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Cazadores Bajo Ataque
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Libro electrónico83 páginas1 hora

Cazadores Bajo Ataque

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El autor, aunque golfista en primer plano, ha dedicado buena parte de su vida a estudiar la naturaleza, principalmente el reino animal.

Ha sido cazador y pescador por ms de 40 aos favoreciendo la caza con arco. Se inician los apuntes con un relato de la caza de un venado cola blanca que ilustra todo lo necesario para la cacera con arco, las emociones que despiertan en los practicantes del deporte y las vicisitudes propias de esta prctica.

En este ensayo el Lic. Villarreal pone en relieve los argumentos en pro y en contra de la cacera, llevndolos amenamente y con asertividad filosfica por medio de una conversacin entre cazadores en el campamento.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento3 feb 2012
ISBN9781463315603
Cazadores Bajo Ataque
Autor

Lic. Viviano Villarreal Cueva

El autor, aunque golfista en primer plano, ha dedicado buena parte de su vida a estudiar la naturaleza, principalmente el reino animal. Ha sido cazador y pescador por más de 40 años favoreciendo la caza con arco. Se inician los apuntes con un relato de la caza de un venado cola blanca que ilustra todo lo necesario para la cacería con arco, las emociones que despiertan en los practicantes del deporte y las vicisitudes propias de esta práctica. En este ensayo el Lic. Villarreal pone en relieve los argumentos en pro y en contra de la cacería, llevándolos amenamente y con asertividad filosófica por medio de una conversación entre cazadores en el campamento.

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    Cazadores Bajo Ataque - Lic. Viviano Villarreal Cueva

    Contents

    DEDICACION

    PROLOGO

    LA CONTIENDA

    EL DIALOGO

    ALGUNAS CONSIDERACIONES

    CONCLUSION

    SOLITUD CAMPIRANA

    AGRADECIMIENTOS

    BIBLIOGRAFIA

    BIOGRAFÍA DEL AUTOR

    DEDICACION

    Este ensayo está dedicado a todas aquellas personas que reconocen la necesidad de la conservación de las especies animales y su hábitat. Al individuo que se preocupa constructivamente por el equilibrio de la naturaleza y reconoce el tremendo impacto que la destrucción del medio ambiente tiene sobre la vida animal, el género humano y nuestro planeta. Estos apuntes van dirigidos a todo individuo que siente la responsabilidad de dejar el mundo un poco mejor de cómo lo encontró, y agradecer de esta manera a los ancestros que de una forma o de otra se preocuparon por heredarnos el mundo como nos fue entregado. Estas líneas son para las gentes que no conocen la cacería, pero que les gustaría entender los móviles que impulsan al cazador a desenterrar los instintos ancestrales. Son para el anti-cazador bien intencionado que actúa con conocimiento de causa y responsabilidad civil. Para los cazadores responsables que respetan las leyes escritas y las tácitas de sentido común al practicar el arte de la cacería.

    PROLOGO

    Es tanta la polémica que en los últimos años se ha entablado entre cazadores y anti-cazadores que me vi impelido a disertar sobre el asunto. De antemano aclaro que de sobra sé de la existencia de cazadores irresponsables que en más de alguna forma hacen mala fama para los responsables. Pero también me consta que hay anti-cazadores, hombres y mujeres, que sin saber mucho de la fauna y su ancestral simbiosis con el género humano, extrovierten pareceres incisivos e infundados contra los cazadores. Además son muy dados a generalizar condenándolos a todos lo cual daña injustificadamente a los cazadores responsables. Recientemente recibí en mi residencia un envío publicitario de carácter masivo donde venía una fotografía ampliada en la que un venado cola blanca fumaba pipa sentado en un sillón de su sala, al mismo tiempo que admiraba sus trofeos humanos disecados y colgados de la pared del recinto. Dicho envío postal venía de un partido político llamado Partido Verde, y fue este mensaje por demás grotesco que finalmente decidí intentar derramar algo de luz sobre el asunto, ya que lo que recibí presupone una total ignorancia del tema de la cacería.

    Es tan pobre el conocimiento de algunos anti-cazadores con respecto a los orígenes de la cacería y su razón de ser, que no pude evitar expresar mi opinión al respecto mediante este pequeño ensayo que parte es verídico y parte novela. Este es un relato que pone en relieve algo de técnica necesaria para cazar, las emociones que la cacería genera en sus practicantes, la camaradería y valor terapéutico muy patentes en ella y los argumentos de ambos lados de la polémica llegando al final a algunas conclusiones.

    Mas el propósito principal de este ensayo es acercar a cazadores y anti-cazadores mediante el mutuo entendimiento de sus motivaciones, con la esperanza de que en algún lugar intermedio ambos puedan vivir en armonía y mutuo respeto.

    Lic. Viviano Villarreal Cueva.

    LA CONTIENDA

    El hielo crujió al abrir el cierre de la talega de dormir. Un vientecillo álgido me acarició la cara con la amabilidad de un estilete, aunque olía a limpio, olía a monte. De la hoguera de anoche solo quedaba un tizón y yo, por más que hacia planes para salir de la bolsa de dormir, mi humanidad se resistía a implementar semejante empresa. Añoraba una marmita de café, café tibio con aroma a gloria que con seguridad calentaría mis entrañas aclarando mi cerebro para emprender mi cacería.

    Por ahí, en la penumbra que esperaba el alba, merodeaba la presa con que entablaría el ancestral juego. Yo me disfrazaría de monte, le seguiría la huella y le tendería emboscadas. Ella esgrimiría su arsenal de nariz, ojos y orejas, que a juzgar por los resultados de los últimos cuatro años son bastante más filosos que mis flechas. Se haría visible, pero a tan solo un paso más allá del alcance de mi arma. Me enseñaría sus huellas claras y frescas pero sin estar ya sobre ellas. Si todo evolucionaba de forma usual se burlaría de mí como lo había hecho ya tantas veces.

    Ayer seguí sus huellas en toda clase de terreno, unos más fáciles que otros, pero en una ladera pedregosa las perdí. Cuando estaba a punto de abandonar el intento me dio indicio de su presencia, como no queriendo, como por accidente… me enseñó un cuarto trasero, un respingo de cola, me hubiera enseñado cualquier cosa menos terminar el juego pues de alguna forma ella también estaba consciente de su papel en la charada. Sin embargo como se mostró, igual desapareció. Molesto por sentirme a su merced le partí la huella con nuevos bríos. La huella era clara y caminaba a buen paso, pero la tarde estaba ya moribunda y la luz se me iba cada vez más rápido.

    De pronto percibí ese sentir indescriptible pero muy real de ser observado. Efectivamente; a mi derecha estaba el venado dándome el flanco. Su curiosidad había sido más fuerte que su instinto de conservación y me circundó para verme pasar sobre sus propias huellas, por supuesto con el viento a su favor pues jamás lo haría de otra manera. Aunque estaba relativamente cerca apenas lo distinguía. Gallardo y estoico ostentaba una cornamenta impresionante aunque por falta de luz no podía distinguir a ciencia cierta el número de puntas, pero definitivamente sus astas eran masivas. La distancia era buena, tal vez unos 25 metros. Levanté el arco lentamente con mi brazo izquierdo hasta que las miras quedaron a la altura de mis ojos. Sin darme cuenta había ya colocado el gatillo sobre el cordel inmediatamente abajo de la trampilla de la flecha. SENTI QUE EL CORAZON SE ME SALIA DEL PECHO, MIS DEDOS TEMBLABAN Y ME FALTABA ALIENTO. Fortalecidos mis músculos con la adrenalina que

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