Al Final Del Infinito
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Como en un principio, los fantasmas interiores volvieron y lo hicieron con ms fuerza que antes, provocando en m el odio y el rencor ms grande que haya sentido nunca hacia una persona; estoy seguro tambin que este asunto terminar con la muerte. Resulta curioso, porque aunque en algunos momentos siento que a ese hombre que me ordenan asesinar lo conozco profundamente y me he enfrentado a l, hay otros en que mi mente es bloqueada e ignoro cmo es l en realidad. Aunque ahora sepa de quin se trata, tambin s, sin la menor duda, que al encontrarle en mi camino voy a hacerle mucho dao. As lo mandan las fuerzas internas que habitan en m y as se har, repito, no me cabe la menor duda.
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Al Final Del Infinito - Eduardo García-Teruel Okie
Copyright © 2012 por Eduardo García-Teruel Okie.
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Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.
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ÍNDICE
PRÓLOGO
AL INICIO…
CAROLINA…
EL RECUERDO…
MI OTRA NAVIDAD…
ALUCINACIONES…
EL UMBRAL…
LA MANSION DE LA FAMILIA WALKER…
AL FINAL…
PEREGRINA LA ENDIABLADA…
A los muertos, a los que descansan en paz y a los que no lo han logrado; pero muy especialmente, a los que acostumbran visitarme…
PRÓLOGO
A L FINAL DEL infinito es una obra diferente respecto a su propio género, que nos hace viajar a través de varias historias no sólo en el espacio sino en el tiempo; no sólo en esta dimensión sino en otras. Allí, donde habitan seres que no se les ha permitido el descanso eterno y por alguna causa, para nosotros desconocida, logran empalmarse de una manera virtual con nuestro mundo.
Estos hechos tan especiales e interesantes, se transmiten hasta nosotros a través de leyendas o relatos familiares, que cruzan las barreras del tiempo generalmente por tradición oral, y aunque sean historias diferentes y algunas muy crueles; tratan de mantenerse unidas de modo muy sutil, por medio de una supuesta posesión diabólica en el cuerpo y mente del personaje principal– Josué Levil–quién intenta enmarcar estas historias en una sola narración, la cual nos hace intuir que un espíritu invasor,–que para los especialistas no significa otra cosa que la mente extraviada de un loco,–tuvo que ver en todos los escritos; ya sea provocando los horrendos crímenes que se narran o sólo sembrando la semilla para que sucedieran.
Al final del infinito es una obra llena de surrealismo y mensajes positivos para el lector; comenzando por el título, ya que encontrarle final a algo tan insustancial y que además no lo tiene, ya en sí nos marca un sentido totalmente surrealista y misterioso. En la obra abundan también los fantasmas buenos y malos, mensajes desde otras dimensiones que no comprendemos, a los que tratamos de encontrarle una salida para esta vida tan profundamente incoherente y cautiva, donde ya sea un loco, o un poseso,– según sean nuestras creencias– lucha por liberarse de lo que lo domina desde el interior de su cuerpo, pudiendo llegar inclusive a la muerte.
AL INICIO…
El final de la batalla por el paraíso fue brutal. Legiones enteras fueron arrojadas al abismo; a la oscuridad… Sentado sobre una roca en el centro mismo del pantano, el jefe de los caídos– llamado el ángel de la belleza– durante unos instantes lloró su derrota. Pero como era costumbre en él, ganó la soberbia, y levantando el rostro, ahora desfigurado con la envidia acumulada durante un tiempo infinito, juró vengarse. Aunque el hacerlo le llevara toda la eternidad. En ese preciso instante y sin que él mismo se diera cuenta, nació el que sería llamado el señor de las tinieblas…
EL MAL CONTRA MARTÍN KELP…
INICIO DE UN TERRIBLE DÍA…
M I NOMBRE ES Iván, y aquel seis de octubre jamás se borrará de mi mente, porque creo que fue el día más impactante y especial en la vida de algunas de personas que lo vivimos y como espectadores confundidos no pudimos evitarlo. Fue un suceso lamentable, y más lamentable fue que por lo sorprendente, nadie se movió de su lugar para impedirlo e impávidos sólo lo presenciamos. El hecho fue lo más extraño que le puede suceder a alguien ya sea creyente de alguna religión, agnóstico declarado, o ateo convencido; ya que después de mucho tiempo no sabemos, aunque lo vimos, qué sucedió realmente y porqué sucedió. Por lo tanto prefiero referir los hechos tal cual los observamos aquel triste e inesperado día de nuestras vidas…
Con mucho frío y perfectamente abrigado Iván Prego se encontraba sentado ante una despostillada taza de café esa mañana de jueves, tratando de entrar en calor, pues una intensa onda fría acababa de invadir la ciudad. A lo lejos, arrastrando su figura desgarbada, vio venir a Ronaldo, compañero de siempre de la universidad de San Ignacio donde cursaban la carrera de Filosofía. Siempre con su andar lento y de pasos cortos, Ronaldo se detuvo en la puerta de entrada, revisó minuciosamente el interior, y al verlo sentado solo, con pasos ligeramente acelerados se acercó a su mesa….
–¿Qué hay de nuevo Iván?… dijo mientras temblaba fuera de control su carrillo izquierdo, con un tic característico de él cuando se ponía nervioso o iba retrasado y se trataba de algo importante….
–Nada, sólo estoy queriendo entrar en calor ¿quieres un café? ….–No gracias, ¿vas a asistir a la conferencia que va a dar el señor Kelp?…–dijo apurado– es sobre la historia demoníaca y su influencia en la religión, creo que va a estar bien ¿me acompañas?…
–No pensaba ir, pero si tú quieres vamos… –respondió Iván– parece que no hay nada mejor que hacer …
–Pues tenemos que ir ahora mismo porque empieza en un momento más…
–-Por supuesto, adelante…
– Dio un último sorbo de café y ambos se retiraron con rumbo al auditorio principal.
Peldaño a peldaño subieron por las escaleras al cuarto piso y al fin, jadeantes, tomaron asiento en el pequeño auditorio. Éste se encontraba semivacío, y después de hacer unas inspiraciones profundas para recuperar su escasa condición física, por perder el tiempo mientras iniciaba la conferencia, Iván se dedicó a contar a la concurrencia. En total eran veinticinco personas, sentadas la mayoría en la parte alta y trasera del salón, el cual algunas veces era utilizado como teatro pues contaba con un foro amplio, con cortinas en el fondo y aproximadamente doscientas butacas colocadas a los lados de un estrecho pasillo, con declive hacia el foro, y una pequeña escalinata para subir a la parte que hacía las veces de escenario. Ésta vez por tratarse de una conferencia, sólo estaba colocado arriba un escritorio y sobre éste un proyector para diapositivas al fondo una pantalla blanca que resaltaba en lo oscuro de la cortina negra colocada en la parte de atrás del foro.
–Está escasa la clientela– dijo Iván hablándole al oído a Ronaldo.
–Así es, está muy escasa… –Contestó una voz extraña que provenía del otro lado del salón a varios metros de distancia.
– Las conferencias sobre religión no le importan a nadie, no sirven más que para engañar a gente sin preparación alguna y para beneficio de unos cuantos… –remató la voz, hablando en tono irritante y arrancándole la palabra de la boca a Ronaldo que estupefacto, miró a su acompañante y sólo acertó a decir…
– ¿Cómo, te escuchó?, si hablaste casi en secreto…–lo susurró también en el oído y hablando casi a señas con Iván para no ser escuchado, mientras instintivamente y al mismo tiempo, volteaban hacia donde provenía la interrupción.
–Yo escucho todo… respondió otra vez el hombre jactándose, con una sonrisa burlona y una voz tan fuerte y cínica que aturdía, provocando que el salón al escucharla entrara en un silencio sepulcral.
.–…Por algo me dicen que tengo oído de tísico, ¿conocen el dicho?… quiere decir que los que padecen tuberculosis escuchan demasiado, sobre todo, lo que no deben…
La irónica y estúpida respuesta les sonó ridícula. Ronaldo e Iván se miraron el uno al otro sorprendidos, mientras el individuo que se metió en su conversación se retiraba para quedar más lejos de ellos, casi en la parte más elevada y lejana del foro.
– ¿Quién es este tipo?…– Preguntó Iván irritado.
–No sé su nombre, –respondió Ronaldo– pero creo que se apellida Levil y es algo muy raro lo que le sucede, porque llegó aquí siendo un alumno brillante y nadie sabe qué fue lo que pasó con él que de un momento a otro se fue convirtiendo en una verdadera pesadilla para todos los que lo rodeaban. Dicen que está metido en algo prohibido, hablan de alguna secta; a lo mejores cuestión de drogas y nadie quiere ser visto en su compañía, ya que además desde hace un tiempo, se vio envuelto en una serie de problemas y parece ser que era investigado con relación al homicidio de alguien; pero en realidad yo no lo sé bien….
Mientras Ronaldo hablaba en su español difícil y enredado que lo caracterizaba, Iván estaba pendiente de los movimientos de Levil y no dejaba de mirar hacia la parte alta del salón, queriendo adivinar qué pensaba en ese momento ese sujeto de ojos y sonrisa malignos. Se veía sucio, descuidado en su persona, con una furia interna que en momentos parecía desbordarlo, pero simple y llanamente parecía no importarle. En realidad se veía como un enfermo, pero más que nada, se adivinaba por sus rasgos tan especiales que era una persona cruel y además maligna; de aquellas que sólo su presencia provoca miedo. En ese momento, como si sintiera que lo analizaba, Levil lo miró de manera siniestra y le sonrió con desprecio; al tiempo que colocó en la butaca vacía junto a él unos sobres grandes que sostenía sobre sus piernas y después de casi acostarse sobre su butaca, lo ignoró completamente.
En ese momento hizo su aparición sobre el foro el hombre encargado de la conferencia. Martin Kelp; director desde hacía algunos años de la facultad de filosofía. Una persona de gran carisma, sobre el que se contaban verdaderas leyendas acerca de su vida como investigador en África y otros lugares. Además se le reconocía también por su conocimiento, en especial sobre Cristianismo antiguo, que era el tópico para la conferencia. El hombre miró complacido a los asistentes inundándolos con la fuerza de su personalidad, saludó dando los buenos días y dijo a su reducida audiencia…
–En cuestión de ópticas, yo prefiero ver el vaso medio lleno que medio vacío… y siendo así comencemos.
– ¡Que ingenioso!… ¡bravo!, ¡bravo!… –tronó una voz