Empresa que obedece (ciegamente) no crece

Por Francisco Javier Monge Chuliá

El sólo título de este libro invitará al debate y
seguramente provocará una nueva visión en la filosofía de las empresas.

El éxito, palabra que proviene del vocablo Exitus, palabra
en latín que significa “salida”, se refiere al resultado satisfactorio de una
tarea, un proyecto, solución de un problema o finalización

• Idioma: Español
• Editorial: Innovación Editorial Lagares de México, S.A. de C.V.
• Fecha de lanzamiento: 26 ago 2021
• ISBN: 9786074107012

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Empresa que Obedece

(Ciegamente)

no crece

Francisco Javier Monge Chuliá

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Empresa que Obedece (Ciegamente) no crece

© 2021, Francisco Javier Monge Chuliá

D.R. © 2021 por Innovación Editorial Lagares de México, S.A. de C.V.

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Cuidado Editorial: Rosaura Rodríguez Aguilera

ISBN Físico: 978-607-410-621-3

ISBN Electr+onico: 978-607-410-701-2

Primera edición física noviembre, 2019

Primera edición electrónica agosto, 2021

IMPRESO EN MÉXICO / PRINTED IN MEXICO

Prólogo

Es verdaderamente un honor y un placer para mi escribir esta introducción para una de las personas más admiradas en mi vida personal y profesional, mi amigo y hermano Javier Monge, lo conocí cuando era novio de mi querida hermana María de la Luz, por allá de los años setentas, apenas un joven soñador, pero impulsivo con unas ganas inmensas de triunfar en todos los retos que se le imponían, en aquellos ayeres, empleado bancario con ascensos provocados por su entusiasmo, pero siempre pensando en su superación personal, inicio la búsqueda de ello en otros horizontes, trabajando en diversas empresas con cargos que lo obligaban a tomar decisiones de alta responsabilidad, decidido a ir más allá de lo que laboralmente tenía, incursionó como empresario con éxito, lo que lo motivo a iniciarse en el área de capacitación en diversos temas, entre otros de motivación. En este libro, aborda tesis que van más allá de lo motivacional, entra en el ámbito del crecimiento de las empresas y de las instituciones, en forma muy atinada demuestra como aquella empresa, institución, empresario o todo aquel que simplemente obedece sin más que ofrecer, por cambios que se dan de manera natural o fortuita o por la evolución de los mercados, se quedan estancados en sus sistemas, proyectos etc., sin mayor visión que su estructura productiva original, o con muy poca idea hacia el futuro inminente, sin entender que todo lo cambia de manera programada o forzada por la implementación de nuevas tecnologías o por exigencias del mercado.

En este libro, analiza la manera en que algunas empresas exitosas, incluso poderosas, no tuvieron a tiempo, la visión que les impusieron retos urgentes para evitar su desaparición, ante la falta dinamismo en sus operaciones, pero fundamentalmente en su dinámica de crecimiento, sobre todo por aquellos que en la dirección de las empresas, no obedecen a los cambios, creando con ello estancamiento, mientras que aquellas que entienden y aprenden de nuevas tecnologías, que incluso apuestan su operación en el mercado , y si entran en esa dinámica pueden aspirar al éxito, permitiendo a sus colaboradores incursionar en la estructura productiva de las empresas, sin imponer a- forsiori, reglas que resultan obsoletas para la operación e incluso para la renovación parcial o total.

He participado a lo largo de mi carrera profesional y laboral, en múltiples empresas de varios géneros, y estoy seguro que lo que en este libro se inserta, ocurre en muchas de ellas, algunas desaparecidas por consecuencia de no haber entrado en una dinámica de cambio y simplemente por ser una empresa que obedece (ciegamente), no se da cuenta que no crece.

Lic. Rafael de Jesús Santos Gómez.

Antecedentes

El sólo título de este libro invitará al debate y seguramente provocará una nueva visión en la filosofía de las empresas.

El éxito, palabra que proviene del vocablo Exitus, palabra en latín que significa salida se refiere al resultado satisfactorio de una tarea, un proyecto, solución de un problema o finalización de una acción personal, laboral o deportiva. En una olimpiada el éxito lo determinan las medallas, en una empresa el éxito lo representan los resultados positivos orientados hacía un objetivo, que se obtienen en un lapso determinado. En la vida personal es la salida hacía una vida plena.

El éxito implica nuevos objetivos, es movible, efímero, no dura mucho tiempo y esto a nivel empresarial es más cambiante. Dura lo que dura la felicitación por el logro de un objetivo. Pero tiene un largo sabor de estabilidad o estancamiento. El éxito moviliza o paraliza.

Se debe buscar la capacidad que determina si se puede seguir ascendiendo después de considerar a la empresa exitosa o se debe preparar para enfrentar los nuevos retos y obstáculos producto del mismo éxito.

Para Kodak el éxito del procesamiento de películas por medios químicos y su casi monopolio en el mercado casi le cuesta el cierre definitivo. Envanecida por el éxito nunca pensó que un teléfono podría matarla: El Teléfono celular con capacidad de tomar fotos digitales.

Xerox, cuyo nombre original era Haloid, comienza como manufacturera de papel y equipo fotográficos, la compañía nace en 1959 con la introducción de la primera fotocopiadora de una pieza usando el método de xerografía: la Xerox 914.

Su expansión se da con fuerza en los años 60, sufre sus primeros años pero enriquece a muchos de sus inversionistas, logrando un éxito inusitado en la reproducción en papel de copias xerográficas. En los 70, el panorama estaba más orientado a un futuro de oficinas sin papel. Las computadoras y redes de datos llevaban a la obsolescencia al papel y por lógica a las copiadoras. La disyuntiva de Xerox era engancharse al tren de la modernidad y no seguir viviendo de éxitos pasados, por lo tanto se orienta a mejorar la calidad de sus diseños, reajusta su línea de productos, lleva los centros de copiado a las empresas, desarrolla copiadoras digitales e impresoras láser con escáner y revive en los años 80 y 90.

No esperó a que el tren del éxito ya no se pudiera abordar por dejar pudrir los durmientes y permitir que los rieles fueran acabados por la herrumbre. Hace una revolución de segunda curva y forja su futuro en base al cambio constante.

Campana de Ciclo de Vida de un producto aplicado

a la empresa

Es frecuente que el futuro de las empresas se parezca a la curva CVP utilizada para pronosticar o valorar las etapas de vida de un producto. El producto nace, crece, deja utilidades y muere. Si la empresa deja morir el producto sin realizar esfuerzos para lograr los máximos beneficios que se puedan obtener de él, el producto tiene una vida corta. Realizar una revolución de segunda curva implica invertir en el producto para maximizar su vida media y su meseta de rendimiento. Lo mismo pasa en la empresa, podemos dejarla morir o realizar una revolución de segunda, tercera, cuarta curva para mantener su vigencia y su liderazgo.

Richard Branson decía forma bien a tu gente para que pueda marcharse, pero trátalos mejor para que no quieran hacerlo.

Y donde más podemos invertir en tiempo y no en inversión es en el cambio de dirección para lograr mejores resultados con nuestros colaboradores. Decía Henry Ford sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan…es no formarlos y que se queden…

Jerarquizar o democratizar, repetir o cambiar, aprender o reproducir, la esfera de la inercia o el cambio. Seguir sobre durmientes en el tren del éxito o cambiar a la tecnología de la levitación para transportarse.

La pregunta es ¿Están preparadas las empresas para un cambio tan impactante, vigoroso y necesario?

Peter M. Senge se preguntaba en el capítulo dos de su libro La quinta disciplina ¿Su organización tiene problemas de aprendizaje? La respuesta es clara, todas nuestras organizaciones tienen problemas de aprendizaje, pero más que esto, todas las empresas tienen problemas territoriales y jerárquicos que evitan la innovación que el aprendizaje estimula. Actualmente se reconoce que en los estratos medios de la empresa es donde se aplica, con mucha frecuencia, el freno de mano, y son los menos preparados los que lo aplican a rajatabla. Su propia incapacidad los hace inseguros y el serlo los lleva a la lucha territorial y a ser los principales enemigos del cambio.

¿La jerarquía es mala? No, el hombre requiere estructuras que le den orden, pero si la jerarquía se anquilosa, la jerarquía es pésima. ¿Democratizar es entregar la empresa a los colaboradores? No es lo que se busca, el mandato de los muchos puede ser mortal, a nivel empresarial el término democratizar debe usarse para validar los canales de comunicación, el mejoramiento de los procesos, el libre flujo de las ideas, el desarrollo del talento.

La experiencia enseña que la mayoría de las enseñanzas al interior de la empresa a través de la capacitación quedan en letra muerta ante la pesada carga del siempre se ha hecho así, ¿Para qué cambiar? perdiéndose el impulso generador de nuevas ideas para sólo regresar a obedecer lo que el jefe dice. La obediencia es buena para las instituciones castrenses. Sin disciplina fracasarían sin duda alguna y a pesar de esta necesidad de obediencia es en las instituciones castrenses donde más se innova y avanza tecnológicamente.

La jerarquía reclama obediencia a lo ya establecido pero si sólo repetimos lo que ya hacemos, nos estancamos, no crecemos, no somos libres. Cuestionar y confrontar ideas no va en contra de una disciplina jerárquica que pide obediencia a las normas y principios de la empresa. Pero si va en contra del crecimiento de la empresa si nos estancamos en la obediencia ciega a normas y procesos obsoletos.

El pensamiento crítico es cambio, es asertividad, es objetividad, es rebeldía ante las creencias cuando éstas están sustentadas en falsas dicotomías. Es separarse de las ataduras orgánicas y la parte