Dana Hard: Calor Humano, #5

Por Daniel Carballo

Dana Hard (1950 – 1980) Inspirado en una historia real
Dedicado a los cantantes y músicos que no llegaron a ser conocidos.

Introducción
Mis padres me contaron esta historia, fueron testigos presenciales de buena parte de ella. Tomaron gran cantidad de fotografías, grabaron al menos cincuenta horas en audio con entrevistas a los integrantes de la banda narrando sus vidas y filmaron otra buena cantidad en VHS, mayormente con sus viajes, ensayos y conciertos.
Al terminar su trabajo de forma tan abrupta, tuvieron que entregar todo el material recopilado, incluyendo sus notas manuales sin aviso previo. No pudieron hacer copias, no se lo esperaron. Y lamentablemente, nada de esto se hizo público hasta la fecha.
Quien se apoderó de todos estos documentos valiosos, tal vez viva en la actualidad, igual que algunos músicos y personal técnico. Pero no pude ubicarlos, y por lo que sé, después de aquella inesperada tragedia, todo se vino abajo. Perdieron a la persona más querida e importante del grupo, que finalmente provocó el quiebre y la disolución del mismo.
Dana Hard, fue la banda de rock más importante de ese entonces y brilló en todo su esplendor durante su pequeña gira en el año 1980.

 

N. del A.: La historia de Gino y Dana trasciende el tiempo. Trata sobre el amor, la pasión, y la muerte. Me han comentado: «Es una historia triste, tristísima, pero al final es la que le da sentido a todo lo demás». El libro cuenta con 26 capítulos, transcurren entre 1950 y 1980;  el epílogo del mismo, 30 años después.

• Idioma: Español
• Editorial: Daniel Carballo
• Fecha de lanzamiento: 14 may 2022
• ISBN: 9798201692414

Daniel Carballo

Daniel Carballo es escritor, guionista, editor de obras introspectivas. Actualmente desarrolla y publica nuevas técnicas y temáticas de Ficción en su serie de libros para películas: «Calor Humano».   Serie completa Javi Verona Fuego a media mañana La caja vacía Una muerte injusta Reversa: Preparados para los días que vienen Ave Marina: Extensión Preppers Precuela: La reina en el tablero Secuela: La vidente Dana Hard: Inspirado en una historia real Posdata: Rumbo al portal Psicosis: Dentro de la cabina Canal de videos: @danielcarballoescritor Página Web: “Daniel Carballo Escritor”

Vista previa del libro

CALOR HUMANO

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DANA HARD

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Inspirado en una historia real

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(1950-1980)

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Daniel Carballo

Legales

Publicado por: Daniel Carballo

Copyright © 2022. Daniel Carballo

Primera edición electrónica Mayo de 2022

Reservados todos los derechos. Este libro no puede ser reproducido, escaneado o distribuido en ninguna forma, impresa o electrónica, sin el permiso del autor, excepto por breves citas incorporadas en reseñas. Este libro es una obra de ficción, cualquier parecido con personas, vivas o muertas, lugares o eventos es pura coincidencia. Los personajes son producciones imaginarias del autor y se usan de manera ficticia.

Diseño e imagen de portada:

DANIEL CARBALLO

Dedicatoria

A los cantantes y músicos

que no llegaron a ser conocidos.

Introducción

Mis padres me contaron esta historia, fueron testigos presenciales de buena parte de ella. Tomaron fotografías, grabaron al menos cincuenta horas en audio con entrevistas a los integrantes de la banda narrando sus vidas y filmaron otra cantidad en VHS, con sus viajes, ensayos y conciertos.

Al terminar su trabajo de forma tan abrupta, tuvieron que entregar el material recopilado, incluyendo sus notas manuales sin aviso previo. No pudieron hacer copias, no se lo esperaron. Y lamentablemente, nada de esto se hizo público hasta la fecha.

Quien se apoderó de estos documentos valiosos, tal vez viva en la actualidad, igual que algunos músicos y personal técnico, pero no pude ubicarlos, y por lo que sé, después de aquella inesperada tragedia, todo se vino abajo. Perdieron a la persona más querida e importante del grupo, que provocó el quiebre y la disolución del mismo.

Dana Hard, fue la banda de rock más importante de ese entonces y brilló en todo su esplendor durante su pequeña gira en el año 1980.

Capítulo 1

Gino

De sus primeros años se sabe poco. El por qué un pequeño de apenas cinco años termina solo y vagabundo, comiendo restos de verduras y frutas en las calles de un mercado, es un misterio. Tal vez él tampoco lo supo, jamás habló de ello.

Una pareja de italianos, vendedores en el lugar, pensaron que el niño estaría perdido. Preguntaron a sus vecinos si sabían de dónde había venido la criatura; corrieron la voz por todo el espacioso lugar, hasta los hombres que cargaban con bolsas y cajones, los choferes de los camiones, todos colaboraron haciendo de auto parlantes por horas.

— ¡Hay un niño perdido! ¡De quién es el niño! ¡Reiteren más allá! ¡Hay un niño perdido! ¡De quién es el niño!

Hablaron con él, quisieron saber sobre sus padres, donde vivía, cómo había llegado hasta allí. El simpático chiquillo se apegó a la pareja de personas mayores que lo miraron con ternura.

— ¡Gino, Gino! —contestó.

El pequeño fue criado por ese matrimonio de adultos. Hicieron el trámite de adopción, obtuvieron sus documentos y lo enviaron a la escuela. A medida que fue creciendo, trabajó con ellos en el puesto de verduras y frutas.

Desde pequeño, le preocupó la salud de su padre. Él mismo hacía esfuerzos de hombre, siendo todavía un niño, para ayudar a la familia. Esa era toda su actividad. No compartía juegos con otros críos de su edad, hablaba poco y trabajaba mucho. Por la mañana, descargar bolsas y cajones de los camiones y ubicarlos en el puesto para la venta. Por la tarde, la escuela; por la noche, escuchar la radio en su habitación y mirar las estrellas por la ventana. 

Nunca estudió. Sin embargo, tuvo buenas calificaciones en todas sus asignaturas. Jamás peleó con otros niños. Y fue la atracción principal de las nenas de su edad, por ser bonito y fornido, debido al trabajo pesado que nadie sabía que realizaba para ayudar a sus padres.

En el mercado, también fue muy apreciado. Si algún puesto se quedaba sin monedas o billetes de bajo valor, el pequeño Gino salía corriendo a conseguirlo. Si alguien necesitaba que le fueran a comprar algún alimento o bebida al bar, él también lo hacía.

Al convertirse en adolescente, dejó la escuela. Era más importante atender el puesto de ventas, que era lo único de valor familiar, y cuidar la salud de su padre, que trabajara lo menos posible. Él se encargó, como siempre, de la descarga de alimentos, también era vendedor junto a su madre y, al finalizar, se ocupaba del aseo del puesto para evitar la visita de roedores durante la noche. El viejo tano solo podía cobrar las ventas, caminar a su casa de ida y vuelta, no tenía aliento para más.

Una noche, el anciano y el muchacho hablaron sobre la vida. El hombre quiso saber si recordaba quiénes eran sus verdaderos padres, y cómo apareció aquella mañana en el lugar. ¿Acaso habían muerto, o él se escapó de su casa, o se extravió en el mercado? El joven le comentó que ya lo había pensado antes y su memoria estaba completamente en blanco. No recordaba nada en absoluto, solo su nombre. La única imagen borrosa que siempre tuvo fue la de una mujer. Estaba seguro de que no era de su madre, ni de alguna posible hermana. Solo sabía que la amaba y que sería su esposa algún día. El viejo echó a reír. Le preguntó si ya tenía alguna noviecita por ahí. El joven negó con la cabeza riendo también. Confesó que le gustaba la hija de un puestero. El hombre lo abrazó, le dijo que era un excelente muchacho y que estaba gustoso de que fuese su hijo. Estuvieron unos minutos en silencio contemplando las estrellas en la puerta de su casa. La señora se les acercó. Dio un hermoso beso a su viejo amor y otro en la frente a su hijo. Luego entraron a cenar.

Gino fue creciendo, se puso de novio con la hija del puestero vecino. A su edad, para quienes tienen poco en la vida, eso suele ser suficiente. Su novia, era una italiana muy bonita, rubia y de ojos celestes. Él, cabello corto, negro, piel trigueña y de ojos verdes. Hacían buena pareja. Ella quería casarse. Él lo pensó. Estaría bien, podrían tener hijos, hacer una vida juntos. Tal vez, la imagen borrosa en su memoria era solo un fantasma. Tenía que ver la realidad, y en ese momento era su hermosa novia. Habló con su viejo padre sobre si le permitiría casarse; por supuesto, obtuvo su bendición.

Al finalizar el invierno, su madre tuvo un resfriado, continuó trabajando normalmente, empeoró, enfermó de bronquitis. Nunca ninguno de ellos había estado enfermo, por lo que no le prestaron especial atención. Igualmente, a últimas horas de la tarde, Gino la llevó al médico. Éste le indicó que hiciera reposo por lo menos una semana y que tomara las medicinas indicadas, luego que volviera a la consulta para observar su evolución.

Ambos padres quedaron en casa, solo él se ocupó del puesto en el mercado. Su madre, de forma inesperada, una noche murió.

El viejo tano quedó devastado. Se amaban profundamente con su esposa, pasaron toda su vida juntos. Se suponía que él moriría primero. Lloró mucho. A Gino se le partió el alma, no podía verlo así. Se puso serio. Sus únicas actividades en esos días fueron llegar tarde al trabajo y volver temprano a su casa. Según sus documentos, estaba a punto de cumplir la mayoría de edad, tenía que pensar como un hombre, ser más responsable, atender a su padre. Solo tenía dos manos y estaba solo para todo. Pidió ayuda a su novia, que amablemente atendió al anciano mientras él trabajaba, pero a los pocos días, sin enfermedad previa, también falleció.

Gino se tomó la semana en casa, olvidó por completo el puesto de ventas; cumplió la mayoría de edad solo. Su hermosa novia, desde el otro lado de la puerta, le rogó que le abriera, quería verlo, compartir su dolor, estar con él. No la atendió.

La casa de sus padres era alquilada y él no tenía parientes. Pensó en qué hacer. A la mañana siguiente fue al puesto y colocó un cartel en la puerta. Había decidido venderlo al primer interesado. Y mientras lo estaba aseando para dejarlo cerrado y