“Crear un impacto positivo en la vida de las personas a través de la tecnología”. El propósito, eso que rige la vida y misión de las personas y las compañías hoy, no es algo fácil de encontrar. Agustina Fainguersch descubrió el suyo cuando estudiaba en Singularity University, la institución académica de Silicon Valley a donde peregrinan emprendedores, ejecutivos e innovadores de todo el mundo. Hoy, asegura que persigue ese propósito desde su posición como directora regional de Meta para América del Sur Habla Hispana y Miami. Antes, lo hizo como emprendedora.
Cuando estudiaba Ingeniería Informática en el ITBA (una de las pocas mujeres que hacían esa carrera en ese momento) conoció a quienes se convirtieron en sus socios y socias en su camino como emprendedora. En 2012, cuando todavía cursaban sus carreras, lanzaron Wolox, una empresa de desarrollo de software o “hub de disrupción digital”, como la describieron cuando fueron seleccionados como Promesas Forbes en 2018.
Crecieron a nivel local, se expandieron por América Latina y, a fines de 2020, eran más de 280 empleados. La empresa –y Fainguersch como cara visible al ocupar el lugar de CEO– era uno de los ejemplos insignia del gen emprendedor innovador argentino. En enero de 2021, llegó el anunció de adquisición por parte de Accenture, en una cifra que no trascendió (y sigue sin hacerlo). Fainguersch se quedó y pasó a formar parte de Accenture (“Nunca pensé en irme ni tomarme un descanso”, dice).