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El pequeño y singular universo de Noah
El pequeño y singular universo de Noah
El pequeño y singular universo de Noah
Libro electrónico92 páginas1 hora

El pequeño y singular universo de Noah

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Noah es un adolescente que ha hecho de su habitación un refugio donde esconderse de todo aquello que le causa ansiedad. Allí ha encerrado todos sus miedos y la frustración por no sentirse uno más en la sociedad. Acompañado siempre de la música y de un amigo al que acude cuando todo a su alrededor se desmorona, ha construido ese pequeño universo en el que poder ser feliz. Es entonces cuando, a partir de uno de sus recurrentes sueños, se da cuenta de que huir eternamente de la realidad no es la solución de sus problemas y decide emprender uno de los viajes más difíciles: conocerse a sí mismo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 ago 2018
ISBN9788417608651
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    El pequeño y singular universo de Noah - César de la Casas Peinador

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © César de las Casas Peinador

    Ilustradores: © María Villalobos Cervantes.

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    ISBN: 978-84-17608-67-5

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    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    Prólogo:

    Un pequeño y singular universo de miedos

    Nunca me he sentido un chico similar a los demás. Mientras mis amigos imaginaban con ansia lo que serían de mayores e iniciaban sus primeras aventuras fuera de casa, yo me quedaba escuchando a los Beatles en mi habitación, ya que la música y la soledad que me ofrecían eran las únicas capaces de conseguir que mi mente viajara a otro mundo, uno que no fuera tan caótico. De hecho, nunca me preguntaba qué era exactamente lo que me ocurría, lo único que sabía es que ese sentimiento me visitaba con frecuencia y se llevaba toda mi energía. Cuando esa sensación desconocida aparecía, apagaba la luz y dejaba paso a la melodía de Dear Prudence. Tenía predilección por el White Album, ya que de alguna forma que no era capaz de explicar me tranquilizaba y, por un instante de tiempo, sentía que el mundo giraba a mi alrededor. Solía describir el sentimiento como un dictador que se apoderaba de mi mente y obligaba a todo mi cuerpo a paralizarse, haciéndome manifestar un profundo miedo por las represalias de no hacer lo que ese tirano deseara. Me lo imaginaba sentado en un trono con un montón de esclavos temerosos haciendo realidad sus deseos sin encontrar fuerzas para combatirle.

    No obstante, tenía un mejor amigo al que acudía cuando no veía ninguna salida y todo parecía desmoronarse. Aparecía siempre que lo necesitaba, ayudándome a sentirme integrado en la sociedad. Cuando el sentimiento se manifestaba, un telón de fondo separaba la realidad de mi mundo de la realidad compleja y aparente de mi ser. Enfrente, como si de una sala de teatro se tratase, estaba mi amigo dispuesto a escucharme, como un espectador más de la obra de mi vida:

    —Estoy cansado de no ver una salida, de no poder dar una explicación a todas las cosas que me pasan por la cabeza. Me agobia que la vida esté tan estructurada. Por ejemplo, en el instituto estudias y te examinan de esos conocimientos aprendidos. Todos hemos sentido esa satisfacción ante el trabajo bien hecho, pero te aporta una felicidad corta en el tiempo, ya que una vez has superado ese paso sabes que tienes más por recorrer, y es una responsabilidad que no te permite disfrutar mucho del momento. Lo único que me ayuda a no sentirme tan vacío es viajar lejos de un mundo del que no me siento parte.

    —Tienes que ser más valiente y tratar de no evadir la realidad del mundo en el que vives. El tiempo es el único juez que es parcial, sin embargo, es el que nos parece más injusto. Estás poniendo muros a lo que se acepta por naturaleza. Tienes que dejar que la ansiedad salga de tu vida para dejar de vivir con esa incertidumbre. La sociedad es el equilibrio al que aspiran todos los seres humanos. Es la única forma en la que se construye un universo dentro del desorden y se puede llegar a vivir potenciando tus capacidades.

    —Entonces, ¿por qué siento miedo? No se puede aceptar un orden si dentro del mismo hay cosas que desconocemos y pueden llegar a causar desorden. Solo tenemos la certeza de la muerte, pero desconocemos todo lo demás. ¿Cómo puedo ser capaz de vivir si no sé lo que me puede deparar la vida?

    —La sociedad implica aceptar que hay cosas que posiblemente nunca conoceremos, pero te permite que las cosas que están a tu alcance las conozcas. Por ejemplo, el conocimiento físico y matemático te permite explicar el movimiento de los objetos y aproximar leyes que luego se convierten en universales. No se puede conocer el universo caótico si no trabajas desde la construcción de un mundo estable, desde un punto fijo. El miedo surge como estímulo de esas cosas que desconocemos, para darles una explicación, así como para protegernos de lo que puede representar un peligro. Lo peor que puedes hacer es intentar huir de esos sentimientos y sensaciones ya que te ayudan a conocerte a ti mismo.

    —Pero si dentro de la sociedad aislamos a una persona y esta nunca experimenta la muerte de cerca, así como las inseguridades e incertidumbres de vivir en este sistema, tendrá una mentalidad diferente y posiblemente nunca llegue a sentir la misma frustración que tengo yo ahora.

    —Acabaría desarrollándolos a lo largo de su vida. Como ya te dije antes, es naturaleza humana. El ser humano necesita estructurar su mundo y dar respuesta a determinadas preguntas, y será el camino que tendrás que recorrer en el futuro para empezar a convivir con tus miedos.

    El telón de fondo volvió a abrirse como tantas otras veces que necesitaba aislarme, y dio una vez más la bienvenida a la realidad. Me encantaba visitar ese mundo abstracto habitado por mi amigo ya que disfrutaba de la visión particular que tenía de las cosas. Siempre había pensado que era mi versión antagónica. Tenía una gran capacidad para enfrentarse a los miedos, así como para potenciar aquello que le hacía feliz en la sociedad. Por el contrario, yo era desconfiado y me dejaba influir poco por lo que estaba impuesto. Esto era en gran parte debido a que muchas de las cosas que hacían felices a las demás personas las consideraba ilógicas y contrarias a mi forma de pensar. La decisión que tomé de afrontar la vida de esa manera me llevó a experimentar una profunda ansiedad, así como a construir los cimientos de una mentalidad llena de miedos e inseguridades que me habían hecho prisionero dentro de mi pequeño y singular universo.

    Acto I:

    Sueños

    Uno de los factores más importantes para evaluar cómo se sentía en ese determinado momento eran los sueños. Antes de pasar esa etapa de ansiedad en la que

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