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Bésame: Tú y Yo, #3
Bésame: Tú y Yo, #3
Bésame: Tú y Yo, #3
Libro electrónico254 páginas4 horas

Bésame: Tú y Yo, #3

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Información de este libro electrónico

Todos necesitamos un lugar donde podamos sentirnos seguros …

Katherine Marshall estaba en camino de liberarse de su abusivo marido, Tim Marshall. Con los papeles de divorcio firmados, finalmente puede seguir con su vida.

Hasta que descubre que su marido ha demandado a su novio, Ben O'Leary. Katherine se da cuenta que Tim nunca dejará en paz a las personas que ama.

Decide que es hora de huir.

Tiene que proteger a Ben. Cuando se encuentra con la nueva novia de Tim, tiene la oportunidad de cambiar las cosas con el hombre que ha convertido en su misión de vida el arruinar la de ella. El karma puede ser un verdadero fastidio a veces.

Serie: Tú y Yo

Libro 1 – Sólo Yo

Libro 2 – Tócame 

Libro 3 – Bésame

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento12 abr 2020
ISBN9781071539231
Bésame: Tú y Yo, #3
Autor

Lexy Timms

"Love should be something that lasts forever, not is lost forever."  Visit USA TODAY BESTSELLING AUTHOR, LEXY TIMMS https://www.facebook.com/SavingForever *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* Sign up for news and updates and freebies - I like spoiling my readers! http://eepurl.com/9i0vD website: www.lexytimms.com Dealing in Antique Jewelry and hanging out with her awesome hubby and three kids, Lexy Timms loves writing in her free time.  MANAGING THE BOSSES is a bestselling 10-part series dipping into the lives of Alex Reid and Jamie Connors. Can a secretary really fall for her billionaire boss?

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    Bésame - Lexy Timms

    Copyright 2018

    Lexy Timms Logo black aqua

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse, almacenarse o introducirse en un sistema de recuperación, ni transmitirse, de ninguna forma ni por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro) sin la autorización previa por escrito tanto del propietario de los derechos de autor como del editor mencionado al principio de este libro.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, marcas, medios e incidentes son producto de la imaginación del autor o se utilizan de manera ficticia. Cualquier parecido con una persona real, viva o muerta, eventos o lugares es mera coincidencia. El autor reconoce el estado de marca registrada y los propietarios de marca de varios productos mencionados en esta obra de ficción, que han sido utilizados sin permiso. La publicación/uso de estas marcas comerciales no está autorizada, asociada ni patrocinada por los propietarios de la marca comercial.

    ––––––––

    Todos los derechos reservados.

    Bésame

    Libro #3 de la serie Tú y Yo

    Copyright 2018 por Lexy Timms

    Diseño de portada: Book Cover by Design

    Serie: Tú y Yo

    Libro 1 – Sólo Yo

    Libro 2 – Tócame

    Libro 3 – Bésame

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    BÉSAME. Sinopsis

    Todos necesitamos un lugar donde podamos sentirnos seguros ...

    ––––––––

    Katherine Marshall estaba en camino de liberarse de su abusivo marido, Tim Marshall. Con los papeles de divorcio firmados, finalmente puede seguir con su vida.

    Hasta que descubre que su marido ha demandado a su novio, Ben O'Leary. Katherine se da cuenta que Tim nunca dejará en paz a las personas que ama.

    Decide que es hora de huir.

    Tiene que proteger a Ben. Cuando se encuentra con la nueva novia de Tim, tiene la oportunidad de cambiar las cosas con el hombre que ha convertido en su misión de vida el arruinar la de ella. El karma puede ser un verdadero fastidio a veces.

    Contenido

    Serie: Tú y Yo

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    Bésame. Sinopsis

    Capítulo Uno

    Capítulo Dos

    Capítulo Tres

    Capitulo Cuatro

    Capítulo Cinco

    Capítulo Seis

    Capítulo Siete

    Capítulo Ocho

    Capítulo Nueve

    Capítulo Diez

    Capítulo Once

    Capítulo Doce

    Capítulo Trece

    Capítulo Catorce

    Capítulo Quince

    Capítulo Dieciséis

    Capítulo Diecisiete

    Capítulo Dieciocho

    Capítulo Diecinueve

    Capítulo Veinte

    Capítulo Veintiuno

    Capítulo Veintidós

    Capítulo Veintitrés

    Capítulo Veinticuatro

    Capítulo Veinticinco

    Capítulo Veintiséis

    Epílogo

    Nueva Serie: RACING HEARTS

    Serie: Tú y Yo

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    "No soy lo que me ha ocurrido,

    Soy lo que he elegido ser."

    Capítulo Uno

    Katherine

    Katherine Marshall respiró profundamente, inhalando el aire fresco y ligeramente frío por la nariz. Sonrió. Estaba viva y en camino de divorciarse de su abusivo marido. Tim Marshall pensó que tenía demasiado miedo de hacerlo. Pensó que podía mantenerla asustada y bajo su control, pero ella le había demostrado que estaba equivocado y planeaba mantenerse firme. No iba a intimidarla para que cambiara de opinión sobre el divorcio. Era tan bueno como si lo hubiera creado en su mente.

    Se volvió para sonreír al hombre que caminaba a su lado mientras se dirigían a las escaleras que los llevarían a su apartamento del segundo piso.

    Te ves feliz, dijo Benjamin O'Leary, inclinándose para besar su nariz.

    Estoy feliz. Muchas gracias por todo. Sin ti, nunca podría haber hecho esto, dijo ella mientras subía las escaleras.

    Me alegro de que hayas aceptado la ayuda de Meredith. Es una excelente abogada. El imbécil de tu marido ha encontrado la horma de su zapato con ella, refunfuñó.

    Ella se río suavemente mientras asentía con la cabeza y deslizaba la llave en la cerradura de su apartamento de un dormitorio. Abrió la puerta, moviéndose a un lado para dejar entrar a Ben primero. Era su ritual desde que Tim apareció de nuevo en su vida y la golpeó hasta convertirla en una pulpa sangrienta y magullada. Ben hizo una inspección superficial, asegurándose de que Tim no estaba al acecho en un armario o bajo la cama.

    Despejado, gritó.

    Katherine entró y cerró con llave. Iba a pasar mucho tiempo antes de que se sintiera verdaderamente segura de nuevo. Tim había demostrado una y otra vez que podía encontrarla en cualquier lugar y no tenía miedo de desatar su ira sobre ella, incluso en público, como lo había hecho en su trabajo. Se había soltado y había intentado arrastrarla físicamente hasta la puerta, pero Ben se apresuró a entrar y salvó el día, sólo para terminar en la cárcel.

    Cerró los ojos. No iba a pensar más en eso. Estaba empezando una nueva vida y no permitiría que la sombra de Tim reinara sobre ella como una nube oscura.

    ¿Puedo ofrecerte un trago? Tengo vino, vino o vino, bromeó.

    Hmm, aceptaría una copa de vino.

    Ella sonrió y sacó un merlot del pequeño estante de vino de alambre de la encimera de su cocina, lo abrió y sirvió dos copas. Lo vio mirar a su alrededor en su pequeño espacio y se sorprendió de sentirse bien con ello. Normalmente se ponía nerviosa, no le gustaba mucho dejar entrar a alguien a su apartamento, pero este era Ben. Ben era un buen tipo. Su chico.

    Ben la siguió a la cocina, parándose lo suficientemente cerca como para que pudiera oler la colonia que siempre usaba. Mientras ella le entregaba la copa sus dedos se tocaron, y en un instante la atmósfera cambió.

    Él alcanzó su copa y la dejó en el gabinete de la cocina antes de alcanzarla y posar su boca sobre la de ella en un apasionado beso. Ella abrió la boca, dejándole que tomara todo lo que quisiera, entregándose voluntariamente. El beso fue caliente y húmedo, como el que ella sintió entre sus piernas. Su lengua se sumergió, raspando la suya antes de retroceder.

    Te necesito, gruñó él, sus manos se ocuparon de su ropa, desnudándola en segundos. Ella quedó muy impresionada con su habilidad pero no tuvo tiempo de apreciarla antes de que se quitara los pantalones, tirando todo a su alrededor mientras se movía.

    Sus manos se trasladaron a sus caderas, levantándola y depositándola en la fría superficie del gabinete. Su trasero desnudo se sentía extraño en aquel sitio, pero no tuvo oportunidad de pensar en ello por mucho tiempo. La mano de Ben se acercó a sus rodillas, abriendo sus piernas. Empujando su mano hacia arriba como un misil buscador de calor, encontró su núcleo sobrecalentado, y metió su dedo índice.

    Ella jadeó, sorprendida por la brusquedad.

    Lo siento, te necesito ahora mismo, su voz era aguda y revelaba la intensidad de su deseo.

    Ella asintió con la cabeza, gimiendo mientras él trabajaba sobre sus resbaladizos pliegues, empujando un segundo dedo antes de deslizarla hasta el borde del gabinete. Segundos después, su cuerpo se abría de par en par para su duro eje. Sus manos fueron a sus hombros, sujetándose mientras él la empujaba dentro de ella, cogiéndola fuerte y rápido mientras ella se aferraba a él por su querida vida.

    No me canso de ti, la voz de Ben sonaba ronca.

    El cuerpo de Katherine temblaba de necesidad. Igual yo, murmuró.

    Él la levantó del gabinete y la hizo girar. Aguanta.

    Ella estaba de pie en la luz de su pequeña cocina, completamente desnuda con la espalda arqueada y el trasero al aire, como una gata en celo. Se balanceaba, esperando que él la llevara a ese dulce lugar al cual sólo él podía llevarla.

    Él la empujó dentro de ella una vez más, el nuevo ángulo la hizo sentir más llena mientras la presionaba dentro, su frente a su espalda. Ella se estremeció ante el contacto íntimo. Él se deslizaba dentro y fuera, sosteniendo sus caderas mientras ella se agarraba al borde del mostrador. Ella lo empujó hacia atrás, llevándolo más profundo, hasta que un suave jadeo se escapó de sus labios.

    Eso es, cariño, llévame hasta el final.

    Asintió con la cabeza, rotando sus caderas, encontrando nuevos nervios previamente no tocados. Fóllame, él gruñó, moviendo su mano para apretar su trasero.

    Ella se sintió empoderada y repitió el movimiento, llevándose a sí misma hasta la puerta de un clímax. Dependía de él seguir.

    Más, ella dijo casi gritando, mientras se aferraba al gabinete.

    ¿Más?

    ¡Si!

    El cuerpo de Ben se estrelló contra ella, meciéndola con tal fuerza que se encontró deslizándose más cerca del gabinete hasta que ella quedó tumbada sobre él, sus pechos presionaron contra la superficie dura y lisa mientras él entraba y salía de ella.

    Su cuerpo estalló alrededor del suyo, sus suaves gritos de placer resonaban por toda la habitación. Él la sacó y la hizo girar, levantándola al mostrador una vez más, donde continuó cogiéndola, despacio y con calma antes de coger el ritmo. Su boca se movió hacia los pechos de ella, chupando un pezón y mordisqueando suavemente. La poderosa sensación removió algo muy profundo dentro de ella. Sintió la espiral familiar y supo que estaba al borde de otro orgasmo.

    Sus manos se dirigieron a la parte posterior de su cabeza, aplastando su cara contra su pecho mientras ella le empujaba sus pechos en su cara, exigiendo más de lo mismo. Él le agradeció con entusiasmo, chupando fuerte mientras se mecía en ella. Cuando un millón de estrellitas bailaron frente a sus ojos, le apretó el pezón con fuerza, arrancándole un grito mientras su cuerpo era manipulado en una combinación de placer y dolor que la hizo sentir increíble.

    Cuando ella empezó a bajar de lo alto, él la levantó del gabinete, sus piernas se envolvieron alrededor de su cintura mientras la llevaba a su dormitorio. A ella le encantaba lo viril que era. Era como si no hubiera tenido sexo en días cuando en realidad sólo habían pasado unas pocas horas. Ella le hizo eso. Era una sensación embriagadora saber que ella podía hacerlo tan caliente y salvaje.

    La dejó caer en la cama, tirando de sus tobillos para que se apoyara en sus hombros mientras empezaba a follar con ella una vez más. La miraba con tanta pasión en sus ojos que pensó que ella estallaría en llamas.

    Quiero hacer esto, cada día, todo el día, gruñó él.

    Está bien.

    Él empujó con fuerza. No te burles.

    Su cabeza giró de un lado a otro en la cama. No estoy bromeando. Puedes enterrarte dentro de mí cuando quieras.

    Sus ojos se cerraron y ella pudo verle luchando por el control. Cariño, no tienes ni idea de lo que me haces.

    Lo sé exactamente. Tu también me haces sentir así, jadeó ella, mientras sentía que su polla crecía dentro de ella.

    Ben metió su dedo entre las piernas de ella, frotando sobre el bulto hinchado. Estás tan apretada y mojada. Sueño con follarte.

    Sus manos apretaron su bonita colcha. Lo que le estaba haciendo a ella le hacía imposible pensar con claridad.

    Más, por favor, más, gimió, sintiendo otro clímax en el horizonte.

    Se sentía inalcanzable, justo fuera de alcance mientras la frotaba lentamente con su polla pulsando profundamente dentro de ella.

    Te lo doy todo, hasta el último centímetro, gruñó, apretando los dientes mientras hablaba.

    Ben, por favor, estoy tan cerca, jadeó.

    Lo sé. Puedo sentirlo. Tu coño me aprieta tanto que apenas puedo respirar, gimió, su cara se retorció en lo que parecía un dolor, pero ella sabía que era puro éxtasis.

    La presión aumentó a medida que se deslizaba lentamente hacia adentro y hacia afuera. Su cuerpo se arqueó, succionándolo profundamente en su interior mientras el placer al rojo vivo atravesaba su cuerpo. Cada músculo se tensó. Podía sentir su cuerpo agarrando su polla en un agarre mortal, sujetándolo fuertemente dentro de ella.

    Él gritó, empujando sus piernas fuera de sus hombros, dejando su águila abierta mientras la cogía fuerte y rápido, aparentemente completamente fuera de control. Ella se escuchó a sí misma gritando su nombre mientras él seguía moviéndose dentro de ella, arrastrando el orgasmo mientras él tomaba el suyo. Su cuerpo se convulsionaba, se doblaba y arqueaba a su alrededor, alejándolo y acercándolo con cada movimiento.

    No puedo parar, gritó.

    No te detengas, no te detengas, animó, todavía vibrando con energía sexual que enviaba pequeños espasmos de puro placer por cada centímetro de su cuerpo, haciéndole sentir que había estado disfrutando de un orgasmo de duración récord.

    Él cayó a su lado, con su brazo lanzado sobre su cuerpo desnudo. Ella no podía abrir los ojos. La luz era demasiado brillante. El edredón debajo de ella se sintió áspero. Todo se sentía crudo. Nunca antes habían tenido un sexo tan salvaje y desinhibido. Ella no estaba segura de si todavía estaba entera. Su mano se deslizó sobre su cuerpo como para comprobar si todavía estaba allí y de una sola pieza. Se sentía como si se hubiera evaporado con ese último orgasmo y ahora estaba flotando encima, mirando hacia abajo a sus cuerpos desnudos y agotados.

    No se podía mover, aunque estaba muy incómoda con las piernas colgando de la cama. Aún así, no podía moverse.

    Lo haré, murmuró.

    Huh, murmuró, su boca demasiado cansada para formar palabras coherentes.

    Haré que nos movamos, dijo él, leyendo claramente su mente.

    Ella sintió que él se alejaba de ella. Unos segundos más tarde, la arrastraban hasta la cabecera de la cama, con la cabeza apoyada en una almohada.

    Estoy agotada, murmuró.

    Yo también. No te muevas. Quedémonos aquí un minuto", dijo él, su voz revelaba su propio agotamiento.

    Bien, dijo ella, abriendo un ojo para ver que todavía era de día.

    ¿Tienes frío? preguntó él.

    No, dijo ella, sin querer que se moviera.

    Se había puesto cómoda, acurrucada a su lado, aspirando el calor de su cuerpo para ella. Su respiración constante era el mejor ruido de fondo que ella había escuchado. Quería oírlo todo el tiempo. Sus ojos aún estaban cerrados. No creía estar cansada, pero una siestecita vigorizante sonaba demasiado bien para dejarla pasar. Se dejó relajar, borrando de su cerebro todos los pensamientos de todo lo que pasaba en su vida. Se concentró en la constante respiración de Ben y su cálido brazo alrededor de ella. Él era todo lo que importaba en ese momento. Todo lo demás podía esperar. Este pequeño pedazo de cielo era suyo para que lo tomara.

    Capítulo Dos

    Ben

    Su deleite vespertino lo había dejado muy contento. Estaban acostados en su cama, sin sábanas para cubrir su desnudez. Ben estaba cómodo en su propia piel, pero encontró que las mujeres tendían a ser un poco más modestas. Katherine lo había sido al principio, pero la firma de los papeles de divorcio había liberado su salvaje interior. Notó la diferencia en la forma en que caminaba, manteniendo la cabeza alta, con los hombros hacia atrás.

    Se alegró de ser parte del cambio y esperaba seguir apoyándola mientras dejaba a Tim atrás. No era tan ingenuo como para pensar que ella lo superaría de repente. Tenía que haber efectos secundarios a largo plazo derivados del abuso que ella había soportado. Le llevaría tiempo dejar de mirar por encima del hombro todo el tiempo y sentir realmente que podía establecerse y relajarse.

    Gracias, dijo ella, su aliento cálido rozaba su pecho.

    Él sonrió. ¿En serio acabas de agradecerme por el sexo? Porque si así fue, de nada, pero no es necesario dar las gracias. Soy yo quien debería agradecerte.

    Su suave risa sacudió ambos cuerpos. No es por eso. Gracias por ponerme en contacto con Meredith.

    No hice nada más que hacer que me metieran en la cárcel. Ella te conoció, le caíste bien y le disgustó mucho tu futuro ex, y decidió que ella también quería patearle el culo al tipo.

    Su suspiro fue fuerte y largo. Sé que esto va a sonar extraño y probablemente sea estúpido, pero estaba aterrorizada esta mañana. Me convencí a mí misma de no firmar los papeles del divorcio tantas veces que perdí la cuenta.

    ¿Por qué tenías miedo?, preguntó, su brazo se apretó automáticamente alrededor de ella, tirando de su cuerpo desnudo contra el suyo.

    Otro suspiro audible. "No lo sé. Después de

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