En la frontera del norte de Chile con Perú, se despliega el Valle de Azapa (en el departamento de Arica). Se trata de un oasis de vegetación, en pleno desierto, que permite el cultivo de frutas como la papaya o el mango. En el pueblo de Alto Ramírez, estas plantaciones se extienden alrededor de una colina que se conoce como el Cerro Sagrado, donde se desdibujan una serie de misteriosos geoglifos: un par de figuras antropomorfas que se vinculan a una espiral y que se enmarcar por una cenefa de formas curvilíneas irregulares. En la misma colina puede observarse un grupo de estilizadas siluetas, entre las que se reconocen formas humanas, camélidos y lo que parece ser una especie de lagarto junto a una serpiente. En la otra ladera del mismotiva cerro, llama la atención la figura de un ser macrocéfalo de brazos alargados, que se extienden como si fueran pinzas gigantes, junto al que se perfilan lo que parecen ser pequeños animalillos.
En el CERRO SAGRADO dibuja un grupo de estilizadas siluetas, entre las que se reconocen formas humanas, camélidos y lo que parece ser una especie de lagarto junto a una serpiente.
A no demasiada distancia del Cerro Sagrado se alcanza el Cerro Sombrero, donde puede contemplarse otro misterioso lienzo de geoglifos: se trata de una comi de camélidos, bautizada por los lugareños como La Tropilla. El hecho de que el dibujo de los camellos se oriente hacia el litoral chileno ha servido de argumento para que muchos estudiosos hayan visto en estos geoglifos una señalización de antiguas rutas comerciales que, desde los valles, debían desembocar en zonas costeras. Los geoglifos, dibujados a través del apilamiento de piedras, pudieron haber constituido restos de un posible túmulo funerario. Al menos, eso es lo que evidencia el hallazgo fortuito,