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Reflexiones de Bhavena
Reflexiones de Bhavena
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Libro electrónico170 páginas2 horas

Reflexiones de Bhavena

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Información de este libro electrónico

Tras muchos años soñando con escribir mi primer libro, Reflexiones de Bhavena nace cuando decido focalizar mi pensamiento en un proyecto creativo durante una crisis vital.
Retomo ese libro que había empezado a escribir tantas veces, para no pensar en la delicada situación a la que me enfrento.
De alguna forma este libro ha supuesto para mí una tabla de salvación en medio de un "naufragio". Y siento que puede apoyar a otras personas, que atraviesen diferentes momentos en sus vidas.
Es un Viaje al interior de Mi Alma, relatado en primera persona. Y si tuviera "Banda Sonora"...sería NESSUN DORMA ("Que nadie duerma") de TURANDOT (Puccini), cantada por el Príncipe Calaf de TURANDOT. En todo el repertorio lírico no existe un aria más rebosante de esperanza triunfal…
"Y como cada día a esta hora…lo mejor está por llegar."
…le dijo Peter Pan a Campanilla.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 sept 2021
ISBN9788413865577
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    Reflexiones de Bhavena - Maribé de Balparda Iglesias

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    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Maribé de Balparda Iglesias

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1386-557-7

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    SI ESTE LIBRO TUVIERA UNA BANDA SONORA COMO EN LAS PELÍCULAS, SERÍA EL MOMENTO «ARIA NESSUM DORMA» DE LA ÓPERA TURANDOT MIENTRAS QUE EL TENOR CANTA:

    «All’alba vincerò!

    Vincerò, vincerò!».

    DEDICADO A… Y AGRADECIMIENTOS

    En este libro va a asomar mucho de mi alma y lo primero que deseo hacer es agradecérselo y dedicárselo a todas las personas, gracias a las cuales, me he convertido en la mujer que soy hoy.

    Por un mero orden cronológico, ya que todas y cada una de las personas que han formado parte de mi vida tienen su aportación imprescindible en ella.

    Para mis padres Begoña y Enrique, que ya no están conmigo. Mis dos pilares durante mi infancia y responsables, en gran medida, de la mujer en la que me he convertido. Los padres nos dan el mayor de los regalos, la vida. Nos dan la educación y formación académica. Y nos enseñan a vivir a partir de su propio aprendizaje. Lo hacen lo mejor que saben y que pueden. Mis padres me dieron una educación y formación exquisitas. Y sobre todo… me amaron profundamente, fui una hija muy deseada y viví en una familia acomodada. Existe un factor «suerte»… y yo la tuve. Mas a partir de la suerte del seno familiar en el que naces, tú puedes cambiar tu vida. Durante la adolescencia existen muchos momentos en los que nos quejamos de muchas cosas que no nos gustan. Pero en la etapa madura nuestra visión cambia por completo y vemos todo con otros ojos, comprendiéndolo todo y sintiendo gratitud, respeto, reconocimiento y amor infinito a nuestros padres. No hay nada mejor que «caminar con los zapatos del otro…».

    A mis hijos Eduardo y Guillermo, que ocupan mi corazón y que no paran de enseñarme desde el primer aliento de sus vidas. Ellos son responsables de otro tanto de mí, de que tomara las riendas de mi vida en un momento en el que me sentía como una «brújula en el Triángulo de las Bermudas», de que frente a cada revés sacara fuerzas de flaqueza, de que «encontrara la PIEDRA SAGRADA», la ansiada FELICIDAD… porque fueron mis maestros al mostrarme que la felicidad ya habitaba en mi corazón y al entregarme su AMOR INCONDICIONAL. Dicen que no hay amor más grande que el de una madre, mas mi opinión es, que no hay amor más leal que el de un hijo. Me chifla ser «MAMÁ» y lo vivo como una emocionante aventura.

    Recuerdo perfectamente el primer día que llegué a casa con mi primogénito Eduardo, tras veintiocho días de un ingreso en neonatos del Hospital Universitario de Cruces. Me tuvieron que someter a una cesárea de urgencia por aguas sucias y él se vio muy afectado. Su vida corrió grave peligro durante, aproximadamente, veinte días de los veintiocho. Y cuando por fin le dieron el alta y pudimos volver a casa, me invadió una densa sensación de responsabilidad porque a partir de ese momento toda su vida dependiera de mí y sentí que no tenía ni idea de lo que tenía que hacer. Eso de que las mujeres sabemos lo que tenemos que hacer por el instinto maternal, me parece un gran tópico. En mi caso, aún aprendo cada día con ellos. Siento que es un camino de vida compartido, un aprendizaje de la mano. Y ese es el mayor de los regalos, porque ambos me motivan para convertirme cada día en una mejor versión de mí. Se podría decir que vivo en una constante «actualización de software». Eduardo es un adolescente maravilloso y sé que será un gran hombre como persona y en todas las facetas de la vida que decida emprender. Es un ser amoroso, humilde, honesto, generoso, protector, maduro, responsable, súper inteligente, gran deportista, amigo, dialogante, sabe escuchar, bondadoso, tremendamente justo, tantas y tantas virtudes…

    Y la llegada de mi segundo hijo Guillermo fue el doctorado CUM LAUDE de nuestras vidas. Él es un chico de necesidades especiales y UN GRAN MAESTRO. La vida a su lado es una constante LECCIÓN MAGISTRAL de amor incondicional, perdón, superación, aceptación, celebración, diversión, disfrute, alegría, felicidad, aprender a gestionar la frustración, etc., etc., etc.

    Me parece tan entretenido, enriquecedor, divertido, amoroso y delicioso compartir mi vida con ellos.

    No puedo pasar sin recordar a la gemela de Guillermo, se hubiese llamado Patricia, que perdí en el primer mes del embarazo. Me gusta imaginar que es la niña que nunca tuve. Siento que vino para acompañar a su hermano hasta mi vientre y una vez cumplida su misión, partió.

    Una parte de mí siente que mi aliento, quizá, en la etapa más dura de mi vida fueron ellos. Coincidió en el tiempo en que me separé, papá falleció, año y medio después también nos dejó mamá y me vi arruinada. ¿Recordáis «la Brújula en el Triángulo de las Bermudas»?… pues tuve que echarle mucho valor, madurar, tomar las riendas de mi vida, de mi economía, etc.

    Cuando hablo de mis hijos, es inevitable hacer mención a mi ginecólogo José Luis y a mi comadrona, creo recordar que se llama Azucena. Es curioso, que a lo largo las diferentes etapas de mi vida, mi memoria es selectiva. A veces olvido datos o momentos, para luego más tarde recordarlos y olvidar otros.

    José Luis fue un apoyo imprescindible para lograr mi deseo de ser mamá. Y Azucena fue la responsable de «leer» mis síntomas y actuar de inmediato para salvar la vida de Eduardo.

    Otra parte muy importante de mi vida es la familia que me queda. Al perder a mis padres, mis tías pasaron al primer puesto. Y sobre todo una de ellas, que ha sido como una madre para mí, la tía Elena.

    Mi familia irlandesa Carmel, Michael y sus hij@s durante mi curso de COU en Elians Dublin (Greystones-Eire). A quienes pude volver a ver el pasado año, después de treinta años. Volver a casa, a mi cuarto, a mi cama, a sus brazos, fue gasolina para mi alma. Volver adonde fui inmensamente feliz y tan querida me sentí.

    Mi vecina Ana, su marido Eduardo, sus hij@s Amaia y Eduardo Jr. Compramos los pisos el mismo año y enseguida entablamos una estrecha amistad. Hoy en día somos como hermanas. Su hija solía pasar a casa para acompañarme en los baños de los bebés. Y un día Eduardo Jr. se quedó con Guillermo cuando aún era bebé, para que yo pudiera bajar las maletas al garaje. Otro día le tuve que pedir a Eduardo el favor de que me sacara el mocho de la fregona. Y Ana y yo hemos compartido tanto… necesitaría un libro solo para nosotras…

    Y mis primos que son como l@s herman@s que nunca tuve, Assumpta, Catia, Pilar, Patrick, Itzi, Jokin, Iñigo, Lezo, Usue y Borja, etc.

    Lo que también hace que con muchas de mis amistades, sienta una conexión más profunda. Dicen que «quien tiene un amig@, tiene un tesoro».

    Me encanta cuando nos reunimos para celebrar la copa de Navidad las amigas del Colegio Jesús-María. Nos conocemos desde que tenemos tres años y es una de las sensaciones más agradables, que me gusta mucho disfrutar en mi vida. De repente es como si volviéramos a tener tres años, todo es fácil, todo son risas, no hay responsabilidades, ni problemas. Mas lo mejor de todo, es lo mucho que nos conocemos. Soy de la opinión de que la etapa escolar es uno de los grandes hitos de nuestras vidas, porque es cuando cimentamos nuestra personalidad, nuestro ser. Y cuando se siguen alimentando esas amistades en la etapa madura, se viven desde el respeto, la aceptación, el no juicio, el disfrutar de lo mejor de cada una y apoyarnos en todo, conocemos nuestras sombras y las iluminamos. Lo siento muy sincero, desinteresado y profundo, son lazos afectivos que han atravesado casi cincuenta años. En una ocasión leí una afirmación de unos psicólogos diciendo que «cuando una amistad dura más de siete años, durará toda la vida».

    Y qué decir de mis otras amistades a lo largo de mi vida.

    Algunas han compartido solo algunas etapas, apeándose en las diferentes paradas de las estaciones. Con el tiempo comprendes que vivimos lo que teníamos que compartir y que una vez completado, los caminos debían separase para continuar cada cual con sus propósitos de vida. Y te quedas con todo lo bonito compartido y con todo lo aprendido conjuntamente. A veces vienen para mostrarte partes de ti mismo que debes mejorar y otras para etapas y momentos puntuales.

    Otras perduran en el tiempo. Las que siempre han estado desde que tienes uso de razón. Y las que se van subiendo en esas paradas de estación.

    Aristóteles escribió que «La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas».

    Mi mención desde mi más profundo agradecimiento y amor es para Patricia, Félix, Esther M., Lupe, Elena, Carlos, Juan, Begoña, Ramón, Joseba, Paola, Victoria, María, Jorge, Gabi, Elene, Vicente, Jasone, Araitz, Ismene, Esther P., Mallie, Bob, Julen, Mary, Ego, Mikel, Reiko, Marga, Newman, Myriam, Eduardo, Mónica, Joserra, Merche, Marta, María José, Alberto, Adrián, Carla, Audrey, Nekane, Carolina etc., etc. Son los que están, pero no están todos los que son; seguro que me estoy olvidando de algun@s y os pido disculpas por ello.

    Lo que sí que es cierto, es que a día de hoy, no presumo de muchas amistades, sino

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