¿Por qué el enfoque transaccional en la dirección de proyectos resulta insuficiente tratándose de proyectos complejos?
¿De qué manera el coaching en la dirección de proyectos permite abordar en mejor condición los proyectos complejos?
A nuestra comunidad de Prácticas Empresariales, que cada día es mayor gracias al apoyo y recomendaciones que ustedes hacen del podcast, nos encanta estar aquí en un nuevo episodio que estamos seguros, les resultará de interés.
No hace mucho, conversaba con un colega que está metido de lleno en la práctica de la dirección de proyectos y el punto de conversación consistía en qué tan común es que el gerente de proyectos asuma un rol que vaya más allá y actúe como coach de su equipo de trabajo. Surgen distintas apreciaciones que nos ha llevado a tomar el coaching como punto de análisis en el ámbito de la dirección de proyectos.
Sabemos que durante mucho tiempo, el enfoque transaccional en la dirección de proyectos ha predominado y que los gerentes de proyectos han sido preparados para desplegar una gestión en este sentido. Sin embargo, el enfoque y las metodologías transaccionales que han probado dar resultados en los proyectos simples y complicados, no producen el resultado que se requiere cuando estamos hablando de proyectos complejos, siendo indispensable que el líder del equipo o el gerente del proyecto más que concentrarse en las tareas, debe centrarse más en las personas, entrenando más al equipo como parte de su rol.
No perdamos de vista que el coaching ejecutivo dirigido a personas tiene una data de más de veinte años. Las personas en algunos casos requieren del apoyo para hacer frente a sus problemas y retos.
En lo que corresponde al coaching de equipo, el rol que despliega el coach o gerente de proyectos, es brindar todo el apoyo para que el equipo pueda trabajar de forma conjunta y hacer frente a sus problemas para que teniendo una solución esta pueda ser implementada.
Para que el gerente de proyecto en su rol de coach pueda hacer una buena gestión de la complejidad
debe contar con una buena comprensión del comportamiento del equipo, así como de sus integrantes, ya que ello le permitirá desplegar su influencia y en menor medida la persuasión o coerción. El reto es lograr una buena gestión del rendimiento en proyectos complejos, resultando crucial un buen entendimiento de lo que motiva a las personas.
Para este episodio nos estaremos apoyando en la lectura del libro de Tony Llewellyn, Performance Coaching for Complex Projects, donde justamente se examinan los desafíos que se desprenden de la complejidad y cuáles son las aptitudes que se deben de desarrollar para estar en condiciones de hacerle frente, abogando para que el enfoque transaccional pueda cambiarse por un enfoque hacia el coaching transformacional, en el ámbito de los equipos de trabajo.
Estimados escuchas. Creemos que cada vez que asignemos a un gerente de proyecto, deberíamos de asegurarnos que su estilo de dirección va más allá del enfoque transaccional, donde la prioridad es el desarrollo y cumplimiento de las tareas, sin tener en cuenta las ventajas de contar con una orientación hacia el coaching de equipo. En el caso de que nuestros gerentes de proyecto no cuenten con las competencias requeridas, es momento de irlos preparando, en donde cada vez más los proyectos tienden a tornarse complejos.