Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Milagros
Milagros
Milagros
Libro electrónico132 páginas1 hora

Milagros

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Una historia de amor… una mascota y su familia numerosa.
Una mirada cercana, que vuelca en palabras los recuerdos en el papel luego de su partida, encontrando consuelo en el revivir constante de tantos momentos de felicidad compartidos en familia.
Más de 16 años… infinitas vivencias y distintos intérpretes
Cada uno desde su lugar, vivió su relación de una manera diferente, pero con un gran denominador común que los unía aún más, el amor por su perra.
Ella se llevó mucho. Secretos, complicidades, abrazos y caricias únicas.
Pero es aún más lo que deja, siete personas marcadas por una huella, por sus huellas.
El aprendizaje único de un amor incondicional, repleto de lealtad y comprensión.
Un amor sin límites reflejado en cada página de este libro.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 oct 2021
ISBN9789878721088
Milagros

Relacionado con Milagros

Libros electrónicos relacionados

Biografías y memorias para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Milagros

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Milagros - Cecilia Sorace

    Índice de contenido

    Portada

    Créditos

    Prólogo

    Mi vieji

    Un poco de historia…

    Tú llegada

    Tu primer día!!!!

    Los pormenores…

    Vos con nosotros

    Conmigo

    La sarna

    Tu lugar en la casa

    La parrilla

    Tus primeras vacaciones

    Tus paseos y viajes en auto

    Cromañón

    Tu primera quinta

    Tu salud

    Después del susto

    La promesa del pastito

    La quinta… nuestro paraíso

    La vuelta a casa

    Las contrapartidas de la vida

    Julieta, la nueva integrante

    Mis nueras

    El A.C.V

    Tiempos difíciles

    Aceptación y calma

    Tu último pastito

    Tu canción

    Otra vez en casa

    El deterioro inevitable

    Mi decepción mal entendida

    Recuerdos de Marce

    La decisión

    Un recuerdo de papá

    La despedida

    Sin vos….de vuelta a casa

    Reflexión final

    Prólogo

    Índice

    Cecilia Sorace

    Milagros

    logo f

    Sorace, Cecilia

    Milagros. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2015.

    ISBN XXXXXXX

    1. Narrativa Argentina. I. Título

    CDD A863

    EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

    www.autoresdeargentina.com

    info@autoresdeargentina.com

    Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

    Impreso en Argentina – Printed in Argentina

    Prólogo

    Esta es la historia de vida de una simple mascota, como tantas, llamada Milagros, más cortito Mili.

    Es la relación de amor más hermosa que puede vivir un ser humano, y más aún, una familia.

    Su pérdida me causó un dolor indescriptible, y volcar en un papel mis sentimientos a la semana de su partida me hizo dar cuenta de lo importante que sería escribir su historia para recordarla siempre.

    Con esa primera carta, nació la idea de este libro, espero que puedan disfrutarlo.

    Mi vieji:

    Te extraño tanto, hace una semana que nos dejaste y parece mucho más, los primeros días todavía tenía tu calorcito a un costado de mi cuerpo, te acordás mi valijita, íbamos para todos lados juntas desde que no pudiste caminar más.

    Yo pensaba en lo lindo que fue tenerte conmigo y lo extraño de esto, porque llegaste a mi casa como un bebé que apenas podía tomar su leche y para todo estaba mamá para cuidarte, para enseñarte, para mimarte. Y pasó la vida, 16 años y más, y terminaste tu vida conmigo siendo mi vieji, como una abuela a la que había que cuidar, y acompañar en todo momento, porque tus tantos años fueron deteriorando tu cuerpo y yo siempre ahí, te cuidé de bebita y te cuidé de ancianita. Que rara es la vida, para vos debe haber sido hermoso, porque la compartiste con los seres que tanto te amaron, incondicionalmente y de principio al fin, pero para nosotros, para mí, el dolor de dejarte ir es muy fuerte, sé que hay que superarlo pero…….. te extraño.

    Trato de recordar tantos momentos lindos que vivimos juntas, tus travesuras, tus locuras, tu fidelidad para conmigo, tu facilidad para adaptarte a los cambios que fuimos haciendo con vos a lo largo de tu vida, y cuesta recordar tanto, vuelvo siempre al último tiempo que fue el que más juntas estuvimos por la necesidad de tenerte siempre conmigo y aunque era difícil, me hacía feliz.

    Muchos pensaban que eras una carga para nosotros por tu estado y tu dependencia, pero papá y yo éramos felices viendo la tele con vos en el medio, llenándote de caricias y de amor, escuchando tus ronquidos a la noche. Cuando no estabas con nosotros vivíamos pensando en tus horarios y necesidades, volver a casa cuando te dejábamos, era una alegría, porque sabíamos que al volver, vos ibas a estar tranquila y feliz.

    Todos te dieron un amor incondicional, pero papá y yo estábamos las 24 hs. del día ocupándonos y preocupándonos por vos, con todo el amor del mundo y te extrañamos mucho.

    Sé que tengo que consolarme, sé que te di todo lo que pude, hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance y más, pero quisiera abrazarte, sé que no se puede, duele……..ya va a ir pasando.

    Fue muy duro para mí llevarte a la veterinaria, sé que fue una decisión correcta. También fue muy doloroso ver a todos mis hijos sufriendo, hubiera hecho cualquier cosa por evitarles el dolor, pero no podíamos curarte y hubiera sido egoísta no haberte tenido para evitar pasar por esto, porque fue maravilloso todo lo que nos diste, y el que estuviéramos todos para acompañarte en ese momento, me confirmó que fue lo mejor que hice al abrirte la puerta de casa para que nos dieras tanto amor a todos nosotros.

    No me gustó dejarte en la tierra, tengo que repetirme que ya no estás ahí, que solo está ese cuerpito que tanto amé. Me dolió la tormenta, no poder contenerte, de locura, de tristeza, de no poder pensar con claridad porque duele mucho, pero se que tiene que pasar.

    Tengo que dejarte ir, para no enfermarme, y para recordar todo lo positivo de tu paso por mi vida. Pero para eso también tengo que llorar, para que no quede adentro todo ese dolor que lástima y se que vos no querrías verme mal, porque lo hablamos no???? te expliqué todo lo que iba a pasarnos a las dos, y como siempre sé que me entendiste.

    Lo que no sé con seguridad, lo que estarás pasando vos, pero creo que estarás mejor que yo y que desde ahí vas a cuidarme como siempre lo hiciste.

    Te amo, mi vieji, gracias por tu vida conmigo!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Un poco

    de historia…

    Pasa el tiempo y te sigo buscando en los lugares de la casa, inconscientemente, sin pensarlo, la realidad es otra y escribirte me alivia un poco el alma.

    Quiero recordar tu historia, tu primer día con nosotros, pero para esto tendría que contarte el porqué de tu nombre Milagros y el porqué de lo difícil que fue que te aceptara papá en nuestra casa.

    Nosotros, cuando nos pusimos de novios, en 1976, hace ya tantos años, teníamos cada uno su mascota; yo, Cecilia, tenía en ese entonces un poco más de 18 años, y papá, Rodolfo, un poquito más de 20. Mi mascota se llamaba Pelusa, de más o menos 13 años, era una foxterrier de pedigree muy buena y bonita que me dio muchas alegrías en mi niñez. En ese tiempo yo estaba muy poco en mi casa, porque trabajaba, estudiaba y pasaba mucho tiempo en la casa de la Abuela Elsa, obviamente donde vivía papá. Ahí había una perrita también de muchos años, llamada Artemisa, pero ella no era tan buena ni tan bonita, tenía un carácter especial y era una mezcla de ovejero alemán con salchicha, el resultado, nada lindo, pero para mí fue muy importante en mi vida.

    Pelusa era una perrita feliz, muy bien cuidada por mi madre, la Abuela Olga, que no trabajaba y le daba amor y compañía permanente, muy mimada por mi padre, Fernando, consentida por mi hermano, Juan Manuel y por mí. Sumado a eso, teníamos un parque hermoso donde ella corría y disfrutaba enormemente, vivía rodeada de amor.

    Artemisa, por el contrario, estaba mucho tiempo sola, papá

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1