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Mi Novio es un Perro Vampiro ( el hombre que mordía a las mujeres )
Mi Novio es un Perro Vampiro ( el hombre que mordía a las mujeres )
Mi Novio es un Perro Vampiro ( el hombre que mordía a las mujeres )
Libro electrónico83 páginas1 hora

Mi Novio es un Perro Vampiro ( el hombre que mordía a las mujeres )

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UN VAMPIRO TE MUERDE EL CUELLO Y SE MARCHA, UN PERRO VAMPIRO TE MUERDE TODO EL CUERPO Y SE QUEDA CONTIGO.
Lorens, un joven de veintiocho años, de pronto un dia descubre, que le gusta morder a las mujeres , y todo ocurre cuando su padre intentando ayudar a su hijo a relacionarse con el otro sexo, le sugiere unos consejos totalmente disparatados y confusos , con lo cual su vida se convierte en un laberinto de romances divertidos y relaciones humanas......

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 sept 2017
ISBN9781370658558
Mi Novio es un Perro Vampiro ( el hombre que mordía a las mujeres )

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    Mi Novio es un Perro Vampiro ( el hombre que mordía a las mujeres ) - Jesús - Eva Muñpz Alkonada - Gelian

    CAPITULO PRIMERO:  LORENS DESATADO

    Bueno aquí estoy, en una noche tranquila y despejada mirando la ciudad de Barcelona en lo alto del monte Tibidabo, me llamo Lorens, tengo veintiséis años y ante mí la posibilidad de recoger un premio al mejor trabajo en el concurso de salas de fiestas de la revista Europarty realizado en verano del 2017 y dotado con cuatrocientos mil euros.

    Recuerdo como empezó todo, yo trabajaba en la consejería del hotel Vistarama juntos a otros compañeros, entre ellos mi novia Nuria, ella era alta y delgada con el pelo semirizado y media melena, ojos y labios pintados, de mirada severa pero dulce cuando se comunicaba con los clientes del hotel y de semblante duro y distante cuando hablaba con los empleados. Un día llegaron unos turistas canadienses al hotel y a mí me toco llevarlos a las habitaciones que tenían contratadas, momentos después, cuando los últimos huéspedes, una pareja con un hijo adolescente, iban a ocupar la habitación trescientos catorce, introduje la tarjeta de seguridad que abría la puerta y me encontré con aquello que no quieres ver en la vida: a tu novia con otro hombre en la cama; en este caso al director del hotel. Aunque ella decía que no era lo que yo creía ver (ni siquiera era buena dando excusas), decía que estaban comprobando la solidez de los colchones, mientras saltaba encima del colchón desnuda al mismo tiempo que sus redondos pechos moviéndose arriba y abajo de forma frenética, el director a su lado desnudo asintió con la cabeza también arriba y abajo, los pobres turistas canadienses no entendían nada, se quedaron boquiabiertos mientras la madre tapaba los ojos de su hijo adolescente sin conseguirlo. En fin, me di media vuelta y sin mediar palabra allí los deje a todos, a mi ex-novia, al director y a los turistas, no fue muy profesional pero la ocasión tampoco lo requería, me largue bajando por las escaleras tres o cuatro plantas. Cuando llegue al vestíbulo entre en la conserjería, me quite la chaqueta de empleado engalanada con ribetes dorados en mangas y hombros y me marche por la puerta principal. Dejaba el trabajo donde había pasado varios años de mi vida. Es curioso, ahora recordando aquellos momentos me doy cuenta de que me aleje del trabajo sin despedirme de nadie, de acuerdo que no tenía amigos allí, pero eran compañeros de trabajo y algo tenia que haberles dicho, pero el cuerpo me pidió en aquellos momentos alejarme sin ni siquiera mirar atrás, carpe diem, de alguna manera supe que este camino o capítulo de mi vida había llegado a su fin, de ahí mi indiferencia.

    Pasé varias horas caminado por la ciudad de Barcelona, me encontraba en la Gran Vía cerca de la famosa Ramblas, poniendo en orden mis pensamientos, reviviendo la secuencia de sucesos que acababa de vivir, cuando de repente recordé que mi padre vivía por allí cerca, era dueño de una sala de fiesta llamada El Limbo Azul hacía años que no lo veía, las ultimas veces cuando era un niño y algún tiempo después para avalarme la compra de un coche, quizás era el momento de ir a visitarle, al fin y al cabo no tenia a donde ir, cualquier otro día iría a casa de Nuria mi ex. A recoger mis cosas pero de momento no.

    Mi padre se llama Jean Luc, es francés, tiene sesenta y tantos años y de joven había sido el primer bailarín de la sala de fiestas Apolo Babilón que estaba situada en la Avenida Paralelo, famoso lugar de diversión de la Barcelona canalla de la época de los ochenta cuando el music hall estaba de moda, la estrella del espectáculo era la maravillosa Davinia, según mi padre era una gran artista, cantaba y bailaba de maravilla, era todo un éxito de público sobre todo para el masculino, de niño siempre me hablaba de ella.  Ahora me siento extraño al ir a visitarle como último recurso; mire la hora con el teléfono móvil, eran las nueve de la noche, seguro que estará en su lugar de trabajo en El Limbo Azul pensé, así que, allí me dirigí.

    El local estaba situado en la Rambla de Barcelona en concreto en la Plaza Real, un lugar fantástico, siempre me gustaba ir allí cuando era un niño, quizás porque la plaza fue en tiempos pasados un antiguo monasterio de monjes capuchinos y siempre imagine que algún fantasma paseaba por entre sus arcos con su manto encapuchado, ahora era una gran plaza con Restaurantes, disco bar, pubs, y locales de comida rápida con artistas callejeros, cuando llegue a la puerta de la disco de mi padre un hombre de gran estatura franqueaba la entrada, era el portero y empleado de seguridad, le dije que me llamaba Lorens y era el hijo de Jean Luc y que venía a visitarle. El encargado de seguridad después de mirarme un buen rato arqueo la cejas y me invito a entrar, supongo porque vio el parecido con mi padre al momento, baje las escaleras pues la sala era un espacioso sótano pintado de azul y allí en la barra del bar estaba mi padre colgando copas en dos barras paralelas construidas para el uso y disposición de cogerlas con rapidez.

    Lorens.- ¡Hola papa!

    Jean Luc. -¡Hijo! Lorens pero que bueno, que alegría verte, tienes que llamarme de vez en cuando.

    Lorens. - Como llamarte si no tienes teléfono ¿todavía eres un anti móvil? 

    Jean Luc.- Claro que sí, tener móvil lo hace todo más fácil, ves a los demás en una pantallita y la comunicación se hace superficial, no hay contenido, no hay momentos inolvidables y lo peor es que creen que ya han cumplido, el móvil lo disimula todo, si te quieren ver que vengan a verte de verdad, bueno, ¿qué te trae por aquí hijo?

    Lorens. - ¡Exagerado como siempre papa! Nada en especial, simplemente pasaba por aquí y pensé.... bueno

    Jean Luc. - ¡Venga ya hombre! Siempre es especial cuando nos vemos.

    En ese momento me sentí descubierto, nunca había tenido encuentros rutinarios porque me había criado con mi madre que también fue bailarina y trabajaba en la misma compañía que mi padre; ahí se conocieron, pero al poco de nacer yo,

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