Con la misma actitud que Edurne Pasaban se enfrentó a las 14 “ochomiles” se ha tenido que enfrentar a las dificultades que se ha encontrado en su vida. “La ha sido mi “ochomil” más duro. Y tengo que decir que con paciencia y ayuda se supera”. Hablamos con Edurne en Piedra de Toque para conocer cómo es su vida ahora, una vez convertida en la primera mujer en escalar las montañas más altas del mundo y a falta de unos meses de guiar por primera vez por África en busca de gorilas.

“Cuando estás en el agujero más oscuro piensas que la vida nunca te va a presentar un momento positivo. Hasta que llegan y vuelves a disfrutar, a retomar proyectos y a llegar mucho más lejos de lo que pensabas”. Con Edurne hemos hablado en Piedra de Toque en muchas ocasiones, tras su última expedición al Everest, tras el terremoto que golpeó Nepal pero siempre habíamos hablado de su faceta como montañera y aventurara. Hoy hemos querido hablar de nuevo pero para hablar de los otros ochomiles que ha tenido que escalar y de los que ha aprendido también grandes lecciones.

“Vivimos en una sociedad en la que no hablamos con naturalidad de las cosas. No sabemos detectar a las personas que necesitan ayuda y en el momento que la necesitan”, explica durante la entrevista. Y así es. Cuando llegaba de las expediciones con congelaciones en los pies todo el mundo le acompañó, cuando lloraba en casa sin encontrar sentido a la vida estaba sola. Y justo era cuando más compañía necesitaba. A pesar de todo, hablamos con naturalidad de esos momentos duros porque ya los ha superado, los tiene totalmente integrados en su vida y forman parte también del atractivo de su paisaje vital.