Controla tu ANSIEDAD y Controla tu ESTRÉS: Liberarse de las preocupaciones, gestionar el estrés y su intensidad para encontrar la paz interior, descanso y vivir en la felicidad de Dios

Por Javi Martínez

Dos libros en uno

Sencillos, efectivos. De fácil lectura y aplicación.

 

Dios nunca se pone ansioso, no se preocupa, jamás se estresa ni se pone nervioso. Siempre está tranquilo, en calma y en completa paz, y Él quiere compartir esa paz contigo.

 

Encontrarás en el libro 1:

• Que tu ansiedad es un sentimiento legítimo.
• Que el sentimiento poderoso del amor calma tus temores.
• Que Dios es la fuente de tu esperanza, alegría y paz.
• Que Dios está a tu lado para ayudarte en tus adversidades.
• Que no hay razón para tener miedo.
• Que puedes tener victoria sobre tus aflicciones.
• Que puedes gestionar tus fuerzas para vivir un día a la vez.

Encontrarás en este libro 2:

• Que existe un buen estrés y un mal estrés.
• Que el estrés continuo puede afectar notablemente nuestro cuerpo y nuestros deseos.
• Que Dios tratará con aquello que nos agobia.
• Que podemos ajustar la velocidad de nuestra vida.
• Que muchas veces el desgaste es inevitable, pero la renovación de las fuerzas está asegurada.
• Lecciones sobre la manera de trabajar de Dios que «descomprimirán» tu forma de trabajo.
• Por qué el descanso, a fin de cuentas, suele ser más productivo que trabajar sin detenerse.
• Que el cuerpo y la mente tienen una relación estrecha, por eso, descuidar tu cuerpo puede aumentar tu estrés.
• Que puedes accionar para que Dios comparta su paz contigo.

Mediante una selección de pasajes bíblicos exploraremos ideas espirituales para obtener descanso y vivir en la paz que Dios nos brinda.

Trae la paz a tu vida y aprende a manejar la ansiedad y el estrés con la ayuda de este material.

• Idioma: Español
• Editorial: Javi Martínez
• Fecha de lanzamiento: 4 abr 2021
• ISBN: 9781386428640

Vista previa del libro

INTRODUCCIÓN

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El comienzo de la ansiedad es el fin de la fe, y el comienzo de la verdadera fe es el fin de la ansiedad.

— George Müeller

Los trastornos de ansiedad son más comunes que cualquier otro tipo de trastorno mental y se estima que afectan al 15% de los adultos en los Estados Unidos. Muchas personas los experimentan como algo tan natural que no reciben tratamiento alguno.

La ansiedad puede afectar significativamente la calidad de vida de miles de personas que sufren de estrés excesivo, nerviosismo, preocupaciones constantes o ataques de pánico. La ansiedad persistente puede hacer que una persona viva inmersa en una gran tensión, sintiéndose al límite y en estado de alerta constante.

Dios nunca experimenta ansiedad, no se preocupa, nunca se estresa ni se pone nervioso. Siempre está tranquilo, en calma y en completa paz. Él quiere compartir esa paz contigo.

El presente plantea desafíos que no existían en otras épocas. Vivimos en tiempos complejos y acelerados, pero que también están llenos de grandes oportunidades. Nuestro desafío es aprovecharlas sin sacrificar nuestro equilibrio emocional.

En este libro, aplicaremos herramientas basadas en la palabra de Dios que te ayudarán a obtener la victoria sobre la ansiedad cada día.

En cada capítulo, encontrarás un versículo que renovará tus fuerzas y te dará ánimo y motivación. Puedes vivir la vida que Dios pensó para ti, reducir el estrés y disminuir la ansiedad. Confía, el Creador te acompaña y sabe lo que hace.

Encontrarás en este libro:

●  Que tu ansiedad es un sentimiento legítimo.

●  Que Dios te ayudará a descubrir las causas de tus cargas y cómo tratarlas.

●  Que el sentimiento poderoso del amor calma tus temores.

●  Que necesitas evaluar tu manera de pensar.

●  Que es tiempo de ajustar el ritmo de tu vida y cómo hacerlo.

●  Que Dios es la fuente de tu esperanza, alegría y paz.

●  Que puede experimentar una mayor presencia de Dios.

●  Que Dios está a tu lado para ayudarte en las adversidades.

●  Que no hay razón para tener miedo.

●  Que puedes tener victoria sobre tus aflicciones.

●  Que puedes gestionar tus fuerzas para vivir un día a la vez, en plenitud.

●  Que tienes a disposición herramientas bíblicas para hacer frente a la ansiedad.

●  Que Dios está atento a lo que te sucede y aunque no sepas cómo expresarte, te escuchará.

●  Cómo orar para afrontar la ansiedad económica o por situaciones difíciles.

●  Que si te deleitas en Dios, Él concederá las peticiones de tu corazón

●  Cómo gestionar tus fuerzas para saber qué incluir a tu agenda y qué quitar.

¡Es hora de comenzar a dar batalla a lo que te mantiene inquieto!

Comportamientos comunes de personas que padecen ansiedad

Según las investigaciones actuales, se ha identificado que existen ciertos comportamientos comunes en las personas que sufren de ansiedad. Estos comportamientos indican la frecuencia y la intensidad con la que se experimenta la ansiedad. Es importante estar alerta a la presencia de estos comportamientos para poder trabajar en ellos. En las siguientes páginas, examinaremos algunas enseñanzas espirituales que son útiles para superar estos patrones y vivir una vida llena de paz. Exploremos cada uno de estos comportamientos:

El pensamiento recurrente

Se trata de pensar en exceso sobre algo que se hizo o le sucedió, cuestionando las acciones propias o de otros, con la esperanza de encontrar nuevos descubrimientos sobre algún detalle que pudo haber pasado desapercibido. Además, de forma recurrente, se ensayan otras acciones o respuestas que pudieron haberse formulado. Dar vueltas al mismo pensamiento, en general, solo consumirá nuestra energía emocional y nos mantendrá estancados. Los pensamientos intrusivos son involuntarios, parasitarios y angustiantes.

Esperar lo peor

Se trata de tener expectativas de que algo malo pasará, poniendo el foco en lo que podría salir mal. Aunque las posibilidades de que algo malo ocurra puedan ser escasas, nos concentramos en ello. Este comportamiento nos paraliza, por lo que debemos prestar atención a las respuestas y comentarios que hacemos a los demás. ¿Son negativos, trágicos o catastróficos? Presta atención a los primeros pensamientos sobre algo o alguien. Por ejemplo, si compramos algo, ¿pensamos que será defectuoso? Si conocemos a alguien, ¿pensamos que nos traicionará o nos engañará?

Sentir un peligro constante en situaciones cotidianas

Se trata de tener un pensamiento de que corres peligro en situaciones cotidianas, como quedarse en casa, visitar un lugar concurrido o simplemente salir a la calle. Este miedo es desproporcionado y no refleja la realidad. La persona que experimenta esto percibe que su vida está en peligro cuando en realidad no es así.

Rituales de comprobación

Se trata de la necesidad de revisar de manera reiterada que todo se haya realizado correctamente. Por ejemplo: limpiar en exceso debido a la creencia de que todo está sucio, comprobar repetidamente que la puerta de la casa sigue cerrada o similares. Existen rutinas que deben seguirse en cada actividad y si no se realizan se produce inseguridad y miedo.

Estresarse con facilidad

Ante situaciones inesperadas, te estresas, te preocupas o te enojas con rapidez, más de lo esperado y sin que sea necesario. Este comportamiento es automático para todas las situaciones, sin distinguirlas, y no analiza si es adecuada dicha reacción. ¿Preocuparte es tu reacción inmediata a la hora de enfrentar un problema? ¿Crees que si no te preocupas, no te importa la situación?

Seguir preocupado al acostarse

Al acostarse, es el momento de relajarse para tener un sueño de calidad. Por el contrario, quien experimenta este comportamiento se acuesta y comienza a preocuparse excesivamente por cuestiones sin resolver en el día: problemas familiares, laborales y situaciones similares, utilizan las horas de sueño repasando su lista de pendientes con angustia, tratando de solucionarlas en un momento en el que no pueden actuar. Este comportamiento puede resultar en insomnio.

La queja constante

Se trata de revisar lo que ha salido mal y expresarlo como grandes desgracias, intentando prevenir que nuevas tragedias puedan llegar. El tema de la queja puede ser por lo que se tiene o por lo que no se tiene, incluyendo relaciones, finanzas, falta de oportunidades, etc. Todo puede ser motivo de queja. A esto se le suma que se experimenta impotencia que imposibilita generar algún cambio.

Sensación de inquietud constante

Quien lo experimenta en ningún momento de la jornada siente paz interior. A pesar de realizar actividades de esparcimiento o distracción, sigue experimentando inquietud y no encuentra tranquilidad.

El desafío es monitorear la aparición de alguno de estos comportamientos para prevenirlos y crear un plan de acción para evitar que la ansiedad aumente. Estas señales son una advertencia para actuar a tiempo antes de sentirnos abrumados. Así podrás tomar medidas para manejar la ansiedad y vivir sin que te restrinja o te robe la paz interior. A continuación, comparto algunas ideas que pueden ayudarte a examinar tu relación con la ansiedad y vencerla. Escribe con la base de que Dios te ha creado y ha proporcionado claras indicaciones sobre cómo administrar nuestro mundo interior para tener una vida satisfactoria.

Ansiedad y temor

Los individuos que han experimentado ansiedad describen una sensación como una preocupación intensa cargada de miedo que se presenta frecuentemente. Debemos señalar que hay una diferencia entre el miedo y la ansiedad. Mientras que los miedos responden a un peligro inmediato, la ansiedad nos indica que algo está ocurriendo u ocurrirá sin ser específica, responde no tanto a un estímulo externo, sino a un pensamiento.

Si esto es cierto, el miedo se activa ante un peligro que amenaza nuestra vida, de modo que debemos huir, luchar o paralizarnos para no ser vistos; y, la ansiedad es producto de interpretar nuestra realidad. Los miedos requieren una respuesta inmediata, en la que casi es necesario suspender el pensamiento para reaccionar, mientras que la ansiedad requiere el pensamiento, ya que surge desde nuestra forma de entender el mundo.

Por esta razón, nuestra respuesta a la ansiedad requiere tanto pensar como actuar, con el objetivo de adaptarnos y transformar significativamente nuestra forma de pensar y actuar ante un asunto.

●  Pensamiento recurrente: pensar en exceso sobre algo o alguien, generando angustia y consumiendo energía emocional.

●  Esperar lo peor: tener expectativas negativas y pensar en lo que podría salir mal.

●  Sensación de peligro constante: sentir que corres peligro en situaciones cotidianas, desproporcionado y sin reflejar la realidad.

●  Rituales de comprobación: necesidad de revisar repetidamente si algo está correcto, generando inseguridad y miedo.

●  Estresarse con facilidad: reaccionar con preocupación, estrés o enojo ante situaciones inesperadas.

●  Preocuparse al acostarse: pensar en problemas pendientes durante las horas de sueño, generando insomnio.

●  Queja constante: revisar lo que ha salido mal y expresarlo como desgracias.

●  Evitar situaciones: evadir situaciones que generan ansiedad, limitando la vida cotidiana.

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Querido Dios, te agradezco por tu amor y paz que siempre están presentes en mi vida. Sé que la ansiedad puede ser abrumadora y que afecta a muchas personas, incluyéndome a mí. Pero quiero confiar en ti y en tu promesa de que estás conmigo en todo momento. Me doy cuenta de que mi fe en ti es la clave para superar la ansiedad y alcanzar una vida llena de paz. Por favor, ayúdame a fortalecer mi fe y a aplicar las enseñanzas espirituales que me permitan superar mis patrones de ansiedad. Gracias por estar siempre a mi lado y por escuchar mis oraciones. En tu nombre, amén.

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Preguntas de reflexión

¿Cómo influye la ansiedad en nuestra calidad de vida?

¿Por qué Dios no experimenta ansiedad?

¿Cómo podemos ajustar el ritmo de nuestra vida para disminuir la ansiedad?

¿Recuerdas momentos en los que has orado y te ha ayudado a afrontar situaciones difíciles que causan ansiedad?

¿Cómo puedes gestionar tus fuerzas y priorizar tu agenda para reducir el estrés?

¿Qué significa que el deleite en Dios puede ayudarnos en la reducción de la ansiedad?

¿Qué es el pensamiento recurrente y cómo afecta a las personas con ansiedad?

¿Cómo puede afectar el esperar lo peor en la vida de una persona ansiosa?

¿Cómo pueden afectar los rituales de comprobación en la vida diaria de una persona ansiosa?

¿Por qué algunas personas con ansiedad se estresan con facilidad ante situaciones inesperadas?

¿Cómo puede afectar el seguir preocupado al acostarse a la calidad del sueño y a la salud mental?

¿Cómo puede influir la queja constante en la vida de una persona ansiosa?

¿Cómo pueden afectar las creencias negativas en la vida de una persona con ansiedad?

¿Por qué algunas personas con ansiedad experimentan una sensación de fatiga constante?

¿Cómo pueden influir los pensamientos obsesivos en la vida de una persona con ansiedad?

CAPÍTULO 1:

LA ANSIEDAD,

UN SENTIMIENTO LEGÍTIMO

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Entrégale tus cargas al Señor, y Él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.

(Salmos 55:22, NTV)

La ansiedad se hace presente en nuestra vida de muchas maneras, ya sea debido a responsabilidades laborales, presiones académicas, relaciones personales tensas, problemas de salud o financieros. Esta suele manifestarse de manera silenciosa, con síntomas como la falta de sueño o ataques de pánico.

Muchas personas de fe que viven con ansiedad se preguntan, con cierto sentimiento de culpa, si es legítimo sentir esta emoción. La Biblia responde a esta pregunta al decir: Entrégale tus cargas al Señor (Salmos 55:22). Este pasaje reconoce que sentiremos cargas, no critica que existan, ya que son parte de la vida, y que a menudo producen ansiedad.

Sin embargo, no estamos solos en esta lucha. La Biblia nos anima a entregar nuestras cargas a Dios, quien las llevará por nosotros. Tenemos a Quien recurrir en momentos de ansiedad.

Es sorprendente saber que el autor bíblico escribió estas palabras sin tener su vida completamente bajo control. Él también enfrentaba una maraña de problemas y cargas, pero conocía a Alguien que podía ayudarlo. Al escribir, pensó en otros que están en su misma situación, aconsejandoles.

Has tomado este libro, ya no estás solo en la batalla contra la ansiedad. Hay muchas otras personas de fe que luchan con el mismo problema. Pero además, tienes a