¿Qué has venido a ser?: Mirtha Encinas

Por Mirtha Encinas

En esta sencilla obra, la autora intenta revelar el camino hacia el encuentro con el propósito personal y cómo vivir en concordancia con él nos da la llave para atraer abundancia y prosperidad en todos los dominios de nuestra vida.
Mediante distintas dinámicas y recursos nos invita a sumergirnos en nuestro mundo interior para conocernos profundamente, hallando así claridad en el sentido de nuestra existencia, enfoque en nuestras decisiones y armonía en todo nuestro Ser.


Mirtha Encinas es Coach Ontológico Profesional y Licenciada en Relaciones Laborales y en esta primera obra refleja su pasión por conocer los nexos que conectan al Ser y Su propósito con los distintos quehaceres del ser humano como forma de expresión creativa del espíritu.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Autores de Argentina
• Fecha de lanzamiento: 16 ene 2023
• ISBN: 9789878734941

Vista previa del libro

Introducción

Este libro intenta mostrar a través de mi experiencia personal, el camino que recorrí para poder encontrar el propósito que me trajo a este mundo. Ese Para Qué estamos encarnados en este plano.

El tuyo no tiene que ser un camino lineal o similar al que expondré aquí, pero en mi experiencia, haberlo transitado de esta manera me llevó a encontrarme con mi Ser y develar su verdadera misión.

Particularmente, me decidí a escribirlo luego de recorrer un largo camino de sanación que incluyó tanto dolores emocionales como físicos.

Muchos de estos dolores emocionales (algunos ocurridos en la infancia) no me fueron revelados a la conciencia, sino hasta la adultez, cuando me decidí a sanar una herida puntual. En un principio, toda la búsqueda estaba orientada a aliviar ese profundo dolor sin saber que estaba empezando a sanar múltiples heridas, y el acontecimiento vivido como disparador solo fue la chispa que necesitaba para avivar el fuego que pondría luz a toda mi historia.

Gracias a este acontecimiento vivido como traumático, encaré los procesos de sanación a través del psicoanálisis, el reiki, la biodescodificación y, principalmente, el Coaching, que es hoy mi profesión, vocación y pasión.

Todo este camino de introspección me permitió descubrir que nada de lo vivido es casual, ni aleatorio ni sinsentido.

Todo tiene un para qué en el plan cósmico. Todo lo que vivimos, aunque lo percibamos como injusto, innecesario y doloroso en extremo, nos lleva a conocernos muy profundamente en nuestra esencia como almas. Como tales, hemos venido a vivenciar experiencias puntuales para evolucionar y principalmente, para cumplir con un propósito en este mundo.

Todo mi proceso, que consta no solo de momentos de dolor, sino también de profunda alegría y paz interior, me permitió saber que vine a hacer a este tiempo y espacio particular. Qué tenía que aprender, qué tenía que sanar y sobre todo, cómo escuchar y validar esos mensajes que me iba dando la vida y que contenían información tan valiosa.

Te brindo estas páginas con la esperanza de que te puedan servir para encontrar aquello que TÚ has venido a SER.

EL CAMINO INTERIOR

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El despertar

El despertar no es cambiar quién eres, sino ir descartando quién no eres.

Deepak Chopra

Experimentar el despertar para mí, fue la sensación de que había algo más en esta vida, algo que no estaba viendo o percibiendo, algo superior. Sentir que tenía una misión por cumplir, algo por descubrir, algo por hacer que trascendiera mi existencia.

Cuando ocurrió por primera vez, apareció como una sensación de vacío. Hasta ese momento, asociaba la felicidad a la satisfacción de los sentidos: la ropa que podía comprarme, la comida en buenos restaurantes, los viajes, etc. Pero sabía que la felicidad no era eso, que solo me daba satisfacción temporal. Mi inquietud tenía que ver con encontrar algo intangible y quise salir a buscar.

Siempre me sentí atraída por el trabajo solidario y desde muy chica busqué formas de ayudar a otros, haciendo colectas, apadrinando escuelas rurales, colaborando económicamente con organizaciones no gubernamentales, etc. Pero aun así sentía que no era suficiente. Que no estaba transformando de verdad la vida de las personas a largo plazo, (ni la mía).

Luego, comencé por leer libros de espiritualidad. Muchas vidas, muchos maestros y el Libro tibetano de la vida y la muerte fueron algunos de ellos. Me atraía la idea de que somos seres eternos que reencarnamos en múltiples vidas para experimentar las situaciones que nos permiten ir evolucionando.

Unos años más tarde, me casé y fui madre. Al poco tiempo y sin esperarlo comenzó una crisis de pareja que no tuvo vuelta atrás. Todo fue muy repentino y doloroso, experimenté un dolor que pensé que no iba a poder superar jamás. Me divorcié teniendo mi hija 6 meses de vida. Fueron momentos de profunda soledad, abandono, desvalorización, desesperanza.

Buscando alivio y sanación comencé distintas terapias que me acercaron más aun a la espiritualidad y a buscar el sentido de la vida, como el psicoanálisis, el reiki, la biodescodificación y el Coaching.

Este suceso fue el primero de muchos disparadores, porque creo que el despertar de conciencia es un camino que nunca termina y con frecuencia ocurre de esta manera: cuando las experiencias más duras nos empujan a transitar por caminos de autodescubrimiento y comprensión de nosotros mismos, y a medida que avanzamos nos vamos quitando una especie de velo de los ojos, pudiendo ver el mundo de otra forma. Empezamos a percibir que las cosas no son lo que parecen, sino que ocultan un sentido más profundo que ya podemos comenzar a ver.

Nos damos cuenta de cambios profundos en nosotros y de señales que dan cuenta de ese despertar:

Sentimos que necesitamos menos para ser felices, empezamos a rechazar y desechar cosas materiales, títulos, cargos, logros.

Queremos estar más tiempo en soledad y lo disfrutamos.

Le damos más valor a los momentos de ocio y disfrute.

Validamos por sobre todo nuestra Libertad.

Necesitamos estar al servicio de otros.

Ya no corremos, porque tenemos la certeza de que somos eternos viviendo una experiencia limitada por el tiempo.

Disfrutamos de las cosas con lentitud.

Dejamos de juzgar, sabiendo que todo tiene un propósito que posiblemente no entendemos, pero aceptamos.

Reconocemos que nuestra experiencia está condicionada por nuestra perspectiva individual, por lo cual todo tiende a ser vivido con más neutralidad.

Nos sentimos más livianos, con menos cargas.

Necesitamos tener la mente libre de pensamientos para acceder a nuestra sabiduría interior.

Apelamos más al sentir, la intuición y las corazonadas. Tendemos a dejar más de lado la mente.

Ya no sentimos separación con el