el parque cerrado.

Llegué en una de las rejas que limitava la area del lugar y despues de mirar alrededor y tener

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