¿Quien fue Grey?

Por Cossette Vivas Vogel

Los grandes portones del cementerio se abrieron para darle paso al coche del cual descendió una mujer elegantemente vestida. Llevaba en sus manos un ramo de rosas y un libro, caminando entre los mausoleos rodeados de pinos y veredas con flores. Llego frente a una tumba en donde se inclinó depositando las flores y el libro, ¿

• Idioma: Español
• Editorial: TOPLINK PUBLISHING, LLC
• Fecha de lanzamiento: 1 mar 2017
• ISBN: 9781946801135

Cossette Vivas Vogel

Born in the city of Bluefields on the Caribbean coast of Nicaragua , a United Kingdom enclave during the mid nineteenth century that later hosted a colony of Prussian immigrants. Among them were the Vogel, her maternal family ancestors, of rich culture, strong ethical values and great appreciation for the arts. Her paternal family ancestors the Vivas, came from Granada, Nicaragua, Spanish - Creole aristocrats remarkable in politics, literature and industry. At age six she entered a private boarding school, where in addition to her school education, she studied universal culture, etiquette, arts and crafts. Later on, she immigrated to the United States of America with her children, where with great determination, all graduated from college. After graduating of Art and Design studies in Los Angeles, CA, she founded a company of which she is the chief designer. In addition to the novel "Who was Grey", she is writing a series of children's books illustrated with lithographs of her own creation.

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Copyright © 2017 by Cossette Vivas Vogel

Hardback ISBN:    978-1-946801-12-8

Paperback ISBN:   978-1-946801-11-1

E-Book ISBN:       978-1-946801-13-5

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The characters and events portrayed in this book are fictitious. Any similarity to real persons, living or dead is purely coincidental and not intended by the author.

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Printed in the United States of America

ÍNDICE

Introducción

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12 La Señora Sinclair

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15 La Visita Infructuosa

Capítulo 16 Invitación De Eloisa Sinclair

Capítulo 17 Investigador Privado

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21 El Encuentro

Capítulo 22 El Secreto

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

INTRODUCCIÓN

L

OS GRANDES PORTONES

del cementerio se abrieron para darle paso al coche del cual descendió una mujer elegantemente vestida. Llevaba en sus manos un ramo de rosas y un libro, caminando entre los mausoleos rodeados de pinos y veredas con flores. Llego frente a una tumba en donde se inclinó depositando las flores y el libro, ¿el título del mismo era Quien fue Grey?’ sus ojos estaban llenos de lágrimas y muy calladamente dijo: Papá , mama, aquí está la copia original, del libro que logre publicar con gran empeño., Creo al fin se corrió el velo de mi destino. Estoy muy feliz, al fin realice mi sueño. Yo sé que donde estén, disfrutaran este momento. El viento soplo abriendo las hojas del libro, como en señal afirmativa a lo que ella decía. Ahora que ya sé por dónde me conduce la vida y sabes papa? como tu decías De líneas torcidas Dios hace renglones rectos Secándose las lágrimas se dirigió al coche, al encuentro con su destino.

CAPÍTULO 1

H

ABÍA LLEGADO EL

día tan esperado. En la terminal del aeropuerto, Norel esperaba ansiosa la salida de los pasajeros. Estaba nerviosa, hacía años que no veía a Grey, le resultaba casi un desconocido, apesar de los correos que a diario se escribian

¿Qué pasará? se preguntaba.

Sentía mil mariposas en el estómago. Estaba segura de cómo lucía. Notó cómo era presa de miradas furtivas. Nadie que viaja hoy en día se viste con elegancia. Parecía que iba al encuentro con un alto ejecutivo.

Sí, allí estaba Grey, caminando lentamente hacia ella. Su corazón latía fuertemente. Se miraron, se besaron y tomados de la mano, subieron al auto rumbo a lo que sería el comienzo, o quizás el final de aquella ilucion.

Llegaron a la casa de Norel donde había unos bocadillos, quesos y frutas .

Estoy agotado, dijo Grey, este viaje a sido muy pesado. Necesito comer algo y luego tendré tiempo para admirar tus antigüedades y pinturas.

Mira, Grey, queso parmesano.

¡Te acordaste, Norel!

Siempre me acordaré de tus gustos, Grey. De mi parte, procuraré complacerte en todo lo que te haga feliz.

Grey sonrió.

Quiero abrir mi equipaje. Te traje algunos obsequios.

*     *     *

Frente al espejo de cristal del antiguo armario, Norel y Grey contemplaban su imagen. Ella lucía un camisón de seda y encajes. Grey con delicadeza le tomó el rostro entre sus manos.

¿Sabes estoy sorprendido de tu figura y tu rostro? Es como si tuvieras cuarenta años. Toda tu piel, sin una sola mancha. Eres muy linda, a veces me da la impresión de estar frente a una alucinación.

Del balconcito de la habitación de Norel, el cual daba a un hermoso jardín, se mezclaba el olor de jazmines y lavanda, los que se confundían con el perfume que emanaba de su cuerpo. De las puertas francesas, colgaban cortinas de tul color blanco, las que el viento agitaba lentamente.

En el centro de la habitación, había una mesita de madera fina, un candelabro de cristal de Bacará lleno de velas encendidas, rosas blancas y retratos de sus padres e hijos. El ambiente era realmente muy agradable, similar al de una película de los años treinta.

Grey la besó y juntos se dirigieron a la cama. Todo lo soñado y más aún de lo imaginado ocurrió aquella noche. Grey demostró ser muy especial, vehemente, apasionado; imposible de dudar su amor. Lo ocurrido en aquella primera noche fue muy hermoso. Ambos durmieron abrazados, como queriendo detener el tiempo.

*     *     *

El olor del café la despertó. Grey estaba de pie frente a la cama sosteniendo una bandeja. Ella abrió sus ojos diciéndole:

Gracias, mi vida, pero esto no está bien. Yo debería ser la que te sirva el desayuno en cama, no tú a mí, Grey.

Norel, siéntate y déjame acomodarte las almohadas. ¡Mira lo que te preparé! Yo seré quien te atienda estos días que estaremos juntos.

Y tú, ¿ya desayunaste? preguntó Norel.

Sí, ya tomé un té con frutas y queso como acostumbro a hacerlo.

Norel rodeó el cuello de Grey con sus brazos. Él la besó diciéndole:

Yo sabía que tu perfume era el más fino de todos. Ese olor se quedará impregnado en mi memoria.

Soy muy feliz y seré aún más cuando la distancia deje de separarnos, respondió Norel.

Tú y yo jamás nos separaremos, ni la distancia podrá, agregó Grey.

Ojalá me den el traslado, no sabes cómo sueño con ese momento.

Y yo, replicó Norel. Sería una gran alegría tenerte a mi lado para siempre.

Los días transcurrieron rápidamente, y la felicidad, tristemente, es pasajera. Aquellos días vividos con Grey habían sido como un sueño. Todo era perfecto. Cada gesto, cada beso, las conversaciones y el amor que la hacía sentir eran como para darle gracias a Dios.

Grey había llegado a su vida inesperadamente. Era su ángel cibernético, ya que se habían vuelto a encontrar gracias a Facebook. Norel no había propiciado aquel encuentro, fue el destino quien lo había decidido.

A pesar de la diferencia de edad, la cual no se notaba, ambos eran afines en muchas cosas. Mientras Grey era serio, flemático e introvertido, Norel era alegre y amaba la vida a plenitud, los dos disfrutaban de la buena música. Eran el uno para el otro. Habían vivido una niñez de sueño, rodeados de mucho amor y cuidados. Y eso los acercaba más.

Norel le decía a Grey, entre algunas cosas:

Yo creo que tú y yo fuimos amantes viejos. A lo mejor hasta a escondidas. Siento que te amo profundamente… A veces me pregunto, ¿quién de nuestros antepasados vivió lo que sentimos?

Yo sólo sé que, si nos hubiésemos casado en aquel entonces, seríamos padres de muchos hijos, agregó Grey.

¡No tendríamos auto, tendríamos un microbús lleno de pasajeros! respondió Norel, riéndose de sólo pensarlo.

Todo era hermoso, mas llegó el momento de la despedida, Norel llevó a Grey al aeropuerto.

Al regresar a su casa, sintio un gran vacío. Grey la llamó varias veces, él también extrañaba los momentos vividos.

Norel, no estés triste.: Si Dios lo permite, pronto estaremos juntos. Tenemos planes que realizar y recuerda que nada nos va a separar.

Ella esperaba y se preguntaba cuánto tiempo faltarían para verlo de nuevo. Sentía que la vida lejos de Grey no tenía ningún encanto. Él la hacía reír al contarle mil y una historias. Por medio del Internet, se comunicaban continuamente. Y por las noches, pasaban horas en el teléfono antes de ir a dormir. Emocionalmente, ella dependía de él, y más aún, que él constantemente se preocupaba por ella, queriendo saber de su día y todo lo referente a ella. Ambos, a través de la distancia, se preocupaban mutuamente.

El poder mental que Grey tenía sobre Norel sobrepasaba los límites de la realidad. Prácticamente, su voluntad estaba en sus manos. Ella llegó a los extremos de decirle:

Si algo te ocurriera, Grey, yo no lo resistiría. Me retiraría a vivir en un convento hasta el día en que Dios quisiera llevarme.

El amor que él había despertado y lo que Grey le demostraba era la consecuencia de aquel extraño y posesivo sentimiento tan sincero de parte de Norel.

CAPÍTULO 2

S

UCEDÍAN COSAS BASTANTE

extrañas. Todos los días, al filo de la madrugada, Norel se despertaba a la hora exacta en la que Grey usualmente lo hacía. Ella sentía algo extraño e inexplicable. En su mente, estaba clara la influencia telepática que Grey ejercía sobre ella. en una ocasión él le dijde una forma extraña y misterioso:

Norel, ¿te daría miedo si alguna noche, estando yo lejos, me sentara a tu lado para contemplarte mientras duermes?

¡Sí, ¡Grey, claro que me asustaría! Pero, ¿por qué me dices eso? ¿Acaso tú pudes hacerlo?

La contestación de él fue:

Vuélvete a dormir ‘telepática’. En otra ocasión hablaremos al respecto. Por ahora, sigue durmiendo. Te llamo luego.

Los días transcurrían plácidamente. Cada vez la relación se hacía más interesante y sólida. Norel sólo pensaba en cuándo lo volvería a ver.

Los días sin Grey no tenían ningún atractivo. Él se había convertido en su mundo. Se sentía feliz, completa y le daba gracias a Dios, por haberlo puesto en su camino.

Fue de esa manera que, una mañana, Grey la llamó para darle la noticia de que pasarían juntos su cumpleaños.

Norel, se me ha ocurrido una idea. Me encantaría que fuéramos al carnaval, es el ‘Mardi Grass’. Dicen que es muy interesante. Haríamos algo diferente.

Grey, me encanta la idea, pero nos tendríamos que disfrazar.

"Claro, Norel. Puedes ir pensando en tu disfraz. Cuando se me ocurrió la idea, hasta pensé en el mío. Lo que me divierte es que nadie nos podrá reconocer por el antifaz. A propósito, yo compré en Venecia un antifaz bellísimo, perfecto para esa ocasión. Más que un antifaz es una máscara. Bordada con perlas y pedrería.

"Grey, ¡Ése será un hermoso regalo de cumpleanos! ¿Qué día piensas llegar? Voy a contar los días, las horas, para verte de nuevo. Me haces mucha falta. ¡Gracias, por hacerme tan feliz!

Apropósito , que será tu disfraz ,que tal si nos sorprendemos . ¿Te parece que le demos un poco de misterio y nos encontremos en el carnaval?

Mira, conversemos de esto después, me encanta la idea, es como ponerle un poco de sal a la vida. Ahora, volviendo a tu viaje, ¿cuándo piensas llegar?

Quizás dos días antes de tu cumpleaños, Norel.

Creo, Grey, que no voy a dormir de la emoción.

Norel, toma las cosas con calma. Eres muy apasionada. Recuerda lo que siempre te digo: ‘Todo tiene su momento en la vida y una razón’.

Así, transcurrieron los días. Un baile de mariposas sentía Norel en su estómago. Había perdido el apetito. Solamente le interesaba pensar en el momento del próximo encuentro.

Ella se preparaba haciendo sus largas caminatas, era su