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Ángeles Negros
Ángeles Negros
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Libro electrónico244 páginas3 horas

Ángeles Negros

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Información de este libro electrónico

Este libro es la continuación de la novela Sirius, en donde el pasado de Estela vuelve para desestabilizar su vida de nuevo, para hacer que sus sentimientos hacia Carlos y Uriel se encuentren y choquen sin saber hacia dónde dirigirse. Estela tendrá que reordenar sus pensamientos y luchar por lo que siente, luchar por seguir al lado del hombre que la hará feliz. Otra vez tendrá que volver a encontrarse con Javier, el cual sigue obsesionado por ella. Su vida seguirá siendo una sucesión de problemas a los cuales tendrá que enfrentarse, ¿conseguirá su objetivo? ¿logrará escapar de Javier? ¿quién será el amor de su vida, Carlos o Uriel?

IdiomaEspañol
EditorialOmniaBooks
Fecha de lanzamiento16 jul 2014
ISBN9788494211751
Ángeles Negros
Autor

Fátima Trigo

Nacida en Badajoz en 1981, desde entonces ha vivido en Santa Marta de los Barros, pequeña localidad pacense. En Cáceres estudió Ingeniería Técnica de Obras Públicas. Le gusta ayudar a otras personas y por este motivo es voluntaria en entidades como la Cruz Roja. En 2011, obtuvo el primer premio socio – cultural 2011 de Emprendelab, con un proyecto de la Junta de Extremadura e Iniciativa Joven. A lo largo de los años y gracias a los diarios viajes entre Santa Marta y Cáceres aprovechaba el tiempo inventando historias y personajes que, hasta día de hoy, sigue plasmando en el papel. Una actividad que la tiene atrapada y que le hace sentir nuevas y agradables sensaciones. Sensaciones que hacen que su mente siga imaginando y creando historias nuevas. Actualmente trabaja como directora y docente en un centro de formación compaginándolo con sus dos principales aficiones, la escritura y la pintura.

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    Vista previa del libro

    Ángeles Negros - Fátima Trigo

    Prólogo

    Cuando ves que tus sueños se van cumpliendo, es inevitable acordarte de las personas que han ido acompañándote en el camino, acordarte de esas personas que han alisado los baches para que todo fuera más sencillo. Gracias.

    Mamá y papá, gracias, gracias por tantas cosas que un libro se queda corto para expresar todo lo que siento, gracias por una vida repleta de felicidad.

    José y Gracia, gracias por estar siempre a mi lado, por vuestra ayuda y cariño, no sé qué haría sin vosotros. Os quiero, hermanos.

    Luis, gracias por estar conmigo en mis alegrías y levantarme en mis caídas, gracias por permanecer a mi lado, te quiero.

    A todos aquellos que habéis entrado en mi familia, haciéndola más fuerte y feliz, gracias por hacer de un todo un uno. Gracias por esos pequeños que dan felicidad a nuestras vidas.

    Gracias al pueblo de Santa Marta de los Barros por su acogida y cariño, gracias por vuestro apoyo. Gracias por hacerme sentir orgullosa del lugar que me ha visto crecer.

    Gracias a todos los que habéis tenido un hueco para compartir esta historia conmigo. Gracias.

    Fátima Trigo

    Sirius

    image.png

     

    Estela es una joven que cada año pasaba sus vacaciones de verano en Zambujeira do Mar con sus padres. Pero en sus últimas vacaciones su vida cambió por completo al conocer a Carlos, que se convierte en su primer amor. En esas mismas vacaciones pierde a su familia a causa de un trágico accidente, quedándose comple-tamente sola.

    Aunque la conoce desde hace unos pocos días, Carlos decide hacerse cargo de ella y llevársela a vivir con él. Después de unos meses de dura convivencia, Carlos se ve envuelto en problemas con las drogas y se endeuda con una red de narcotraficantes, que terminan disparándole en el pecho y llevándose a Estela a un prostíbulo.

    Después de un año de torturas y violaciones, Estela consigue escapar del prostíbulo con la ayuda de Uriel, un chico que evitó su suicidio y del que quedó impresionada desde que lo vio por primera vez. Uriel intenta salvarla llevándola a la organización donde él trabaja.

    Para entrar, Estela tiene que prepararse duramente. En la organización conoce a Gema, Abel y Marcos, que se harán inseparables. Con Uriel comienza una relación de idas y venidas que termina rindiéndose al amor que sienten el uno por el otro. Todo irá bien hasta que Uriel decide presentarle al que para él es su hermano, Gabriel. Cuando Estela ve su rostro cae desfallecida al ver que Gabriel es Carlos…

    Reencuentros

    Pasas la vida deseando encontrarte

    con lo que perdiste.

    Pasas la vida añorando

    lo que no fuiste.

    Cuando la vida

    te devuelve tu pasado,

    cuando la vida

    te quita tu presente.

    ¿Dónde te sujetas?

    ¿En qué límite permaneces?

    Capítulo 1: El reencuentro

    Mis ojos comenzaron a abrirse y divisé el rostro preocupado de Gema.

    -¡Vamos Estela reacciona! ¡Vamos mi niña! ¡Despierta!

    Cuando reaccioné mis ojos se poblaron de lágrimas, no podía creerlo, no podía estar sucediendo, no podía ser real. Estaba muy confundida, Carlos murió, no podía ser él, todo esto tenía que ser un error.

    - No puede ser, ¡no! - dije entre lágrimas.

    - Cariño tranquila, están fuera. Gabriel es Carlos y está fatal, está destrozado, él tampoco te esperaba. También pensaba que habías muerto. Uriel está fuera con él, intentando controlar este caos.

    - ¡Uriel! ¡Dios mío! Esto es una locura, no puede estar pasando, tengo que hacer algo, tengo que salir.

    - ¿Te encuentras capaz?

    -No tengo más opciones Gema.

    Cuando salí me encontré a Uriel al lado de Carlos, éste estaba desconsolado. Uriel me miró y noté un dolor inmenso en su mirada, él también estaba desconsolado pero intentaba controlar esta situación. Para él Carlos era una persona muy importante, me habló de él como si de un hermano se tratara y ahora Carlos estaba hundido y junto a él, mi vida y la suya.

    Uriel se retiró cuando coloqué mi mano vendada sobre el hombro de Carlos, éste se derrumbó por completo. No me salían las palabras, todo mi cuerpo temblaba sin saber qué hacer. Me arrodillé a su lado y mis lágrimas comenzaron a caer a borbotones. En ese instante él cayó a mi lado abrazándome, permanecimos varios minutos así, sin poder hablar.

    - Tranquilízate Carlos, ya está - dije intentando consolarlo - todo está bien. Mírame, todo está bien.

    - ¡Dios mío! - dijo sin parar de llorar - pensé que estabas muerta.

    - Estoy aquí, y estoy bien.

    - No sé cómo disculparme, todo ocurrió por mi culpa, prometí cuidarte y lo estropeé todo.

    - No te disculpes, está todo olvidado. Tranquilízate, estoy bien.

    -Perdóname, perdóname por fallarte, perdóname.

    Mi vida se había derrumbado de nuevo, todas las piezas colocadas con gran esfuerzo estos meses se habían caído como si de un castillo de naipes se tratara. Todas las pesadillas del pasado volvieron a mi mente, salieron del cajón donde las había guardado para volver a herirme.

    Mis sentimientos estaban disputando una gran batalla en mi interior, pasé un año miserable por acciones de Carlos pero en realidad le debía mi vida. Él me levantó en el peor momento de ella, sin él no hubiera soportado la pérdida de mi familia, ¿cómo odiarlo? Mi corazón estaba sintiendo un cúmulo de sensaciones que lo desbordaban por completo.

    Sujeté su rostro hasta ponerlo frente el mío, limpié sus lágrimas y le sonreí, intenté tranquilizarlo pero también mis lágrimas seguían cayendo por mis mejillas.

    -Ya basta, estoy bien. Estoy aquí.

    - Dios mío, estás preciosa. Pensé que jamás volvería a ver esos ojos. Te he echado tanto de menos.

    -Gema, creo que deberíamos dejarlos solos - dijo Uriel - salgamos.

    No supe reaccionar, Uriel estaba destrozado, su vida también se había puesto patas arriba pero en ese momento no podía pensar en nada. Se marcharon mientras yo intentaba poner en orden mi vida, necesitaba hablar con Carlos, necesitábamos aclarar todo para poder continuar.

    - Pensé que habías muerto cuando te dejamos en aquel árbol - dije tímidamente.

    - Estuve varios días en coma, perdí mucha sangre pero Uriel llegó a tiempo y me trajo aquí. Los últimos meses me habían estado observando porqué me querían dentro de la organización, lo que ocurrió aceleró mi entrada. Cuando conseguí despertar casi me volví loco, pregunté por ti pero nadie te había visto ni consiguieron encontrarte por eso creí que habías muerto. Sé cómo se las gastaban Javier y sus hombres, jamás pensé que pudieras sobrevivir a ellos.

    - Lo sé, no ha sido fácil pero ya ha pasado todo y aquí estoy.

    - No quiero ni imaginarme lo que habrás tenido que soportar - dijo volviendo a cubrir su rostro con sus manos- lo siento tanto.

    - Eso ahora no importa - dije mientras una lágrima caía por mi rostro - lo único que importa es que los dos estamos aquí y que estamos bien.

    Después de tranquilizarnos un poco comenzamos a hablar. Carlos me contó que al principio no llevó bien mi pérdida, incluso intentó acabar con el dolor que ésta le causaba pero gracias al apoyo de Uriel consiguió continuar con su vida. El nombre de Gabriel fue solo un intento de borrar su pasado, un intento de cerrar heridas. Yo decidí guardar gran parte de detalles de este año para no herir más a Carlos, mi pasado no iba a cambiar y contarlo solo le causaría un mayor dolor.

    Sobre las nueve el móvil de Carlos sonó, eran de la organización, tenía que ir, lo necesitaban allí pero su mano seguía sujeta a la mía, sin intenciones de soltarla.

    - Estaré aquí cuando vuelvas, tendremos tiempo de hablar. Ahora ve, te estarán esperando.

    - No quiero separarme de ti.

    - Tienes que ir, cuando vuelvas estaré aquí. Sabes que ellos no esperan.

    - Está bien, no tardaré - dijo dándome un beso en la frente - te quiero mi estrella.

    Esas palabras hicieron que mi corazón se estremeciera, hacia mucho que no las escuchaba, hacía mucho que no sentía esos labios. En una fracción de segundo, un pequeño escalofrío subió por mi espalda cuando la imagen de Uriel se alojó en mi cabeza.

    Cuando Carlos se marchó fui al piso de Uriel en su busca, pero no recibí respuesta, lo llamé varias veces pero nada. Recordé que la última vez que no respondía al móvil estaba en el bar de abajo, me apresuré a bajar y en efecto, se encontraba allí, estaba sentado en una de las mesas del comedor.

    - Te he estado buscando - dije con voz suave - y también te he llamado.

    - Lo sé - dijo enseñándome el móvil.

    - Uriel para mí esto …

    - Shhh, no digas nada - dijo cortándome - conozco toda la historia. Carlos lleva contándome como se siente desde que despertó del coma. Volví a aquel lugar para buscarte pero no había rastro de ti. Pensábamos que Carlos estaba solo, cuando comenzamos a investigarlo supimos que toda su familia había fallecido. Por eso decidimos que sería bueno en la organización. Cuando despertó fue él quien nos contó tu historia. Sé toda su vida al igual que él la mía, lleva culpándose de tu muerte todo este tiempo. Yo jamás pude imaginar que tú fueras ella - hizo un breve descanso para tomar aire - sé que esto lo cambia todo y lo asumiré.

    - Estoy muy confundida, todo ha pasado demasiado rápido. Estoy segura de lo que siento por ti, Uriel te quiero - dije entre lágrimas - pero esto me está superando. Carlos me ayudó a seguir cuando no tenía nada, le debo mi vida. Lo siento no quiero hacerte daño pero necesito pensar en todo esto, me estoy volviendo loca.

    - No te preocupes por mí, lo entiendo. Solo quiero que hagas algo para mí, prométeme que Carlos no se enterará de nuestra relación, sé que no lo superaría, ya lo está pasando bastante mal como para preocuparlo más. Por favor mantén esto en secreto.

    -No te preocupes, no sabrá nada, te lo prometo - dije sin pensarlo.

    Sin más acarició mi rostro y se marchó. En ese mismo instante mi corazón sintió un vacío inmenso, tardé un solo segundo en saber que era él la persona que había estado esperando, tardé un solo segundo en saber que me estaba equivocando, tardé un solo segundo en echar de menos sus besos y caricias, un solo segundo en saber que mi vida se acababa si no podía tenerlo entre mis brazos cada mañana.

    Sin pensarlo salí tras él, necesitaba abrazarlo, necesitaba besarlo y decirle que quería estar a su lado, que solucionaríamos todo esto pero uno al lado del otro, los dos juntos. Subí al piso y volví a llamar a la puerta, me abrió con rostro serio y antes de que pudiera decir nada se retiró para que pudiera ver a Carlos que acababa de llegar.

    - Ya ha llegado - dijo con voz rasgada - pasa.

    - Pasa, se han apañado sin mí. Pero entra no te quedes ahí.

    Estuve varios días intentando coincidir con Uriel sin que estuviera Carlos pero me resultó imposible, estaban siempre juntos y cuando Uriel estaba solo, Carlos estaba conmigo. Una de mis noches de insomnio subí a la terraza y por fin conseguí estar a solas con él.

    - Llevo intentando hablar contigo varios días, no coges el teléfono y siempre que te veo estas acompañado.

    - Estoy algo ocupado.

    - Necesito que hablemos.

    - Dime - dijo con tono de indiferencia.

    - Te echo de menos, quiero estar junto a ti.

    - ¿Ya te has aclarado? - preguntó irónicamente.

    - Me aclaré en el momento que te vi salir del bar, supe que no podría estar sin ti. Es lo que intenté decirte cuando subí en tu búsqueda.

    - Lo siento pero es tarde.

    - ¿Qué es tarde?

    - Sí, lo que has oído, es tarde. No voy a perderlo a él por esto.

    - ¡¿Y qué es esto Uriel?! Hasta hace dos días yo era el amor de tu vida, estabas dispuesto a cualquier cosa por que esto saliera bien. ¿Qué pasa?

    - ¡Pasa que Carlos es más importante que todo esto! ¡Pasa que eres su pareja! ¡Y pasa que no voy a perder a otro hermano! - dijo casi gritando.

    - Fui su pareja hace año y medio, fui su pareja antes de terminar como prostituta por culpa de sus adicciones.

    - Todo el mundo comete errores.

    - Sí, pero yo tuve que pagar errores que no eran míos y aún así, sigo queriéndolo, lo quiero pero no como pareja, no después de haberte conocido. Sé que Carlos lo entenderá.

    - No entenderá nada porque prometiste no contarlo y porque esto se ha acabado, no hay nada que entender.

    - ¿Tan poco he significado en tu vida? - dije intentando no llorar - ¿tan poco te importo?

    - Piensa lo que quieras, no tengo que darte explicaciones.

    Me di la vuelta y bajé a casa con el alma y el corazón rotos. Sus palabras acababan de terminar conmigo, no conseguía entenderlo, ¿tan pronto me había olvidado?, ¿tan poco sentía por mí?

    Llegué a casa destrozada, pasé el resto de la noche llorando y Gema a mi lado, intentando consolarme pero le fue imposible.

    Pasé varias semanas sin ni siquiera cruzar palabra con él, me hizo tanto daño que intentaba evitar su presencia. En las misiones procurábamos ni cruzarnos y en la organización utilizábamos a terceras personas para comunicarnos las decisiones.

    Cuando Carlos estaba delante intentábamos disimular el malestar entre nosotros pero era una situación insostenible. Carlos se pasaba la mayor parte del tiempo en mi piso, las cosas con él jamás volverían a ser como antes pero estaba intentándolo con todas sus fuerzas.

    La organización nos encargó al grupo de Uriel una operación, a simple vista no parecía muy complicada aunque saldríamos de la ciudad y pasaríamos varias semanas fuera. Había que introducirse en una red de narcotraficantes, Uriel y yo nos encargaríamos de entrar y preparar todo para cuando el resto actuara.

    En este mes había conseguido el beneplácito de Gonzalo, me había ido subiendo de cargo a medida que iba cumpliendo sus expectativas. La idea de pasar varias semanas con Uriel no era excesivamente agradable, contando con que no nos dirigíamos la palabra pero nadie dentro conocía nuestra relación, y en la organización el trabajo siempre es lo primero.

    Antes de salir teníamos que preparar estrategias, armas y demás preparativos, teníamos que conocer todo a la perfección para que la operación fuera un éxito. Gonzalo pensó que si entrábamos como pareja sería más fácil que introducirnos cada uno por su lado pero esto complicaba todo, no sería sencillo disimular el malestar entre nosotros. Después de contarnos los cambios de planes se marchó quedándonos los dos solos en el despacho.

    Me levanté para marcharme cuando su mano sujetó la mía pero la solté de un tirón, aún estaba demasiado dolida para hablar con él.

    - Tenemos que hablar.

    - Creo que no - dije siguiendo mi marcha.

    - No podemos ir así a una misión, nos descubrirán.

    - No te preocupes, he aprendido a disimular mis sentimientos. Podré hacerlo.

    - ¿Crees que esta situación solo es dolorosa para ti?

    - Te recuerdo que esto lo provocaste tú.

    - ¿Y qué querías que hiciera? Esperar a que fueses tú la que me abandonara, ¿perderte a ti y a Carlos?

    - ¡¿Qué?!

    - Carlos no te ha olvidado, te quiere como el primer día que te vio en esa playa, hará lo que sea por volver contigo. Para mí es como un hermano no puedo defraudarle, jamás me lo perdonaría.

    - Carlos lo hubiera entendido, aunque ahora ya da igual.

    - Sigues sin entenderlo, ¿no?

    - ¡¿Qué quieres que entienda Uriel?! ¿Quieres que entienda que de la noche a la mañana te he perdido? ¿Que de la noche a la mañana no sientes nada por mí? Dime cómo hacerlo, dímelo.

    - No puedo estar contigo sabiendo que le estoy haciendo daño a él, no puedo.

    - ¿Y el daño qué me estás haciendo a mí? ¿Ese no te importa?

    - Lo siento, jamás quise hacerte daño.

    - Pues lo estás haciendo.

    - Vamos a pasar varias semanas juntos tendremos que ser pareja durante ese tiempo. ¿Vas a poder con esta situación?

    - No me queda otra - dije susurrando.

    - Puedo pedirle a Gonzalo que te sustituya.

    - Ya, ¿y qué le vas a decir?

    - Ya encontraré alguna excusa.

    - Mira no me apetece nada tener que estar a tu lado, esta situación no va a ser sencilla pero es nuestro trabajo, y es lo primero.

    - Está bien.

    Me marché dejándolo en el despacho, intentando controlar mis sentimientos, intentando no ponerme a llorar. No sé como lo lograba, no podía entender que sintiera lo mismo que yo y no luchase por ello. Yo lucharía hasta el final de mis días si él me lo permitiera.

    Llegué al

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