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2065 año cero
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Libro electrónico239 páginas3 horas

2065 año cero

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El Sistema ha sido creado tras un periodo de extremada turbulencia mundial donde, prácticamente, todo el orden político establecido hasta los años treinta del siglo XXI ha tenido que ser destruido para que esta creación funcionara. La Inteligencia Artificial colabora como actor fundamental en el nuevo orden.
Sócrates, joven de extremada inteligencia, entrará a formar parte del Congreso de apoyo al Gobierno, siendo un fiel convencido de El Sistema.
En El Sistema, la inteligencia artificial es la encargada de organizar y coordinar todos los asuntos de la sociedad. Los ciudadanos no tienen que trabajar, porque sus necesidades están cubiertas. No hay enfermedades, porque la ciencia genética las ha erradicado. El cambio climático se ha revertido y el mundo es un lugar más seguro.
La experiencia del desarrollo político de Sócrates le hará reconsiderar algunos planteamientos sobre los que cimentó su adhesión, así como la ruptura con Laura su antigua pareja, a la que sigue queriendo. Estas dudas lo arrastrarán a nuevas tribulaciones.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 abr 2023
ISBN9788411448642
2065 año cero

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    2065 año cero - Gregorio Pinazo Rodríguez

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Gregorio Pinazo Rodríguez

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1144-864-2

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    Dedicado a Susana y a David sin ellos no

    habría sido posible contar esta historia.

    CAPÍTULO UNO

    GINEBRA. Octubre, 2059. El espejo.

    Las ocho de la mañana, una tenue luz ilumina progresivamente el techo de la habitación. Lentamente la luz líquida desciende por las paredes, como lo haría una liviana cascada, haciendo desaparecer el aroma hipnótico que ayudó a dormir a Sócrates, al tiempo que modifica el estado ambiental y la leve música que sonaba hasta ese momento. El somnífero se transforma, una vez transcurrido el tiempo de sueño programado, en una nueva fragancia, apenas imperceptible, que lo despeja de forma inmediata. Habitualmente se despierta a las siete de la mañana para ir a correr media hora, pero ayer pidió ser despertado a las ocho, no está con ánimos para ir a correr.

    Las paredes que conforman el espacio dormitorio, después de producirse el efecto despertador, pasan de un blanco impoluto a unas superficies translúcidas de aspecto lechoso que iluminan el espacio y que lentamente se van convirtiendo en imágenes de recuerdos agradables de su infancia.

    Como si ya hubieran transcurrido varias horas en cuestión de segundos, se encuentra totalmente despejado y listo para iniciar su actividad en el Congreso.

    Estas sensaciones le habían resultado extrañas al principio, cuando ingresó en la sede de El Sistema, hasta el punto de producirle adormecimiento y modorra durante el día, pero pronto se acostumbró y la sensación pasaba por ser tremendamente agradable. Las horas de sueño transcurrían con placidez y los sueños solían ser relajantes y reponedores y el efecto despertador se producía siguiendo las mismas pautas que para el sueño.

    Ciertamente se había llegado a fabricar un somnífero magnífico combinando fármacos, ambiente, temperatura y grado de humedad dedicados a la naturaleza del individuo de manera personalizada y en cada momento.

    Hacía décadas que se fabricaban drogas como somníferos, habiendo llegado a suprimir la tolerancia hacia estas y eliminando la dependencia que generaban, pero este tipo de combinación tan elaborada aún era reciente.

    El efecto se consigue obteniendo todos los datos físicos y psicológicos del individuo en el momento de irse a dormir, y durante el transcurso del sueño, elaborando el combinado adecuado a la situación de este en ese momento. No consiste en algo fijo y determinado, las constantes vitales del individuo, su grado de estrés, de ansiedad y de emotividad no siempre son las mismas, por lo que son testadas mediante los sensores del smartdust a lo largo de toda la noche.

    El enorme espejo digital, que forma parte del smartdust o red de polvo inteligente, en el que se contempla antes de pasar a la ducha, le advierte que debe permanecer unos segundos reflejándose en él para proceder al análisis de salud previo a cualquier actividad.

    «Hola, Sócrates, buenos días, por favor mantén fija la mirada sobre mi durante unos segundos».

    «Perfecto. Tu salud parece excelente, cincuenta y cinco pulsaciones por minuto, once de máxima y seis de mínima de tensión sanguínea y los valores hematológicos y los de bioquímica se encuentran dentro de los valores de referencia recomendados. No se deben variar las pautas recomendadas tanto de alimentación como de ejercicios de mantenimiento; sin embargo se aprecia una cierta alteración nerviosa, el sueño no parece haber sido totalmente reparador. Recomiendo una conversación con el psicólogo para que determine en qué puede afectar al rendimiento y si considera que se debe revisar el somnífero».

    «Los marcadores hormonales y los valores obtenidos de la orina y líquidos biológicos serán procesados una vez que hayas hecho uso del inodoro y se enviarán automáticamente junto con los datos anteriores al Sistema».

    «Los datos reflejados en el detector de grafeno tatuado indican un estado de salud perfecta sin que indiquen ninguna anomalía en el funcionamiento de todos los órganos; muchas gracias, Sócrates, que tengas un buen día».

    Los datos recogidos por El Sistema engrosarán la gran base de datos masivos, junto con los del resto de los diez mil millones de ciudadanos que pueblan la Tierra y otros miles de millones de datos relativos a vivencias, climatología, conflictos, noticias, actividades diversas, etcétera, servirán para que los algoritmos que utiliza la computación de El Sistema le permitan tomar decisiones instantáneas. Decisiones que trasladará al Congreso para que, una vez discutidas por los congresistas, sean remitidas a la Computación Cuántica por si, de acuerdo con los algoritmos aludidos, esta considera modificar las decisiones iniciales o mantenerlas.

    Sócrates forma parte del grupo de los cien congresistas procedentes de todo el mundo que ya hace tres años fueron seleccionados por la computadora, una vez analizados los miles de datos correspondientes a valores intelectuales, equilibrio emocional, estabilidad mental, salud general, tendencias, etcétera, entre los más de cien mil opositores presentados, para que se ocupen de la gobernanza de la Federación de Estados, como adjuntos del Gobierno Computacional.

    Una vez duchado, aseado y desayunado pulsa en su tableta agenda la orden enviar para que El Sistema reciba con detalle los componentes del desayuno, el consumo de productos de higiene, datos que seguirán acumulando información para las variables del algoritmo general del Gobierno.

    La pared digital integrada en la red neuronal de polvo inteligente le advierte de la importancia de prestar atención a las noticias que se van a emitir. Estas estarán evaluadas en función de la relevancia que para los ciudadanos puedan tener y, por lo tanto, él deberá conocer para discutir las decisiones de la computadora de Gobierno.

    Por orden de importancia, las noticias, divididas por bloques, le advierten en el primer bloque de riesgos para la estabilidad de El Sistema que se están produciendo ataques, evaluados como riesgo 10, del grupo Demócrata Humanista, grupúsculo de oposición radical, contra instalaciones de servidores informáticos.

    Efectivamente el espejo inteligente, como era de esperar, no se equivoca y ciertamente desde hace algún tiempo está pasando por una leve crisis debida a su pérdida progresiva de fe en El Sistema, por lo que no tiene intención de obedecer al maldito espejo y no piensa ir a ver al maldito psicólogo.

    De carácter flemático, calmado, paciente e introspectivo y de gran inteligencia, diagnosticado desde hace años como PAS —persona de alta sensibilidad—, últimamente está sufriendo alteraciones de carácter, observándose a sí mismo como un ser colérico, por lo que ha perdido parte del buen humor que lo caracterizó siempre, llegando a enfadarse con frecuencia. Conoce perfectamente su diagnóstico y las causas de esta alteración, que no son otras que la discrepancia que mantiene con las decisiones gubernamentales de El Sistema, por lo que no considera ni necesario ni conveniente hacérselo mirar.

    Recoge los libros de lectura que considera adecuados para estos días que pasará en el emplazamiento actual del Congreso, en Ginebra (Suiza), cuyos títulos está obligado a comunicar a los servicios de alimentación de datos de El Sistema para que este engorde su base. Los libros que ha elegido y que ha descargado a su tableta son Rebelión en la granja de Orwell, Crónicas marcianas de Ray Bradbury y El Príncipe de Maquiavelo.

    El emplazamiento del Congreso variaba de manera aleatoria por los distintos países miembros de la Federación por motivos de seguridad y actualmente se encuentra en Ginebra.

    Recuerda que hacía ya cuatro años, cuando contaba con veintiuno…

    CAPÍTULO DOS

    MADRID/ROMA. Mayo, 2056. Viaje.

    …había decidido presentarse a las oposiciones para congresista.

    Esta decisión no había sido tomada estando muy convencido, pues, a pesar de que sus condiciones naturales, ya que, de acuerdo con los test de inteligencia, Intelligenz-Quotiento CI cociente de inteligencia, el suyo era de 200, por lo que estaba considerado como persona de Inteligencia Mayor, y de su currículum, ya que acababa de terminar la carrera de Filosofía Aplicada después de doctorarse en Matemáticas, Física y Sociología, no tenía nada claro si debería dedicarse a la política elevada. Sin embargo, sí que sentía una gran curiosidad por ver cómo funcionaba el Gobierno Federal, prácticamente sin el concurso de seres humanos y con la sola Inteligencia Artificial apoyada por el Congreso, casi como órgano meramente consultivo.

    Le costaba mucho admitir que los procesos de Inteligencia Artificial hubieran superado la inteligencia humana y mucho más que los dispositivos que la tenían implementada fueran capaces de sentir emociones y actuar en base a ellas.

    Lo cierto es que había solicitado opositar a un cargo en el Congreso, y la computadora, de acuerdo al algoritmo que determinaba cuáles eran las condiciones que deberían tener los seleccionados que sustituirían a los cien que habían ocupado esos puestos los cinco años anteriores, lo habían elegido con el número uno. Este número no lo colocaba en ningún lugar preeminente, simplemente hacía referencia a su superioridad de condiciones. Más tarde la computadora decidiría cómo se distribuyen los diez grupos de diez congresistas para ocupar los diez ministerios que engloban la gestión global del Congreso como apoyo al Gobierno.

    Después de medio año de haber solicitado tal compromiso, le había sido comunicada su aceptación y, aunque desde su presentación al concurso siempre tuvo la seguridad de que sería elegido, al haber pasado tanto tiempo ya lo daba por descartado. El comunicado le anunciaba que debería incorporarse a las dependencias del Congreso, en la sede de El Sistema, que en aquel momento estaban ubicadas en Roma.

    En estas dependencias tendría que residir un tiempo para desarrollar las actividades propias encargadas al grupo de los cien congresistas que se ocuparían de la parte humana de gobierno.

    Hacía unos meses que había roto la relación sentimental con Laura, compañera de estudios de Sociología. En esos momentos no tenía más ataduras sentimentales que las de su familia. Sus padres vivían por aquel entonces en Madrid, al igual que él. Además, tenía su compromiso laboral, ya que desempeñaba el cargo de Gerente Ejecutivo de una gran empresa.

    Después de pasar el día con sus padres, les comunicó su situación y se despidió de ellos poniéndolos al tanto solo de lo que le estaba permitido compartir y que de acuerdo con las instrucciones recibidas no iba más allá de que su nuevo trabajo era como funcionario estatal y que tendría su residencia en Italia. También les comunicó, pues esas eran las instrucciones, que su teléfono de contacto actual solo estaría efectivo hasta que tomara posesión del nuevo puesto de trabajo y que esto sería dentro de un par de días. Les hizo saber que, una vez dispusiera del nuevo número de contacto y dirección, se pondría en contacto con ellos para trasladárselos.

    Después de haber elegido un equipaje sencillo y útiles de aseo e introducirlos en el contenedor inteligente, lo depositó después de sellarlo con sus huellas dactilares en el transbordador doméstico que se encargaría de desplazarlo a la base del edificio, para que los robots de transporte lo hicieran llegar al destino que figura en la base de datos de los ordenadores con la referencia de sus huellas dactilares.

    El día, una vez situado en el exterior, era agradable de temperatura, propia del mes de mayo en el año 2056.

    Sus padres residían en el barrio de Salamanca, barrio que en los años 30 todavía conservaba la vitola de barrio aristocrático. Este barrio había sido declarado zona neutral por los golpistas fascistas durante los tres años de asedio y bombardeo de Madrid un siglo atrás, por lo que no había sufrido las consecuencias de los ataques que el resto de la ciudad padeció durante esos años. Sin embargo, hacía unos años que había caído en desgracia como consecuencia de la migración de los residentes hacia las zonas al norte de la ciudad, buscando aires mejores que respirar, como consecuencia de los altísimos niveles de contaminación y de la falta de mantenimiento y conservación de las construcciones en ese barrio.

    Construcciones de finales del siglo XIX con estructuras de madera, cuyo deterioro había llevado a la ruina a muchas de las edificaciones de la zona; era pues un barrio relativamente despoblado, ya que tampoco había sido pretendido por las corporaciones para construir oficinas o centros de distribución comercial.

    Precisamente, uno de los desencadenantes de la gran revolución que desembocó en la situación política actual, habían sido las grandes manifestaciones juveniles en todo el mundo, protestando por el cambio climático y la inacción de los gobiernos para evitar el desastre, que comenzaron a principios de los años 20 y que duraron años.

    Últimamente las condiciones de contaminación atmosférica habían mejorado muchísimo, desde la desaparición de los vehículos con motor de explosión a base de combustible de refinados del petróleo. Todos los vehículos eran de tracción eléctrica y casi la totalidad circulaba por vías subterráneas.

    También hacía años que la producción energética provenía prácticamente en su totalidad de centrales solares, eólicas y nuevas centrales de fusión nuclear sin que existiese ya ninguna central térmica de combustibles fósiles, carbón, petróleo, gas ni nucleares de fisión, que habían sido casi en exclusiva las fuentes de energía hasta bien entrada la década de los años 20.

    En esos momentos, Sócrates, a la espera del transporte, paseaba por el Paseo de la Castellana, antigua vía de gran capacidad en superficie, pero que había sido transformada soterrando la circulación y convertida en un gran parque botánico con jardines y arbolado que colaboraban al mejoramiento atmosférico.

    Pulsó levemente sobre la patilla de sus gafas de sol de realidad aumentada y en la micropantalla virtual le apareció la hora, además de otros datos para él irrelevantes en esos momentos. La hora le permitía pasear unos minutos hasta que el transporte personalizado apareciera en el lugar de estacionamiento en superficie.

    La calle estaba prácticamente desierta y resultaba agradable caminar bajo unos árboles tropicales ubicados a lo ancho de la Castellana y que él sabía que solo los cuidados botánicos y tratamientos artificiales permitían que se mantuvieran con vida en un lugar como Madrid, extraño a los orígenes de estas especies.

    Se encontraba en la Plaza de Colón y su mirada se entretuvo sobre la coronación del enorme mástil que antiguamente enarbolaba la bandera española y que fue sustituida por la actual de la Federación de Estados, verde seda y cubierta en su totalidad por filas de ceros y unos de color amarillo. Situación que él no recordaba puesto que había coincidido prácticamente con su nacimiento.

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