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Destinos del mundo
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Libro electrónico387 páginas4 horas

Destinos del mundo

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Humberto Cadavid

Empresario colombiano nacido en 1949, ingeniero mecánico de la Universidad Pontificia Bolivariana y master en administración y finanzas de Eafit, en Medellín. Viajero de toda la vida, interesado en la historia y en la cultura, ha dedicado su vida a emprender en el campo del turismo y el sector inmobiliario. Redactor de la

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento24 ago 2021
ISBN9781640869837
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    Destinos del mundo - Humberto Cadavid

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    DESTINOS DEL MUNDO

    HUMBERTO CADAVID

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable sobre los derechos de los mismos.

    Publicado por Ibukku

    www.ibukku.com

    Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

    Copyright © 2021 Humberto Cadavid

    ISBN Paperback: 978-1-64086-982-0

    ISBN eBook: 978-1-64086-983-7

    Índice

    Presentación

    Prólogo

    Arabia Saudita asume el cambio

    Argentina, otra manera de conocerla

    Birmania, el país de las pagodas doradas

    Bolivia el país más fotogénico del mundo

    Bután, lo más parecido al cielo

    Cabo Verde: Depende en su totalidad del turismo

    Camboya, de potencia a víctima de la miseria humana

    Catar, el país más rico del mundo, pero no el más feliz

    China

    Shenzhen, milagro chino

    Tíbet, entre el cielo y la tierra

    Wuhan, nuevo destino negro

    Colombia: Cartagena es su joya

    Corea del Norte: El vecino incómodo

    Escandinavia: Los vikingos y la tecnología bluetooth

    Estados Unidos: Dios abandonó Detroit

    Guatemala: Donde al agua corre para arriba

    Tikal, los mayas y el chicle

    India: Benarés, el destino de la muerte

    Indonesia: La religión y los templos más bellos del mundo

    Irán quiere ser destino turístico

    Kazajistán, centro espacial, Nursultán y la poligamia

    Líbano, belleza estigmatizada

    Marruecos, un destino sorpresa

    Pakistán, Alejandro Magno y la eterna juventud

    Polinesia y los tatuajes

    Portugal, de potencia a digno país

    Rusia: Tren Transiberiano

    A mi familia que me recuerda que no estoy solo y a Emilio, mi nieto, que despierta en mi interior los más sublimes sentimientos.

    Presentación

    Lecturas para embarcar

    Existen dos maneras para entender el mundo y la vida misma. Leer y viajar.  Viajar es ir más allá de las creencias decía Maalouf, una nueva forma de ver las cosas, para Miller. Si se lee de viajes ya habrá un camino adelantado.

    El mayor aprendizaje quizás que deja el viajar, es el ser tolerantes; encontrar culturas tan diversas, que se apartan tanto de lo que aprendimos, nos hace pensar que todos, o, si se quiere, ninguno, estamos equivocados. Que todos tenemos una razón, que la verdad no es una sola. Y ni siquiera que la verdad es lo más importante, para los nórdicos puede serlo, pero para los chinos quizás resulta más trascendente la armonía. La tolerancia es el principal antídoto de la guerra que es a su vez la mayor muestra de la estupidez humana. Es por eso que el turismo es la actividad de la paz.

    El autor de letras infantiles Samuel Clemens sentencia que viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de miras. Si queremos abolir esas tres limitantes de vida, adentrémonos por ahora, en Destinos del mundo, aprovechemos que llegó a nuestras manos esta que más que una guía de visita, es una invitación a conocer, y luego, emprendamos la aventura.

    Resulta imposible encasillar un trabajo de experiencias de viaje y de investigación histórica tan prolijo y variado como el de Humberto Cadavid, viajero y lector. Puede ser una guía turística en un capítulo, con la puesta en escena de atractivos, antrópicos o naturales, o un estudio de geopolítica en otro, una historia de las conquistas o de las religiones, o un caminar entre la sabiduría de las etnias; desde los cambios en la política económica o de los gobiernos. Incluye, sin que sea el propósito, un repaso de la historia, desde la fundación de la ciudad habitada más antigua del mundo, pasando por la cuna de la COVID-19, hasta llegar a las ciudades del futuro, ya en construcción, o la que se edifica para reemplazar a Yakarta que se sumergirá en el mar de Java en el 2050, o la que constituye el elefante blanco más grande de la historia, la ciudad más sola del mundo, la nueva capital de Myanmar, que el autor insiste en llamar como Birmania y deja percibir en otras páginas sus ideas sobre las fallas de la democracia, o su  sentir sobre Tíbet, olvidando deliberadamente que no es un país, sino una provincia de China.

    Se puede leer como se quiera, de atrás para delante, o escogiendo capítulos al azar, no están conectados, ni ordenados geográficamente, ni por tipo de destinos, ni por nichos de mercado, pero si llevan un hilo conductor dentro de lo que permite lo exótico, lo no tradicional, o incluso lo conocido, pero visto de una manera distinta. 

    Dejarse atraer por los títulos, puede ser la técnica de lectura. ¿Qué tal empezar por Wuhan nuevo destino negro; Corea del Norte: El vecino incómodo; Los vikingos y la tecnología Bluetooth; Estados Unidos: Dios abandonó Detroit o, Benarés el destino de la muerte"?

    Lleno de datos interesantes, de esos que conforman el manual de conocimientos inútiles, para la vida de hoy, de comunicaciones cortas e instantáneas que desplazan la lectura y el acervo cultural.  La invitación a conocer a Biblios, que da el nombre a  la Biblia, la biblioteca y el libro; a encontrar la fuente de la eterna juventud, la que no descubrió Ponce de León pero sí Alejandro Magno, que de mucho no le sirvió, que nos cuenta  de una población y qué es lo que hacen para vivir más de 100 años, mujeres engendrando hasta los 65 y hombres hasta los 90;  de la mejor región para vivir en paz, donde cuesta creer que un pasado tan bárbaro se haya decantado en una sociedad  tan igualitaria y tan democrática ( y tan monárquica agregaría yo), donde no importa pagar el 46 % de impuestos, porque se tiene confianza en que bien se  invierten, y donde se almacenan los residuos de CO2 y se enriquecen con ello; de la historia de Chiclets Adams" o del linaje milenario de los tatuajes, hoy en pleno furor, y de dónde viene el nombre también antiquísimo de la interconexión electrónica, el bluetooth, serán solo unos pocos de los descubrimientos por los que nos lleva este recorrido.

    Pero claro, también hay guionaje turístico, en el más puro sentido, que no solo acompaña el viaje, sino que lo provoca, como cuando se refiere a la visita de El Líbano, como una deuda por pagar y darle vuelta a una injusticia suprema o cuando invita a Guatemala a ver el agua que corre para arriba y de paso nos enteramos de la historia del cero; cómo no pensar después de estas lecturas en ir a Marruecos a conocer y degustar el restaurante más grande del mundo y a nuevos destinos, hace poco impensables, como es el caso de Irán, para encontrar un país distinto al del imaginario, visitar las tumbas de Ciro y de Darío y sentirse protagonista de las mil y una noches en la ciudad de Isfahán, o como no ir a Indonesia a encontrarnos con los ritos funerarios de los Tonkgonan, que tanto se asemejan a la etnia Wayúu: el cuerpo muere, pero el alma abandona mucho después, o  cómo alcanzar el descanso eterno, yendo a morir en Benarés, hablando de destinos negros, o religiosos, como se quiera ver.

    Como estos son varios y sorprendentes los rituales asociados a la muerte, así como los mitos y leyendas legados por los ancestros, que se reviven en estas lecturas y que evidencian los vestigios de diferentes civilizaciones. Muchas de sus percepciones de viaje atestiguan el sincretismo religioso de algunos países donde conviven corrientes tan disímiles como el hinduismo, el islam y el cristianismo.

    La pandemia abrió un paréntesis en el turismo, pero sin duda alguna para renacer con un crecimiento exponencial, prueba reina de ello es la noticia de que la teocrática Arabia Saudita, preparándose para la era pospetróleo, ya cuenta con Dirección de Turismo y que están trabajando en islas para que el turista no musulmán, conozca su cultura, y si quiere pueda mantener algunas de sus costumbres que se apartan de la Sunna y el Corán. Sorprende saber que también construyen ciudades para el futuro y la diversión, que solo pueden tener por mira el turista. Difícil olvidar a Khashoggi, pero no dudo que ese nuevo turismo redundará en el respeto por los derechos humanos y un mundo en donde todos podamos vivir en paz.

    La aventura vale la pena, decía Aristóteles, embarquémonos entonces.

    Óscar Rueda García, junio de 2021

    Prólogo

    No todas las personas quieren escuchar los viajes ajenos, pero por fortuna me muevo entre clientes con esta cultura y amigos que tienen la misma afición al punto de tener el equipaje siempre listo. Está claro que no solo soy agente de viajes activo sino un viajero impenitente.

    Son frecuentes las tertulias sobre destinos, en las que después de compartir experiencias y alguna copa, me comprometí a escribir sobre la búsqueda que siempre me motiva. Era cuestión de tiempo, de restarle a mis ocupaciones para disfrutar plasmando las inquietudes que me deja conocer mundo. Es solo un asomo sin pretensiones literarias. Hay material para muchos textos que seguramente podrán aparecer en tanto se alineen las estrellas a favor.

    Destinos del Mundo es una realidad que me place haber terminado y colocado en el mercado con la esperanza de que los lectores lo encuentren agradable e interesante. He procurado escribir de manera que sorprendan las descripciones, que los lugares se asocien a hechos curiosos que hagan nemotécnica la lectura y que estén a tal punto ligados a la historia que muevan la curiosidad y motiven alguna travesía.

    Este no es un libro que solo describe el viaje. Son experiencias e inquietudes de una vida viajera, relatos que sitúan lugares hurgando sobre su origen y evolución, para entender su presente y visualizar el futuro. Algunos prefieren hacer un diario de viaje para ordenar en secuencia cronológica las vivencias y así no perder detalles que puedan servir a futuros aventureros. Otros, como es mi caso, vamos por el mundo dejando la mente en ejercicio de interpretar lo que ve y lo que cada cultura aporta, buscando formas, coincidencias, haciendo descubrimientos etimológicos y disfrutando hallar una pieza que coincida en el rompecabezas de la historia.

    Si las culturas fuesen iguales, no valdría la pena el viaje. Bastaría dominar la propia e imaginarla puesta en distintos lugares de la geografía desde nuestra poltrona preferida. Para gratificación de los viajeros siempre hay tesoros escondidos, mapas que los sitúan, guías que nos conducen y señuelos para atraparlos.

    Espero aportar en Destinos del Mundo algo que conmueva en torno a lugares no convencionales para fomentar el conocimiento, la tolerancia, promover el cultivo de un espectro amplio y moderno que nos desmarque de las informaciones mediáticas programadas de manera sistemática.

    Es posible que algunos amigos me reclamen conceptos del turismo en Europa y Norteamérica donde las condiciones están dadas hace décadas. Les he quedado mal en esta ocasión. Mi curiosidad prefiere incursionar en lugares remotos, más desconocidos, pero de culturas y vestigios arrolladoramente interesantes que proponen aprendizaje sustantivo de humanismo y develan tiempo de injusto proceder que los llevaron a la devastación y al atraso. Por supuesto que hay protesta en este escrito.

    He querido correr el riesgo al proponer la tendencia mundial del turismo respecto a destinos nuevos e incluso cerrados hasta ahora al flujo global, pero como promesa de dinamizar un nuevo esquema geopolítico que nos libre de prejuicios dominantes, fundamentalistas y ocultos, que frenan las relaciones entre los seres humanos.

    También he propuesto lugares donde se practica el turismo negro, aquel que promueve los sitios de tragedia, de catástrofes, de muerte, que invitan a racionalizar errores y riesgos, a direccionar comportamientos y a inculcar respeto al medio ambiente.

    Hago clara referencia a destinos musulmanes que irán entrando en la corriente mundial del turismo para dar paso a prácticas de pluralismo y olvidar en forma paulatina la unicidad de su verdad; hago caer en cuenta de que están cambiando de estrategia, centrando ahora la importancia, en la difusión de su influyente y milenaria cultura.

    Corro riesgos que no temo al percibir para los lectores tiempos de crisis en la democracia, el capitalismo, en las ideologías y sobre todo en la verdad y la justicia, pero insinuando que la época de catástrofe supone la oportunidad de crecer mediante el conocimiento y el diálogo.

    Me gusta hacer hincapié en el hecho de que, en tanto se generalice la actividad de los viajes, no solo entre regiones sino entre culturas, mientras más nos aceptemos como somos, mientras más compartamos con pobladores del mundo borrando fronteras, más nos conoceremos a nosotros mismos y más apreciaremos la concordia.

    Quiero expresar que Destinos del Mundo no es un libro de un viaje sino de muchos viajes lo cual permite conectar épocas, poniendo al hombre en el centro de la historia con todas sus creaciones, pasiones, frustraciones y éxitos. Es un texto para viajar por el mundo, por el tiempo y por la historia de los acontecimientos.

    Humberto Cadavid, junio 2021

    El autor

    Humberto Cadavid Marín es empresario colombiano nacido en 1949, ingeniero mecánico de la UPB y administrador de empresas de EAFIT, en Medellín. Ha dedicado su vida a emprender en el campo del turismo como agente de viajes y como constructor y promotor de proyectos turísticos. Desde su empresa mayorista de turismo internacional y basados en su experiencia viajera, ha traído y diseñado para América Latina, destinos no convencionales de todos los continentes.

    Arabia Saudita asume el cambio

    El mayor exportador de petróleo del planeta, con la segunda reserva de hidrocarburos después de Venezuela, percibe que las fuentes de energías limpias son las dueñas del futuro y ha entrado en razón sobre el fin de su mayor factor de riqueza: el 75 % de sus divisas se derivan del petróleo. Arabia Saudita, al igual que sus vecinos, se prepara para un mundo que debe diversificar sus fuentes de ingreso y secundar la tendencia contra el cambio climático. El turismo es uno de los caminos, como lo demuestran Emiratos Árabes y Qatar, pero no podría darse en Arabia Saudita si mantiene las restricciones instauradas de manera secular. La cultura de Arabia Saudita tiene que dejarse conocer, a la vez que su población enriquecerse de la interacción con los visitantes. Uno de los países menos conocidos del planeta se ha empeñado en un cambio que implica exponer al mundo sus raíces, su religión y tradiciones; una misión interesantísima que viene cumpliendo el turismo en Medio Oriente, que ya muestra frutos no solo de ingresos materiales, sino de convivencia, pluralismo y tolerancia.

    Arabia Saudita, para lograr mantener divisas, también ha centrado su atención en premeditar un liderazgo regional, por esto se propone reforzar el presupuesto aplicado en infraestructura, ciencias y tecnología. Es un salto inimaginable hace una década.

    Los grandes cambios para abrirse al turismo parecerían imposibles al tratarse de una de las seis monarquías absolutas del mundo, islámica, en la que el único Dios es Alá y Mahoma su profeta. Es una teocracia desde su comienzo en 1932, en la que se aplican al extremo las leyes del islam con una de las más estrictas concepciones de la sharia, aplicación estatal del derecho islámico que se refiere a las normas de conducta, la parte moral de la existencia, lo que se puede y no, aquello que es bueno y malo; todo está en el islam, pero caben distintas interpretaciones. En el caso de Arabia Saudita, está instituida como Ley, lo cual quiere decir que los tribunales de justicia velan por su cumplimiento. Mientras unos están en una postura radical, otros piensan en condiciones que permitan esquivar las duras penas y hasta sostienen que son inconstitucionales. Es cuestión de conciencia personal en diferentes intensidades y de la conciencia de los gobernantes.

    Mahoma nació en La Meca, territorio del que hoy es Arabia Saudita, unió las tribus de la península arábiga y creó un método de gobierno religioso inspirado en su doctrina. A la muerte del profeta, en el 632, se dio el fenómeno de conquista más grande del que el mundo tenga historia, apoyado en la superioridad cultural, la espada y la actividad comercial. El sitio del nacimiento del profeta fue pronto superado por lugares de conquista más desarrollados. La Meca y Medina estuvieron así, bajo el mando de imperios islámicos de Bagdad, El Cairo o Estambul, mientras las tribus originarias volvieron a cuidar sus rebaños.

    Arabia Saudita nació de la alianza de un emir de la península, Muhammad bin Saúd con el reformador islámico, Muhammad ibn Abd-al Wahhab, iniciador de la secta religiosa wahabismo, para darle forma a la consolidación territorial de un nuevo Estado que se expandió con éxito por toda la zona que se conoce hoy como Reino Árabe de los Sauditas. De Saud se deriva Saudita que da el nombre al Estado, tomado de la dinastía creadora del país, caso que se repite solo con Liechtenstein, el principado europeo, paraíso fiscal, donde la Casa Liechtenstein, dinastía fundadora, también da el nombre. Y de su alianza con Wahhab aplica la corriente religiosa wahabismo, concebida en su origen para los islámicos suníes de Arabia Saudita; en concreto, de la escuela del hanbalismo, la corriente más conservadora de las existentes, que utiliza la interpretación exacta de los textos, y que en sus inicios se obligó a practicar en los países del golfo Pérsico, pero que Arabia Saudita, con sus recursos, ha querido extender por el mundo. El wahabismo dentro del sunismo, es la característica dominante de la religión, política y cultura de Arabia Saudita.

    En Occidente se asegura que el wahabismo en su expansión, es la génesis del terrorismo en el mundo, que desune a los mismos musulmanes porque juzga de apóstatas a quien no acepte el monoteísmo que los define. Está utilizando el poder sobre la educación y su riqueza para limitar las mentes a su única versión, haciendo de Arabia Saudita el país más restrictivo del mundo en cuanto a libertad religiosa. Para imponer su voluntad, los ciudadanos han sentido la vigilancia de la Mutawa, policía religiosa que torna delito cualquier libertad. Ahora los saudíes no quieren ser asociados a este origen; prefieren ligarse a la escuela del hanbalismo, que tiene que ver con lo estricto de la interpretación de los libros sagrados. Desean ser fieles a su fe, pero no ser asociados con hechos contra la humanidad.

    Las ofensas hadd son acciones castigadas de manera muy severa. La pena de muerte es permitida por norma constitucional, aun para los menores de edad. En los últimos 35 años ha habido más de 2 350 ejecuciones por decapitación en presencia de público, por motivos como la homosexualidad, la brujería, apostasía, consumo o tráfico de drogas, adulterio o simplemente sospechas. El adulterio, y las relaciones sexuales entre el mismo sexo, se castigan con lapidación y azotes. Acusaciones falsas, consumo de alcohol, con prisión o multas. El robo y asalto con la amputación de la mano. No está permitido el alcohol, comer cerdo, comer en público durante el Ramadán, so pena de cárcel y expulsión del país para el caso de un visitante. Las prendas inmorales en la mujer son su culpa en caso de violación. Las mujeres no reciben un trato igualitario, no pueden salir de su residencia, usar transporte público sin acompañamiento de su marido o un familiar varón. También es castigado con pena de muerte el uso del internet para injuriar su modelo político y religioso. No hay libertad de expresión, por ello tampoco se encuentran muchas cadenas de radio y televisión.

    Arabia Saudita no tiene buenas relaciones con otras naciones islámicas vecinas como Siria e Irán, pero es un aliado estratégico, en especial de los Estados Unidos y con Europa y Japón. A los Estados Unidos le compró 60 000 millones de dólares en armamento, la mayor adquisición de país alguno en la historia. La diplomacia de los Estados Unidos tolera todos los problemas de derechos humanos de Arabia Saudita, su lucrativo aliado, mientras Rusia y China flirtean insistentes.

    Arabia Saudita tiene 2 150 000 kilómetros cuadrados y 32 millones de habitantes, 90 % árabes. El 10 % son afro asiáticos. Solo se habla árabe. En 1938 encontró petróleo en su territorio y aceptación mundial como nación, lo cual transformó el país de manera rápida. Vivió una época de precios muy altos del petróleo que trajo inmensas reservas monetarias, pero también con el hidrocarburo a mitad del precio que, en razón al bajo costo de extracción, le deja excedentes astronómicos.

    En la monarquía absoluta, el rey concentra todo el poder legislativo, administrativo y judicial, solo limitado por la Ley islámica o sharia y el Corán, que junto con la Sunna, conjunto de dichos y enseñanzas del profeta, son la Constitución del país. Salmán bin Abdulaziz de 85 años, es el rey de Arabia Saudita desde el 2015. Nació en Riad, donde fue alcalde. Ocupó importantes cargos en el Ministerio de Defensa desde el cual le correspondió poner orden a la Casa de Saud. También fue primer ministro. Nombró a su joven hijo Mohamed bin Salmán como príncipe heredero, actual ministro de Defensa. Sus otros hijos ocupan destacados oficios: desde el primer musulmán que voló al espacio exterior, ahora director de turismo, otro vice ministro de petróleo y otro, gobernador de Medina. El Consejo de Ministros es conformado por miembros masculinos, familia del rey, con el que discuten las sanciones de quienes cometen errores.

    En el país se estima que haya 5 000 príncipes descendientes de Abdulaziz bin Saud, fundador del país. Se considera que tuvo más de 20 esposas. La poligamia explica la abundante descendencia y el alto costo que esto representa para el Estado. La repartición del poder es un verdadero arte y problema. Reciben el título al nacer, es un derecho y todos pueden llegar a ser reyes. Es el país en el que más personas tienen ese título nobiliario. La repartición de poder genera inestabilidad temporal y conflictos familiares permanentes. Han sido acusados de corrupción y la han reconocido como sistémica y endémica.

    El actual monarca inició los cambios que muestran una nueva era: nombrar a su hijo Mohamed bin Salmán como sucesor, cuando muchos príncipes esperaban esa designación. MBS, como se le conoce al príncipe heredero, entró pisando fuerte y mostrando respaldo. Quienes se opusieron, luego fueron encarcelados. Antes el poder recaía en 8 miembros de la familia, ahora es solo del príncipe heredero.

    Mohamed bin Salmán, MBS, príncipe heredero

    Fuente: atalayar.com

    Los pasos firmes de MBS se fueron sintiendo. A finales de 2019 se produjo el impensable cambio en Arabia Saudita. Se había expedido visas solo a musulmanes en peregrinación a La Meca, trabajadores extranjeros o participantes de eventos culturales y deportivos muy específicos. Ahora se plantea una apertura gradual, que internamente apenas se alcanza a creer. Por ahora son muy pocos los visitantes en Arabia Saudita. Es corriente que el visitante sea abordado para preguntarle de dónde es y en dónde trabaja. No conciben que un extranjero esté en su país solo por el turismo, es algo desconocido para ellos. Puede pasar también que al ver el turista con el morral, le pregunten: ¿Dónde va volar el parapente? Un morral de viaje es una novedad; aunque ahora se expidan visas electrónicas de 90 días para visitantes procedentes de 49 países. Se espera que en el plan de flexibilización, se amplíe a más naciones.

    Los tiempos de cambio están en la mano del príncipe heredero Mahammed bin Salmán, de solo 36 años, quien con una valiente purga, se presenta como el más influyente del reino. Está empeñado en combatir la corrupción, pero el caso de la familia real no da ejemplo: el rey tiene escalera de oro para su avión Airbus 380 de 460 pasajeros, colección de Rolls Royce, gigantes palacios en Marbella y Tánger. La casa de campo en Marbella exhibe como fachada una réplica de la Casa Blanca. En sus temporadas en España, el rey y su séquito de 1 000 personas dejan a la economía 100 millones de euros, que ya se han vuelto indispensables. Las tiendas de la Milla de Oro hacen su año. Ya se han acostumbrado a los gustos costosos del rey y su familia, como también a verlos comiendo churros en la plaza de los Naranjos de Málaga. En Puerto Banús fondean dos yates de los más costosos y lujosos del mundo para sus paseos por el Mediterráneo. El más imponente es el que MBS estrena, un yate de 500 millones de dólares, cuya curiosidad máxima contiene un original de Leonardo Da Vinci. Hace poco el príncipe compró la casa más costosa del mundo, 300 millones de dólares cerca del palacio de Versalles, Francia, y celebró su cumpleaños en Maldivas, con un costo de 8 millones de euros. A partir de esta forma de derrochar el dinero, deben ahora mostrar que invertirán con inteligencia para asegurar el futuro de su pueblo.

    Dada la edad del rey, sus dificultades en el movimiento, el habla y el padecimiento de alzhéimer, las responsabilidades del príncipe MBS como heredero son abrumadoras y las ha tomado en serio. Empezó proponiendo que las mujeres pudieran conducir. Toda la gente sabe del nuevo rumbo que MBS quiere para Arabia Saudita. Es uno de los 25 hijos del rey en tres esposas, con

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