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Tomada por dos bomberos: Serie Tomada
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Tomada por dos bomberos: Serie Tomada
Libro electrónico76 páginas41 minutos

Tomada por dos bomberos: Serie Tomada

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La bombera Kendall Farell siempre se ha sentido atraída por la belleza erótica de las llamas calientes que bailan en los edificios ardientes. Su peligroso fetiche le podría costar el trabajo si alguien lo llegara a descubrir. Cuando la atrapan coqueteando con el fuego y la rescatan de una muerte asegurada, sus dos compañeros de trabajo quieren que los retribuya de una forma muy picante…

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 nov 2018
ISBN9781540135193
Tomada por dos bomberos: Serie Tomada

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    Tomada por dos bomberos - Jasmine Black

    Tomada por dos bomberos

    Serie Tomada

    Jasmine Black

    La bombera Kendall Farell siempre se ha sentido atraída por la belleza erótica de las llamas calientes que bailan en los edificios ardientes. Su peligroso fetiche le podría costar el trabajo si alguien lo llegara a descubrir. Cuando la atrapan coqueteando con el fuego y la rescatan de una muerte asegurada, sus dos compañeros de trabajo quieren que los retribuya de una forma muy picante...

    Capítulo uno

    Hacía calor. Tanto calor que podía sentir cómo la temperatura del incendio en ese apartamento me quemaba el equipo a prueba de fuego. Era como si la piel de todo el cuerpo se me fuera a ampollar y a arder en cualquier momento. Ignoré la incomodidad y me concentré en las hermosas llamas anaranjadas que bailoteaban y se retorcían frente a mis ojos al tiempo que atravesaba las habitaciones llenas de humo en busca de alguien que aún se pudiera hallar en ese apartamento en especial. No encontré a nadie y había hecho mi trabajo con eficacia, de modo que me permití el placer de rendirme a la belleza de las llamas eróticas.

    Los colores eran magníficos. Ámbar, naranja, azul hielo y blanco virgen. Las coloridas llamas me hipnotizaban al punto de querer derretirme en ese infierno.

    —¡Kendall! ¡Largo de aquí! ¡El techo va a colapsar en cualquier momento! —El grito ronco de mi compañero resonó por el auricular.

    Pero yo no quería escuchar a Kyle Powers. Quería estudiar las brillantes chispas carmesí que caían a todo mi alrededor como si fueran gotas de lluvia. El ondulante humo gris se retorcía y avivaba, sus rizos eran como dedos que me llamaban. Todo era tan hermoso.

    Observar el fuego me había excitado desde que tenía memoria. De adolescente, cuando papá nos llevaba a acampar, yo me quedaba con la mirada fija en la fogata. Había algo en las llamas que me hacía sentir como si yo misma estuviera ardiendo. Sexualmente.

    Un calor feroz me hizo sentir un palpitar en la vagina y el trasero al tiempo que aspiraba oxígeno a través de la máscara. Sentía los pezones arder, presionados con audacia contra las capas de tela especial que me protegían.

    —¡Todo el mundo largo de aquí! ¡Ya mismo! ¡El edificio va a colapsar en cualquier minuto! ¡Largo! ¡Ya! ¡Fuera! —El jefe Phil Aerius rugió a través del auricular. No le presté atención.

    Era uno de esos bomberos que preferían las jugadas súper seguras. Era aburrido.

    El rugido del fuego que me rodeaba era como la música. El ritmo tronaba en mi sangre, el compás acelerado coincidía con el de mi pulso. Vaya, el latido era tan erótico.

    Comencé a bailar con el fuego. A bailar como el fuego. Me moví despacio, seductora, como una llama. Desafié a la llama para que me hiciera el amor.

    Me quería arrancar el equipo. Liberarme dentro de la tormenta de fuego que lamía las paredes de ese edificio. Encima de mí, la pintura blanca se ampollaba y burbujeaba antes de volverse del color ocre quemado. Aparecieron unas rajaduras gruesas y negras y se expandieron como tentáculos sobre el cielo raso. Me hizo acordar al hielo cuando se parte sobre la superficie de un lago o a la capa que se forma en la leche cuando se echa a perder. Nunca antes había visto algo así. Era tan hermoso. Tan artístico.

    Parpadeé ante los pensamientos alocados. Vaya. ¿Acaso estaba demente? ¿O simplemente veía cosas que otras personas no veían?

    Oí un sonido de fuertes desprendimientos encima de mí. Elevé la mirada y estudié la gran

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