Aloha fue siempre un espíritu libre. Desde su infancia en las lejanas tierras de la costa canadiense, se lanzó a descubrir todos los rincones del planeta que pudo. La suya no fue una vida convencional en aquellos años veinte del siglo pasado, en los que el mundo se debatía entre la tradición y la modernidad. Días en los que las mujeres empezaban a descubrir un universo más allá del doméstico en los que Aloha rompió más de un esquema convencional.
Su verdadero nombre no era tan exótico como el que eligió para ser una celebridad. Idris Welsh nació en Winnipeg, Canadá, el 13 de octubre de 1906. Sus padres eran de origen inglés y habían llegado al continente americano poco antes de que naciera Idris. Momentos poco claros en su biografía, pues se desconoce qué pasó exactamente con su padre biológico. En algún momento después de su nacimiento, Margaret Hedley y Robert Edward Welsh se marcharon al oeste, a Salmon Arm, donde la pista de Robert desaparece. Una caída podría haber terminado con su vida, pero lo único cierto es que en octubre de 1909, Margaret se casaba con Herbert Hall. Idris, con tan solo tres años, borraría de su mente todo recuerdo de Robert y para ella sería Herbert su verdadero padre.
SOLA EN EL INTERNADO
Qualicum Beach, mucho más al oeste, en la isla de Vancouver, se convirtió en el nuevo hogar de Margaret, Herbert, Idris y su nueva hermana, que fue bautizada con el nombre de su madre y rebautizada por los suyos como Miki. Miki e Idris fueron felices en aquel rincón idílico del mundo, jugando en las playas y sintiendo la libertad en todos los poros de su piel. Una época inolvidable que se vio truncada por una guerra que se empezaba a librar a miles de kilómetros de allí pero que atacaría de