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Historias rojas
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Libro electrónico69 páginas57 minutos

Historias rojas

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Historias rojas es una serie de cuentos cortos en los que planea constante e irrevocablemente la desgracia. Ambientados en diferentes épocas y entornos geográficos, en casi todos los relatos que componen esta antología encontramos a personajes fuertemente marcados por sentimientos extremos, apasionados y dedicados en cuerpo y el alma ya sea al amor, a su profesión o a sus ideales. En muchas ocasiones, esta pasión se verá maltrecha a causa de los inexpugnables derroteros que el destino les tiene deparado.
Escritos de una manera descarnada y en ocasiones hasta truculenta, los cuentos de Marisol Cadiac no conceden tregua al lector que busque historias almibaradas en estas páginas; sin embargo, fascinará a los amantes de Stoker, Conan Doyle u Horacio Quiroga.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 jul 2013
ISBN9788415824534
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    Historias rojas - Marisol Cadiac

    respeto.

    Prefacio

    Tratará de una serie de historias extraídas del alma y sus escondrijos, donde hasta el más puro ser esconde su negro inconsciente.

    Donde el santo no es tan santo y donde el malo puede llegar a ser el peor jamás imaginado, así como también podría llegar a serlo el bueno.

    Bien y mal, la eterna batalla.

    El ser lo que se quiere ser, y el ser lo que quieren que seamos, pero al final de todo camino recorrido siempre nos encontramos solos y ante un único reflejo, la imagen de la verdad que creamos nosotros mismos.

    El Imperio de un Rey I

    Feris: zona despoblada del pobre, despojado y antes gran imperio del Rey Nikián Feris. Este hombre supo tener todo lo imaginado por aquellas incautas y débiles mentes de trabajadores, cuya única propiedad eran sus músculos de troglodita. Feris fue un gran imperio en sus buenos tiempos. Su atractivo principal era su geografía y, de más está decirlo, su gran Rey Nikián, hermoso hombre, cautivador, instruido, leal, honesto, bondadoso y débil. Y ese fue su defecto imperante o virtud.

    ¿Que por qué ambas características? Porque esta historia contiene una doble visión, porque para quienes aún no lo saben, el libre albedrío también existe en la vida de un Rey. Así que mejor les dejo con la historia y algunos detalles del diario de nuestro Rey:

    Soy Nikián y esta es mi historia y parte de la historia del mundo que nos dejaron nuestros antepasados y la que heredarán nuestros hijos. Soy el segundo hijo del Rey Irhis Feris. Padre que nunca supo ser tal y Rey temido hasta el día de su muerte. Mi hermano, el otro hijo del Rey, murió pocos meses después de nacido, al igual que nuestra Reina Madre.

    Según cuentan los aldeanos de este infierno, mi madre y hermano murieron de la misma peste. Situación que era normal en ese entonces, pero las cosas han ido cambiando y ya no estoy tan seguro de que fuese tan normal…, pero me estoy adelantando.

    Mi querido padre. ¡Oh sí! ¡El gran Rey Feris! Déjenme contarles el porqué de mi expresión. Este hombre que me tocó como Rey y padre por desgracia fue el ser más temido en su imperio y en los de alrededor. Fue el asesino más grande en la historia. Su temple era de hierro, oro, plata, metal, puro metal. Al igual que la espada que empuñaba.

    Una hermosa tarde de tercera estación, estaba todo el imperio dedicado a los preparativos del gran evento que se llevaría a cabo esa misma noche. El clima era excelente, la brisa golpeaba las banderas del gran camino principal, agitándolas suave y constantemente. Los pobladores se veían felices, mostrando cada vez que tenían oportunidad los pocos dientes que les quedaban colgando de sus labios reventados por la peste.

    Esa noche pasaría a cumplir diecisiete años, todo un hombre para algunos y solo un niño para otros.

    El reino se encontraba en su máximo esplendor, por detrás de las cortinas las hermosas damas nos rodeaban. Los grandes y pesados estampados entre luces y sombras permitían ver el verdadero estado de ánimo del pueblo, a quien quisiera verlo, por supuesto.

    A mí se me mantenía lejos de la realidad. Es más, no tuve contacto con nada hasta acontecido lo de aquella noche.

    Todo comenzó tal como estaba planeado. Gran festín, fogatas por doquier, gente bailando a un ritmo desquiciado y casi estremecedor. Orgías y bacanales satisfacían en una noche todos los vicios que un ser humano puede llegar a tener a lo largo de su vida. Dentro de aquel caos creado por el vino de buena calidad, la gran cantidad de comida y la música, estaba yo perdido en medio de un mundo que me parecía tan extraño y ajeno.

    Salí a caminar solo por el castillo y como siempre nadie notó mi ausencia. Caminé por los alrededores teniendo como única compañía una gran botella de vino recién exprimido. No acostumbrado a beber, me sentí atontado al poco tiempo de comenzar el paseo. Así que por temor a caerme en alguno de aquellos barrancos, me senté a despejar mi torpe cabeza. Entrecerré los ojos y me dejé caer lentamente sobre una de las grandes esquinas de la torre baja, protegido por el muro y solamente iluminado por la tenue luna creciente.

    Así quedé no sé por cuánto tiempo. Hasta que algo me zumbó cerca del oído y me sobresaltó. Entre el susto y el abrupto despertar no pude ver nada más que simples bloques de roca pertenecientes al muro. Sobre mi cabeza la luna ya no estaba a medias, sino que se mostraba llena y dorada como el mismo sol; se nubló de golpe y en apenas minutos la peor tormenta que vi en mi vida comenzó a

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