Se propagan como un virus y se quedan a vivir un largo rato en el inconsciente colectivo. Pasan de generación en generación, de mujer a mujer y de hombre a hombre. Son los mitos sexuales. La poca experiencia y la falta de información ayudan a que esas ideas erróneas se sumen a nuestras creencias.
Nada tienen que ver con la edad, tanto jóvenes como adultos son vulnerables a su poder de convencimiento. Mitos hay de todo tipo, pero el campo de la sexualidad parece ser un caldo de cultivo. ¿Por qué se instalan y por qué los creemos? El objetivo es lograr desmitificarlos. Es una forma de despojarse de prejuicios e ideas equívocas para, en definitiva, tener una sexualidad en libertad y a puro placer.
La popularidad del sexo
A pesar de que el sexo dejó de ser un tema tabú -que solo se hablaba en la intimidaddra Rampolla, la célebre sexóloga en toda Latinoamérica), aún hay creencias incorrectas muy fijas en la sociedad.