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Camino a Damasco
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Libro electrónico244 páginas3 horas

Camino a Damasco

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Damasco, Siria, junio de 2015. Pedro Ramos trabaja desde hace años como fotógrafo freelance y operador de cámara en Madrid.

Después de adentrarse en los más diversos géneros de la fotografía, a sus cincuenta y seis años, opta por hacer una incursión en el fotoperiodismo de guerra. El autor se traslada por primera vez a un país en pleno conflicto bélico con el objeto de realizar un reportaje fotográfico acerca de la población civil siria, pero el objetivo que persigue no tiene nada que ver con el resultado final.

Las dificultades para fotografiar en Siria, así como las sensaciones que experimenta, son el hilo conductor de este relato. La dura realidad de la guerra y el complicado trabajo del fotoperiodista nobel se exponen de una forma sutil e irónica en un marco intimista.

Un relato nada pretencioso, donde la condición humana es la protagonista.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 dic 2018
ISBN9788417570552
Camino a Damasco
Autor

Pedro Ramos Torre

Nacido en Madrid en 1959, comenzó su afición a la fotografía a los dieciséis años tirando con una antigua, pero magnífica, Voigtländer alemana. Estudió Biológicas para luego dedicarse a la imagen y sonido, cubriendo eventos tanto en España como en Portugal, Francia, Italia, Marruecos, Kenia... Hoy trabaja como fotógrafo y operador de cámara para varias productoras audiovisuales. Posee varios premios de fotografía entre los que se encuentran el Premio Nacional de Fotografía Científica (CSIC) o el Show Forest (Ministerial Conference on the Protections of forests in Europe).

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    Camino a Damasco - Pedro Ramos Torre

    Pedro Antonio Ramos Torre

    Camino a Damasco

    Los nombres propios de algunas personas citadas han sido modificados por motivos de discreción.

    Camino a Damasco

    Pedro Antonio Ramos Torre

    Esta obra ha sido publicada por su autor a través del servicio de autopublicación de EDITORIAL PLANETA, S.A.U. para su distribución y puesta a disposición del público bajo la marca editorial Universo de Letras por lo que el autor asume toda la responsabilidad por los contenidos incluidos en la misma.

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

    © Pedro Antonio Ramos Torre, 2018

    Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras

    Maquetación: ©Pedro Antonio Ramos Torre

    Imagen de cubierta: Puerta del antiguo templo romano de Júpiter ©P. Ramos.

    universodeletras.com

    Primera edición: noviembre, 2018

    ISBN: 9788417569396

    ISBN eBook: 9788417570552

    A mi familia, a quien hice sufrir.

    A las Hadas y Madrinas

    que aparecen en tu vida

    cuando más lo necesitas.

    Hay preguntas sin respuestas, entelequias difíciles de comprender, motivaciones que nacen de lo más profundo del ser humano, de una parte del corazón que no tiene ninguna relación con la mente. En el transcurso de la vida el ser humano acomete empresas que desembocan en situaciones inesperadas, imprevisibles o difícilmente controlables. No se elije el escenario del destino que transcurre día a día. Desconozco qué o quién maneja estos escenarios de actuación y tampoco me preocupa. Solo sé que de esta forma comenzó mi Camino a Damasco, que transformaría para siempre mi percepción de las cosas.

    Madrid, 2 de abril de 2014

    He ido al hospital a por el informe del PET-TAC. Lo he abierto. Lo he leído. Lo he comprendido. Se lo hicieron para confirmar que no había afectación de ganglios.

    Sí hay Adenopatía patológica ilíaca izquierda SUV max 4,1.

    Suena de huevos. Es un informe clínico de lo más sonoro y melódico.

    Lo realizaron para descartar afectaciones distantes.

    Sí hay, afectaciones distantes. Dos nódulos pulmonares en segmentos basales anteriores en pulmón derecho con SUV máx. de 11,62 compatibles con secundarismo.

    Suena de cojón.

    No necesito husmear por la red para ser consciente de lo que se trata. Treinta y cinco años tragándome ponencias médicas… Me trae al pairo el internét.

    Ahora me siento en el bordillo de la acera, enciendo un pitillo y espero con los brazos cruzados a que se acerque algún enterado, intelectual, con sonrisa boba y encefalograma plano, con cara de circunspecto y rictus de sorprendido, a quitarle hierro al asunto estando convencido de que es el elegido para levantarme el ánimo por el mero hecho de mencionar las excelencias del optimismo a ultranza o la imbecilidad del vaso medio lleno.

    —¡Hay que luchar contra el cáncer! ¡No hay que rendirse nunca!¡Tenéis que tener buen ánimo y ser muy optimistas! ¡Gracias a Dios que lo han cogido a tiempo!

    —¿A tiempo?, ¿A que Dios te refieres?

    —Pues yo conozco a un amigo que…

    —Me importa una mierda tu amigo...

    Mirar, optimistas gratuitos. Os voy a decir algo que debéis conocer. Cuando el bichito del cáncer decide, aleatoriamente, enredar en los entresijos de algún o alguna pobre desgraciada o desgraciado, se entabla una batalla donde los contendientes son únicamente dos: la tecnología médica y el bichito de mierda. El enfermo o enferma se encuentra completamente a merced de estos dos antagonistas. Los afectados tienen todo el derecho a tomarse el asunto como mejor les parezca, faltaría más. Pueden esbozar una sonrisa persistente de oreja a oreja durante todo el periodo de la enfermedad; pueden encomendarse a Dios, a la Virgen y a todos los Santos desde el primer momento de conocer el diagnóstico; pueden amargarse la existencia día a día, pensando que tienen menos futuro que un pavo en nochebuena; o pueden tomar conciencia del tema y comenzar a arreglar asuntos relativos a la intendencia familiar, como son cuentas bancarias, herencias, testamento vital... Antes de disfrutar, si pueden, de lo que se han perdido estando sanos. Por otro lado, está muy bien que se lo tomen con optimismo y buen ánimo, así quizás consigan sobrevivir un poco más, alargando la angustia y la incertidumbre un poco más también, de sus familiares y amigos pero... Allá cada cuál. El único hecho cierto es que con esta sintomatología, debo pensar que la negra de la guadaña ha quedado prendada de los encantos de mi mujer y no piensa más que en tirarle los tejos durante los próximos años. Esto es una realidad, independientemente de las percepciones, actitudes, sentimientos y pobres autoengaños de cada uno. Todo el proceso lo puede enfocar cada cual como considere oportuno pero lo que realmente importa es que la muerte ronda alrededor como mosca cojonera. Unos meses, quizás unos años… pero de cualquier forma comienza a tambalearse un proyecto de vida a medio plazo. Cuando la vida muere, la muerte nace y comienza a vivir. Esto es así, no porque yo esté muy enterado ni sea muy observador, si no porque hay cientos de experiencias que así lo avalan. Soy consciente de que a la madre de mis hijos la vida le ha gastado una broma pesada que se resume en levantarse un día por la mañana y no saber que coño pasa. La mujer con quien comparto mi vida a comenzado a deambular por la cuerda floja. Me duele, me encabrona, me desespera, y la esperanza de curación no quita gravedad al asunto. Cuanto antes me haga a la idea, mucho mejor para mí. Cuanto antes se hagan a la idea los demás, mejor para ellos. Los chicos van a madurar rápido. Lo siento pero la esperanza de curación no es suficiente alivio en estos momentos.

    Antecedentes

    Madrid, 3 de mayo de 2014

    Ya no tengo tabaco. Voy a recuperar las colillas para hacerme un pitillo. Tengo que dejar de fumar. No puedo permitírmelo. Las deudas aumentan de una forma exponencial. Con lo poco que trabajo no consigo recuperarme. He entrado en barrena. He pensado en irme al pueblo a buscar trabajo en las lechugas pero al final no pienso ir a ningún sitio mientras siga con el tratamiento. Es mi responsabilidad que lo siga a raja tabla.

    Parece que la musicoterapia me da resultados aunque a veces la depresión me saca de la línea a seguir. Estoy escuchando Es Caprichoso el Azar de Serrat. Este tema refleja muy bien el momento de hoy. Es caprichoso el azar porque quien debía de estar físicamente al límite debería ser yo, que tengo mis expectativas cumplidas. A mi mujer le debería quedar mucho más tiempo de vivir al lado de sus hijos. El que tenía que contraer la enfermedad debía haber sido yo para tener ocasión de desmenuzarla, ridiculizarla y destriparla como se merece. El cáncer genera miedo, temor, oscurantismo, incertidumbre… A mi no, a mí me acerca al límite final y me hace enriquecer en su conocimiento. No le tengo ni miedo ni respeto. Solo me interesa ridiculizarlo, desafiarlo y reírme en su cara. Se equivocó el destino, sin duda. Igual no acertó en la diana correcta. Me gustaría tanto poder liberar a Lola de esto… No se lo merece.

    Tengo muchas ganas de fumar pero no tengo tabaco ni voy a comprar más. Me tendré que acostumbrar…

    También tengo muchas ganas de tocar el saxo ahora, pero como no se, me da igual.

    —¿Te das cuenta de las tonterías que dices, psicópata esquizoide?

    —¡Déjame en paz, asqueroso de mierda!

    Madrid, 13 de mayo de 2014

    Ya van varias sesiones de radio y quimio. Desde el primer día le produjeron fuertes efectos secundarios. Apenas come y solo quiere estar acostada. Ayer se encontraba mejor y dimos un paseo por el parque. Veinte minutos. No hablamos. A veces me mira como preguntándome… Desgraciadamente la enfermedad no hace más que minar un poco más nuestra convivencia. He tomado otra dura decisión. Estaré a su lado durante la enfermedad y cuando la supere pienso dar un vuelco a mi vida. Me iré lejos un tiempo. No se lo he dicho aún. Será para principios de año, cuando haya pasado el tratamiento y deje arreglados algunos asuntos. Mis hijos ya tienen edad de volar solos. Pienso que ya no me necesitan como antes. Intentaré retomar el tema de Ucrania, donde habrá conflicto para rato, y si no a Siria, donde apenas quedan periodistas. Tengo un par de contactos en Donetsk y Simferópol que posiblemente me ayuden. Me iré con la cámara y lo puesto. No necesito más. Solo necesito una ruptura total con todo. Desapegarme de las cosas, de las personas, de las experiencias…

    —Te vas… vienes… te vas… vienes… Lo llevas claro, psicópata.

    —¡A la mierda, valiente estúpido…

    Me gustaría no volver en un tiempo. No quisiera volver en algunos meses. Todo aquí y ahora me resulta extremadamente adverso. En fin, todo se andará.

    Madrid, 16 de mayo de 2014

    Hoy a las 8:00 analítica; a las 9:30 radio; a las 10:00 cita con oncóloga; a las 11:00 cita con enfermería y a las 12:15 tres horas y media de quimio.

    ¡Con dos cojones!¡Más de tres litros de veneno en vena durante tres horas y media!

    En el sillón de al lado hay un paciente transfundiéndose dos bolsas de sangre. Parece leucemia. Está muy mal. Entre llamada y llamada de móvil, llora. Da instrucciones a su empleado de confianza y vuelve a gemir desesperado. No es muy mayor... cincuenta años más o menos. La vida se le va y lo sabe. Pero no lo admite.

    —¿Cómo estás, Matías?

    —Preocupado, muy preocupado...

    —Ya.

    Lleva llorando las tres horas que llevamos aquí. Es un llanto contraído, ahogado. Evita llorar abiertamente delante del resto de enfermos pero no lo puede evitar. Se tapa la cara con la mano mientras le indica a su empleado donde están los papeles de la empresa.

    Madrid, 16 de mayo de 2014

    Viernes, de nuevo. Desde las 8:30 hasta las 16:00 En el hospital. A la hora de la quimio hemos entrado en la sala de sillones y he mirado alrededor. No he visto a Matías. He salido un momento con la excusa de fumar un pitillo y le he preguntado a la joven enfermera.

    —¿Y Matías?, ¿No le tocaba venir hoy?

    —¿Eres pariente suyo?

    —No…

    —Matías no vendrá más... Terminó el tratamiento.

    Me lo ha dicho mirándome fijamente a los ojos y ladeando un poco la cabeza…

    —Entiendo… gracias.

    He salido definitivamente a fumar. Se me han escapado un par de lágrimas, lo que, por otro lado es frecuente desde hace semanas. Lola no se ha dado cuenta, mejor así. Cada vez lleva peor los efectos secundarios del tratamiento. Come muy poco, está cansada y funciona muy lentamente. No soporta ningún olor, no puede ni entrar en la cocina. La entiendo pero me desespera. Le he dicho de pedir cita con el psicooncólogo para ir toda la familia pero no lo considera necesario.

    Me siento mal. Estoy llorando y escribiendo y escuchando a Bach -en este orden-. Debo cambiar este estado de ánimo en veinte minutos que faltan para que llegue Diego de entrenar. No puede vernos así. Los chicos se están ocupando de ella cuando yo no puedo llevarle al hospital y durante el resto del día, con las comidas etc. Se están portando muy bien, para tener la edad que tienen.

    He abierto una botella de champán. No por celebrar nada, si no por que está a punto de estropearse aguardando una feliz ocasión que nunca llega para ser descorchada. Ya están todos en la cama. Yo no puedo. Estoy demasiado cansado y tenso. Me he bebido más de la mitad. No me gusta el champán y además me sienta mal. Mañana ya veremos cómo me levanto.

    Sigo sin respuestas. No es que tenga nuevas dudas, son las de siempre. Debería llegar a conclusiones. Estos días busco el método, en lugar de darle vueltas a la cabeza. La vida es un sudoku con muy pocas casillas invariables. Cada parte de la vida es una cuadrícula formada por silogismos y conclusiones. No debe haber ningún error en las casillas o el caos esta garantizado. Cada silogismo debe ser cierto al cien por cien o la deducción no tendrá sentido. Si la casilla L-3 corresponde al numero 4, la L-5 no puede contener el 4. Otra deducción sería un entimema inviable. Esto es incompatible con una percepción. Es un hecho cierto, categórico. Los silogismos se basan en premisas ciertas como por ejemplo:

    Premisa mayor: Ningún número puede repetirse en una fila.

    Premisa menor: El número 3 está en la fila 6.

    Conclusión: En esa fila estará cualquier número menos el 3.

    Esto sería un silogismo categórico. La vida está compuesta de silogismos categóricos y silogismos condicionales. Un silogismo condicional puede transformarse en categórico pero no a la inversa, por ejemplo:

    Premisa mayor: El tratamiento es el mejor.

    Premisa menor: No existe otro tratamiento.

    Conclusión: El tratamiento no garantiza la curación. Este silogismo pasaría de condicional a categórico si se integrara la siguiente premisa: La enfermedad no tiene curación. El problema es que esta premisa es en si misma un entimema en relación al pensamiento lógico. Los pensamientos lógicos son antagónicos con los pensamientos automáticos. Por ejemplo: un pensamiento automático es: Mi mujer no va a sobrevivir.

    Un pensamiento lógico es: El cáncer es grave pero se puede curar.

    El pensamiento automático puede coincidir con el lógico siempre que los silogismos sean categóricos aunque no suele ocurrir pues los pensamientos lógicos requieren de cierto análisis y los automáticos surgen de forma explosiva, espontánea. No se puede vivir solo con pensamientos automáticos pues esto produce errores difíciles de solventar, así como incongruencias en las relaciones de las personas. En la zona 4 del sudoku, tiendo a introducir el número 3 automáticamente sin tener en cuenta que el 3 ya está colocado en la fila 1. Tres, Triada, Trisquel, Awen. Todo se correlaciona inevitablemente. Siguiendo un razonamiento lógico, con estos silogismos en juego es inviable una respuesta tranquilizadora. Elucubrar demasiado sobre esto no lleva nada más que a una mortificación continuada en el tiempo. Es preciso elaborar una técnica de eliminación de pensamientos automáticos negativos, sustituyendo estos por pensamientos gratificantes o estímulos positivos. La música relacionada con pensamientos o momentos positivos puede ser parte de la solución pero no toda. Es imprescindible distanciar de la mente las imágenes relacionadas con el problema. Hay que contrarrestar los efectos negativos con los positivos para lograr un equilibrio. Esto es un método lógico, práctico. Otra cosa es la capacidad de ponerlo en marcha. En resumen, no tengo ni puta idea de cómo voy a gestionar todo esto.

    —¡Estás de atar, amigo!

    —¡Joder! ¿Otra vez tu?

    Madrid, 3 de junio de 2014

    Hoy he vuelto a comer con un viejo amigo y colaborador. Me ha llevado al restaurante vegetariano habitual. Hemos retomado los mismos temas de anteriores citas. Rupturas totales, miedo natural al cambio y cómo no, la vida y la muerte. Ha sido tan interesante o más que en las anteriores ocasiones. Toni y yo estamos en el mismo nivel intelectual y emotivo y nos aportamos mutuamente sensaciones y experiencias muy interesantes. Incluidos los problemas de convivencia familiares. Más de cinco horas juntos escuchando y asimilando lo que decimos ambos. Se ha interesado mucho por mis gestiones sobre trasladarme a escenarios de conflictos para fotear in extremis. Hemos discutido mucho sobre este asunto. Me apoya completamente incluso me ofreció financiación para llevarlo a cabo. Hemos entrado en profundidad sobre la intención íntima de ese proyecto. Ha dado en el clavo cuando fijándome la mirada me ha preguntado

    —Tu interés en cubrir un conflicto armado en primera línea, ¿no será una manera cobarde de poner en manos de otros tu destino?

    —¡Joder, Toni…

    Ha esbozado una larga sonrisa mientras me contestaba.

    —Yo, Pedro, lo he pensado muchas veces durante los últimos años. Yo no tendría valor para asumir determinados riesgos.

    —Para llegar donde has llegado tu, Toni, hace falta mucho valor también. El temor natural al cambio no es de cobardes.

    Ha bajado la mirada como ruborizado. A continuación ha insistido en que ve muy factible conseguir el fotón en mis circunstancias, solo hay que tener cuidado y mucho sentido común.

    —¿Mucho cuidado?, ¿Sentido común? Si me meto en La Franja o en Donetsk lo que tendré que hacer es liberarme del sentido común y de las condiciones seguras o no conseguiré la foto nunca…

    Llevas razón, hay que verlo desde otro punto de vista.

    —Efectivamente, es un sudoku con solamente dos casillas por rellenar.

    —Es decir, ¿hablas de un cincuenta por ciento de probabilidades de salir?

    —No exactamente, es un sudoku marcado. No se exactamente las probabilidades que tengo de sobrevivir pero sí confío en conseguir el fotón.

    —¿Y de que te servirá conseguir la imagen si te matan?

    —¿Y eso me lo preguntas tu, Toni?

    —Yo, aquí y ahora, estoy muerto. Solo estoy a la espera de mi entierro. Si me matan y en la cámara está el fotón, no habré muerto, viviré en esa fotografía.

    —Ahora te entiendo, pero quiero que te vayas, consigas la foto y vuelvas para enseñármela personalmente. Tienes todo mi apoyo incondicional. ¿Cuándo tienes pensado…

    —A finales de año

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