La Felicidad Es Tu Responsabilidad: (La Causa De Todo Sufrimiento Es El Olvido)

Por José Bernardo Vargas Ruiz

Eres feliz? Si no puedes responder a esta pregunta con la certeza y rapidez como lo haras cuando alguien te pregunta: ya comiste?, significa que tienes dudas para expresar el estado emocional ms anhelado por todo ser humano, el estado de la felicidad. Pero si tus dudas aumentan cuando te preguntan: crees en la felicidad permanente?, quiere decir que ya es tiempo de comenzar a indagar sobre las posibles causas que impiden manifestar en ti el estado de felicidad; es decir, no te enredes tratando de responder si eres feliz o no, mejor opta por identificar los obstculos que te impiden contestar en automtico, tal y como lo haces cuando se te hace la pregunta relacionada con la comida.

Si te atreves a buscar dichos obstculos ya ganaste! Porque por lo menos te planteas la posibilidad de creer y aceptar que la felicidad est en ti, pero no se manifiesta debido a la existencia de obstculos que deben ser eliminados; si te motivas a detectarlos y a removerlos, observars que tambin desaparecen las causas de tu infelicidad y ya no tendrs que esforzarte buscando afuera de ti los motivos de tu desventura. De este mismo modo, empezars a establecer prioridades en tu propia vida, responsabilizndote de ti mismo y agudizando tu auto-observacin para identificar y eliminar de tu interior dichos obstculos.

De eso trata este libro, de motivarte a identificarlos, sugirindote tcnicas eficaces para removerlos, de tal manera que tu felicidad se exprese clara y ntidamente en el brillo de tus ojos, en tu cara, en tu cuerpo entero y sea manifestada desde el centro de tu corazn hacia todos quienes te rodean.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 1 jun 2012
• ISBN: 9781463327828

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AGRADECIMIENTOS

Este libro está en sus manos gracias a que muchas personas contribuyeron para hacerlo posible, mencionaré a todas las que lleguen a mi mente en los momentos en que hago este escrito y si por fallas de mi memoria olvido mencionar a alguien, no significa ingratitud de mi parte, ya que aunque su nombre no aparezca registrado aquí, si estará impreso en mi corazón y tendrá la seguridad de que mi gratitud es infinita. Recuerdo y agradezco a las Maestras en Ciencias de la Comunicación: Liliana López Borbón y Martha Elena Montoya Vélez, quienes leyeron los primeros originales del libro y aportaron valiosas sugerencias; también agradezco a las Licenciadas Carmen Beatriz Lizárraga Burgueño, Evangelina Sánchez Ontiveros y el Lic. Gabriel López Madrigal, él y ellas con entusiasmo desinteresado leyeron las diferentes versiones de los borradores que iban surgiendo, haciendo comentarios atinados para mejorar la redacción; especialmente agradezco a la Licenciada Luz Adriana Hernández Vázquez, quien además de todo lo anterior, contribuye con su ejemplo como terapeuta, poniendo en práctica las técnicas y mucho de lo que en este libro se comparte.

La doctora y terapeuta holística, Arlette Rothhirsch Lemberg, me abrió las puertas introduciéndome en el mundo de la sanación holística y por eso mi gratitud constante. Catherine Gómez es la responsable del equipo editorial encargada de hacer posible que este libro llegue a sus manos, a todos ellos, mis reconocimientos.

David Plata Naime, ha sido un gran colaborador brindándome mucha de la infraestructura que he necesitado durante todo el proceso de la elaboración del libro; igualmente, los señores Manuel y Rubén Gleasón, sin saberlo, fueron designados por el Universo, para que contribuyeran de alguna manera, durante todo el proceso de su elaboración, pues fueron mis jefes y siempre me facilitaron los medios para que dispusiera del tiempo necesario para escribirlo, por eso mi gratitud.

Mi esposa y compañera de cotidianidad Martha Aideé, vivió y compartió todas mis vivencias, ocupaciones, encantos y desencantos generados durante este proceso y siempre estuvo presente para animarme a seguir hasta el final. Ella fue parte vital de todo.

INTRODUCCIÓN

¿Eres feliz? Si no puedes responder a esta pregunta con la certeza y rapidez como lo harías cuando alguien te pregunta: ¿ya comiste?, significa que tienes dudas para expresar el estado emocional más anhelado por todo ser humano, el estado de la felicidad. Pero si tus dudas aumentan cuando te preguntan: ¿crees en la felicidad permanente?, quiere decir que ya es tiempo de comenzar a indagar sobre las posibles causas que impiden manifestar en ti el estado de felicidad; es decir, no te enredes tratando de responder si eres feliz o no, mejor opta por identificar los obstáculos que te impiden contestar en automático, tal y como lo haces cuando se te hace la pregunta relacionada con la comida.

Si te animas a buscar dichos obstáculos ¡ya ganaste! Porque por lo menos te planteas la posibilidad de creer y aceptar que la felicidad está en ti, pero no se manifiesta debido a la existencia de obstáculos que deben ser eliminados; si te motivas a detectarlos y a removerlos, observarás que también desaparecen las causas de tu infelicidad y ya no tendrás que esforzarte buscando afuera de ti los motivos de tu desventura. De este mismo modo, empezarás a establecer prioridades en tu propia vida, responsabilizándote de ti mismo y agudizando tu auto-observación para identificar y eliminar de tu interior dichos obstáculos.

De eso trata este libro, de motivarte a identificarlos, sugiriéndote técnicas eficaces para removerlos, de tal manera que tu felicidad se exprese clara y nítidamente en el brillo de tus ojos, en tu cara, en tu cuerpo entero y sea manifestada desde el centro de tu corazón hacia todos quienes te rodean. Aquí se te invita a reflexionar sobre la necesidad de recordar, comprender y aceptar que naciste con por lo menos tres pilares esenciales para sustentar y mantener en ti el estado de la felicidad permanente.

Cada uno de esos pilares es básico y mutuamente dependiente, es decir, nadie puede manifestarse en estado de felicidad si carece de por lo menos uno de ellos, de tal modo que si alguien desea vivir en estado de felicidad permanente necesita recordar que nació con dichos pilares identificados como atributos de todo ser humano. Por lo tanto, para poder vivir en estado de felicidad permanente, tú necesitas recordar que naciste con los atributos de identidad universal, amor incondicional y libertad del SER Individual.

Dichos atributos son universales, porque todo ser humano nace con cada uno de ellos, y ejercerlos o sentirlos equivale a la máxima realización de todo ser humano individual. Recordarlo es esencial porque a consecuencia del olvido, dado que no se recuerda que se nació con todos y cada uno de tales atributos, cada individuo se pasa la vida buscándolos afuera con mucho dolor y sufrimiento. Éste es el primero y fundamental obstáculo para la felicidad de todo ser humano: olvidar quién ES y actuar durante toda su existencia física como quien realmente no es.

En las páginas de este libro hay sugerencias para motivarte a pensar en la necesidad de recordar quién eres, porque necesitas recordarlo como condición esencial para que aprendas a ejercer y beneficiarte de los atributos del amor incondicional, la libertad del SER Individual y la felicidad permanente. Cuando recuerdes, comprendas y te expreses aceptándote cada día, como el verdadero SER que da vida y movimiento a tu cuerpo físico, dejarás de sufrir porque descubrirás y aceptarás que en tu verdadero SER no existen causas de sufrimiento. Por eso, estás siendo invitado a conocer más sobre el proceso que debes vivir antes de llegar a comprenderte, aceptarte y amarte como un ser libre, merecedor de vivir en paz contigo mismo, en equilibrio y en armonía, que son las condiciones básicas para alcanzar el estado de la felicidad permanente.

En el propósito de este libro está implícito, por tanto, el deseo de motivarte a recordar e identificar cómo ha sido la evolución de tu conciencia desde el instante de tu nacimiento hasta tu edad actual; con ese ejercicio podrás comprender que todos los seres humanos nacemos siendo perfectos, pero se nos enseñó a vivir creyendo que somos imperfectos; por lo mismo, se te sugiere comenzar desde ahora a creer y pensar en la posibilidad de concluir la lectura de este libro reconociéndote, aceptándote y amándote como el SER perfecto que siempre has sido desde tus orígenes, eliminando así los obstáculos para manifestar el estado de la felicidad permanente.

Finalmente, este libro fue pensado con la intención de compartir contigo las técnicas desarrolladas a lo largo de los procesos terapéuticos de sanación física, mental, emocional y espiritual trabajadas por el autor, mediante terapias de sanación para el crecimiento espiritual. Los temas tratados describen muchas experiencias que son narradas con la intención de motivarte a reflexionar sobre tus propias experiencias de vida. De esta manera, serás introducido en un proceso de auto-observación que te servirá para conocerte mejor, facilitándote responder a tus preguntas más frecuentes, que pueden ser: ¿Quién soy yo? ¿A qué vine a este mundo? ¿Qué sentido tiene mi vida? Responder estas preguntas te ayudará a recordar, sin lugar a dudas, la verdadera identidad del SER que vive y se expresa como personalidad dentro de tu cuerpo físico.

En el siguiente capítulo se delinearán los pilares que sustentan la felicidad de todo ser humano y que por no ser usados se convierten en el principal obstáculo para disfrutarla. Además, se te introducirá en el proceso de la auto-observación que te llevará a recordar tu verdadera identidad, como condición básica para que aprendas a ejercer tus atributos de amor, libertad y felicidad permanentes.

Capítulo 1

Obstáculos para vivir en estado de felicidad permanente

Siempre que se tiene la oportunidad de observar a un niño recién nacido, dibujando una tierna sonrisa en su rostro y envolviendo con su aura angelical a quienes le observan, se puede afirmar, sin lugar a dudas, que nació en estado de bienaventuranza; pero también es viable decir que ese estado de buenaventura sólo es permanente y activo en los infantes, ya que el bebé, conforme va creciendo, percibe que las manifestaciones de afecto recibidas de sus padres o de quienes le cuidan son retiradas y, en muchos casos, cambiadas por expresiones agresivas. Cuando esto sucede, sus auras son permeadas por vibraciones negativas y los gestos de ternura se convierten en llanto para llamar la atención; así, van cambiando su forma de responder a los estímulos que reciben del exterior y su estado de buenaventura se convierte en latente y pasivo.

Saber y reflexionar sobre lo anterior ayuda a recordar que todos los seres humanos nacemos y manifestamos, por lo menos durante la infancia, el estado de bienaventuranza; comprenderlo permite sustentar la afirmación de que todo ser humano individual nace, trayendo consigo, el atributo de la felicidad. Dicho atributo, como ya se dijo, permanece activo en los niños sólo mientras reciben los estímulos de amor y afecto expresados por quienes les aman, especialmente por su madre; pero dicho atributo se vuelve pasivo conforme tales estímulos son reemplazados por vibraciones energéticas negativas derivadas, por ejemplo, del cansancio y el agotamiento obvios en una madre, quien debe atender múltiples obligaciones, incluida la de brindar afectos a todos quienes se lo demandan, en particular su bebé.

Aquí puede ser el inicio de la desventura y también del camino señalado a cada individuo, quien deberá vivir el resto de su existencia buscando activar nuevamente el estado de buenaventura con el cual nació. Por esta misma razón, cuando el ser humano se siente estimulado con halagos, expresiones de afecto, reconocimiento o aceptación de su valía se sintoniza otra vez con las vibraciones de bienestar que permanecen latentes en su corazón. Se puede decir entonces que el anhelo de recuperar su estado de buenaventura impulsa a todo ser individual a iniciar su trajinar, buscando de diferentes maneras ganarse el derecho a ser amado por los demás. Así se pasa la vida confundido con la creencia de que debe hacer méritos para ganar afectos, reconocimiento, aceptación y valía; esto significa que ha sido convencido de que recibir amor de otros es condición básica para ser feliz.

De esa manera cada individuo se enreda todo el tiempo en el juego de vivir haciendo méritos, creyendo que esa es la vía hacia la felicidad. Sin embargo, sólo consigue que la buenaventura con la cual nace, permanezca congelada, oculta y olvidada, pues al convertir en obsesión su anhelo de hacer méritos para ser feliz, llega al extremo de creer, pensar y sentir que sólo a través de otros podrá obtener el derecho de disfrutar de los mismos dones o atributos con los cuales nace. Vive buscando la felicidad con la cual nació afuera de sí mismo e ignorando lo básico, lo fundamental que se oculta tras dicha obsesión, es decir, la posibilidad de recuperar el estado de felicidad, eliminando los obstáculos y reconstruyendo los pilares que sustentan y hacen posible que la felicidad permanente se manifieste dentro de cada individuo.

¿Cuáles son esos Pilares?

Tú naciste con ellos y te corresponde comenzar a creer en la posibilidad de reconstruirlos. Para el caso se te sugiere reflexionar sobre la necesidad de recordar, comprender y aceptar que siempre has vivido con dicha posibilidad, pues naciste con el pilar más básico, identificado como atributo de la identidad universal de cada SER individual.

Dicho atributo es básico porque cuando hagas uso de él, llegarás por añadidura a la convicción de que puedes y debes hacer uso de los otros pilares o atributos y, en tal caso, se te facilitará usar el segundo atributo básico que te invita a amarte a ti mismo; este segundo pilar es esencial porque sólo cuando comiences a ejercerlo, amándote, tendrás acceso al tercer atributo que te mueve a ejercer tu libertad individual o derecho de libre albedrío, el cual es también fundamental para recuperar tu derecho de vivir en estado de felicidad permanente. Resumiendo, se puede afirmar que: Solamente cuando recuerdes, comprendas y aceptes que eres identidad universal, se te facilitará amarte a ti mismo (a), y sólo amándote podrás ejercer tu derecho de libre albedrío, lo cual te llevará, por añadidura, a ser feliz de manera permanente.

Con palabras más sencillas, se está diciendo que toda persona siente la necesidad de preguntarse ¿quién Soy? en cualquier momento de su vida. Con esta pregunta es invitada por su SER espiritual a manifestar su verdadera identidad. Además, también es movida recurrentemente por el deseo de ser amorosa, libre y feliz. Pero dichos atributos de cada ser humano son convertidos, paradójicamente, en los principales motivos de angustia, ansiedad y sufrimiento porque son rodeados de obstáculos que los convierten en objetivos casi imposibles de alcanzar. A continuación se enunciarán los principales obstáculos que todo individuo tiene que vencer si desea llegar al estado de la felicidad permanente:

1. - Todo ser humano, desea ser feliz de modo permanente, pero

2. - nadie podrá ser feliz si no es libre, pero

3. - nadie podrá ser libre si no se ama, pero

4. - nadie podrá amarse si no aprende a perdonarse, pero

5. - nadie podrá perdonarse si no se compadece, pero

6. - nadie podrá compadecerse si no se tolera, pero

7. - nadie podrá tolerarse si no se acepta, pero

8. - nadie podrá aceptarse si no se cree perfecto, pero

9. - nadie podrá creerse perfecto si no se identifica, pero

10. - nadie podrá identificarse si no se responsabiliza de sí mismo, pero

11. - nadie podrá responsabilizarse de sí mismo si no hace un proceso de auto-comprensión.

¿Te parece imposible vencer tales obstáculos?

El sólo hecho de estar leyendo este libro puede significar que ya empezaste a eliminar el primer obstáculo, porque te has iniciado en el proceso de la auto-comprensión. Ya diste el primer paso para agudizar el nivel de la comprensión que te facilitará subir escalón por escalón hasta llegar finalmente al estado de la felicidad permanente. Esto quiere decir que puedes imaginarte subiendo por una escalera denominada niveles de conciencia y cada escalón que asciendas te llevará a un nivel superior de conciencia.

Comprender que tienes que hacer todo un recorrido en ascenso hacia la felicidad es un buen comienzo, el cual habla de tu deseo por escalar al siguiente nivel de conciencia que te demanda responsabilizarte de ti mismo, para ello debes iniciarte en el proceso de la auto-observación, buscando en tu interior el atributo de la identidad, respondiendo así a la pregunta ¿quién soy? Cuando lo recuerdes estarás ascendiendo al nivel que te permitirá recordar tu verdadera identidad.

Una vez recuerdes tu verdadera identidad, estarás preparado para dar el siguiente paso cualitativo, comprendiendo y creyendo que por saber quién eres, puedes identificarte como un Ser perfecto, y en tal caso sabrás que siempre lo fuiste. Comprender y creer que eres perfecto te hará considerar que tienes que profundizar en tu propósito de hacerte cada vez más responsable de ti mismo, lo que implica continuar con tu proceso de la comprensión hasta ascender al escalón o nivel de conciencia más difícil, que significa, aceptarte y actuar como ser perfecto. Si alcanzas este nivel de conciencia y puedes mantenerte en él, todo lo demás será más fácil, pues habrá menos obstáculos para que aprendas a tolerarte, compadecerte, perdonarte y amarte. Llegado a este nivel de comprensión, o sea, cuando te ames a ti mismo (a), podrás eliminar todos los obstáculos que te impiden ser libre, y en el instante en que te liberes de ellos serás feliz de modo permanente.

Reflexionar sobre tales postulados ayuda a reconocerlos como atributos de cada quien, y dejarán de ser obstáculos porque serán aceptados como verdades universales, pues son atributos con los cuales nace todo ser humano y por lo mismo, cada individuo está capacitado para ejercerlos. Tal vez te estés preguntando: si eso es verdad, ¿por qué no conozco a nadie haciendo uso de ellos? La respuesta a dicha pregunta se está construyendo a lo largo de este libro, pero se puede comenzar a responder si consideramos que existen serios obstáculos que lo impiden.

¿Cuáles son esos obstáculos?

Histórica y socialmente, dichos atributos han sido desvirtuados, haciendo creer que no son inherentes a cada ser individual. Es decir, no se acepta que cada individuo nace con ellos y más bien se difunden, enseñan y postulan como si fuesen fines, propósitos o deseos que sólo se pueden alcanzar y disfrutar cuando cada quien cumpla con las metas establecidas por las normas que dan derecho a merecerlos.

De ese modo, cada individuo es programado para creer que el atributo de su identidad se reduce únicamente a su nombre con apellido y a sus roles. Por lo tanto, cada quien se identifica cantando su nombre, su profesión, su credo religioso, su filiación política o sus valores culturales, todo lo cual es regido por normas sociales impuestas al individuo desde el exterior y al margen de su voluntad y parecer. De la misma manera, se hace creer que el atributo de la libertad de cada SER individual, se encuentra afuera de él y, por lo mismo, se le reduce al cumplimiento de las normas establecidas por las leyes humanas. Por tal razón, se educa con base en la creencia de que el individuo sólo podrá disfrutar de su libertad gracias a la garantía o voluntad de las instituciones; ya que existen, se dice, para garantizar las libertades y derechos de los individuos.

También se enseña que el atributo del amor viene desde afuera, cada quien lo debe ganar, conquistar y conservar como si fuese un trofeo, estableciéndose la costumbre de vivir demandando, o muchas veces mendigando amor de otros, confundido con la creencia de que sólo se merece ser amado cuando se acepta con sumisión hacer la voluntad de la persona que dice amarnos. En tal caso, la afirmación más común es: yo te demuestro que te amo haciendo tu voluntad, y de ti sabré que me amas si haces la mía. En otras palabras, hipotecar la libertad y hacer la voluntad de los demás es garantía del privilegio de amar. De tal modo que, apoyados en tales creencias, muchos enamorados sin rubor alguno y más bien creyéndose finos galanes, ofrecen ser esclavos de los seres que aman; esclavitud y no libertad, son por lo tanto, la asociación privilegiada del concepto de amor difundido socialmente.

Igualmente, se educa a los niños con base en la creencia de que el atributo de la felicidad debe ser ganado, conquistado y bien administrado. Pero sólo se conquista, se gana lo que está afuera de alguien; por lo tanto, quien crea que nació con el atributo de la felicidad no tendrá necesidad de luchar para conquistarlo. Todo lo expuesto hasta aquí son acercamientos que te sugieren pensar más en la necesidad de recordar que naciste con dichos dones o atributos.

A partir de ahora se te introducirá en la creencia que plantea la posibilidad de responsabilizarte del proceso que te lleve a recorrer el camino en ascenso hacia el estado de tu felicidad permanente, tal y como fue enunciado anteriormente, comenzando por acercarte al escalón más básico relacionado con tu verdadera identidad. Esto se hará, en primer lugar, recordando cómo, cuándo y por qué cada quien olvidó usar el atributo de su verdadera identidad; en segundo lugar, se definirá el concepto de identidad universal, para proceder finalmente a estructurar las ideas que te faciliten creer en la posibilidad real de eliminar los obstáculos que te impiden disfrutar de los atributos tantas veces mencionados. Se trata entonces de comenzar a comprender que puedes y debes recordar que en los orígenes de tu vida fuiste y actuaste como identidad universal. Creerlo así te facilitará, por añadidura, aceptar la posibilidad de involucrarte en el proceso de amarte, para liberarte, lo cual es básico para que puedas ser feliz de modo permanente. En el siguiente capítulo se abordarán lineamientos generales para iniciarte en el proceso de recordar tu verdadera identidad.

Capítulo 2

¿Cómo recordar tu identidad?

¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿A qué vine a este mundo?, son preguntas sin respuesta aparente que generan muchas dudas y atormentan a las mentes de todos los seres humanos, en todos los países y en todos los idiomas del mundo. Además, son preguntas que se hace cada ser individual o tendrá que hacerse en cualquier momento de su existencia, por lo mismo, son preguntas universales, que casi siempre se quedan sin respuesta. Es posible que tú mismo te las hayas hecho, y si este es el caso, ahora se te presenta la posibilidad de encontrarles respuesta; para eso, se te sugiere que juntos busquemos un camino que conduzca hacia ellas. Por lo tanto, te propongo la siguiente idea: utilicemos el concepto de identidad como vía para responder a la pregunta: ¿Quién SOY? Dicho concepto es usado por la Sociología y la Antropología para estudiar y comprender lo que define al individuo, las razas y poblaciones.

En el caso que nos ocupa, se sugiere una propuesta que vaya mucho más allá, y en tal caso, se utilizará el concepto de identidad acompañado de la palabra universal; es decir, a partir de ahora, se hará referencia al concepto de Identidad Universal, teniéndolo como guía segura para dar respuesta a la pregunta ¿quién soy?, y evitar así que tu identidad y la de todo ser humano siga siendo reducida a un simple nombre con apellido, pues la propuesta esencial de este libro se apoya en el propósito de hacer más comprensible la creencia de que los seres humanos somos mucho más que nombres con apellidos, y sobre todo, estamos por encima de cualquier idea que nos asocie con la creencia de que por el hecho de ser humanos tenemos que ser imperfectos, ya que esta creencia se puede cancelar con sólo recordar nuestros orígenes.

Se trata entonces de introducirte en la comprensión y aceptación de que todo ser humano individual asume distintas Identidades a lo largo su vida. Esto significa que cada ser individual debe desarrollar distintos niveles o grados de conciencia durante su existencia, los cuales le servirán para pasar de una forma de identificarse a otra, pues cada individuo busca constantemente hacer conciencia de su propia identidad, tratando de recordar su origen y anhelando identificar a su verdadero SER. Sin embargo muchos mueren sin recordarlo, porque les domina la costumbre de identificarse únicamente con el nombre recibido de sus padres o tutores. Esta forma de identificarse se asocia con el primer nivel de conciencia, ya que esa identidad define únicamente la personalidad que recibe dichos nombres y apellidos.

Esa primera forma de identificarse es la más extendida y aceptada socialmente, pero existen otras formas de expresar la identidad asociadas con los diferentes niveles de conciencia que se manifiestan en cada ser individual a medida que se inicia en el proceso de socializar, pues cada quién debe comenzar a documentar en su historia de vida distintas formas de identificarse para ser reconocido socialmente; es decir, cada individuo debe acumular títulos académicos u honoríficos, y mientras más de éstos posea, más aceptado será socialmente, y al revés, mientras menos títulos tenga, menos reconocido será.

Por tanto, pasar de la conciencia de identificarse solamente con un nombre a la de presentarse ante los demás, según sean sus grados académicos, demanda cambiar los niveles de conciencia, los cuales, a su vez, dependen de los roles sociales desempeñados por cada quién; esto significa que no sólo se debe hacer conciencia del ascenso social, además, se debe generar la conciencia que permita al individuo aceptarse de acuerdo con sus nuevos roles, lo que es necesario si desea aprender a desenvolverse en los entornos donde le corresponda actuar.

Lo anterior se comprende mejor si aceptamos que presentarse ante los demás como maestro albañil no equivale socialmente a presentarse como maestro de escuela, pero identificarse como profesor tampoco es equivalente a la aceptación o rol desempeñado por el maestro de grado académico superior o doctorado, pues los grados académicos y roles sociales de cada maestro son diferentes y a cada quien le toca ser consciente, no sólo del rol que le identifica, sino de la forma de cómo habrá de relacionarse, ya que los hábitos asumidos en cada rol social son específicos, y por lo mismo, hacen la diferencia que demanda a cada quien aprender a identificarse con su propio rol para diferenciarse de otros.

Ese proceso de identificación es necesario para facilitar la organización social y hacer posible la convivencia entre individuos que