Entre tinta y papel

Por Tania Cuadra , Digna De la Rosa , Lizka Herrera y 3 más

Tania Cuadra, Digna De la Rosa, Lizka Herrera, Leocadio Padilla, Monserrat Robles y Ricardo Robles presentan una colección de cuentos nacidos con la facilitación del escritor Carlos Oriel Wynter Melo. A partir de consignas diversa y ocurrentes, escribieron estas narraciones que incluyen formas similares a la fábula y arañan, en ocasiones, la poesía

• Idioma: Español
• Editorial: FUGA editorial
• Fecha de lanzamiento: 22 ago 2019

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Rodriguito

Palabras preliminares

El siguiente compendio de narraciones nació entre finales del año 2018 y los primeros meses de 2019, en el seno de un seminario taller impartido por el escritor Carlos Wynter Melo. Son, a juicio del facilitador, las mejores narraciones generadas durante este ejercicio escritural. La mayoría fueron inspiradas por consignas que pedían relacionar conceptos dispares. Por ejemplo, escribir sobre un surfista y un fantasma. Así se pretendía, en una suerte de dictamen de las leyes genéticas de Mendel, hacer que brotara la nuevo de lo distinto.

Tania Cuadra

Tania Raquel Cuadra Estrada nació en un mes patriótico y muy lluvioso. Le gusta leer, los amaneceres, los atardeceres, la naturaleza, escuchar música, escribir, chatear y los perros.

Es profesora de español desde hace veinticinco años. Trabaja en la escuela de primer ciclo Santa Librada, desde hace diecinueve años, en el distrito de San Miguelito.

Primero, agradezco a Dios por la culminación de este sueño.

Seguidamente, a la señora Elida Estrada, mi mamá.  Quien ha sido receptora crítica de estos cuentos.

Invasión

Llueve toda la tarde y parte de la noche en el cerro. La humedad se detiene y transforma en un ser distinto. Su gran velo blanco se apropia de la cuesta. Penetra en todas las casas y en el centro penitenciario. Ingresa majestuosa en las celdas del centro, los talleres y la iglesia. Entra por las puertas de barrotes. Anda como dueña y señora del lugar. Causa pavor a algunos. Muchos lloran. Otros gritan atemorizados, blasfeman. Más piden clemencia. La mayoría confiesa sus delitos de rodillas. Un pequeño grupo se mantiene calmado; se admira por escuchar tanta alharaca en hombres. Algunos se ríen a carcajadas al ver tanta exaltación. Un guardia les grita improperios. Otros escuchan confesiones de ciertos detenidos. Ella se mantiene muda. Se pasea por mucho tiempo. El astro rey se asoma. La extraña invasión va saliendo parsimoniosamente.

Liberté

Noor Inayat Khan descendía de la realeza india. Nació en Rusia antes de la Primera Guerra Mundial. Su padre era músico. Su familia se trasladó a Inglaterra cuando ella tenía pocos años. Después, emigró a Francia. Cuando ella era adolescente, su padre murió. Entonces, mantuvo a su familia. Estudió en la Sorbona Psicología y Música. Compuso música para arpa y piano. Escribió poesías y publicó libros para niños. Dominó varios idiomas.

Ese bagaje cultural y social la hizo mantenerse en la aristocracia antes de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando Francia fue ocupada por los soldados alemanes, ella y su familia huyeron a Inglaterra. Aunque su padre le inculcó el pacifismo como filosofía de vida, se unió a la Fuerza aérea de mujeres auxiliares para darle a su sociedad un mundo de paz. Deseaba erradicar el mal circundante en ese momento. Recibió instrucciones como operadora de radio. Le cambiaron el nombre a Madeleine. Su alias era para realizar una misión como espía.

Regresó a Francia. Realizó su trabajo de operadora de radio.

Rene Garry y Henry Dericourt estaban en un lugar de reunión cuando se supo sobre la detención de Madeleine por parte de los soldados alemanes. La pareja se miró. No opinaron nada. Estuvieron pendientes de sus asignaciones.

No hubo palabras en todo el camino a casa.

Entraron en el apartamento. No hicieron comentarios.

Durante la noche, ¿qué sucedió?, ambos soñaron.

René soñó que Madeleine y ella se encontraban en una oficina. René estaba molesta. Le reclamó a Madeleine la razón por la cual le coqueteaba a su novio. Madeleine sonrió y salió. René gritó de indignación. Se fue detrás de ella y traspasó la pared.

Henry soñó que René y él siguieron a la espía, y que dos hombres esperaban por ella y la detenían. No mostró mayor fuerza. Se fue