Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Loa teotihuacana
Loa teotihuacana
Loa teotihuacana
Libro electrónico102 páginas1 hora

Loa teotihuacana

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Teotihuacán. Pocas palabras inspiran más respeto y admiración por una ciudad en ruinas y por la sociedad que la construyó. Este libro es una ofrenda escrita a los nueve siglos teotihuacanos, y se enriquece con las fotografías, que intentan construir un pasaje en el tiempo para conectar el sitio arqueológico de hoy con la ciudad viva del pasado.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 feb 2024
ISBN9786075399294
Loa teotihuacana

Relacionado con Loa teotihuacana

Libros electrónicos relacionados

Historia para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Loa teotihuacana

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Loa teotihuacana - Ignacio Rodríguez García

    loaportada.jpg

    Loa teotihuacana

    ———•———

    Arqueología

    Textos de divulgación

    loa teotihuacana

    ———•———

    Ignacio Rodríguez García

    Noel Morelos García

    Imágenes

    Miguel Ángel Morales Arroyo

    SECRETARÍA DE CULTURA

    INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA


    Rodríguez García, Ignacio y Noel Morelos García

    Loa Teotihuacana [recurso electrónico]/ Ignacio Rodríguez García y Noel Morelos García ; imágenes de Miguel Ángel Morales Arroyo. – México : Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2023.

    914 kb : il. ; – (Textos de divulgación)

    ISBN: 978-607-539-929-4

    1. Arquitectura – San Juan Teotihuacán – México (Estado). 2. Sitio Arqueológico de Teotihuacán (Estado de México). 3. Teotihuacán, Zona Arqueológica (México) – Vida social y costumbres. I. Morelos García, Noel, coaut. II. Morales Arroyo, Miguel Ángel, imágenes. III. t. IV. Ser.

    F1219.1T27 R635


    Primera edición, 2023

    Producción: Secretaría de Cultura

    Instituto Nacional de Antropología e Historia

    © Diseño de portada: Roberto Jiménez

    Imagen: Miguel Ángel Morales Arroyo

    D. R. © 2023 Instituto Nacional de Antropología e Historia

    Córdoba, 45; 06700 Ciudad de México

    sub_fomento.cncpbs@inah.gob.mx

    Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad

    del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Secretaría de Cultura

    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción

    total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,

    comprendidos la reprografía y el tratamiento informático,

    la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización

    por escrito de la Secretaría de Cultura / Instituto

    Nacional de Antropología e Historia

    ISBN: 978-607-539-929-4

    Hecho en México

    Índice

    ———•———

    Un antiguo centro urbano

    El mito y el paisaje

    El universo mágico de los dioses

    Ansiedad convertida en leyenda

    Mito, memoria, historia y arqueología

    La ciudad, el campo y el mercado

    Entre templos y aposentos

    La construcción, vida cotidiana de los habitantes

    La pintura

    La voz y el silencio de los pobladores

    Horizonte de abandono, espejismo urbano

    Glosario

    Bibliografía

    Un antiguo centro urbano

    ———•———

    La ciudad yace ante nosotros como si observáramos un pulcro y prístino mapa, en el que la engañadora imagen inicial, creada por rocas muy vie­jas de larga historia, se afana en repetir y repartir el asombro por caminos, calles, callejuelas y pasillos, por orillas de plataformas a lo largo de la gran avenida —ululante de ventiscas respiradas por los cuerpos pétreos de edificios—, rodeado todo por la desolación de los páramos y la aridez del paisaje. Teotihuacán en ruinas soporta una historia difícil de conocer, pues los hechos pasados se confunden entre los materiales de edificios y tem­plos cubiertos por la sombra de los campos amarillos, por la tierra cobriza y tepetatosa, desprendida de los cerros del Altiplano.

    La enorme pero ruinosa ciudad se oculta del sol bajo los escombros de sus pirámides mutiladas y sus tenaces plataformas, entre gruesos man­tos de tierra y piedra provenientes de las columnas de palacios y aposentos, entre túmulos de polvo formados a partir de los núcleos de adobe de los adoratorios. Es una gigantesca ciudad arqueológica que, desde principios del siglo xx, se ha ido desvistiendo de la naturaleza que la cubría. Los arqueólogos, esos mustios ideólogos del Estado nacional me­xi­cano, han rescatado, por aquí y por allá, las construcciones de la urbe; han recuperado esculturas, rearmado vasijas de barro y descubierto pinturas murales; muestran a las generaciones de mexicanos del siglo xxi lo que en ruinas, en desastre, vieron los mexicas constructores del Templo Mayor de Tenochtitlán.

    Esos antiguos mexicanos, fundadores de Tenochtitlán y Tlatelolco, se maravillaron con la extensa huella de una ciudad que ante ellos se levantaba silenciosa, abandonada por lo menos 500 años antes. Hoy es fácil comprender la fascinación que les debe haber producido contemplar la sobria elegancia de los cuerpos piramidales, adivinando que estuvieron cubiertos por fino estuco y pintados, cuando no de rojo, sí con las más fantásticas representaciones de animales, seres míticos o deidades producto de la imaginación del sacerdote estadista y la habilidad del tlacuilo o pintor. Por allá la gran avenida se alonga, obligando a posar la vista en las plazas escalonadas, extendida después hacia los lados a habitaciones espaciosas que nos afanamos en imaginar cubiertas por techumbres elegantes rematadas de almenas geométricas, rojas unas, nacaradas otras, bermellones aquéllas, algunas más allá en carmín deslavado escurriendo escarlata por muros, paredes y aplanados manchados. Tonos trazados por el tiempo sobre estucos de pisos y taludes, enmarcando de geometría el arabesco de las formas que se multiplican en los tableros.

    Por allá se adivina la plataforma chaparrita, pero muy amplia a propósito para soportar el gran recinto con las columnas frontales presidiendo el vestíbulo. Aquí y allá asoman escalinatas de canteras recortadas con alfardas cubiertas de la fina tela del albo estuco, algunas con motivos labrados, otras simplemente pintadas. Una herrería de piedra, una hechicería de colores y pulimentos como telas brillantes, un virtuoso coloquio sinfónico de ritmos arquitectónicos en pautas pausadas entre plazas, patios, asoleaderos y espejos de agua se presentan a la vista y la imaginación de los tenochcas, el pueblo del Sol. Ellos se abrumaron con una milagrería de fascinación exuberante en el centro de un gran valle —a la falda del Cerro Gordo— y con el impacto de las enormes pirámides que acentuaron la perfecta traza urbana donde las alturas compiten equilibrándose con espacios abiertos y magnas plazas, enormes áreas rodeadas por aposentos, por edificios, por construcciones que invitan a la intimidad, que reciben con gusto el juego de sombras y luces que impuso el estilo arquitectónico de los teotihuacanos. Todo el discurso multilítico y topográfico debió asumirse como un centro urbano, un núcleo de celebración religiosa, un espacio construido y mantenido para celebrar ceremonias, para dedicar la infinita capacidad creativa del minúsculo hombre al mayúsculo Dios.

    Para llegar al valle donde 200 años a. C. se asentaron los hombres que edificarían la ciudad, hay que subir y bajar la que hoy llamamos Sierra de Guadalupe al norte de la actual Ciudad de México. Después de 42 km se llega a la depresión,

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1