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RELATOS DE A.M.A.L. (Asociación de Metamórficos, Animagos y Licántropos)
RELATOS DE A.M.A.L. (Asociación de Metamórficos, Animagos y Licántropos)
RELATOS DE A.M.A.L. (Asociación de Metamórficos, Animagos y Licántropos)
Libro electrónico43 páginas31 minutos

RELATOS DE A.M.A.L. (Asociación de Metamórficos, Animagos y Licántropos)

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Gatos, lobos y tegs. Conoce a Alistair, Ramora y Griddlebone en estas tres historias del mundo de A.M.A.L.
Alistair es un hombrelobo viejo pero de apariencia joven, que acaba de coger bajo su protección un neófito, Josh. Una noche, Alistair relata la historia de su cruel padre, que terminó con las vidas de su madre y hermanos solo por diversión, y lo que le pasó durante su primera luna llena.
Ramora, una niña de doce años que se tiene que casar con un hombre mayor, conoce a Morgana, una traviesa hada verde -o teg- que le ofrece riquezas y la vida eterna. 
Griddlebone es resultado de la experimentación de la Gestapo con prisioneros judíos en Viena, combinando su ADN con el de felinos para crear máquinas de matar perfectas en tiempos de la II Guerra Mundial. Mientras mira como los prisioneros entran en camiones, él y otros hombres gato luchan con los Nazis y consiguen salvar a una niña judía, Esther, con la cual visitarán un campo de concentración para ver si los guardas quieren jugar con los lindos gatitos.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 oct 2017
ISBN9781507156025
RELATOS DE A.M.A.L. (Asociación de Metamórficos, Animagos y Licántropos)

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    RELATOS DE A.M.A.L. (Asociación de Metamórficos, Animagos y Licántropos) - Debbie Manber Kupfer

    Alistair apareció por primera vez en Writer’s Anarchy IV: Heroes and Villains

    Ramora  apareció por primera vez en Darkly Never After

    Griddlebone apareció por primera vez en Sins of the Past

    ––––––––

    No puedo volver al ayer, porque entonces era una persona distinta

    Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas.

    ALISTAIR

    Estaban sentados alrededor de la mesa de madera, con la tabla de ajedrez entre ellos, como cada noche en los últimos dos años. El chico frunció el ceño, concentrándose. Nunca había ganado a Alistair, pero esta noche pintaba bien. Alistair clavó sus ojos azules en él, mientras sus dedos blancos y delgados movían un peón como si nada.

    – Crees que soy un monstruo, ¿verdad, Joshua?

    Josh no contestó. Estaba considerando sacrificar a su rey. Pues claro que Alistair era un monstruo, ¿qué iba a ser sino? Con cada luna llena, escogía una víctima para su festín. Y con cada luna llena se volvía más fuerte, así que cada víctima era una presa más fácil.

    Pero Josh no era un monstruo. Estaba orgulloso de poder decir que nunca había probado la carne humana, de haber saciado su hambre sólo con liebres y ardillas cada noche de luna llena en los dos años que hacía que se había convertido.

      Quizás lo soy –admitió Alistair–, pero hay monstruos peores que yo en el mundo. Eres muy afortunado, Joshua, de que esté aquí para protegerte. Yo no tuve tanta suerte –Alistair respiró profundamente–, y mi madre tampoco...

    Yo nací en una aldea situada muy cerca de Viena hace muchos siglos. Ya veo que no me crees, Joshua, pero es verdad. Hace mucho tiempo que estoy vivo. La sangre y la carne que tanto desprecias me han alimentado durante todo estos siglos.

    Mi padre era un herrero que se llamaba Klaus. Era muy respetado en el pueblo. Era cortés y trabajador, alguien en quién los aldeanos podían confiar ya que preparaba sus herraduras, moldeaba sus armas y remendaba sus ollas. Le pagaban bien por sus servicios, así que nunca tuvimos que pasar sin lo que necesitábamos ni, de hecho, sin los lujos de la época. Pero mi padre era muy codicioso. Quería más y más, y siempre estaba maquinando maneras de ser más astuto que sus vecinos. Hacía lo imposible para complacerles mientras les sacaba sus mejores vinos y viandas.

    Pero por la noche, cuando las puertas de su negocio se cerraban, esa fachada se caía y él nos mostraba a nosotros, su familia, su verdadera cara, el mal que acechaba detrás de esa sonrisa superficial. Odiaba a los otros aldeanos,

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