Muerte física y renacer espiritual: Canta pajarillo...aunque no estés en tu nido

Por Diego S. Waehner

Este libro describe la tan fugaz como intensa historia vital de Sofía, una beba argentina a la que se le detecta un cáncer maligno a los dos años de edad. A partir de entonces sus padres comienzan a transitar un calvario de médicos, tratamientos, internaciones, intervenciones quirúrgicas, quimioterapia y terapias alternativas que no acaba con la cura física de la beba pero sí logra convertir a sus padres en seres resilientes que consiguen transformar todo el odio, la frustración, la desidia del sistema, el dolor y la desesperación en un camino espiritual que no solo evita la depresión o el suicidio de ambos luego de la muerte de Sofía, sino que los convierte en personas mucho más amorosas que logran cambiar su destino focalizando toda las enseñanzas y energía que les lega su hija fallecida para rehacer sus vidas, volver a formar una familia y viajar por el mundo en un camino de sanación no solo para ellos sino —sobre todo— para otros padres que hayan atravesado por experiencias similares, convirtiéndose en un testimonio invaluable de cómo sublimar ese dolor en ganas de vivir el resto de sus vidas con mayor intensidad y sentido que nunca.

• Idioma: Español
• Editorial: Diego S. Waehner
• Fecha de lanzamiento: 14 feb 2019
• ISBN: 9788832517446

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finales

Prólogo

Lo que aprendí con Sofía.

Este libro representa emociones y vivencias con las que muchas familias se podrán sentir identificadas. La relación con la muerte es una relación que decidimos mantener distante pero que se hace estrecha cada vez que sucede. La miramos de costado, agradecemos estar vivos en ocasiones y asumimos que llegará en el orden natural respetando la evolución de las generaciones. Un día la observamos acercándose y creemos que se está equivocando de persona. Hacemos ofrendas, deseamos el milagro y duelamos de antemano aún sin saberlo.

Sofía vivió un tiempo joven. Germinó, brotó, mostró su flor y se la llevó. He estudiado y he leído de muchas fuentes, pero acerca del duelo por una niña sólo lo aprendí con Sofía. Tuve la fortuna de participar en la vida de Sofía a través de sus padres gracias a mi profesión. La pude conocer personalmente cuando su flor estaba dejando su resplandor. La escuche sufrir. Empaticé con ella y con sus padres. La vi abandonar. También la sentí mía.

Luego de la turbulencia y la sensación de injusticia Divina percibí la calma. Seguí siempre cerca. Buscando una explicación en lugar de ser capaz de aceptar y tomar lo provisto por la vida. Somos capaces de ver lo bello de la vida cuando ésta falta. Sofía ha dejado reflexiones múltiples. Este libro escrito desde el amor seguramente también. Espero que lo recorran con las emociones, que se dejen atravesar por el palpitar de la vida para comprender la muerte. Espero que todos podamos comprender la finitud para gozar sin límites de lo inmediato.

Silvia Solá

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Agradecimientos

Quiero comenzar por agradecer a todas las personas que de una u otra manera nos acompañaron a lo largo de esta experiencia, quizás aun sin saberlo.

Quiero comenzar por el Hospital Garrahan, cuyos excelentes profesionales intervinieron justo a tiempo, salvando la vida de Sofía esa noche, lo que nos permitió disfrutar de su presencia durante tres meses más.

Gracias a mis padres, por haberme concebido y así yo también haber tenido la posibilidad de experimentar ser padre.

A mis hermanos, cuñados, primos y amigos.

Un especial agradecimiento a Mati, «el gordo», quien desde un principio se ofreció para ir a cualquier lugar del globo si yo así se lo pidiese.

A Silvia Solá, quien estuvo presente de principio a fin y aún más allá. Gracias por ser tal como sos.

A Alicia, quien nos conoce pareciera más que nosotros mismos. Gracias por enseñarnos tanto, por tus consejos, por acompañar en cada momento, por estar, por escuchar, por el amor y la confianza. Sinceramente, gracias.

Un agradecimiento profundo y especial a Sandra Laporta, quien estuvo presente desde el nacimiento y antes también. Sin ella todo esto hubiera sido completamente diferente. Un abrazo eterno.

Al primo Luta quien, en los últimos días de Sofía en este plano, le sacó una sonrisa.

A la tía Ele, quien ante el más mínimo pedido allí estaba con todo lo necesario y más.

A Raiza, por enseñarnos a empoderarnos y sentirnos más seguros.

A todos aquellos que no supieron acompañar. A los que prefirieron optar por la distancia y el silencio. Los respeto y comprendo perfectamente.

A todos, mi más sincero agradecimiento.

A Noelia, mi mujer, mi amante, mi compañera, mi amiga, mi confidente. La mujer que me acompaña hace ya más de una década.

Gracias por ser tan fuerte. Guerrera. Gracias por tu entrega. Gracias por ser una madre maravillosa. Gracias por haber sabido sobrellevar la situación y haber permitido que te (y nos) atraviese y nos transforme por completo. Simplemente gracias.

Dedicado a Sofía, esa hija hermosa, alegre, sonriente, luchadora hasta el último suspiro. Ese angelito que tuvimos el placer de disfrutar durante dos largos años.

Nos enseñó a crecer, a madurar, a conocernos un poco más, a ser padres por vez primera.

Tu pasaje por nuestras vidas fue corto, aunque hermosamente intenso.

Hasta siempre beija-flor.

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Introducción

El orden de los sucesos relatados en este libro refleja fielmente cómo me fueron llegando a la mente las imágenes, momentos, situaciones y recuerdos en un viaje de cerca de dos meses que hicimos a pie con mi mujer después de la partida de Sofía, desde Argentina hasta Guayaquil (Ecuador).

En una especie de trance fui plasmando cada uno de los momentos al papel, sintiéndome de esta manera cada día un poco más en paz. Una especie de catarsis de emociones y sentimientos. Tres meses de ensueño, de pesadilla, de sostener lo insostenible, de amor y de odio, de risa y de llanto.

Uno nace, crece, se desarrolla y arma esa vida que cree debe armar, sin detenerse a cuestionarse un solo momento el «para qué». Tener tu casa, un negocio rentable, un vehículo, hijos, el perro, plantar un árbol, escribir un libro.

Trabajo día a día por lo que creo es lo más importante: mi familia, mi mujer y mis hijos. Todo lo que hago y el tiempo que invierto lo