Cuando tu boca calla, EL CUERPO HABLA: Las huellas que nadie vio detrás del abus

Por Ada Escalante Steffensen

Cuando tu boca calla, EL CUERPO HABLA: Las huellas que nadie vio detrás del abuso
Hubo algo que cambió por completo mi manera de ver las cosas; descubrí un póster en la pared que decía:

"Lo que tratas de olvidar tu cuerpo lo recuerda"

Me impacto tanto este mensaje que resulto después de mucho tiempo el título de este libro.
Había sufrido tantos años, nadie me podía ayudar, no había medicina ni tratamientos, siempre volvía al mismo diagnóstico, dolores psicosomáticos.

Estos llegaron a tomar control de mi día a día, me inculpe muchas veces por no tener fe y no saber confiar. Solo que había algo más que nadie sabía, un secreto que yo había jurado llevar hasta la tumba. Descubrí que ese secreto estaba matándome literalmente.

Te invito a leer una historia real, que por desgracia se repite muy a menudo en la sociedad. Mi anhelo es que por medio de esta historia pueda ayudar a dar voz a las víctimas que no son escuchadas y que podrían evitar muchas enfermedades si solo nos permitieran HABLAR.

Sobre este libro:

Este libro está pensado para personas que han sufrido abuso, maltrato y abandono en la infancia y que no se les ha permitido hablar de ello. A aquellas víctimas de los descuidos de los progenitores, que no fueron capaces de cuidarlos y protegerlos. Para que sepan que si se puede salir y sobrepasar el dolor y el sufrimiento.


Lectores de todo el mundo has dicho:

''Pocas veces un libro te conecta de manera tan directa con la realidad de muchas mujeres como este libro de Ada Escalante'‘. ★★★★★

''Se trata de las vidas calladas de niños que soportan vejámenes y maltrataos con la complacencia o la desatención de cuidadores y personas cercanas. Enfrentar estas situaciones difíciles que dejan huella en la vida de las personas requieren de un proceso de reflexión y aprendizaje y una disposición a sanar'‘. ★★★★★

• Idioma: Español
• Editorial: XinXii
• Fecha de lanzamiento: 25 oct 2021
• ISBN: 9783986460129

Vista previa del libro

Prólogo

¡Cuando al fin pude ver los primeros rayos de sol pintando de un color melocotón el cielo, me dije Por fin!, comenzó un nuevo día. Miré el reloj y ya eran las 5:04 am; tan solo tres horas de sueño, pero es que no pude dejar de leer CUANDO LA BOCA CALLA, EL CUERPO HABLA así es que muy calladamente me deslicé de la cama y me fui directamente a mi estudio todavía con las palabras de Ada Escalante resonando en mi mente … Lo que tratas de olvidar tu cuerpo lo recuerda.

Una historia difícil, una historia de dolor… pero no solo dolor físico, pero de dolor emocional, espiritual. Un dolor que entiendes porque puedes relacionarlo contigo misma; más aún si quien lo narra es una persona de gran corazón con quien me une una hermosa amistad. Hermanas en letras y en coincidencias en nuestras vidas a pesar del diferente entorno en el que crecimos.

Estas son historias que muchas veces tratamos de callar por diversos motivos, todos válidos, pero igual callamos. Callamos hasta que aparece alguien con el coraje suficiente para decirnos que no fuimos las únicas en sufrir el abuso, el engaño; que no fuimos las únicas en sufrir en silencio. Que no fuimos las únicas en creer que la vida era solo eso, un saltar de dolor en dolor, de desengaño en desengaño. No fuimos las únicas en estar perdidas y confundidas sin saber que lo estábamos.

Porque llegamos a este mundo envueltas en inocencia, dispuestas a entregar el corazón sin malicia alguna. Confiando en nuestros padres para que sean ellos los que marquen los límites de lo que está permitido y lo que no. Pero cuando ellos mismos, los padres, no saben cómo hacerlo, entonces el silencio de ellos significa para el niño que todo está bien, que así es como debe de ser, y erróneamente callamos y sufrimos en silencio pensando que la vida es así.

Pero el tiempo nos pasa la factura y aunque no lo queramos, aunque opongamos resistencia, el cuerpo habla. ¿Migrañas? ¿Dolores musculares? ¿Fatiga inexplicable? ¿Desórdenes alimenticios? … son muchos los síntomas y muy pocos los diagnósticos acertados, porque olvidamos que además de tratar el cuerpo, también debemos tratar el alma!

Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; ¡más! ay de aquel por quien vienen!  Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Lucas 17:1-2

CUANDO LA BOCA CALLA EL CUERPO HABLA, ¡es una historia valiente! Es una historia que se repite más frecuentemente de lo que quisiéramos y lamentablemente muchas veces por el temor a la estigmatización, o por sentimientos de culpa, o por tantas otras excusas que nuestra psiquis entreteje, callamos y vivimos una vida tratando de que se vea sana y normal, aunque por dentro llevamos ese secreto que nos va matando de a poco. Entonces aparecen los dolores y las molestias que los médicos no pueden explicar, y con analgésicos u otros químicos terminamos realmente afectando nuestro cuerpo.

Por sobre todo es una historia de amor, una historia de fe. Porque en el corazón siempre estuvo viva la llama del inmenso amor de Dios, y a pesar de todo lo vivido, siguió buscando el verdadero amor … el Señor tiene sus tiempos y la buena noticia es que el buen amor siempre llega.

Te invito a que recibas este mensaje con el que Ada nos habla del dolor, del cuerpo y de cómo vas sanando y volviendo a ver los vivos colores del mundo que nos rodea.

María Julia (Marilú) López-Hurtado

Autora del best seller

El Despertar de Maja

Recomendaciones

He sido creada para dar, es mi misión y visión en esta vida. Antes de poder llegar a esta conclusión tuvieron que pasar muchísimas cosas. Esto me llevó a escribir la historia de cómo todo empezó y tener una visión completa. Al igual que un rompecabezas, las piezas encajan y forman la imagen que al final se aprecia como una obra de arte del Creador.

El siguiente relato es real, con ciertas modificaciones para no ofender ni que nadie se sienta tocado de alguna manera.

Mi intención primeramente es llegar al lector con una chispa de esperanza y decirle que SÍ se puede salir del dolor y el maltrato, que no necesitamos seguir bajo el yugo de nuestros opresores, cualquiera que sea, abandono, abuso, denigración, falta de amor.

Cuando aún no había terminado de salir de mi dolor, entendí que todo lo que había ocurrido tenía una razón, aunque en el momento preciso no se entiende, luego la vida te dará la certeza. Entendí que yo tenía que crecer y dejar a un lado mi egoísmo y mis creencias para poder salir de aquel círculo de dolor y victimismo.

Todas mis energías y concentración se habían enfocado en el dolor, aunque humanamente tenía todo el derecho de sentir lástima por mí misma y por todo lo ocurrido mi mente lo veía como algo lógico, al fin de cuentas vi que era solo un dolor.

El dolor llega a ser en un momento determinado de tu vida el único pensamiento dominante y al final ese pensamiento gobierna tu vida y se hace rey sobre tu existencia. Cuando aprendes a distinguir entre pensamiento y sentimiento y no dejas que ninguno tome el control, sino que eres tú como amo y señor de tu vida que decides y solo tú eres responsable de lo permites o no. Esto no quiere decir que lo sucedido es insignificante, pero si se apodera de ti es como dejar que el agresor/abusador siga haciendo lo mismo durante toda la vida, aunque no esté cerca, porque la agresión sigue en la mente. Por cada pensamiento que permites de dolor y sufrimiento, le estás dando cabida a que tome poder sobre ti.

El recuerdo es algo que se guarda en la mente, pero tu cuerpo también es partícipe de él. Nuestra piel recuerda, desde antes de nuestro nacimiento, el túnel oscuro por donde tuvimos que pasar para poder ver la luz por primera vez. Claro, no lo recuerdas conscientemente, es tu subconsciente el que lo hace. Todo lo que tu madre sufrió en el embarazo, el rechazo al sentirse sola o también la alegría de esperar un ser tan deseado, estas emociones se impregnan en nuestro ser y nos van formando. También influye el apego o desapego que sienten las madres hacia sus hijos. Pensaría ella: ¡Otro más! ¡¿No es suficiente con los que ya tengo?. Esto en el mundo de la ciencia lo llaman rechazo y marca al niño hasta en la edad adulta si no es capaz de reconocer lo que le sucedió, comprender y perdonar.

Luego crecemos y la niñez se ve marcada por episodios de abandono, esto no lo podemos evitar, en cuanto más rápido nos damos cuenta de lo sucedido mejor podemos trabajar y salir del círculo de maltrato, desapego y desamor.

Luego que ya sabemos las razones de nuestra forma de actuar, va a depender solo de nosotros qué vamos a hacer con esta información y cuál es el poder que damos a nuestra mente para que gobierne y tome control de hechos pasados y se adueñe de todas las decisiones que vamos tomando en el lapso de la vida.

Estudiando varios libros sobre el tema de la infancia, me he topado con varios psicólogos que afirman que las actitudes de los niños, que erróneamente nosotros llamamos malcriados, son muchas veces –no digo siempre– causantes de un rechazo o falta de atención de los padres o de los tutores, además también causa en ciertos niños el deseo de ser niños obedientes y buenos para también llamar la atención, o poder pasar desapercibidos para no ser castigados.

En este último caso me reconozco yo, traté en la manera de lo posible de ser una buena alumna, buena hija, obediente y siempre servicial. ¿Por qué lo hacía? No lo entendí en ese momento, pero ahora sí: intentaba escapar de una realidad, formando la mía propia, viviendo en mi mente un mundo de fantasía, donde un hombre que me rescataría y me haría feliz por el resto de mis días, pero para eso debería ser muy inteligente, ya que guapa o linda no era, (eso es lo que me habían dicho) por eso el ser inteligente sería mi carta de salvación.

Cuando llegas a una edad donde puedes recapacitar, buscar ayuda y darte cuenta de que todo lo