"...Y fui a escuchar a mi niño interior"

Por Marcelo Alejandro Sturari

Probablemente un porcentaje muy alto de las personas adultas del mundo sienten el dolor de situaciones vividas en la niñez temprana, por heridas que han marcado a ese niño para el resto de sus días. En este texto, el autor comparte una recopilación, que consta del relato (casi diario durante seis meses), de un camino realizado a través de meditaciones, que fueron un viaje al interior y más allá. En un encuentro con su propio niño de 3 años, para tratar de darle, en un mundo imaginario, sin tiempos y cargado de recuerdos, lo que necesitó recibir de los adultos. Basado en la técnica sugerida en un video de internet, en ese relato, cuenta con detalles, el encuentro sanador, que fue atravesando y construyendo, con ese niñito. Una cura real para el presente, pudiendo realizar un cambio de paradigmas, como lo es soltar la angustia y el miedo para empoderarse en la autoestima. Y así, después de esta hermosa travesía, vivir el presente, ya no, como un montón de problemas, sino transformado en un mundo de posibilidades sabiendo que la concreción de los sueños ya no tiene barreras.

• Idioma: Español
• Editorial: Abrapalabra Editorial
• Fecha de lanzamiento: 25 oct 2023
• ISBN: 9789874999726

Vista previa del libro

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…Y fui a escuchar a mi niño interior

Marcelo Alejandro Sturari

"...Y fui a escuchar

a mi niño interior"

La magia surge cuando nos reencontramos

con nuestro niño interior,

ya que él necesita nuestro abrazo adulto

para enseñarnos el camino del amor

Sturari, Marcelo Alejandro

…Y fui a escuchar a mi niño interior / Marcelo Alejandro Sturari. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Abrapalabra Editorial, 2023.

Libro digital, EPUB.

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-4999-72-6

1. Autoayuda. 2. Meditación I. Título.

CDD 158.1

Coordinación:

Helena Maso Baldi

Maquetado:

Ivanova Hidalgo

Primera edición: septiembre 2023

© 2023, Abrapalabra Editorial

Todos los derechos reservados.

Manuel Ugarte 1509, CP 1428 - Buenos Aires

E-mail: [e-mail]

www.abrapalabraeditorial.com

ISBN 978-987-4999-72-6

Hecho el depósito que indica la ley 11.723

Realizado en Argentina

Agradecimiento

Agradezco profundamente el aporte de mis hijas e hijo, a través del arte, Ema con sus dibujos, Clara con sus fotos y Nahuel en el texto comentario. También tengo que agradecer a Lili, por su paciencia en la corrección durante las horas que nos llevó hacerla, contando el aprendizaje que me llevo de regalo. A mis padres por ser cómo y quienes fueron. Y finalmente a mis hermanos, con quienes compartimos un cálido amor fraterno que, sin dudas, aprendimos en familia.

Comentario

Palabras de Nahuel, el primero en leer el libro:

Me tomé mi tiempo para leer detenidamente cada bajada de escalones al encuentro de este ser de luz con su niño, y cuán agradecido estoy de haber tenido el privilegio de poder, aparte de haber visto este proceso desde afuera y antes de que se escriba, explayar como se sintió leerlo luego.

Una persona que buscó un método que lo ayudó a reconciliarse con su pasado para poder vivir con más tranquilidad el presente, a través de visitas a su interior donde había alguien que, con cariño, le hizo ver que muchas cosas las podemos sanar así, con nosotros mismos solamente, porque somos nuestra propia luz y tenemos que hacerla brillar… "eso me hizo sentir en parte haberte leído, haberte visto en el progreso, haberte sentido madurar, soltar, amar sin condición, aceptar que las cosas fueron como fueron y por sobre todo amarte a vos mismo como nunca antes. Hoy sos mi papá y también un ser que admiro desde que tengo consciencia y verte en este proceso me hace verme a mi también, me ayuda a sanarme creyendo en el amor que uno se puede tener, así que me alegra que hayas encontrado este camino y espero sigas encontrándote con vos siempre, sea de niño, de adulto, de anciano, o de tu presente actual.

Te amamos hasta el infinito Pa!"

Prólogo

Hoy, después de dos años, decidí meditar e ir en busca nuevamente, de ese niño de la foto… con quien pude sanar tantas heridas en Mí. ¿Cómo? En los encuentros diarios durante los seis meses que duró el proceso en los que me recibió amorosamente y yo dejé fluir lo que ese Niño dijera en mi mente, en mi imaginación, en mi historia y en mi presente.

Esta vez, al encontrarnos, se aferró a mis piernas como quien no quiere que te vayas. De repente, comenzó a envolverme en un plástico para embalar, lo que me dejó casi inmóvil. Le pregunté qué quería que hiciéramos, suponiendo que él, como todo niño, siempre querría jugar. Curiosamente, esta vez, me pidió que le contara unos cuentos. Entonces le pregunté: -¿Qué cuentos quisieras escuchar?- Sin pensar mucho me dijo que quería que le leyera lo que había escrito sobre nuestros momentos, cuando bajaba la escalera para jugar y abrazarnos.

Así es que decidí acceder a su pedido.

A medida que pasaban aquellos encuentros con mi niño, que fueron experiencias muy fuertes, mis ganas de compartir la esencia de lo que vivía, fueron acrecentándose. Él, siempre me llevó a sanar, con regalos como la felicidad y la plenitud, dones que cada niño trae al venir a este mundo. Claro está, después, con la educación, las normas y los encuadramientos sociales, ese estado puro, se va escondiendo en el interior de la persona durante el crecimiento.

Curiosamente, entendí que nuestra tarea de adultos, es reencontrarnos con esa esencia que llevamos dentro. Necesariamente sanando heridas.

Capítulo 1

El sendero de la meditación

El recorrido

Voy a contar cómo y cuándo comenzó todo.

Creo que, desde que tengo memoria, he buscado respuestas a mi existencia.

El consejo de una amiga, quien siempre me decía: -te haría bien meditar- y mis propias incursiones en internet sobre cuestiones que tengan que ver con el pensarse a uno mismo, se combinaron, y me trajeron hasta aquí.

Husmeando en YouTube me encontré con un video, con la imagen de una señora sonriente llamada Paloma Crisóstomo, española ella. El título de dicho video era: Cómo Sanar las Heridas Emocionales de la Infancia¹. Despertó mucho mi curiosidad y sentí que tal vez, al verlo, me ayudaría a comprender si mis bloqueos y problemas de hoy, tienen relación con heridas que traigo desde la infancia.

Como siempre, acudían a mí, pensamientos críticos destructivos que me decían: a los 52 años no podés perder el tiempo en estas pavadas, ya sos un adulto grande, tenés que dejarte de hinchar con estas cosas, ya tendrías que haber superado eso, no podés estar toda la vida volviendo y volviendo a lo mismo. Lo peor es que esas palabras no sólo las escuchaba en mi cabeza, sino que, también, existe gente que siempre se encarga de expresártelas, creyendo que te ayudan al aconsejarte lo que deberías o no hacer.

Por suerte, escuché a mi corazón.

Primero, fui aprendiendo a meditar, dejando las culpas del pasado y las preocupaciones del futuro a un costado, al menos por veinticinco minutos en el día. De esa manera, el crítico interno que me frenaba para hacer la experiencia, también se apartaba un rato, permitiéndome entrar a un nuevo mundo, donde aparecían imágenes que yo dejaba fluir, haciendo el esfuerzo de no cambiar nada, solo tratando de entender su significado, llevándolas hacia un lugar de aprendizaje y de salud. Creo que lo pude vivir así, porque entendí el pedido de Paloma:

"La finalidad de encontrarte con tu niño en la meditación, es que tú, como adulto que hoy eres, puedas darle a ese Niño, todo lo que sientes que le faltó de parte del mundo adulto. Escúchalo, abrázalo, déjalo que te diga lo que sienta, si está enojado o feliz. Estate ahí para él… Y si vais a comenzar la experiencia,