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Una Introducción A La Conquista De Apure: Historia, #140
Una Introducción A La Conquista De Apure: Historia, #140
Una Introducción A La Conquista De Apure: Historia, #140
Libro electrónico246 páginas3 horas

Una Introducción A La Conquista De Apure: Historia, #140

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Aunque muchos son los relatos de la conquista de America, la historia del Estado Apure, se ha mantenido al margen de estas narraciones, como si estuviera oculta en las sombras. Pero Gracias a la magia de la palabra, y a la investigacion de cronicas antiguas, el relato de esta rica historia puede ver la luz. 

IdiomaEspañol
EditorialPilar Macho
Fecha de lanzamiento18 abr 2024
ISBN9798224201648
Una Introducción A La Conquista De Apure: Historia, #140

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    Una Introducción A La Conquista De Apure - Pilar Macho

    Pilar A. Macho

    Una introducción

    a la

    Conquista de Apure

    Tierra ancha y tendida, buena para el esfuerzo y para la hazaña; toda horizontes como la esperanza, toda caminos como la voluntad.

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de alguna manera ni por ningún medio, ya sea electrónico, mecánico, de grabación o fotocopia, sin previa autorización del Autor. Todos los derechos reservados.

    Prologo

    Aunque muchos son los relatos de la conquista de América, la historia del Estado Apure, al sur de Venezuela, se ha mantenido al margen de estas narraciones, como si estuviera oculta en la sombra.  Pero gracias a la magia de la palabra, y a la investigación de escritos antiguos, el relato de esta rica historia se puede dar a la luz.

    El recorrido de este libro te permitirá entrar en la historia de estos territorios, donde los aborígenes, los conquistadores y los descendientes dieron forma a la cultura y a la pasión de los apureños. Estas páginas buscan contar una historia desconocida para muchos, que será descubierta por las imágenes de palabras y la magia de la creación literaria, para transportarte a una realidad de muchos siglos atrás.

    La historia de los apureños no se puede contar sin el recuerdo de su herencia y el amor a sus raíces.

    Pilar. A. Macho

    San Fernando de Apure, 2024.

    El actual Estado Apure, con su capital en la ciudad de San Fernando de Apure, conforma junto con los 23 estados, las dependencias federales y el Distrito Capital, a la República Bolivariana de Venezuela. Está ubicado al suroeste del país, en la región de Los Llanos, limitando al norte con los estados Táchira, Barinas y Guárico, al este con el estado Bolívar, al sureste con Amazonas y al sur con la República de Colombia. Cuenta con una extensión territorial de 76.500 km² es el tercer estado más extenso del país, solo por detrás de Bolívar y Amazonas. Su relieve es plano casi totalmente, con extensas llanuras que van desde la confluencia, de los ríos Apure, Arauca y Capanaparo con el Orinoco, hasta las estribaciones de los Andes. Con pocos accidentes de terreno, las oscilaciones de altitud tienen un promedio de 70 metros sobre el nivel del mar aproximadamente. Nuestro estado se divide en 7 municipios:

    De las descripciones más hermosas que se han realizado del paisaje apureño, son las que están contenidas en la novela Doña Bárbara del autor venezolano Rómulo Gallegos, publicada en febrero de 1929:

    "La llanura es bella y terrible a la vez; en ella caben, holgadamente, hermosa vida y muerte atroz. Ésta acecha por todas partes; pero allí nadie la teme. El Llano asusta; pero el miedo del Llano no enfría el corazón; es caliente como el gran viento de su soleada inmensidad, como la fiebre de sus esteros.

    El Llano enloquece, y la locura del hombre de la tierra ancha y libre es ser llanero siempre. En la guerra buena, esa locura fue la carga irresistible del pajonal incendiado en Mucuritas y el retozo heroico de Queseras del Medio; en el trabajo: la doma y el ojeo, que no son trabajos, sino temeridades; en el descanso: la llanura en la malicia del <>, en la bellaquería del «pasaje», en la melancolía sensual de la copla; en el perezoso abandono: la tierra inmensa por delante y no andar, el horizonte todo abierto y no buscar nada; en la amistad: la desconfianza, al principio, y luego la franqueza absoluta; en el odio: la arremetida impetuosa; en el amor: <

    TOPONIMIA

    Entre los tantos misterios que oculta Apure, el primero es su nombre, ¿Qué significa? A día de hoy aún no hay un consenso claro, se sabe por supuesto que el Estado tomó el nombre del río que baña toda casi todo su límite septentrional; Pero de nuevo el cuestionamiento, ¿Cuál es su origen y que significa? Al intentar establecer la etimología correcta del vocablo Apure, nos encontramos ante un volumen de información que, además de ser abundante, en casi todos los casos resulta contradictoria. De esta manera, hallamos interpretaciones diferentes en cuanto al dialecto al que pertenece el vocablo, o bien, en cuanto a su significado y desinencia.

    Armas (1987) afirma que el nombre del río proviene de las voces caribes Apur o Capuri. Esta hipótesis no es descartable, ya que para el momento del descubrimiento y la conquista era especialmente navegado por los Arawacos y los Caribes, por lo que es lógico sospechar que el nombre que ha prevalecido fuera sacado de alguna de sus lenguas. De la oferta caribe salta un elemento: apuri, (brazo), que semánticamente parece imponerse, para los navegantes Caribes que remontaban el Orinoco, el Apure debió constituir un importante brazo de aquel. Quizás, nombrado integralmente se dijera Urinkuk-apuri, es decir brazo del Orinoco.

    Otra versión habla de la procedencia del vocablo Capiru, que se designaba a uno de los principales afluentes del actual rio Apure, seguramente, refiriéndose al rio Caparo (Ubicado en Táchira) que al pasar a otras lenguas se convirtió en Apure y por último, hay quienes señalan que Apure, es una palabra netamente indígena (probablemente de la tribu de los Achaguas), que significaría: La tierra de más lejos que más nunca. Lo cierto es que si inicialmente se usó el nombre para designar al rio, luego se extendió a todas las tierras bañadas por él, hacia el margen derecho y comprendido entre este rio, y el Meta. quedando firmado el nombre por la tradición.

    PRIMER ACTO ADMINISTRATIVO DEL PAÍS: LA COMPAÑÍA WELSER

    La primera mención que se hace a Apure (haciendo referencia al río) la tenemos en siglo XVI, entre los años 1535-1538 en el marco de las exploraciones en busca de la mítica ciudad del Dorado por parte de conquistadores alemanes como Georg Hohermut von Speyer y Nicolás Federmann, pero, para comprender mejor, tenemos que conocer el contexto sociopolítico de la naciente Venezuela de entonces:

    El 28 de marzo de 1528 el Rey Carlos I de España, y V del Sacro Imperio Romano Germánico expidió la Capitulación de Madrid, arrendando temporalmente la Provincia de Venezuela a la familia de banqueros alemanes Welser de Augsburgo, lo que dio pasó a la creación del Klein-Venedig o Welserland. En dicho contrato podemos leer este fragmento:

    Primeramente cumpliendo vos lo que de suso os ofrecéis en ir o enviar la dicha armada con el dicho nuestro Gobernador de Santa Marta y pacificado aquello como dicho es vos doy licencia y facultad para que vos y cualquier de vos y en efecto de cualquier de vosotros Ambrosio de Alfinger y Jorge Inger, hermano de vos el dicho Enrique o cualquier de ellos podáis descubrir y conquistar y poblar las dichas tierras y provincias que hay en la dicha costa que comienzan desde el Cabo de la Vela y del fin de los límites y términos de la dicha Gobernación de Santa Marta hasta Maracapana leste oeste norte sur de la una mar a la otra con todas las islas que están en la dicha costa...[..].. Por donde por la presente haciendo vosotros lo susodicho a vuestra costa según y de la manera que de suso se contiene y guardando y cumpliendo lo contenido en la dicha provisión que de suso va incorporada y todas las otras instrucciones que adelante vos mandaremos hacer para la dicha tierra y para el buen tratamiento y conversión a nuestra Santa Fe Católica de los nuestros naturales de ellos y prometo que vos será guardada esta Capitulación y todo lo en ella contenido en todo y por todo según de suso se contiene y no lo haciendo así nos no seamos obligados a vos mandar guardar ni cumplir lo susodicho ni cosa alguna de ellos antes vos mandaremos castigar y proceder contra vosotros como contra persona que no guarda y cumple o traspasa los mandamientos de su Rey y Señor natural y de ellos vos mandaré dar la presente firmada de mi nombre y refrendada de mi infraescrito secretario hecha en Madrid a veintisiete días  del mes de marzo de mil quinientos veintiocho años. Yo el Rey. Por mandado de su majestad.

    Este contrato los obligaba a fundar 2 ciudades en el término de 2 años, y construir 3 fortalezas, armar 4 navíos y conducir 300 hombres españoles y 50 mineros alemanes, que habrían de repartir por todas las Indias para el mejor conocimiento y beneficio de los metales. Por su parte la Corona les concedía el derecho de introducir yeguas y caballos, les dispensaba del impuesto sobre la sal y del almojarifazgo (impuesto sobre la introducción de mercaderías), bodega libre en las atarazanas de Sevilla, licencia para esclavizar a los indios rebeldes y para la introducción de esclavos negros destinados al trabajo de las minas. Por los metales preciosos que extrajesen, no pagarían el quinto real (Tributo que se pagaba al Rey cuando se capturaba una presa o descubría un tesoro y que era igual a la quinta parte (20%) de lo capturado o descubierto.) sino el décimo, durante los primeros 4 años, y en los siguientes un noveno, un octavo, hasta alcanzar el quinto de ley 10 años después de haberse iniciado la explotación. Aparte de esta concesión obtuvieron el asiento para la introducción en todas las Indias de 4.000 negros, que fue el primer gran contrato de esta índole celebrado por España. Las primeras naves de los Welser llegaron a la costa de Coro el 28 de febrero de 1529, y con su arribo quedó fundada la Gobernación de Venezuela o de Klein Venedig y a partir de esa fecha comenzó el control administrativo.

    Las cuentas de la Real Hacienda se iniciaron a partir del 29 de abril, o sea 2 meses más tarde, cuando los oficiales reales asentaron en sus libros la primera partida de ingresos. Los Welser tenían facultad para nombrar los gobernadores, pero éstos quedaban sujetos a la confirmación real y a todas las leyes y pesquisas españolas, debiendo responder de sus actuaciones ante las autoridades metropolitanas y locales, como eran los Cabildos y la Real Audiencia de Santo Domingo, organismo supremo en América como tribunal de gobierno jurídico.

    ¿POR QUÉ LOS WELSER?

    Varias han sido las razones que se han dado para explicar la decisión del gobierno español para adjudicar la capitulación de Venezuela a unos alemanes. Entre ellas se manejan dos hipótesis principales. La primera y más difundida basada en los comentarios de algunos cronistas como Aguado, Castellanos y Herrera, dice que Carlos V cedió la Provincia de Venezuela a los Welser en pago al préstamo que esta casa comercial le había otorgado para repartirlo entre los príncipes alemanes electores que votaron a favor de él en la elección del nuevo Emperador del Sacro Imperio Romano, a raíz de la muerte de Maximiliano I, en 1519. Esta explicación podría ser cuestionada en cuanto notamos que el dinero otorgado por los Welser para la elección del Emperador sólo representaba el 15 % del total del préstamo, mientras que otras casas comerciales alemanas, como la de los Fugger, aportaron el 65 %.

    La segunda explica que los Welser tenían ya una factoría para el año de 1526 en la isla de La Española. Este negocio consistía en la importación y la búsqueda de mercancía apropiada para la exportación. De allí que la idea de expandirse a Tierra Firme no surgió de la nada y, comenta Friede, que entre esta región y la isla sólo había un paso, era el hinterland natural de Santo Domingo. Sobre esta Tierra de Nadie se tenían además ciertas ideas preconcebidas que influirían en el interés por ella. Una, era la creencia de que en este territorio había un paso marítimo, o en su defecto una vía terrestre fácil y corta, hacia el océano Pacífico, cuyo descubrimiento permitiría un acceso al comercio entre Europa y Asia. Otra, era la quimera de que hacia el interior de Venezuela se hallaban tierras riquísimas en oro. Estos eran motivos suficientes, según Friede (1961), para que el Rey de España capitulara con los Welser.

    En todo caso, habría que tomarse en cuenta, más bien, que, en el momento de la firma de la capitulación, España necesitaba cuantiosas sumas de dinero por los gastos que implicaba la guerra con Francia, y, por lo tanto, le fueron otorgadas grandes cantidades en préstamos. Por otro lado, la capitulación de los Welser tuvo que ver también con otro interés que tenía la Corona, la pacificación de la vecina Gobernación de Santa Marta, donde los conquistadores se habían alzado en contra de la autoridad oficial española, el Gobernador Rodrigo de Bastidas, quien fue muerto durante el levantamiento.

    Fue una rebelión sangrienta que brotó como respuesta a las limitaciones que la Corona intentó imponer ante las ambiciones personales de los conquistadores, quienes creían poseer el derecho a controlar y dirigir el territorio por sí mismos y para sus propios beneficios, luego de haber sido ellos quienes en cuerpo y alma se habían enfrentado a lo desconocido, invirtiendo en tamaña empresa su propio pellejo. La Capitulación de los Welser contenía claramente la obligación de que estos comerciantes costearan y llevaran primero una armada a Santa Marta para aplacar la rebelión, y después de que cumplieran este deber, entraría en vigencia la capitulación de Venezuela (Cedulario de las Provincias de Venezuela 1500-1550 1984). Esta fue una estipulación atípica en un documento de esta clase, y como dice Friede, en la historia de la conquista de América no se repite un caso similar (1961, 154). Ningún otro capitulante se vio obligado a arriesgar su inversión (soldados, armas, vituallas, caballos, etc.) en la pacificación de una gobernación ajena como requisito para gobernar la propia.

    El Estado español tal vez se decidió a una Capitulación con los Welser, por ser unos banqueros extranjeros, por sus grandes recursos económicos, y que, además, sus intereses estaban dirigidos hacia el provecho comercial, en vez de la obtención de poder político, lo cual era un respiro ante las rebeliones de sus súbditos españoles en diversos focos de América.

    PRIMER GOBERNADOR

    Ambrose von Alfinger, nacido alrededor del año 1500 en la ciudad de Thalfingen bei Ulm, fue el Primer gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela. El 27 de marzo de 1528, con la capitulación entre la Corona de Castilla y los Welser para la conquista y población de Venezuela, Alfínger fue nombrado primer gobernador y Capitán General efectivo. El 1 de marzo de 1529 obtuvo licencia de la Real Audiencia de Santo Domingo para marchar con su armada a Venezuela; Llegó a Coro al frente de 300 hombres, erigió el Cabildo y nombró los primeros regidores. 

    La escasa mano de obra lo hizo dudar en su intención de internarse en el continente, pero los rumores sobre El Dorado y sus fabulosas riquezas le impulsan al fin a abandonar la ciudad, acompañado de 200 alemanes y españoles, así como de cerca de 1000 esclavos.

    A principios de agosto de 1529 salió de Coro hacia el occidente, rumbo al sur del golfo, que se suponía entrada hacia la especiería, el famoso Mar del Sur. Nombró teniente en Coro a Luis de Sarmiento.  El 8 de septiembre de 1529 Realizó la que ha sido considerada la primera fundación de Neu-Nürnberg (Posteriormente Maracaibo) y pacificó a los caquetíos en el litoral, los xideharas, en las vertientes montañosas al sur de Coro, los cuybas y cuyones, al centro de las montañas más al sur de los xideharas, y los bugures.

    El 3 de mayo de 1530 regresó a Coro, con solo 70 hombres, trayendo un botín de 7.000 pesos de oro. Encontró el mando de la provincia en manos de Hans Seissenhofer (Juan Alemán), que había llegado al frente de 3 navíos el 18 de abril de 1530, y fue aceptado por el Cabildo de Coro, por creerse muerto a Alfínger. Volvió a asumir el mando, pero por estar enfermo de calenturas, decidió marcharse a Santo Domingo. Nombró teniente de gobernador a Nicolás de Federmann y teniente en Maracaibo a Luis González de Leiva. Se marchó el 1 de agosto de 1530, llevándose 9.586 pesos y 6 tomines. Regresó a Coro el 27 de enero de 1531. Encontró el mando en manos de Bartolomé Santillana, nombrado por Federmann, quien estaba ausente en una entrada. El 9 de julio de 1531 Alfínger salió de nuevo de Coro con destino a Maracaibo, para intentar la ansiada comunicación con el mar del Sur. Desde Maracaibo emprendió una larga expedición, al frente de 130 soldados de a pie y 40 a caballo. Dejó teniente a Bartolomé de Santillana. Desde Maracaibo embarcó hacia el río Macomite, habitado por los onotos. No habiendo encontrado un lugar a propósito, por tratarse de un terreno cenagoso, vuelve a Maracaibo, donde espera la llegada de su teniente Luis González de Leiva.

    El 1 de septiembre de 1531 abandonó definitivamente Maracaibo, llegando a la serranía, donde nace el río Macomite, en territorios habitados por los indios buredes. Por un hermoso valle, habitado por buredes y cunoas, que era indudablemente Valledupar (Actual Colombia) convirtiéndose en el primer conquistador en llegar a las tierras septentrionales sudamericanas.  Prosigue su camino por el pie de la serranía en dirección sur, por el valle del río Cesar. Encuentra algunos pueblos abandonados por los indios zamiras, cuyo territorio pertenecía ya a la provincia de los hacabueyes. Vuelve a Pauxoto y resuelve enviar a Coro el oro recogido hasta entonces y pedir además el envío de socorro de gentes y armas. El botín enviado a Coro valía 24.000 pesos de oro. Como jefe de la tropa de 24 hombres escogidos para la marcha a Coro, eligió a Íñigo de Vasconia.

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