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Las sociedades agrícolas en los valles de la Sierra Gorda
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Libro electrónico659 páginas6 horas

Las sociedades agrícolas en los valles de la Sierra Gorda

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Este libro es el resultado de varias exploraciones que comienzan al norte, en el Valle de Arroyo Seco y continúa hasta el Valle de Tilaco. Aquí se presenta la metodología que se siguió tanto para la recuperación de los datos como en el análisis de estos, el estudio del patrón de asentamiento y una propuesta sobre el funcionamiento de los conj
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 may 2024
ISBN9786075399416
Las sociedades agrícolas en los valles de la Sierra Gorda

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    Las sociedades agrícolas en los valles de la Sierra Gorda - Jorge Quiroz

    Introducción

    ———•———

    El Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda (pavsg) comenzó sus trabajos de investigación en 1993, cuando fue aprobado por el Consejo de Arqueología. En la propuesta inicial se planteó el estudio de un área de la Sierra Gorda, que se abordaría mediante tres programas de trabajo, definidos de acuerdo con la manera en que se apropiaban de su entorno los grupos humanos que la habitaban; por tanto, se dividió en cazadores-recolectores, sociedades agrí­co­las y misión-hacienda. El avance de las tres líneas de investigación generadas no ha sido uniforme, lo cual no se debe a la falta de atención o de interés, sino a que cada una lleva su propio tiempo y avanzamos de acuerdo con el recorrido de superficie y la detección de sitios correspondientes a cada una de las etapas de apropiación del medio.

    Así pues, esta obra sólo presentará los avances obtenidos en el segundo programa de trabajo, es decir, en la comprensión de los grupos agrícolas; dichos resultados se obtuvieron del análisis e interpretación de los datos registrados en los recorridos de superficie en ocho valles y la exploración de pozos de sondeo en seis sitios, así como del análisis de los materiales cerámicos recolectados en dichos reconocimientos. En este sentido, el Proyecto tiene entre sus propósitos comprender la dinámica cultural suscitada en la Sierra Gorda, explicando la presencia y desarrollo de grupos agrícolas y nómadas. Para tal efecto iniciaremos con el programa de agricultores, considerando el área como parte del espacio en que posiblemente osciló la frontera mesoamericana. Con la finalidad de lograr los objetivos, fue necesario identificar la filiación cultural de sus antiguos habitantes, así como su ubicación temporal y con ello entender la relación que dichos grupos guardaban con las áreas aledañas, como son la Huasteca, la región de Río Verde y la Sierra Gorda, como desarrollo cultural local.

    De modo que el presente trabajo empezará con la explicación de cómo está organizado el Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda y cuál es el objetivo de cada línea de investigación. En segundo lugar, se describirá el marco ambiental de la Sierra Gorda, puesto que es necesario entender el medio donde se desarrollaron los grupos humanos a estudiar. En seguida, se presentarán los antecedentes arqueológicos de la región.

    Posteriormente, se hablará sobre la metodología de trabajo del Proyecto, comenzando con la delimitación del área de estudio, cuál fue el sistema general de referencia utilizado, la manera de realizar el registro y el muestreo en los recorridos de superficie, el método que se usó para el análisis de materiales y la secuencia cronológica empleada, asimismo se explicarán las hipótesis que proponen para esta investigación.

    Después, se describirá cada valle y los sitios arqueológicos localizados al interior, para los sitios se detallarán su ubicación geográfica, un croquis del asentamiento, la disposición de sus estructuras y se presentarán los resultados de su análisis cerámico. Es necesario aclarar que para algunos sitios no se presenta croquis, pues no había arquitectura que registrar; además otros asentamientos no tienen análisis cerámico, debido a que no se recolectó material por la cantidad de maleza, el tamaño del asentamiento, el saqueo y/o el grado de deterioro del sitio. Finalmente, se harán algunas interpretaciones sobre la ubicación y distribución de los valles, así como de los resultados generales del análisis cerámico y algunas conclusiones sobre la llamada frontera mesoamericana y las afectaciones de un posible cambio climático. Por último, se presentará un anexo en el cual el maestro Jerónimo Hernández Mejía, hace un estudio especializado sobre arqueogeología en la Sierra Gorda. Además, se integra otro anexo con los tipos cerámicos más representativos recuperados durante el muestreo de superficie; este análisis fue realizado por la maestra Alma Rosa Espinosa Ruiz. Solamente presentamos los resultados del análisis de superficie, como corresponde a este texto.

    AGRADECIMIENTOS

    Antes de comenzar queremos agradecer a los arqueólogos Alberto Herrera y Elizabeth Mejía, quienes participaron en los primeros recorridos de superficie, en especial al profesor Herrera quien diseñó la cédula de registro de sitios.

    El Proyecto Arqueológico

    Valles de la Sierra Gorda

    ———•———

    Es en 1993 cuando el Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda inició sus trabajos de investigación, con una propuesta de estudio inter y multidisciplinaria para el área de estudio. Como se indicó en líneas arriba, abarca tres programas de trabajo, a partir de las diferentes formas de apropiación de los recursos por parte de los grupos humanos (figura 1). El primer programa corresponde al estudio de los grupos cazadores-recolectores que estuvieron presentes en la Sierra Gorda, y para su estudio, se dividió en dos periodos cronológicos: los grupos prehistóricos (anteriores al desarrollo de la agricultura) y los ca­zadores-recolectores históricos (que ocuparon el área cuando fueron abandonados los sitios por los grupos de agricultores).

    Figura 1. El Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda y sus tres programas de trabajo.

    El segundo programa de investigación comprende el estudio de sociedades agrícolas; para su desarrollo fue importante la participación del arqueólogo Jorge A. Quiroz en proyectos previos, como el Arqueológico-Minero de la Sierra Gorda de Margarita Velasco (1987-1988) y el de Patrón de Asentamiento en el área de Jalpan de César Quijada (1986-1988), pues a partir de esas experiencias surgieron varias hipótesis de trabajo.

    El tercer programa de investigación del Proyecto se enfoca al estudio de la estructura económica y social implantada por los colonizadores españoles en el norte del país. La primera parte de este periodo se caracterizó por los presidios, que eran pequeñas fortificaciones que albergaban a un grupo de soldados, destinados a la pacificación de territorios y la defensa de rutas, establecidos durante el siglo xvi (Quiroz, 1997). Tiempo después el sistema de poblamiento se realizó de manera muy general, por unidades productivas, con la llegada de las misiones, las congregaciones de indios y las haciendas.

    Nuestra propuesta de estudio no se reduce al aspecto arqueológico solamente, fue necesaria la participación de especialistas de otras disciplinas. Por ello, en el equipo de trabajo del Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda también han colaborado biólogos, geólogos e ingenieros y seguirá abierto a la participación de más especialistas interesados en la región. Conformando al Proyecto, como ya se dijo, en un estudio multidisciplinario.

    Desde su inicio el Proyecto ha tenido como propósito principal, la comprensión de la dinámica cultural en la Sierra Gorda (como parte de la frontera mesoamericana) para explicar la presencia y desarrollo de grupos agrícolas y nómadas en esta región, su organización social, la filiación cultural de sus habitantes y su ubicación temporal. Aunque estos aspectos han tenido ya algunos planteamientos hipotéticos por parte de nuestro equipo y de otros especialistas, la discusión aún no está agotada, por lo cual este trabajo aporta argumentos para futuras investigaciones.

    Uno de los objetivos principales del Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda es la identificación de la filiación cultural de los grupos agrícolas que habitaron nuestra área de estudio, ya que por el norte se desarrolló el Complejo Cultural Río Verde, definido así por Dominique Michelet (1984), por el oriente tenemos a la Huasteca (Du Solier, 1944, 1945a; Meade, 1942) y por el sur el desarrollo cultural local Sierra Gorda, denominado así por la arqueóloga Margarita Velasco (1975). Esta situación hace necesaria una explicación sobre la manera en que se ocuparon los valles y qué características presentaba el grupo predominante en ellos.

    El marco ambiental

    de la Sierra Gorda

    ———•———

    La Sierra Gorda es un brazo de la Sierra Madre Oriental y se localiza en su extremo sudeste, aproximadamente entre los 20° 59’ y 21° 45’ de latitud norte y los 99° y 100° de longitud oeste. Este territorio está repartido políticamente en cuatro estados: el oeste de Hidalgo (municipios de Chapulhuacán, Pacula, Pisaflores, Xacala y Zimapán), el norte de Querétaro (Pinal de Amoles, Arroyo Seco, Jalpan, Landa de Matamoros, San Joaquín, Cadereyta de Montes, Peñamiller y Tolimán), el sur de San Luis Potosí (Aquismón, Lagunillas, Rayón, Río Verde, Santa Catarina, San Ciro de Acosta, Tamasopo y Xilitla) y el nordeste de Guanajuato (Atarjea, Doctor Mora, San José Iturbide, San Luis de la Paz, Santa Catarina, Tierra Blanca, Victoria y Xichú).

    CLIMAS

    Este gran macizo montañoso actúa como una barrera natural, pues recibe vientos cálidos y húmedos del golfo de México, así como otros más secos y fríos provenientes del norte; por este motivo en sus partes altas se presenta un régimen de lluvias alto con temperaturas extremas durante la temporada invernal (figura 2).

    Figura 2. Vista del macizo montañoso que constituye la Sierra Gorda de Querétaro. Foto: Archivo fotográfico pavsg.

    Esta accidentada topografía da origen a varios tipos de climas (figura 3), se describe a continuación un extracto de los trabajos de Ignacio Piña Luján y Jaime Nieto (2010: 54 y ss.).

    Figura 3. Climas de la Sierra Gorda. Editado en Mapa Digital 6, inegi.

    Cálido subhúmedo. Se localiza en pequeñas áreas, como las márgenes del río Moctezuma, al sur de Santa Inés y de Piedra Blanca, en el sudeste del municipio de Landa de Matamoros; en altitudes de 600 msnm. La precipitación media anual va de 800 a 1 300 mm, con una máxima incidencia en junio (116 mm). La temperatura media anual es de 22°C; el mes más cálido es mayo con 28°C y el más frío es diciembre con 18.4°C. Presenta sequía interestival o canícula.

    Semicálido subhúmedo. Se le puede encontrar en el sur de Jalpan de Serra y Landa de Matamoros, el este de Amoles y norte de San Joaquín y Cadereyta; en altitudes entre 600 a 2 000 msnm. La precipitación media anual va de 1 200 a 1 300 mm. La temperatura media anual se encuentra entre 18 y 22°C, la temperatura más alta es en mayo con 24.8°C y la más baja en diciembre con 16.7°C. También presenta sequia interestival.

    Templado subhúmedo. Se presenta en zonas básicamente montañosas, como en los municipios de Landa de Matamoros, Pinal de Amoles, San Joaquín y Cadereyta de Montes; se le encuentra en altitudes entre los 1 800 a 2 000 msnm. La precipitación media anual de 600 a 1 000 mm. La temperatura media anual va de 14 a 18°C, la más alta en mayo con 17.7°C y la más baja en enero con 12.7°C.

    Semifrío subhúmedo. Son áreas de poca extensión, se ubica en los cerros El Espolón y el Doctor en Cadereyta, la Pingüica en Amoles y el Zamorano en Colón; en altitudes que sobrepasan los 2 800 msnm. La precipitación media anual es de 700 a 800 mm. La temperatura media anual va de 5 a 12°C. Presenta sequía interestival.

    Semiseco cálido. Son áreas pequeñas que están bordeadas por condiciones semicálidas subhúmedas, se presenta en los márgenes del río Moctezuma, al sur de Otates en el sur de Landa de Matamoros; en altitudes entre 600 y 1 000 msnm. La temperatura media anual supera los 22°C.

    Semiseco semicálido. Se localiza en las lomas que circundan el Moc­tezuma, en la porción sur de Cadereyta; en altitudes entre 1 800 y 2 000 msnm. Su precipitación media anual va de 400 a 550 mm. La temperatura media anual se encuentra entre 18 y 20°C. Presenta sequía interestival.

    Semiseco templado. Se le puede encontrar en las partes menos elevadas de las serranías de Pinal de Amoles, El Zamorano y El Doctor; en altitudes que varían de 1 900 a 2 200 msnm. La precipitación media va de 485 a 700 mm al año. La temperatura media anual va de los 12 a los 18°C. Tiene presencia de sequía interestival.

    Seco semicálido. Comprende el centro de Tolimán, el centro sur de Peñamiller y noroeste de Cadereyta; en alturas menores de 1 700 msnm. La precipitación media anual no rebasa los 500 mm, siendo de 402 mm en Tolimán y de 470 mm en Peñamiller. La temperatura media anual en las mismas poblaciones es de 20.2°C y 21.9°C, respectivamente.

    RED HIDROLÓGICA

    La Sierra Gorda pertenece a la Región Hidrológica #26, que incluye al río Pánuco. Su fuente más lejana es el río Tepeji o San Jerónimo controlado por las presas Taxhimay, en el Estado de México y Requena, en Hidalgo, donde nace el río Tula. El área de estudio está ubicada dentro de dos cuencas: la del río Tampaón o Tamuín y la del río Moctezuma (figura 4). La descripción que a continuación se integra se realizó tomando como referencia datos de inegi (1985 y 2014) y del Programa de Manejo de la Biósfera de la Sierra Gorda de semarnap (1999).

    Figura 4. Cuencas Hidrográficas de la Sierra Gorda. Editado de inegi (2013).

    Cuenca del río Tampaón o Tamuín. La corriente de esta cuenca se desarrolla principalmente en la porción norte de Querétaro (figura 9). El más significativo de sus afluentes es el río Santa María (figura 5), procedente de San Luis Potosí, toca las comunidades de Vegas Cuatas y Carrizal, para después atravesar el Valle de Concá hasta llegar a la confluencia con el río Ayutla (figura 6), donde cambia de dirección hacia el oriente.

    Figura 5. Cauce del río Santa María. Foto: Archivo fotográfico pavsg.

    Figura 6. Las Adjuntas, unión de los ríos Santa María y Ayutla. Foto: Archivo fotográfico pavsg.

    Respecto al río Atarjea o Ayutla (figura 7), éste ingresa al municipio de Arroyo Seco por el poniente, desde Guanajuato, riega terrenos de Santa María de Cocos para llegar a Ayutla y unirse al río Santa María. Por el sur, el río Escanela alimenta al río Jalpan (figura 8), a éste después se le unen los arroyos El Real, Ojo de Agua y Arroyo Grande, la corriente fluye en dirección Norte-Noroeste para finalmente descargar en el río Santa María, durante el recorrido se observó que además de los afluentes mencionados existen otros estacionales, los cuales cuentan con una diversa fauna.

    Figura 7. Cauce del río Ayutla. Foto: Archivo fotográfico pavsg.

    Figura 8. Cauce del río Jalpan. Foto: Archivo fotográfico pavsg.

    Cuenca del río Moctezuma. Se origina a partir de la corriente proveniente del río Tula cuya afluencia, dirección Norte–Nordeste, atraviesa Hidalgo y llega a Querétaro hasta su confluencia con el río San Juan, momento en el que toma el nombre de río Moctezuma. Dentro de la porción de la Sierra Gorda de Querétaro su principal afluente es el río Extoraz, el cual tiene afluentes tanto perennes como estacionales. La corriente de la cuenca del río Moctezuma continúa su afluencia en dirección Norte-Nordeste hasta confluir con el río Tampaón, donde recibe el nombre de río Pánuco (figura 9), este cauce lleva agua todo el año y cuenta con una amplia diversidad de especies acuícolas.

    Figura 9. Red Hidrológica de la Sierra Gorda. Editado en Mapa Digital 6, inegi.

    VEGETACIÓN

    En este apartado se exponen las características generales de las formaciones vegetales presentes dentro del área de trabajo del Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda; se mencionan además algunas localidades en las que es posible encontrarlas. Para conocer más a detalle sobre algún tipo de vegetación puede consultarse los estudios realizados por Roberto De la Llata (2006) en el Centro Queretano de Recursos Naturales, así como el Programa de Manejo Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de semarnap (1999).

    La clasificación de la vegetación sigue la base fisonómica florística empleada por Rzedowski (2006), siendo los principales los bosques y selvas en diferentes modalidades, seguidos del matorral xerófilo (figura 10). Los tipos de vegetación presentes en el área de estu­dio son:

    FIGURA10_1

    Figura 10. Mapa de vegetación de la Sierra Gorda. Editado de los mapas digitales del Centro Queretano de Recursos Naturales (2015).

    Bosque de coníferas. Se caracterizan por estar constituidos mayormente por especies de árboles perennifolios predominantemente de los géneros Pinus, Juniperus, Cupressus y Abies. En la Sierra Gorda están bien representados por:

    Bosque de pino. Tienen afinidad por los climas frío, templado, o semicálido húmedo y subhúmedo. Destacan las comunidades de Pinus y conviven con Juniperus y Abies. Hay presencia de Pinus greggii desde Valle Verde en el municipio de Jalpan de Serra a El Madroño, en el municipio de Landa de Ma­­tamoros, hasta los 1 600 msnm; Pinus patula (pino lacio) en el municipio de Pinal de Amoles, entre 2 400 y 2 850 msnm, en áreas con régimen de frecuentes neblinas y acompañado de Pinus montezumae, Pinus ayacahuite y Pinus teocote; también hay comunidades de Pinus rudis en las zonas secas entre los 2 750 y 3 100 msnm; y en una pequeña porción Pinus oocarpa en La Florida, municipio de Arroyo Seco. Entre los municipios de Peñamiller y Pinal de Amoles se tiene un bosque de pino piñonero (Pinus cembroides y Pinus pinceana).

    Bosque de enebros (Juniperus). Se presenta en condiciones limítrofes entre los climas semiseco y templado subhúmedo. Se observa en algunos parajes de la Sierra del Doctor, en Cadereyta, en manchones en la ladera del barlovento del macizo de Pinal de Amoles, en las proximidades de La Florida, Arroyo Seco y en la región de Tres Lagunas del municipio de Landa. Además, manifiesta una etapa de transición entre el matorral xerófilo y el bosque de encino. Se desarrolla en altitudes entre los 1 500 y 2 500 msnm y las especies características son Juniperus flaccida, Juniperous deppeana (nebrito) y Arbustus xalepensis (madroño).

    Bosque de cedro blanco (Cupressus lindleyi). Se presenta en condiciones de clima templado subhúmedo, en forma de pequeños manchones dentro de los municipios de Landa y Jalpan, en particular cerca de Llano Chiquito, Pinalito de la Cruz y La Florida, en las laderas del cerro Piedra de la Cruz y en las cercanías de Rioverdito. Se desarrolla a altitudes de 1 600 a 2 600 msnm, la especie dominante es Cupressus lusitánica.

    Bosque de oyamel (Abies). Este tipo de comunidad tiene a Abies guatemalensis y Abies religiosa como especies dominantes, las cuales están en peligro de extinción y existen sólo en pequeños manchones, localizados en los municipios de Jalpan de Serra, Landa de Matamoros y Pinal de Amoles, entre los 2 200 y 3 100 msnm. Otra especie que también se encuentra en estos bosques (en las barrancas del cerro de La Pingüica, en el municipio de Pinal de Amoles) es Pseudotsuga menziesii (abeto Douglas).

    Bosques mixtos. Es relevante mencionar que bosques de encinos y pinos se encuentran mezclados en los municipios de Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Pinal de Amoles y Arroyo Seco. Las especies más representativas son Pinus greg­gii, Pinus patula, Quercus laurina y Quercus obtusata.

    Bosque de encinos. Las comunidades de encinos se desarrollan en altitudes entre los 800 y 3 100 msnm en los climas templado y subhúmedo. El municipio que reporta mayor porcentaje de este tipo de vegetación es Pinal de Amoles, pero también se desarrolla en los municipios de Landa de Matamoros, Jalpan de Serra, Arroyo Seco y Peñamiller, siendo las especies características: Quercus mexicana y Quercus castanea en cañadas y laderas, entre los 1 200 y los 2 300 msnm; Quercus polymorpha en altitudes inferiores; Quercus crassifolia y Quercus greggii en altitudes de 2 200 a 3 100 msnm; de afinidad hacia los climas húmedos y a menudo colindando con el bosque mesófilo de montaña se presenta el encinar de Quercus affinis.

    Bosque mesófilo de montaña. Ocupa las partes más húmedas de la sierra. Las especies más significativas son: Liquidambarstyraciflua (qui­rambaro o somerío), Dalbergia palo-escrito (palo escrito), Ulmus mexicana (petatillo), Taxus globosa (granadillo), Tilia meicaca, Nephelea mexicana, Clethra pringleo, Quer cusaffinis (encino escobillo), Quercus germana (encino bellotón), Magnolia dealbata y Magnolia schiedeana (especies que están amenazadas). Los sitios en que esta comunidad se encuentra mejor representada son: los cañones del río Tancuilín y de otros arroyos que desembocan en el Moctezuma, entre 800 y 2 200 msnm, en las cercanías de Agua Zarca, El Humo, Rioverdito y Neblinas, en el municipio de Landa; en la Cañada de las Avispas y áreas aledañas a la Parada, entre 1 300 y 2 000 msnm, en el municipio de Jalpan de Serra; en Las Cañadas de Arroyo Grande en las cercanías de San Pedro Escanela, entre 1 500 y 2 000 msnm y en Las Cañadas de Agua Fría y los Granadillos, entre 2 000 y 2 750 msnm, en el municipio de Pinal de Amoles.

    Bosque tropical caducifolio. Es característico de regiones de clima cálido y dominados por especies de árboles que pierden sus hojas en la época de seca durante un lapso variable, por lo general oscila alrededor de los seis meses. Algunos árboles que dominan en estos bosques son: Bursera simaruba (chacá), Capparis incana (palo cenizo), Esenbeckia berlandieri (jopoy), Lysiloma microphylla (palo de arco), Phoebe tampicensis (laurel) y Psidium sartorianum (guayabillo). También se encuentran Acacia coulteri (guajillo), Guazuma ulmifolia (aquiche) y Bursera lancifolia (chacá). Se encuentra en grandes áreas de Jalpan de Serra, Arroyo Seco, Landa y Pinal de Amoles, sobre lomeríos y laderas bajas entre los 300 y 2 200 msnm. El resto se encuentra combinado con matorral xerófito y a veces con encinar en laderas y cañadas.

    Bosque tropical subcaducifolio. Esta comunidad ocupa extensiones muy reducidas que no han sido cuantificadas, la mayor parte de los lugares se trata de árboles aislados, pero existen algunos manchones de hasta 1 km2. Está presente en las profundas cañadas de los ríos Santa María, Moctezuma y sus afluentes en los municipios de Landa de Matamoros, Jalpan de Serra y Arroyo Seco. Las especies principales son Adelia barbinervis (espino blanco), Brosimum alicastrum (oxite), Cedrela odorata (cedro rojo), Cupania dentata, Enterolobium cyclocarpum, Macfadyena unguiscati, Neurolaena lobata, Ceiba pentandra (ceiba), Ficus pertusa (higuerón) y Bursera simaruba (chacá).

    Matorrales xerófilos. Se trata de comunidades vegetales dominadas por plantas arbustivas que crecen en regiones áridas y semiáridas. De acuerdo con su composición florística y la forma biológica de las especies dominantes, en la Sierra Gorda se encuentran los siguientes subtipos:

    Matorral crasicaule. Formación dominada por cactáceas de tallos carnosos, globosos o cilíndricos como nopales, biznagas y órganos que se desarrollan a altitudes entre 1 400 y 2 500 msnm, principalmente en el municipio de Peñamiller, con especies como Stenocereus dumortieri (órgano), S. queretaroensis (pitayo), Myrtillocactus geometrizans (garambullo) y Opuntia imbricata (cardenche).

    Matorral submontano. Se desarrolla entre los 800 y 2 200 msnm, estrechamente ligado con afloramientos de rocas calizas y lutitas en los municipios de Jalpan de Serra, Arroyo Seco y parte alta de Peñamiller. Las especies predominantes son: Acacia angustissima (barba de chivo), Acacia berlandieri (guajillo), Acacia micrantha (mezquitillo), Cigarrilla mexicana (San Pedro) y Cordia boissieri (trompillo), entre otras. En los cañones de los ríos Extoraz y Moctezuma existe matorral submontano, sin embargo, cambia en composición florística con frecuencia. En las cañadas profundas y de laderas con poca pendiente, donde se conserva más humedad, el matorral es más denso y alto, mientras que en los alrededores de Peñamiller es bajo.

    Matorral micrófilo. Se desarrolla en pequeñas porciones del municipio de Peñamiller a alturas entre 1 300 y 2 000 msnm. Las especies más frecuentes son: Acacia vernicosa (chaparro prieto), Condalia mexicana (granjero prieto), Fouqueira splendens (ocotillo), Koeberlinia spinosa (junquillo), Larrea tridentata (gobernadora) y Prosopis laevigata (mezquite), entre otras.

    Matorral rosetófilo. Ocupa áreas muy pequeñas en la cuenca del río Extoraz en el municipio de Peñamiller y comparte características climáticas del matorral micrófilo; se desarrolla entre los 1 600 y 2 200 msnm. Las especies más comunes de este matorral son: Agave lechuguilla (lechuguilla), Dasylirion acotriche (sotol), Dasylirion longissimum (junquillo) y Hechtia glomerata (guapilla).

    Como se observa, la vegetación dentro de la Reserva de la Biósfera de la Sierra Gorda es diversa, esto se debe en parte a la accidentada topografía, así como a su posición con respecto a los vientos de la Costa del Golfo.

    Antecedentes arqueológicos

    ———•———

    Aunque desde finales del siglo xviii¹ y durante el xix² algunos viajeros militares, mineros e ingenieros se internaron en la Sierra Gorda por diversos motivos y describieron, en segundo término, algunos sitios o aspectos arqueológicos de interés; aquí se mencionarán solamente las contribuciones hechas a partir de 1931, pues en ese año comenzaron los trabajos arqueológicos llevados a cabo por especialistas, como la visita de Eduardo Noguera y Emilio Cuevas a Ranas y Toluquilla; esfuerzo que permitió conformar el primer Atlas Arqueológico Nacional en 1939, editado por Ignacio Marquina.

    Durante los años cuarenta varios investigadores atribuyeron los asentamientos de la zona de Río Verde y de la Sierra Gorda queretana a la cultura huasteca, por mera proximidad geográfica y la presencia persistente de asentamientos desde la costa del golfo de México hasta el Altiplano Potosino (Meade, 1942, 1948; Du Solier, 1944, 1945a). Esta tendencia tuvo cierta continuidad con el trabajo de Octaviano Cabrera Ipiña (1991: 36-37), quien en 1963 expuso la hipótesis que describía una gran migración proveniente de la cuenca de Pánuco hacia la zona de Río Verde, que pobló esta región de manera densa a lo largo del periodo Clásico; estos primeros habitantes sedentarios habrían sido atraídos por la seguridad que proporcionaba un mejor clima y tierras fértiles, en contraste con las planicies costeras afectadas por inundaciones permanentes.

    Es hasta la década de los setenta cuando se publicaron los primeros estudios cerámicos que permitieron asociar más claramente la filiación de los pueblos asentados en la región de Río Verde. El trabajo de Donald Heldman (1971) indicó que existía una fuerte influencia del Tajín, que correspondía al periodo Posclásico temprano; por otro lado, Beatriz Braniff (1996: 373-374) consideró que la zona comprendida por el sudoeste de Tamaulipas, la meseta de Río Verde, Guadalcázar, el nordeste de Querétaro y la Huasteca formaba una unidad cultural compacta, principalmente entre los años 300 a.C. y 1000 d.C.

    Uno de los trabajos más influyentes hasta la actualidad es el de Dominique Michelet (1984, 1996), quien sugirió que en la meseta de Río Verde se asentaron pueblos que poseían características culturales muy similares a los grupos pertenecientes a Mesoamérica; atribuyó esta situación a la influencia de tres corrientes expansionistas, una de la región de Pánuco, otra de las llanuras costeras del centro de Veracruz y la última de Teotihuacán (Michelet, 1996: 55). Aunque en su primera edición consideró que la colonización podría deberse a la explotación del cinabrio, posteriormente reconsideró la posibilidad de que se tratara de pequeños grupos agrícolas provenientes de la Huasteca (Michelet, 1996: 72). Sin embargo, el haber conformado un complejo cultural con el análisis cerámico, el patrón de asentamiento y las características de los entierros localizados, implicó que se generara cierta separación o distinción de estos grupos con aquellos de la región Huasteca de la costa del Golfo.

    Otro trabajo realizado en la región es el del arqueólogo César Quijada quien llevó a cabo su proyecto Patrón de asentamiento prehispánico en el área de Jalpan de 1986 a 1989.

    Los antecedentes aquí mencionados abarcan los estudios realizados hasta el final de la década de 1980, esto debido a que son los trabajos con los cuales se contaban al momento de iniciar el estudio de recorrido descrito en el presente libro.

    ¹ En un borrador de diario publicado por Lino Gómez Canedo (1996: 609) se registró un recorrido por el actual Arroyo Seco; desconoce al autor del diario, aunque sospecha que fue el brigadier don Pedro Ruiz Dávalos, a quien Revillagigedo encargó las revistas y arreglo de las milicias de la Sierra Gorda entre 1787 y 1792; por la descripción que hace probablemente refiere al sitio de San Rafael.

    ² Los apuntes de John Phillips, Mariano Bárcena, Bartolomé Ballesteros, José María Reyes y otros correspondientes al siglo xix se encuentran en el libro de Margarita Velasco (1997).

    Metodología

    ———•———

    ÁREA DE TRABAJO

    Se considera una frontera cultural como algo dinámico, que puede contraerse, expandirse e incluso desaparecer; esto depende de la combinación de una gran cantidad de factores, que pueden ir desde cambios climáticos hasta cambios en las estructuras socioeconómicas y políticas de los grupos que la habitan. Algunos investigadores como Paul Kirchhoff (1943, 1960), Pedro Armillas (1964, 1969, 1991), Beatriz Braniff (1975, 1994, 1996) y Jaime Litvak (1976), con diferentes enfoques y tendencias teóricas, han tratado de explicar diversos conceptos de frontera cultural en áreas específicas. La región de estudio que nos ocupa se ubica en el nordeste de la frontera de Mesoamérica (Kirchhoff, 1960).

    La Sierra Gorda incluye una franja territorial en donde interactuaron cazadores-recolectores, nómadas y seminómadas, con grupos agricultores; este aspecto coincide con lo que Beatriz Braniff (1996) denominó originalmente como Mesoamérica Marginal. Con base en estas argumentaciones, la Sierra Gorda se considera en el presente trabajo como una zona de transición o de contacto, más que una línea divisoria rígida entre los pueblos agricultores y los cazadores-recolectores. Una frontera en la que convergían diferentes culturas, con influencias provenientes del Altiplano Potosino, del Bajío, del centro de México y de la Huasteca. En consecuencia, esta serranía se convirtió en un área de circulación comercial y de viajeros, tanto en dirección este-oeste, como norte-sur.

    Por tanto, el área de estudio del Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda se ubicó en la parte norte del estado de Querétaro, algunas porciones del sudeste del estado de San Luis Potosí, del nordeste de Guanajuato y una franja del noroeste de Hidalgo. Se delimitó por un polígono irregular comprendido entre los 21º 00’ y 22º 00’ latitud norte y entre los 100º 00’ y 98. 8º 00’ longitud oeste (figura 11).

    Figura 11. Área de trabajo del Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda, tomado de la carta Ciudad Valles F14-8, inegi.

    La delimitación se hizo con base en características orográficas principalmente. A continuación, se describe el área, siguiendo el sentido de las manecillas del reloj.

    La esquina noroeste se encuentra a 9 km al sur de la cabecera municipal de Río Verde, San Luis Potosí, en la ranchería de las Palomas; continúa al este hasta la comunidad de Santa Isabel, después al nordeste hasta los cerros Mesas Cuatas; hacia el oriente, hasta llegar a la comunidad Cerrito de la Cruz; en la misma dirección, hasta el caserío de los Lobos y posteriormente a la comunidad de Rascón, municipio de Ciudad Valles (S.L.P.), que se encuentra a 25 km al oeste de Ciudad Valles, siendo el límite nororiental del área de trabajo.

    Hacia el sur se encuentra con Puerto Guaymas y siguiendo esa misma dirección continúa por el contorno oeste de la Sierra La Pila y la Sierra de las Anonas, para después pasar por las laderas orientales de la Sierra El Sacerdote y de la Sierra Puente de Palo, hasta la comunidad de Santa Bárbara, municipio de Huehuetlán (S.L.P.); continúa por la carretera federal 85 hasta la comunidad de Chamalcalco, gira hacia el sur a la comunidad de Tenepango, y consecutivamente a la ranchería llamada La Laguna y luego a la comunidad de Pisaflores.

    A partir de aquí, el límite meridional comprende, en dirección sudoeste, a las comunidades de San Cristóbal, La Misión y Macangui, para después dirigirse al oeste a través de los flancos occidentales de la Barranca el Timbral y Barranca Seca; siguiendo hacia el occidente se llega a Pacula, después al río Moctezuma, y a las comunidades de El Naranjo, El Timbre, Bucareli y el Sauz.

    Por último, en esta demarcación gira hacia el norte, formando su borde occidental por las comunidades de Agua Fría, la Tapona, la Cieneguita y el Guamúchil, estas últimas en el estado de Guanajuato. Continuando en la misma dirección se sigue por el río La Laja y el arroyo La Cañada hasta llegar a la ranchería de Corral Quemado; después alcanza las comunidades de Joyas de Jesús, las Pilas y el Caracol, para llegar al punto inicial que es la comunidad de Las Palomas.

    Previo a la realización del recorrido de superficie, se planteó la necesidad de realizar una delimitación de cada uno de los valles, generando así áreas de estudio particulares que permitieran la sistematización tanto del trabajo de campo como del análisis de los datos obtenidos. La delimitación de cada valle partió de las laderas que lo circundan, de los nudos montañosos que los cierran y los ríos que los separan, generando así ocho áreas de estudio: Valle de San Ciro-Arroyo Seco, Valle Mesa de Agua Fría, Valle de Concá, Valle de Purísima, Valle de Jalpan, Valle de Tancama, Valle de Matzacintla y Valle de Landa (figura 12).

    Figura 12. Valles que delimitó el Proyecto Arqueológico Valles de la Sierra Gorda para su estudio. Elaboración pavsg.

    Para el reconocimiento de estos valles se aplicó una primera categorización de asentamientos, tomando como criterio principal la localización topográfica de los mismos, quedando de la siguiente manera:

    a) Asentamientos de valle. Localizados en la zona de la llanura, en las partes planas y bajas.

    b) Asentamientos de pie de monte. Aquellos que ocupan la parte baja de las pendientes que limitan a cada uno de los valles.

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