Descubriendo a sus dragones

Por April Canavan

Había vivido en la oscuridad durante mucho tiempo.

Danica había vivido durante toda su vida en las sombras. Su familia huyó del reino de los dragones para mantenerla a salvo, pero ahora ha crecido y puede protegerse a sí misma. Una de las cuatro únicas hembras con capacidad para aparearse, es un tesoro para su mundo y una amenaza para quienes la usen en su propio beneficio.

Erik, Damon, Castien y Benjamin sobrevivieron en el mundo de los humanos buscando edificios en llamas y alimentándose de estas. No es perfecto, pero tenían que dejar atrás su agonizante reino. Se sienten satisfechos con sus vidas, hasta el momento en que la ven a ella. Una mujer que no solo atrae a uno de ellos, sino a los cuatro.

El rey dragón no se detendrá ante nada con tal de asegurarse de que su linaje está a salvo, incluso si eso significa secuestrar y forzar él mismo tanto a Danica como a las otras hembras de dragón que quedan. Cansada de vivir en las sombras, Danica sale a la luz donde se enfrenta a una terrible verdad y a sus peligrosas consecuencias.

• Idioma: Español
• Editorial: April Canavan
• Fecha de lanzamiento: 14 nov 2020
• ISBN: 9781071575390

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DESCUBRIENDO A SUS DRAGONES

OMEGA BOOK 1

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APRIL CANAVAN

Descubriendo a sus dragones © 2019 April Canavan

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Esta es una obra de ficción. Nombres, lugares, personajes y acontecimientos son producto de la imaginación de la autora o han sido usados de forma ficticia y cualquier parecido con personas reales, ya sea vivas o muertas, organizaciones, eventos o escenarios es completamente fortuito.

Advertencia: la reproducción o distribución no autorizada de esta obra protegida por los derechos de autor es ilegal. La violación de los derechos de autor, incluyendo la infracción sin remuneración económica, es investigada por el FBI y tiene como sanción hasta 5 años de prisión y una multa de

$250.000.

ISBN: 9781093634976

Para Margot.

Espero que desde donde estés, nos mires a todos con una sonrisa.

AGRADECIMIENTOS

Esta historia no habría sido posible sin el aliento y la ayuda de mi tribu. El grupo de mujeres que se aseguraron de que todo, desde el argumento hasta la portada, fuera perfecto. Gracias a las personas que hicieron posible esta publicación. Sin estas mujeres, no la habría publicado.

DESCUBRIENDO A SUS DRAGONES

Había vivido en la oscuridad durante mucho tiempo.

Danica había vivido durante toda su vida en las sombras. Su familia huyó del reino de los dragones para mantenerla a salvo, pero ahora ha crecido y puede protegerse a sí misma. Una de las cuatro únicas hembras con capacidad para aparearse, es un tesoro para su mundo y una amenaza para quienes la usen en su propio beneficio.

Erik, Damon, Castien y Benjamin sobrevivieron en el mundo de los humanos buscando edificios en llamas y alimentándose de estas. No es perfecto, pero tenían que dejar atrás su agonizante reino. Se sienten satisfechos con sus vidas, hasta el momento en que la ven a ella. Una mujer que no solo atrae a uno de ellos, sino a los cuatro.

El rey dragón no se detendrá ante nada con tal de asegurarse de que su linaje está a salvo, incluso si eso significa secuestrar y forzar él mismo tanto a Danica como a las otras hembras de dragón que quedan. Cansada de vivir en las sombras, Danica sale a la luz donde se enfrenta a una terrible verdad y a sus peligrosas consecuencias.

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uatro. Solamente quedaban cuatro hembras de dragón.

Danica Westley creció sabiendo que tendría que protegerse o acabaría teniendo una vida peor de lo que jamás podría imaginar. En lugar de cuentos de hadas, antes de irse a la cama, su padre le contaba la verdad. Los rumores sobre el declive de la magia y lo que tal cosa acarrearía para el futuro de sus especies, llevaban circulado durante años.

Él le contó que nada le parecía real antes de su nacimiento, incluyendo el posterior anuncio de que solamente cuatro hembras habían nacido de entre cientos de niños. Fue entonces cuando Finbar Westley reunió a toda su familia y se mudaron al reino humano sin decir a nadie hacia dónde se dirigían. Lo hizo para proteger a su hija y para ofrecerle la oportunidad de tener la vida que esta jamás tendría en el reino de los dragones.

Mientras otros padres contaban a sus hijos historias de amor y esperanza, él le contaba historias de supervivencia.

Danica no tenía memoria de ello; del momento en el que partieron dejándolo todo atrás para comenzar de cero en un mundo donde nadie pudiera saber quiénes o qué eran. Era demasiado peligroso, especialmente para ella. Tenían que protegerla del rey dragón y de sus súbditos. Al menos hasta que pudiera elegir una pareja. Creció escuchando esas historias, sabiendo que cada día corría el peligro de que el rey dragón la encontrara para convertirla nada más y nada menos que en madre de sangre de su linaje. Aprendió a protegerse a sí misma, a luchar y a defender a su familia, antes de aprender a montar en bicicleta.

Danica nunca olvidaría el día en que su padre llevó a su familia hasta una bruja y le pidió que eliminara todas las señales físicas de sus poderes de dragón.

Esperó hasta que hubo cumplido trece años, hasta que casi se expone ante un grupo de amigos de la niñez, antes de arriesgarse a llevarla ante la bruja.

Su madre estaba asustada. Eso fue lo que llamó la atención de Danica. Su madre era fuerte y parecía tener todo bajo control todo el tiempo. Su madre tenía miedo, pero no por su persona. Su padre había comentado que la bruja que estaba ante sus ojos era la más poderosa que jamás había existido. Podía ayudar a su familia o podía negarse a ello cuando más la necesitaban.

Su madre estaba preocupada porque si la bruja se negaba a ayudarles, ellos no podrían mantener a Danica a salvo y tendrían que volver al reino de los dragones.

La bruja miró fijamente a Danica durante lo que a ella le parecieron horas antes de que finalmente moviera la cabeza asintiendo. —Finbar —dijo sin apartar la vista de los ojos de Danica—, ¿por qué quieres arrebatarle lo que la hace ser única? Su dragón es lo que determina quién es. ¿Por qué despojarla de tal cosa? —Danica se quedó impactada por las palabras de la bruja. A nadie parecía importarle el efecto que causaría en ella el hecho de que le arrebataran sus poderes, pero a la bruja sí que le preocupaba.

—Por favor.

Danica observó cómo su madre daba un paso adelante con el cuerpo tembloroso y mostrando un nivel de confianza que sabía que esta siempre había poseído. Su madre interrumpió a su padre antes de que este pudiese decir nada.

—Ya sabes que la magia se está extinguiendo y eso está destruyendo nuestra especie. Nuestra hija, ella necesita que la protejamos hasta que sea lo suficientemente mayor como para encontrar a su pareja, o el rey vendrá en su busca. Está obsesionado con perpetuar su linaje. Sé que va a venir a por Dani para convertirla en madre de sangre de su estirpe. Lo he visto. —Danica miró a su madre en ese instante y vio como el terror la invadía. Eso la perseguiría durante años y seguiría con ella mucho después de que todo lo ocurrido aquel día se desvaneciese.

Los adultos estaban colocados formando un círculo,

casi excluyendo a Danica de la conversación, pero ella sabía que había algo más. Una reunión como esa, independientemente de lo fuerte que era la bruja Winter, era peligrosa.

—¿Has tenido una visión, Shari? —Winter, la bruja, esperó a que la madre de Danica respondiera.

—Sí —asintió su madre—. Así es. Si no la protegemos, él vendrá a buscarla antes de que sea lo suficientemente mayor y la convertirá en una madre de sangre para su clan. Danica había oído todo eso muchas veces durante años. Desde que tenía memoria le habían hablado continuamente sobre lo que podía y lo que no podía hacer. Estaba protegida, sin permitirle transformarse, por si existía la posibilidad de ser descubierta.

Antes de que Winter pudiese decir nada, Danica, incapaz de contenerse, expresó lo que realmente pensaba.

—No hay nada que él pueda hacer para que yo me convierta en una de sus madres de sangre —dijo con voz firme y controlada pese a sentirse asustada—. No tengo que ser nada que yo no quiera ser. —Su voz se agitó; en realidad solo tembló, pero no quedaba la menor duda de que todos notaron una ligera dificultad al pronunciar sus palabras.

—Ay, mi preciosa niña. —Su madre envolvió a Danica en un reconfortante abrazo.

Danica sabía que necesitaba decirlo, necesitaba expresarse. Iban a arrebatarle la parte de su ser que la hacía ser única. No había nada que la detuviese a la hora de luchar con toda su alma, no una vez que se proponía hacer algo.

Formaba parte de ser un dragón el hecho de atesorar un temperamento que no le importaba intentar controlar. Incluso la más poderosa de las brujas tenía que entenderlo, o pronto lo haría.

—Yo no soy su títere, ni tampoco el de nadie. —Sabía que sus ojos estaban destellando. Sabía que el aire que les rodeaba estaba caldeado y sabía que en cuestión de segundos parecería más un dragón que un ser humano. Sin embargo, nada de eso iba a detenerla. No hasta que las palabras de su padre se abriesen paso entre la difusa niebla que le nublaba la mente.

—Winter —dijo su padre con preocupación—, no puedo permitir que esto le suceda cuando esté con sus amigos humanos. Es una niña y no puede controlarse. Por favor, ayúdanos a protegerla. Porque si el rey no puede tenerla para él, la matará. Ya sabes lo que le hizo a su propio hijo. —Danica no tenía ni idea de lo que el rey le hizo a su hijo, pero esta era la primera vez que escuchaba a su padre decir que el rey podría matarla.

—Sabes que haría cualquier cosa por ayudarla, Finbar. —Winter la miró, tendiéndole la mano—. Danica, toma mi mano, niña. Voy a ayudarte.

—No quiero tu ayuda —protestó. —Estoy bien tal y como estoy. Por favor... No necesito cambiar.

—Oh, dulce niña.  —Su madre le apartó el cabello de su rostro y sonrió—. Eres perfecta tal y como eres. Me siento muy feliz al comprobar que te gusta cómo eres.

Pero necesitamos protegerte del mal que VENDRÁ a por ti. Eres especial. Por favor, hazlo por mí, toma la mano de Winter y deja que te proteja.

—Vale —farfulló Danica—, pero no me gusta. —Ella sabía que estaba actuando como una niña malcriada, pero la verdad era que no podía retenerse.

—Shari —dijo Winter a su madre—, la despojaré de su habilidad para transformarse, para volar y para cambiar su piel a escamas. Pero sus ojos, debería conservarlos.

—¿No la marcarán por lo que es?

—En el mundo humano, unos ojos como los suyos resaltarán, sí. Pero dejaré una marca de su verdadero ser. Un pedazo de su alma que resplandecerá suceda lo que suceda. Es única y debería conservar un pedazo de su ser.

—¿Y si vienen los dragones?