Tócame: Tú y Yo, #2

Por Lexy Timms

Todos necesitamos un lugar donde podamos sentirnos seguros…

Benjamin O’Leary pensaba que había encontrado a la mujer de sus sueños.

Pero cuando el esposo de ella se aparece, todo lo que creía saber sobre Katherine Marshall se pone en duda. No es hasta que ella aparece en su casa golpeada y llena de moretones que se da cuenta de que ha hecho una horrible suposición. Ella necesita su ayuda, pero se niega a aceptarla.

Katherine desea ser independiente, pero su marido, de quien está separado, nunca la dejará ir. Después de su último ataque, considera la posibilidad de huir de la nueva vida que acaba de empezar.

Excepto que no puede dejar a Ben.

Tal vez haya un "felices para siempre" esperándola. ¿Se atreverá a quedarse e intentarlo?

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 1 mar 2020
• ISBN: 9781071535684

Lexy Timms

"Love should be something that lasts forever, not is lost forever."  Visit USA TODAY BESTSELLING AUTHOR, LEXY TIMMS https://www.facebook.com/SavingForever *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* Sign up for news and updates and freebies - I like spoiling my readers! http://eepurl.com/9i0vD website: www.lexytimms.com Dealing in Antique Jewelry and hanging out with her awesome hubby and three kids, Lexy Timms loves writing in her free time.  MANAGING THE BOSSES is a bestselling 10-part series dipping into the lives of Alex Reid and Jamie Connors. Can a secretary really fall for her billionaire boss?

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Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, marcas, medios e incidentes son producto de la imaginación del autor o se utilizan de manera ficticia. Cualquier parecido con una persona real, viva o muerta, eventos o lugares es mera coincidencia. El autor reconoce el estado de marca registrada y los propietarios de marca de varios productos mencionados en esta obra de ficción, que han sido utilizados sin permiso. La publicación/uso de estas marcas comerciales no está autorizada, asociada ni patrocinada por los propietarios de la marca comercial.

––––––––

Todos los derechos reservados.

Tócame

Libro #2 de la serie Tú y yo

Copyright 2018 por Lexy Timms

Diseño de portada: Book Cover by Design

Serie: Tú y Yo

Libro 1 – Sólo Yo

Libro 2 – Tócame

Libro 3 – Bésame

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TÓCAME. Sinopsis

Todos necesitamos un lugar donde podamos sentirnos seguros...

Benjamin O’Leary pensaba que había encontrado a la mujer de sus sueños.

Pero cuando el esposo de ella se aparece, todo lo que creía saber sobre Katherine Marshall se pone en duda. No es hasta que ella aparece en su casa golpeada y llena de moretones que se da cuenta de que ha hecho una horrible suposición. Ella necesita su ayuda, pero se niega a aceptarla.

Katherine desea ser independiente, pero su marido, de quien está separado, nunca la dejará ir. Después de su último ataque, considera la posibilidad de huir de la nueva vida que acaba de empezar.

Excepto que no puede dejar a Ben.

Tal vez haya un felices para siempre esperándola. ¿Se atreverá a quedarse e intentarlo?

Contenido

Serie: Tú y Yo

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Tócame. Sinopsis

Capítulo Uno

Capítulo Dos

Capítulo Tres

Capítulo Cuatro

Capítulo Cinco

Capítulo Seis

Capítulo Siete

Capítulo Ocho

Capítulo Nueve

Capítulo Diez

Capítulo Once

Capítulo Doce

Capítulo Trece

Capítulo Catorce

Capítulo Quince

Capítulo Dieciséis

Capítulo Diecisiete

Capítulo Dieciocho

Capítulo Diecinueve

Capítulo Veinte

Capítulo Veintiuno

Capítulo Veintidós

Capítulo Veintitrés

Capítulo Venticuatro

Capítulo Veinticinco

Capítulo Veintiséis

Capítulo Veintisiete

Capítulo Veintiocho

Bésame. Sinópsis

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Más de Lexy Timms:

––––––––

"No soy lo que me ha ocurrido,

Soy lo que he elegido ser."

Capítulo Uno

Katherine

––––––––

El escuchar su nombre en un ambiente tan elegante hizo que Katherine se detuviera. La voz de Tim retumbó tan fuerte que todos se volvieron, curiosos de quién podría tener un comportamiento tan absurdo. Vestidos con las marcas de diseño más caras del mundo, los miembros de la crema y nata de Silicon Valley no estaban acostumbrados a ese tipo de escenas, como la que ahora se veían obligados a presenciar.

Humillada, Katherine se detuvo, sintiendo como si todos en la sala de conferencias supieran que era ella a quien el loco buscaba. Podía sentir que se encogía mientras Tim irrumpía en la sala. Parecía más grande de lo que ella recordaba, con sus anchos hombros echados hacia atrás, con la arrogante confianza que acompaña al poder.

Después de dejar a Ben para ir al baño, Katherine estaba casi segura de que se había imaginado el avistamiento, pensando que su paranoia se había apoderado de ella otra vez. No era raro que pensara que había visto a Tim cuando estaba fuera, pero la mayoría de las veces se trataba sólo de su imaginación.

Tim usualmente solía enviar a alguien de su personal de seguridad para que hiciera el trabajo sucio y Katherine huía antes de que pudieran acercarse a ella. Pero en esta ocasión era distinto. Rodeada por la élite y la gente rica del evento, se sentía acorralada. No había ningún lugar a donde correr y ninguna manera de huir efectivamente en su toga - incluso si había una salida de emergencia.

Esta era como una compilación única de sus peores pesadillas, y se estaba viendo obligada a vivirlas. Tim no sólo la había encontrado, sino que también la había encontrado durante lo que ella suponía que sería una de las mejores noches de su vida. Finalmente estaba disfrutando, y sintiendo su edad mientras bailaba con Ben. Siempre el perfecto caballero, él la había seguido hasta el baño, pero no tenía ni idea de lo que estaba a punto de suceder.

Katherine se arrepintió de no haberle contado a Ben sobre Tim. Ya era demasiado tarde para confesar, y no había manera de que pudiera explicar su decisión de ocultar la verdad. Pero Ben no tenía por qué lidiar con la locura con la que Katherine se había casado.

La última cosa que quería hacer era involucrarlo en el laberinto de abusos en el que estaba atrapada. Tim realmente disfrutaba haciéndole esto, apareciendo de la nada y arruinando todo lo que ella tenía. La sonrisa en su rostro era toda la validación que ella necesitaba mientras Katherine se preguntaba qué había planeado para ella. Tim siempre había sido un gran castigador, por lo que su abandono no sería tomado a la ligera.

Katherine sintió que sus piernas se debilitaban y extendió la mano hacia el respaldo de una silla mientras luchaba por mantener el equilibrio, temerosa de desmayarse y que aquello se añadiera a la caótica interrupción de una noche perfecta. Unos minutos antes, no tenía preocupación alguna y se preguntaba si Ben le extendería otra invitación a su impresionante piso de soltero.

Todo transcurría perfectamente, o al menos ella pensaba que así era. Con el hermoso vestido púrpura que Ben le había regalado, Katherine se sentía como una princesa caminando de su brazo. Él estaba orgulloso de presentarla a sus colegas, y ella estaba orgullosa de su capacidad de relajarse y divertirse a medida que pasaba la noche.

Era como si Tim pudiera sentir su felicidad de alguna manera. Mientras Katherine lo veía irrumpir en el pasillo, se imaginaba un molesto despertador que interrumpía todo en su prístino mundo para hacerle saber que finalmente había sido alcanzada su psicópata ex consorte.

Ahora, parecería que él había dejado todo en su próspero consorcio jurídico en Los Ángeles para venir y entrometerse en la diminuta astilla de una vida que Katherine se había forjado en San Francisco. Ella no podía imaginar cómo él podía alejarse de su trabajo tan fácilmente para destruir su vida, ya que cuando se casaron, él nunca tuvo un momento libre para dedicarse a nada que tuviera que ver con ella.

A Tim no le importaba nada que no le beneficiara directamente. Katherine para él no era más que otro de los trofeos que coleccionaba para exhibirlos en su mansión. Una vez que la convenció de que se casara con él, todo se fue cuesta abajo.

Cuando los verdaderos colores de Tim resultaron ser demasiado hirientes para que Katherine los soportara, lo dejó, decidiendo que era preferible huir por el resto de su vida en lugar de quedarse encerrada en un matrimonio abusivo. Había pasado los últimos dos años mirando por encima del hombro, siempre temerosa del inevitable día en que Tim aparecería, lista para destruir cualquier vida que hubiera armado una vez más.

Cuando encontró el trabajo en la pastisería en aquel bonito vecindario cerca de su nuevo apartamento, Katherine tuvo la esperanza de que finalmente podría construir y mantener una nueva vida para sí misma. De alguna manera, una parte de ella quería enfrentarse a Tim, cansada de huir. Pero ahora, al ver que su musculoso cuerpo sobresalía por encima de todos los demás en la fiesta, sabía que no estaba lista para una pelea

Katherine podía sentir que se acobardaba antes de que él estuviera lo suficientemente cerca para que ella viera los remolinos de color verde en sus ojos marrones. Ya se estaba retirando, entrando en la concha que una vez fue su hogar, dejando atrás a la mujer segura de sí misma en la que había intentado convertirse.

El tiempo parecía moverse en cámara lenta mientras Katherine sentía que todos los ojos de la gala se centraban en ella. Tenía que decidir cómo manejar este tren de carga que era Tim, y tenía que decidir rápido. Él estaba a sólo unos metros de distancia, sus ojos brillaban ahora que sabía que la habían atrapado.

Como un animal salvaje, Tim se puso aún más ansioso al acercarse a su presa. Katherine se sorprendió incluso a sí misma por la velocidad de su transformación de vuelta a la debilitada víctima a la que siempre volvía cuando Tim estaba cerca. Su carácter controlador y dominante eclipsó su comportamiento tímido, aprovechándose completamente de su bondad y su miedo.

Mirando a Ben, Katherine recordó la nueva vida que tuvo el privilegio de presenciar en los últimos días. Ben le había mostrado un vistazo de lo que era posible, de la intimidad que proporcionaba una relación. Estando a su alrededor, ella se sentía segura y valorada. Y sabía que quería más.

Ahora, Ben se quedó mirándola con una expresión confusa en su hermoso rostro. Sus dos amigos estaban a su lado, los tres mirando con preocupación en sus ojos. Katherine sintió la vergüenza en sus mejillas, segura de que se había puesto tres tonos más de rojo cuando Tim se acercó a ella

Deseando poder enviarle un mensaje a Ben con el anhelo en sus ojos, Katherine recordó la red de seguridad que él le había proporcionado, asegurándose de que estuviera protegida en todos los lugares a los que iban. Constantemente la felicitaba por su belleza, su inteligencia, pero sobre todo por su fortaleza.

Ben no se sentía intimidado por Katherine y ella necesitaba el estímulo que él le ofrecía, un bienvenido contraste con el aluvión de críticas e insultos a los que Tim la había sometido. Salir con Ben había sido un soplo de aire fresco y un tortuoso recordatorio de todo lo que ella nunca pudo tener.

Con Tim ahora a sólo unos centímetros, Katherine sólo lamentaba haber creído que podía escapar. Él se iba a asegurar de que ella no fuera feliz, sin importar lo que pasara. Podría ser el momento de que ella lo aceptara. Con una última mirada a Ben, Katherine trató de olvidar todo lo que habían compartido en los días desde que se conocieron.

Sus ojos buscaban los de ella para algún tipo de permiso, pero Katherine no tenía idea de cómo responder. Estaba demasiado avergonzada para decirle ni una sola palabra de certeza. Segura de que él ya no querría tener nada que ver con ella, se preparó para lo que sabía que no terminaría bien.

Podemos hacer esto de la manera fácil, o de la manera difícil, pero Katherine, ambos sabemos que te vas conmigo. Tim sonrió mientras hablaba, viendo a Katherine acobardarse debajo de él.

A ella solía encantarle la forma en que él se erguía sobre ella, su altura en realidad aquello había sido una de las primeras cosas que atrajo a Katherine hacia él. Ella lo notó desde el otro lado de la habitación y se preguntó sobre el hombre afeitado con la mirada peligrosa para él. Cuando se enteró de que había jugado al fútbol profesional, Katherine sintió que lo comprendía mejor. Como si su historia finalmente tuviera sentido.

Todo en Tim era atlético y competitivo, incluyendo la forma en que agarraba el brazo de Katherine, presionando aún más fuerte para enfatizar sus últimas palabras antes de soltarla tan bruscamente que se cayó hacia atrás medio paso.

Será mejor que me respondas antes de que te avergüence delante de tus nuevos amigos, dijo Tim mientras echaba un vistazo a la fiesta, su visión se cernía sobre la mesa desde donde Ben y sus dos amigos estaban mirando.

Haré lo que quieras, Katherine sintió cómo las palabras se le resbalaban de la lengua.

Sabía que Tim quería que ella volviera a Los Ángeles con él, y aunque no tenía intención de hacerlo, asintió con la cabeza antes de seguir a Tim hacia la salida. Él la agarró del brazo mientras se movían entre la conmocionada multitud, temiendo que ella pudiera estar actuando.

Mientras caminaba por el pasillo, Katherine recordó lo maravillosa que se había sentido al entrar del brazo de Ben y al conocer a algunas de las personas que ahora la miraban salir con preocupación en sus rostros. Sonrió su nerviosa sonrisa, esperando darles algún tipo de alivio mientras se dirigía a las puertas de entrada.

Cuando el aire fresco de la noche golpeó su cara, Katherine se vio obligada a aceptar que no estaba dormida. Esta pesadilla estaba sucediendo realmente, y Tim le tiró bruscamente del brazo mientras la obligaba a enfrentarse a él. Él estaba lívido, ella podía verlo en sus ojos mientras escupía las palabras.

No me jodas, Katherine. Sabes que haré lo que sea necesario para recuperarte, gruñó.

Ella se quedó sin habla, sintiéndose atrapada en las garras de un león mientras miraba con miedo a su alrededor, consciente de que nadie podía salvarla. Cuando por fin cerró los ojos con una niña más joven que observaba su interacción, Katherine encontró el coraje para apartar su brazo de las garras de Tim mientras daba un paso atrás rápidamente.

Estaban lejos del público, él no necesitaba sostenerla más tiempo y ella no iba a acobardarse tranquilamente ante su dominio. Era extraño sentir que la versión antigua de ella misma batallaba con la nueva mujer envalentonada que quería estar cara a cara con este hombre que había arruinado su vida.

Ella estaba lista para luchar por la vida que quería, pero la presencia de Tim era tan abrumadora que no podía encontrar las palabras para enfrentarlo. Cuando él la miró, Katherine supo que necesitaba decir algo para salvarse.

¿Qué estás haciendo aquí? Esta gente me conoce, mintió.

Me importa una mierda esta gente, Katherine. Si quieres gritar, te daré una bofetada delante de todos y cada uno de ellos, amenazó Tim, con la voz demasiado más alta de lo normal.

Podía ver las cabezas girando para encontrar la fuente del alboroto, y se avergonzó aún más con el paso del tiempo. No había nada que pudiera hacer para salir de allí lo suficientemente rápido. Mirando por encima del hombro, volvió a mirar a las puertas, rezando para que Ben no viniera a buscarla.

¿Qué es lo que quieres, Tim? Preguntó Katherine, mirándole a los ojos, que parecieron ablandarse por un segundo mientras él la miraba.

Tenemos que hablar, Katherine, dijo, dando un paso lento hacia ella. Ella igualó su movimiento con un paso propio en la dirección opuesta, manteniendo la distancia entre ellos mientras daba la espalda a la puerta.

¿Hablar de qué? Trató de retrasarlo, sabiendo que no había nada que los dos tuvieran que discutir.

Tim no estaba interesado en hablar, y definitivamente no iba a escuchar nada de lo que Katherine tuviera que decir. Quería que ella le obedeciera, y había venido a cobrar lo que sentía que ella le había quitado. Ella sabía que él no estaba haciendo amenazas vacías al amenazar con golpearla, o humillarla delante de todos. Tim siempre se había divertido mucho avergonzándola.

Sintiéndose atrapada, Katherine no se movió la siguiente vez que Tim dio un paso más. Satisfecho con su sumisión, envolvió sus dedos con fuerza alrededor de su bíceps, apretando el pequeño músculo con facilidad. Katherine respiró hondo, insegura de lo que le deparaba el futuro, pero segura de que encontraría una forma de sobrevivir.

Capítulo Dos

Ben

––––––––

¿Qué demonios fue eso? Preguntó Will mientras giraba hacia la salida de la gala. Su evento de caridad había transcurrido perfectamente hasta que ese hombre irrumpió en la fiesta gritando desde el otro lado de la sala.

Afortunadamente, el eficiente personal de Will había desviado rápidamente la atención de los invitados del exabrupto, la banda volvió a tocar, la fiesta volvió a la normalidad rápidamente y casi nadie en la sala de conferencias siguió pensando en aquel breve y caótico momento.

No sé, respondió Ben, sus palabras se desvanecían mientras observaba las puertas de entrada, esperando algún tipo de explicación.

Ella lo conocía, señaló Rachel, su rostro se retorció extrañamente, como si estuviera tratando de resolver un rompecabezas. Ben se detuvo, viendo cómo las ruedas giraban en las mentes de sus dos amigos más antiguos, mientras intentaban ayudarle a encontrar sentido para los sucesos de aquella noche.

Rachel estaba tan emocionada como él cuando decidió llevar a Katherine al evento de caridad. Y después de que Ben hubiera hecho de casamentero, reuniendo a Rachel y Will después de años de inofensivo coqueteo, Rachel se alegró de tener a Katherine allí para añadir equilibrio al grupo.

Parecía asustada, mencionó Ben, recordando la