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Dos Perros Y Una Maleta: Desorientados En Charentes
Dos Perros Y Una Maleta: Desorientados En Charentes
Dos Perros Y Una Maleta: Desorientados En Charentes
Libro electrónico225 páginas3 horas

Dos Perros Y Una Maleta: Desorientados En Charentes

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El título lo dice todo: Qué tenemos y dónde estamos. Estas memorias de viajes, secuela a Un vaso a medio llenar: nuestra aventura australiana, sigue nuestra proeza francesa del esfuerzo que hacemos por reconstruir nuestras vidas en otro nuevo país, después de haber pasado cuatro años y medio en Australia. Nuestra meta, o lo que esperamos lograr en el futuro inmediato, es enfocarnos a la positividad del presente de forma que podamos comenzar de cero, con un futuro optimista de vuelta en Europa. Nuestro objetivo principal es estar cerca a los hijos, dejando atrás como un recuerdo distante, las negras nubes de los desafíos que tuvimos que encarar en Australia. Viaja con nosotros desde que llegamos al suroeste rural francés, disfruta de mis reflexiones, pensamientos y observaciones acerca de mi familia, nuestro nuevo entorno y estilo de vida. Sigue el trayecto de mi carrera como escritora y cómo comenzamos nuestros proyectos de renovación mientras nos las arreglábamos con nuestra complicada familia. Una vez más, reiremos, lloraremos y disfrutaremos de la vida al máximo con la ayuda del sesgo positivo que le añadimos para darle más sabor al relato.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento17 oct 2016
ISBN9781507145463
Dos Perros Y Una Maleta: Desorientados En Charentes

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    Dos Perros Y Una Maleta - Sarah Jane Butfield

    Dos Perros y Una Maleta: Desorientados en Charentes

    Sarah Jane Butfield

    Dos perros y una maleta: desorientados en Charentes es la continuación del libro #1 de la lista de memorias de viaje, de habilidades para ser padres y padrastros de los libros mejor vendidos Amazon:

    El vaso a medio llenar: Nuestra aventura australiana

    GlassHalfFull_cover.jpg

    También disponible en libro de bolsillo y libro audio

    http://smarturl.it/GHFKDP

    Contenido

    Dedicatoria

    Reconocimientos

    Prologo

    1. Primeras impresiones

    2. Comenzando de nuevo

    3. La grande tomate

    4. ¿Está ella de acuerdo en que la dejes sola?

    5.- El bandido del paño de cocina nos golpea y comienza la renovación.

    6.- Un boomerang llamado Jaime

    7.- Sobreviviendo Francia

    8.- Mi jardín y otros animales

    9.- Amigos, vecinos y otras personas

    10.- La frugalidad es la respuesta

    11.- De Hobart a Le Havre

    12.- Navidad en Francia

    13.- Medidas desesperadas

    14.-Jugando a ser turistas

    15.- La vida familiar cambia de carril

    16.- Cuando todo lo que quieres es que alguien diga

    17.- La vida familiar, Felixstowe y un conejo enojado

    18.- Madres e hijas

    19.- El sueño de una autora independiente hecho realidad

    20.-¿Gitana, soñadora o ambas?

    Acerca de la autora

    Libros de Sarah Jane Butfield

    Epílogo

    Reconocimientos profesionales

    Contacte a Sarah Jane Butfield en estas ligas de autores

    Dedicatoria

    Para mi paciente esposo Nigel, que siempre me apoya, cree en mí en todo lo que hago y me permite satisfacer la pasión por escribir. Te amo, señor Butfield.

    ––––––––

    Nuestros mantras

    Nunca te rindas ante tus sueños; puede que en ese momento no lo puedes concebir, pero sí podrás lograrlo.

    Se tú misma. Esos que opinan no importan, pero los que importan sí pueden opinar.

    Estos mantras han estado en mi corazón y en mi vida actual teniéndolos siempre presentes. En especial los tengo escritos en mis diarios, sobre mi escritorio y en mi cocina.

    Reconocimientos

    Como siempre, mis hijos me apoyan en todo lo que emprendo, compartiendo los libros, las noticias, los eventos en los medios sociales y promoviendo las ventas de mi primer libro,

    El vaso a medio llenar: Nuestra aventura australiana, entre sus amigos y colegas de trabajo. Como lo hacen sin recibir ninguna comisión, aprecio ese gesto y les doy las gracias. Para Samantha, Robert, Clair y Jaime especialmente, unas gracias muy grandes.

    Para mi suegro John Butfield quien ayuda a pasar la voz acerca de mi libro sobre Australia. Cuando lo leen en lugares al azar, en varios sitios de ese país, incluyendo al Royal Hobart Hospital, él ha hecho una colección de fotos para mostrar. También gracias a Cam Williams, quien será mi yerno, por hacer lo que Samantha le pide en relación a compartir mis ligas en los medios sociales.

    Para Steve Murray y Nigel Butfield, líderes beta de mi equipo de lectores. No podría haberlo logrado sin ustedes, así que gracias. Finalmente mi agradecimiento a Samantha Stirling por su paciencia y precisión con la portada del libro. Se ve estupendo.

    Me gustaría extender estos agradecimientos a algunos de nuestros amigos que ya llegarán a conocer y que se convirtieron en una buena parte de nuestra historia.

    Nicky y Tim Day: Si Tim no le hubiera ofrecido trabajo a Nigel, y ambos hubieran creado una amistad mutua, ¿Quién sabe cuánto habría durado nuestra experiencia francesa?

    Julia y Phil James: Además de su amistad, nos ayudaron a nivel práctico en muchas ocasiones, incluyendo el préstamo de su estufa de gas, la donación de árboles para cortar y utilizarlos como leña, y en los primeros días, el uso del Internet y del baño.

    Darren Pitts, nuestro agente estatal en Francia, sin cuya ayuda no habríamos encontrado esa propiedad a ser renovada o haber completado la venta con relativa facilidad. Fue más allá del deber para ayudarnos a navegar en el proceso francés de transmisión de la propiedad mientras estábamos viviendo allende el mar.

    ––––––––

    Prólogo

    Es septiembre y ahora estamos en Charente, al sur oeste de Francia. ¿Quién se habría imaginado que nos mudaríamos del Reino Unido a Australia en 2008, para luego cambiarnos a Francia en 2012? Creo que siempre hay algo positivo que surge de cualquier situación o experiencia negativa. Sin embargo, en 2010, un terrible evento inesperado en mi vida se presentó en la forma de un accidente automovilístico en la carretera. Durante mucho tiempo luché por encontrar algo positivo en ese suceso. El accidente dio por resultado una angustia para manejar y un diagnóstico de ansiedad post traumática. Las investigaciones y tratamientos durante el largo proceso médico pusieron a prueba, de mil maneras, mi fortaleza psicológica.

    Dos años después del accidente y con un proceso legal largo ya finiquitado, la compensación financiera estaba depositada en nuestra cuenta bancaria. El dinero, y fuera lo que fuese que decidiéramos hacer con él, nunca me devolvería mi independencia, en la forma de tener confianza tras el volante ¿Puede cualquier cantidad de dinero reflejar un nivel aceptable de recompensa por una carga que llevo toda la vida, después de lo sucedido en ese día fatídico de abril 2012? Decidimos, después de discutirlo minuciosamente, usar el dinero para cumplir con otro de nuestros sueños a largo plazo, el de remodelar una pequeña cabaña en el sur de Francia. Eso nos motivó a conseguir nuestro anhelo de poseer nuevamente un hogar familiar, después de haber perdido la casa y las raíces de nuestro ideal australiano durante las inundaciones de Brisbane en 2011.

    El proceso de encontrar una nueva casa en Francia que cumpliera con nuestra escasa situación financiera, me trae a la memoria momentos de emoción, de persecución de sueños y de un sentido de estar haciendo lo correcto. Cuando decidimos que nuestro sitio deseado era Francia, investigamos e identificamos las mejores zonas para encontrar propiedades que necesitaban ser restauradas a precios razonables, y que también tuvieran fácil acceso a buenas conexiones con el Reino Unido. El siguiente elemento esencial a tomar en cuenta fue el presupuesto. En esos días, la tasa de cambio era favorable para transferir dólares australianos a euros, así que nuestra reserva de dinero para la compra de la propiedad y otros gastos que eso conlleva, se convirtió en 25, 000.00 euros. Ahora bien, con ese dinero, no se puede comprar un castillo o nada que parezca ser una vivienda normal según los estándares del Reino Unido o de Australia. No obstante, lo que sí se puede obtener es la base para una casa familiar que llenaríamos de amor, risa y apoyo incondicional.

    La zona inicial que investigamos en el internet fue Montmorillon. Este pueblo a la orilla de un río, en el Departamento de Vienne y la región de Poitou Charentes tiene dos aeropuertos al Noroeste. El de Poitiers dista 50 kilómetros y el de Limoges, 70. Eso permite un fácil acceso a los vuelos baratos de Ryanair al Reino Unido. También está cerca la conexión ferroviaria principal del Trasporte Express Regional, para llegar fácilmente a las ciudades principales. Lo que nos atraía de Montmorillon era su cultura y su historia que alimentaba mis fantasías románticas de ser una escritora exitosa viviendo en Francia. Montmorillon es conocida como la ciudad para escribir y su fama histórica refuerza mi creencia de que este es el sitio perfecto para que yo comience mi carrera de escritora. Su encanto medieval está presente en las calles empedradas en curva de la parte antigua. Ofrece al visitante una serie de capillas, iglesias y edificios que rezuman historia. La vista del rio Gartempe, que fluye a un costado del pueblo, quita el aliento. Comprar una casa en el mismo Montmorillon estaba fuera de nuestro presupuesto. No obstante, hay bastantes oportunidades de propiedades a ser reconstruidas dentro de un radio de unos cuantos kilómetros a la redonda. Nuestra búsqueda en internet identificó diez de ellas potenciales en los pueblos de La Trimouille, Marnac y Gencay. El largo periodo logístico que se requiere para la vacunación de los perros, el cuso de idioma francés que tomé y que Jaime acabara la escuela antes de una mudanza internacional, nos permitió tener tiempo de planear un viaje corto. Necesitábamos encontrar una propiedad, comenzar el proceso de compra, y luego esperar a que se completara la venta antes de llegar allá para, en su momento, instalarnos permanentemente.

    Un corto viaje de Australia a Francia es un término contradictorio, pero con el permiso de los administradores de la bancarrota y dada las condiciones de nuestra mudanza, pudimos hacerlo libremente. Nos quedamos en Les Chambres de la Loge, una pequeña habitación de hotel, con desayuno incluido, justo fuera de Montmorillon. Una pareja de franceses, Nathalie Patrier y Daniel Capillon lo administran. Nathalie habla inglés, ha viajado por nuestro país y está ansiosa por aprender nuevas palabras y frases. Juntos han restaurado una vieja casona con mucho gusto en la que han establecido tres cuartos de huéspedes, cada uno nombrado según un nombre de la localidad, y todas incluyen televisión, Wi-Fi, una charola de bienvenida y una entrada privada. Nuestro cuarto se llama Gartempe. Nathalie sirve un exquisito desayuno francés con pan hecho en casa, mermeladas y croissants en un bello comedor, y en las mañanas asoleadas, en la terraza. Durante el desayuno de la primera mañana, Nathalie sirve el café y conversa con nosotros en inglés. Una segunda pareja se acerca a la mesa y comienza una plática en francés con la anfitriona. Aunque de vez en cuando nos mira, no podemos entenderlos ni intervenir en la plática así que hablamos calladamente entre nosotros. Obviamente, Nathalie se siente un tanto incómoda con esa situación y un par de veces se dirige a nosotros. Hace una pregunta en inglés como si fuera a traducir nuestra respuesta para la otra pareja. Nigel está más preocupado de que el hombre ¡Se está comiendo todos los croissants! a pesar de lo mucho que tiene que decir. Para nosotros y los otros huéspedes es bueno no tener que atravesar por la casa principal, especialmente porque entramos y salimos todo el tiempo durante las visitas a las casas en los días que siguen. Podemos ir al jardín, que tiene una mesa como de restaurante pequeño y unas sillas, y disfrutar de un vaso de vino mientras revisamos los detalles de las propiedades. Rentamos un auto para ir a conocer una lista de diez de ellas que ya traíamos preparada.

    El primer día de los cinco que estuvimos, Darren, el agente de bienes raíces, nos llama para decirnos que de las diez en la lista ya sólo quedan dos. Sugiere que extendamos la zona de búsqueda dado el tiempo limitado que tenemos para quedarnos en Francia. Vemos, con desilusión, las dos propiedades que quedaban de nuestra lista. Las propiedades en sí no nos desencantan, ni siquiera por lo lejos que están, sino por el hecho de que sus jardines no están cerca a ellas. Ahora sabemos que eso ocurre como consecuencia de las leyes francesas sobre herencia. Algunas veces, cuando en un testamento se deja una propiedad a varios miembros de una familia, venden los graneros, los jardines, etc., como piezas separadas del gran total. En la propiedad número dos, los jardines estaban del otro lado de la carretera, lo cual era muy peligroso para nuestros perros, Dave y Buster. Un aire de desánimo nos invade a medida que comenzamos a ver los detalles de las casas en Confolens. Aunque tenemos un presupuesto pequeño, sabemos que contamos con lo suficiente para conseguir ciertos criterios esenciales. Debe tener paredes, conexión a la electricidad, agua, desagüe, etc. Y el techo debe estar intacto.

    Para el tercer día de nuestra estadía de una semana, no estamos ni cerca de tener éxito. Nos quedan tres para ir a ver otras en nuestro último intento de esta misión. Llueve bastante cuando nos encontramos con Darren para ver una de las últimas. Cuando nos detenemos y estacionamos al otro lado de la pista de la primera casa, desde afuera está como diciéndonos Cómprame. Tiene algo que me fascina y me embruja. Un sentimiento de conexión espiritual que ya sé que suena estrafalario, ya que jamás he estado o escuchado nada acerca de ese pueblo. Quizás tiene algo que ver con la proximidad a la iglesia que se asoma sobre la carretera que da a esta pequeña cabaña.

    -Dígame, ¿Qué flexibilidad tienen respecto a las condiciones del techo? –dice Darren.

    Como Nigel me tiene agarrada de la mano firmemente, me doy cuenta de que ambos estamos pensando lo mismo. No nos podemos dar el lujo de hacer una compra porque estamos desesperados o porque reaccionamos ante algo. Si nos vamos a comprometer, tiene que haber otras características a favor que sirvan de compensación.

    -¿Qué es lo que quiere decir con flexibilidad? –le pregunta Nigel.

    -Bueno, el techo de la casa está intacto, pero el del granero sí está dañado –dice.

    -Ah ya. Bueno, eso no es tan malo, supongo. Vayamos a verlo.

    Mientras Darren se las arregla para abrir la puerta del frente con una llave larga y delgada, la lluvia chorrea por mi cuello, proveniente de una canaleta que gotea. Al abrir la puerta, la luz del día nos permite ver por donde caminar sin tropezarnos por toda la casa. Digo casa, pero más bien parece un refugio para animales. El suelo es de tierra, piezas de madera recostadas contra la pared y bolsas que contienen, asumo, algunas pertenencias, que están apiladas en las esquinas. Llegamos a la puerta trasera que conduce al jardín y ahí encuentro la característica a favor, porque el jardín es perfecto. En ese momento parece una pradera, con un arroyo zigzagueante como límite que mira hacia la nada, excepto a los campos y los árboles que se extienden hasta el horizonte. De pie bajo la lluvia, doy la vuelta para mirar a la casa y al granero adjunto y la verdadera enormidad del grado de flexibilidad que necesitamos ejercer en relación al techo me da en la cara. Hay un hueco, allá donde una enorme pieza ha cedido por su peso, que permite que la lluvia entre al granero, al cual no se puede acceder desde el jardín de atrás, ya que la puerta está invadida por lo que parecen ser arbustos y mala yerba. Está lloviendo demasiado fuerte como para seguir investigando. Entramos a la casa de nuevo y subimos para explorar las habitaciones. Esta parte tiene unos plásticos bajo las goteras del techo y unas viejas botellas de vino en las esquinas de la recámara frontal. Es como una escena de alguna película de terror como Hostal, con las paredes manchadas, ropa colgando y la humedad por todas partes. Darren abre las contraventanas de madera e inmediatamente, a pesar de que afuera está todo gris, el potencial nos deslumbra revelando pisos y vigas de cedro. No sé por qué, porque no es lo que me imaginé que compraríamos, pero creo que me encanta.

    Terminamos de mirar alrededor y entramos al granero por el frente. Adentro está lleno de basura, de heno y escombros. Todo está mojado y verde por el musgo y la humedad ¿Podemos hacer que algún día esto parezca una casa?

    Continuamos manejando hacia las otras propiedades. Una tiene todas las paredes pintadas de rosa, lo cual no importa, pero sí vidrios rotos de lo que parece un intento de robo. Inmediatamente me dice: De ninguna manera, especialmente estando tan lejos. La siguiente no tiene un jardín que pueda ser de utilidad. Creo que mi mente sigue en la primera propiedad que vimos hoy. Regresamos a Montmorillon discutiendo y debatiendo nuestras opciones. Ya me he decidido. Quiero esa casa a pesar del hueco en el techo. Revisamos nuestro presupuesto y decidimos que les daremos una oferta impertinente, lo que nos dejaría unos 10 000 euros para las reparaciones. ¿Seguro que sería suficiente? Llamo a Darren quien presenta nuestra oferta. Durante la noche esperamos ansiosamente a ver si a la mañana siguiente han aceptado. Emocionados por haber encontrado nuestro proyecto de remodelación y una nueva casa, nos las arreglamos para ir a visitarla una segunda vez, sólo nosotros dos para tomarle fotografías que nos ayuden a planificar el cronograma de renovación y para obtener presupuestos para el arreglo del techo. La música que nos acompaña en ese viaje de compra de nuestra propiedad francesa ha sido el nuevo álbum de Lana Del Rey Nacida para morir que Nigel trajo consigo. Es el único CD que tenemos. Las estaciones de radio francesas no son fáciles de escuchar cuando no se entiende el idioma, así es que oímos el álbum varias veces. De esta forma las palabras de Tristeza en el verano y Video juegos vienen a mi mente cada vez que recuerdo esa jornada.

    Algunas veces me pregunto si hubiéramos podido o si hubiéramos logrado ese sueño a partir de nuestro presupuesto personal de no haber sido por las inundaciones y el accidente automovilístico ¿Quién sabe? Ahora somos propietarios de una casa, a pesar de que todavía tiene sectores inhabitables según los estándares de algunas personas menos adaptables. Sin hipoteca, tenemos la confianza de que ninguna persona o acto de la Madre Naturaleza nos la quitará jamás. Lo que sí sé, es que desde el momento en que llegamos, nuestras vidas han cambiado, tanto a nivel físico como sicológico. La vida es buena.

    Capítulo uno

    Primeras impresiones

    Notre nouvelle maison (Nuestra nueva casa)

    -¡Abre la puerta, cerrajero!

    Ya que parece que las llaves nunca funcionan bien en mis manos, la palabra llave se ha convertido en un nuevo chiste familiar, porque o no puedo abrir o las pierdo, e incluso las rompo. Por tanto, durante los últimos 16 años, Nigel ha sido siempre mi cerrajero. Él está a cargo de abrir y de cerrar donde quiera que estemos, ya sea en casa, de vacaciones o en el trabajo. Con frecuencia

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