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Al borde de la muerte valoré la vida: guía para superar la adversidad y ser feliz
Al borde de la muerte valoré la vida: guía para superar la adversidad y ser feliz
Al borde de la muerte valoré la vida: guía para superar la adversidad y ser feliz
Libro electrónico155 páginas2 horas

Al borde de la muerte valoré la vida: guía para superar la adversidad y ser feliz

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El texto relata cómo después de un proceso traumático con una cardiopatía y donde estuvo al borde de la muerte pudo valorar la vida y despertar a la luz. Aporta diversas temáticas de cómo pudo emerger de la depresión, además ofrece herramientas para salir adelante, superar las adversidades y elegir ser felices con lo que se es y se tiene. Descubre cómo ser feliz con lo que eres y tienes, aprovechando al máximo cada día, aprendiendo de ese infortunio para sacar lo mejor de ti.

¿Para qué ocurren las cosas? ¿Para qué la enfermedad, la ruina, el divorcio, eventos traumáticos, etc., ¿Qué elegimos aprender de todo lo “malo” que nos pasa?
Si es así, este libro te ayudará superar la adversidad y ser feliz, con pasos sencillos de cómo serlo, además de aportarte ejemplos vivenciales de la autora basado en su propia experiencia traumática, comprendiendo el origen de la enfermedad, el poder sanador de los pensamientos a través de la reprogramación mental, además lograr todo lo que se anhela con solo la fuerza de los pensamientos, de la influencia del mundo angelical y la parte espiritual
Descubre cómo superar cualquier evento difícil en tu vida, comprendiendo su origen y como integrarlo en la vida a manera de aprendizaje.
•Reconocer que tus creencias crean tu realidad
•Aceptación de ti mismo con defectos y virtudes, amando la sombra que hay en ti
•Abrirse a otras concepciones teóricas para comprender tu origen, tu esencia, comprendiendo la fuerte influencia del inconsciente en todo lo que hacemos y somos
•Redefinir el concepto de Dios que habita en nuestro interior
•Transforma tu ser espiritual
•Pasos sencillos para superar la adversidad y ser feliz desde la transformación del ser.
•Reprograma tu mente con aspectos positivos para alcanzar tus metas y sanar tu cuerpo físico y mental.
•Ser feliz es una elección, no una imposición.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 abr 2021
ISBN9781005966706
Al borde de la muerte valoré la vida: guía para superar la adversidad y ser feliz

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    Vista previa del libro

    Al borde de la muerte valoré la vida - Michelle Escorcia Diaz

    A Alexander: hijo, gracias por ser mi maestro.

    A Jorge Enrique por la comprensión.

    A mamá y papá, los honro hoy y siempre

    Prólogo

    La vida nos da remezones que nos hacen tocar fondo. Cuando se llega a la zona más baja, casi a punto de morir y observar tu vida cual película, ver que ha sido una basura, entonces te das cuenta de lo vacía que ha sido y que tú mismo eres nada. Tener una segunda oportunidad de vivir no todo el mundo la tiene, fui afortunada. La cirugía a corazón abierto por insuficiencia mitral, me dio la oportunidad de revalorar mi misión y mi propósito en este mundo. Este texto lo parí y fue fruto de ese evento, porque a través de esa cardiopatía pude encontrarme, liberarme, comprenderme y lo más importante, amarme y aceptarme tal como soy.

    El despertar incluye un cambio de mentalidad, abrirse a otras concepciones y tomar lo relevante y funcional; echar abajo creencias anquilosadas que habían gobernado mis actuaciones y decisiones; apropiar técnicas o herramientas simples que me ayudaron a liberarme de patrones mentales impuestos por los padres, la escuela, la religión, los medios de comunicación; redefinir la relación con Dios y las formas hermosas de mantener la comunicación con El, más allá de la repetidera de frases sin sentido para pedir, de los ritos incoherentes con mi vida, simplemente ser agradecida, manifestar la alabanza sincera y un compromiso con servir, dejar legados.

    De todo ese evento doloroso, surge un nuevo ser, capaz de ver la vida de otra forma, otorgándose oportunidades para ser feliz cada día con lo que es y tiene, viviendo cada día como si fuese el último. Las oportunidades son ahora, en este presente, no después.

    Al leer este libro querido lector, deseo compartir contigo mi experiencia, de cómo ese momento doloroso cambió para bien, no sólo para mi sino para mi esposo e hijo. Durante cuatro años gesté este hijo, la idea, que se vio alimentado por numerosos autores, teorías que sirvieron para crearlo y el cual fui aplicando en mi vida. Además de diversas teorías como la bioneuroemoción, que me hicieron comprender mi condición, la relación con los seres de luz o ángeles en mi proceso de sanación, derribar creencias y el manual para ser feliz estableciendo metas para ello.

    Hoy lo doy a la luz. Debo confesar que en algún momento el miedo se apoderó de mi ser, y un día decidí echar al piso éste para levantar mi frente y tomar el riesgo de contar mi experiencia, de tal modo, que sirva de inspiración a otros Hoy me siento feliz por haber dado ese primer paso.

    Deseo agradecer a Dios, a mis ángeles hermosos por la sabiduría e inspiración, a unos ángeles de carne y hueso que se atravesaron en mi camino que son mis maestras, a Deisy, a Delia, a Yarit, por ayudarme a abrir mis ojos espirituales, a mi hijo Alexander por ser mi maestro también y por mostrarme la otra Michelle que hay dentro, por insistir a que debía hurgar muy en el fondo de mi alma, mirar la porquería en que me hallaba y luego, sacarla de mi alma y ser verdaderamente quien soy, libre, valiente, valiosa, auténtica y amorosa; a mi esposo por ser mi soporte, mi complemento. A mis padres, por ser el vehículo utilizado por Dios para venir a este mundo a sanar. ¡GRACIAS!

    Capítulo I. VEO LA LUZ

    Hoy he tenido suerte, he despertado y estoy vivo. Tengo esta vida preciosa y no la desperdiciaré. Dalai Lama

    Todo tiene un principio, mi vida inició en un hogar especial, soy afortunada de haber nacido allí, como primogénita creo que mis padres tenían muchas esperanzas puestas. Nací en un hogar humilde, mi padre trabajaba en una empresa con sueldo fijo y mamá al hogar, era el único que llevaba los ingresos a la casa.

    Vivíamos en casa de abuela, en un cuartico, pues otros familiares morábamos allí y el espacio era reducido. Aunque había mucha gente, era feliz. Junto con mis primos, jugábamos en el barrial que se formaba cuando llovía, a subirnos en los arboles de guayaba, níspero que había en el patio, a correr por toda la casa sin importar el montón de personas. De abuela Adela, me encantaban sus comidas, tenía una sazón única, una mujer hermosa, dedicada, entregada a su casa, viuda desde hacía muchos años, fue madre y padre para sus nueve hijos.

    La niñez es la etapa más importante, allí recibes todo lo que formará tu personalidad, la relación que se establece con mamá o papá determinará lo que serás. Mamá se esmeraba mucho por mí, cuando tenía los cuatro años, nació mi hermano Armando. Papá estaba muy contento, y yo también, un hermanito vino a alegrarnos la vida, ya no estaba sola.

    Su primer hijo varón, creo que puso sus sueños en él, deseaba que fuese un gran beisbolista como lo fue su papá, o sea mi abuelo, porque él amaba el béisbol, de hecho, mi abuelo fue beisbolista aficionado en Barranquilla, participante en torneos citadinos y foráneos, perteneció al selecto equipo de las viejas glorias del deporte de la pelota caliente en la misma ciudad, cuyo epicentro era el mítico estadio llamado Tomás Arrieta, hoy día renombrado por Edgar Rentería.

    Recuerdo que mi padre me llevaba a todos los juegos de softball que él practicaba en Barranquilla, sobre todo en la cancha de la Escuela Normal la hacienda, allí en el barrio Delicias. Aunque no entendía el juego, mi papá era feliz porque me permitía estar a su lado, si bien él siempre amaba el licor, casi era una costumbre, acto seguido terminaba un juego él se quedaba con sus amigos tomando alcohol, a mi mamá eso le disgustaba puesto que temía que al emborracharse me fuese a dejar en algún lado, creo que por eso discutían, pero mi papá no le prestaba atención y seguía en lo mismo, afortunadamente, nunca me pasó nada.

    Mi felicidad de niña fue plena, cuando mis padres compraron casa nueva, en el barrio Las Margaritas, en el municipio de Soledad, la casa era en bloques de cemento, con pisos rustico, lo que se llama en obra negra, no era la maravilla, pero ya tenía mi espacio, mi dormitorio propio, al poco tiempo nació mi otro hermano, Carlos. También sentí felicidad pues se nos agrandaba la familia, ya éramos tres hijos, en algunas ocasiones mamá me dejaba al cuidado de ellos cuando tenía que hacer diligencias. Considero que mi infancia fue estupenda.

    Como todo, inicié la escuela primero cerca a la casa, posteriormente mamá decidió colocarme en un colegio de religiosas ubicado en el citado municipio, de verdad hoy en día me asombro de la libertad que mamá dispuso, ella me enseñó a tomar un bus que me dejaba cerca a la escuela, la distancia de la casa a la escuela era de 20 minutos en bus. Contaba con siete años, para esa edad, creo que hoy día muchas madres no dejarían ir a sus hijas ni a la esquina. Admiré siempre de mi vieja hermosa, esa actitud de desapego que siempre tuvo. Jamás sentí sobreprotección a pesar que soy hija única.

    Tenía muchas amigas por la cuadra, Margarita, Carolina, Las Hermanas Bolaño: Bleidys y Audith, Luz Neira, Fidelia, Las Hermanas Villamizar, América, la gringa, Ney, Mónica, en fin, que cuadrilla de mujeres lindas, era feliz, corriendo por la calle, jugando hasta alta horas de la noche, visitando a las vecinas, sin temor que nada o algo pasara, eran otros tiempos donde se confiaba en el vecino, no había la malicia de hacer daño a los hijos. Mi vida continuó de forma normal, la escuela, la casa, el mismo barrio, la rutina de todos los días sin mayor contratiempo.

    A los 17 años culminé mi secundaria, ese mismo año conocí al hombre que después sería mi esposo. Fue mi único novio, quizá por la misma educación, basada en el temor, no tuve oportunidad de conocer más chicos, yo misma negaba la experiencia, veía que no era el tiempo, tenía otros sueños, de estudiar, de salir adelante. Tomé la decisión de estudiar en universidad privada cuando mi padre quedó ese año sin empleo, la empresa para la cual laboraba cerró actividades y lo despidieron. No tenía opción, mi padre me dijo el mismo día que gradué de bachiller, que no había dinero para una universidad, ni para estudios pagos, debía buscar mi destino, porque él no tenía los recursos para ello.

    Cuando la vida nos pone obstáculos, los agradecimientos deben ser plenos. Esa negatividad me dio impulso para no abandonar mis sueños, declaré ese año que tendría una profesión, que sería exitosa en mi carrera, para no depender de nadie económicamente. Gestioné, busqué un crédito con el Icetex, entidad pública estatal que en mi país otorga préstamos para estudios superiores e inicié estudiando en la universidad privada, la Autónoma del caribe. Mi tío Hugo Díaz (Q.E.P.D) fue mi codeudor, él siempre me apoyó y me daba ánimo para que no dejara de estudiar. Luego de haber terminado comunicación social me casé con el hombre de mis sueños, Enrique, después tuve la dicha de ser madre, mi único hijo, Alexander fue mi regalo hermoso, mi maestro hoy día

    Al inicio tuvimos contratiempos, mi esposo quedó sim empleo, fueron duras épocas, pero esos embates me aventaron a seguir por mis sueños. Yo había declarado años atrás que sería profesional, devengando mi propio salario, así decidí iniciar una segunda carrera universitaria, esta vez, la licenciatura en Idiomas en la Universidad del Atlántico.

    Fueron años duros, pero al final, obtuve los frutos, me gradué e inicié a laborar como docente enseñando inglés, primero en escuelas pequeñas donde la paga no era lo mejor, pero eran mis inicios y podía colaborar con la economía de la casa. Luego en colegios privados de mayor altura.

    Al correr de los años, fui nombrada mediante concurso de méritos por el estado colombiano, como docente en lengua extranjera y en la actualidad me desempeño como tal, enseñando el inglés a chicos de secundaria. Es mi mayor felicidad, disfruto mucho lo que hago, amo a mis estudiantes, y el colegio donde laboro, es una camaradería, los compañeros directivos y colegas son estupendos, es mi segunda casa.

    En todos esos años pocas veces, me enfermé, de hecho, siempre fui sana, y lo sigo siendo. Vendría después un momento en mi salud, que haría girar mi vida ciento ochenta grados. Y ese el motivo por el cual decidí escribir este libro. Este es el principio de mi aventura al cambio, a ver la luz de mi ser, oculta hasta ese entonces.

    En mayo de 2015, tuve una cirugía a corazón abierto, me instalaron una válvula mecánica por insuficiencia mitral. A partir de allí, todo en mi vida cambió. Quizá para millones de personas que han sido operadas por este mismo motivo, sean igual sus vidas, una cirugía más, como la de una apendicitis, una extracción de un diente, etc. Pero para mí, fue para bien, mi transformación en el plano emocional, espiritual fue rotunda.

    Cuando digo que veo la luz, es porque antes de eso, mi vida era totalmente oscuridad, vivir como el común de la gente, trabajar, tener un hogar, esposo, hijo, ir de compras al mercado, pagar los servicios, atender a los amigos, lo normal.

    A partir de esa experiencia desperté, valoré esta única vida que se me dio y puedo decir que, gracias a ello, soy otra persona, con más sentido por mi ser, con mi mente puesta en el cielo, anhelando las cosas espirituales más que materiales, viviendo el día a día como si fuese el último, conectada en cada segundo con Dios, agradecida en todo momento por el milagro de la vida y porque ahora entiendo mi misión en este mundo. A continuación, explico en qué consiste eso de ver la luz.

    Pero ¿para qué una enfermedad? Cuando padecemos algún quebranto grave de salud, siempre nos hacemos la pregunta: ¿Por

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