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La fan de una Gloria inocente
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La fan de una Gloria inocente
Libro electrónico114 páginas2 horas

La fan de una Gloria inocente

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Información de este libro electrónico

"Mis padres eran una pareja feliz hasta donde yo recuerdo. Vivíamos en Guadalajara, México, en un pueblito muy tranquilo pero lleno de fantasmas: Sayula. Recuerdo una linda casa con muchos árboles y flores. Rodeada de mis hermanas rubias, recuerdo también un lago color azul y un sembradío de manzanilla. Éramos muy felices en ese lugar a no ser p

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento7 jun 2021
ISBN9781640868465
La fan de una Gloria inocente

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La fan de una Gloria inocente - Delia González

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La fan de una Gloria inocente

Delia González

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todas los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable sobre los derechos de los mismos.

Publicado por Ibukku

www.ibukku.com

Diseño de portada: Delia González

Maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2021 Delia González

ISBN eBook: 978-1-64086-846-5

ÍNDICE

CAPÍTULO 1

Mi infancia... Quién soy yo

CAPÍTULO 2

Mi matrimonio con Felipe: el inicio de todo

CAPÍTULO 3

Conciertos, entrevistas y La Gloria por el infierno

CAPÍTULO 4

La entrevista en Miami

CAPÍTULO 5

Gloria Trevi en Cuernavaca

CAPÍTULO 6

La detención...

La fan de una Gloria inocente

Delia González

Zacatecas, México, 5 de abril de 1974.

La tercera hija de seis hermanos.

Su madre, Emilia Flores Núñez.

Su padre, Héctor González Panduro.

Dedico este libro con todo

mi corazón a mis hijos

Alex, Alldy y Tito.

A Gloria Trevi,

por seguir de pie.

CAPÍTULO 1

Mi infancia... Quién soy yo

Mis padres eran una pareja feliz hasta donde yo recuerdo. Vivíamos en Guadalajara, México, en un pueblito muy tranquilo pero lleno de fantasmas: Sayula. Recuerdo una linda casa con muchos árboles y flores. Rodeada de mis hermanas rubias, recuerdo también un lago color azul y un sembradío de manzanilla. Éramos muy felices en ese lugar a no ser por los fantasmas del pueblo y por las historias de la gente. Mi madre, feliz, se preocupaba por hacer el desayuno muy temprano y darnos té de manzanilla. Esas mañanas realmente eran muy confortables. Recuerdo a mi padre cariñoso y feliz deseándonos un lindo día y marchándose a sus labores, mientras mi madre alistaba a mis hermanas mayores para la escuela.

Por las tardes salíamos a jugar con nuestras amiguitas. Luego, mientras mi padre cantaba con su guitarra, mi madre hacía la cena y nosotras jugábamos en el patio y contábamos las historias de terror que se decían en el pueblo mirando el cerro más alto con una cruz blanca. Se decía que esa cruz estaba ahí porque el pueblo estaba encantado y habían pasado muchas desgracias. Siendo tan pequeña me gustaba esa sensación de sentir miedo.

Me fascinaba el suspenso que le agregaban las personas mayores a la historia que contaban. La historia más emocionante y la que más me gustaba era la de unos amantes que nunca pudieron ser felices porque otro hombre amaba a la mujer y los mató porque no permitía que ella se fuera con quien la amaba hasta la locura; y que era tan hermosa que no podría concebir su vida sin ella. Contaba la gente que el hombre se enamoró de ella desde que la vio y dijo: esta mujer será mía para siempre. Pero ella no pensó lo mismo pues el hombre era tan feo que ella jamás lo amaría. Él le ofreció joyas, porque su fortuna era incalculable, ponía el mundo a sus pies y a pesar de eso nunca pudo tener su amor porque su corazón ya tenía dueño.

Cuenta la historia que aquel hombre feo buscó ayuda con una bruja pidiéndole que enfermara de muerte al hombre de quien estaba enamorada aquella bella mujer, así que el enamorado enfermó, perdió su guapura, se volvió loco y abandonó a su bella novia. Ella supo de inmediato que el hombre feo lo había hecho. Fue hasta su casona a reclamarle su infame acto y le dijo: nunca te amaré, te odio. Aquel hombre sacó un cuchillo, se lo clavó en el corazón, tomó su cuerpo, lo llevó al lago y lo arrojó; luego se ahorcó. Ellos dos se aparecían en el lago en las noches de luna llena. Cuentan que al pasar de noche se miraba la silueta de esa bella mujer flotando en el agua y el hombre arriba del árbol. Era realmente espeluznante escuchar historias noche tras noche. Yo era pequeña, pero me gustaban esos relatos, esos cuentos de horror y recuerdo la carita de esas niñas escuchando las mismas historias y todas con las manos entrelazadas, temblando de miedo.

Recuerdo una noche —dormíamos todas en una sola habitación pues nuestra casa no era muy grande— mi cama estaba frente a la de mis hermanas. Esa noche fría, las hojas de los árboles se movían de tal forma que parecían grandes manos oscuras llamándome; recuerdo que sentía mucho miedo, en especial en esa ocasión, así que traté de inclinar la cabeza y voltear hacia la cama de mis hermanas para decirles que tenía miedo y escuchar su voz para poder dormir tranquila, pero lo que vi fue algo aterrador: encima de la cama de mis hermanas estaba una mujer con cabello oscuro alborotado y con las uñas rojas largas, su mirada parecía llena de sangre. Fue realmente impactante, yo era muy pequeña y mi imaginación estaba al máximo, no podía saber si lo imaginaba o era realidad.

Recuerdo haber querido gritar, pero la voz no me salía. Sentí como un escalofrío recorrió todo mi pequeño cuerpo. En mi mente clamé a Dios y de inmediato me cubrí la cabeza con la cobija hasta el día siguiente. Fui muy temprano hasta la cama de mi madre para contarle la horrible historia de la aparición. Ella me tomó en sus brazos y me dijo que no era nada, solo mi imaginación.

Me sentí aliviada y protegida en los brazos de mi madre. Por la noche ya tenía una historia para contar. Nos reunimos de nuevo como todas las tardes. Yo conté mi historia y todos se quedaron asombrados, con los pelos de punta, con la piel chinita de frío, ese frío que te da cuando sientes miedo a lo desconocido, pero puse atención y vi la cara de mi hermana Elizabeth, estaba congelada con los ojos bien abiertos y dijo:

—Saben que también la vi solo que con un vestido muy corto, pero es la misma mujer, es horrible, parece un demonio.

Estábamos temblando de miedo cuando de repente un ruido extraño acaparó nuestra atención y nos dirigimos hacia donde salía ese ruido. Provenía del cerro donde estaba la cruz blanca. En la punta de aquel cerro estaba una enorme capa negra ondeando alrededor de la cruz y parecía que el sonido eran unas cadenas enormes que arrastraba la sombra. Todos corrimos a nuestras casas llenos de pánico. Recuerdo sentir cómo el viento tocaba mi piel y sentía las manos de alguien sobre mi espalda.

Me sentía aliviada cuando entraba a la casa. Me relajaba escuchando cantar a mi padre mientras mi madre nos llamaba a cenar. Miraba a mi madre cómo hacía el quehacer, era una mujer muy trabajadora en las labores del hogar. Como típica mexicana, ella hacía las tortillas a mano y me sabían deliciosas, luego nos llevaba a nuestra habitación poniéndonos las cobijas encima. Recuerdo que eso era lo que más me gustaba sentir, cómo me arropaba, el ir y venir de las sábanas creando ese viento lleno de calidez; el beso de buenas noches de mamá me hacía olvidar el miedo, la guitarra de papá con sus notas dulces hacían que la noche fuera más tranquila.

Pasó el tiempo, mi padre empezó a trabajar con mariachis y se ausentaba mucho. Cuando regresaba a casa llegaba tomado, cuando nos saludaba olía a licor. Comenzó a pelear con mamá. Mi madre era una mujer que no se dejaba. Ella creció con su padre pues su madre murió cuando era muy chica y fue maltratada por su madrastra, por eso era valiente; la vida la hizo así, fuerte. Mi padre venía de una familia disfuncional, tenía varios hermanos y fue maltratado por su padre. Él contaba que en una ocasión fue colgado de los pies y azotado con una soga mojada. Su madre era una mujer sumisa, no lo defendía. Él hablaba con mucho rencor y dijo sentirse feliz cuando mataron a su padre en situaciones trágicas. Tiempo después se fue de su casa siendo casi un niño para abrirse paso en la vida. Mis padres se conocieron en Guadalajara porque mi madre

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