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Exploración arqueológica en Ixtapan de la Sal: Análisis de entierros y objetos asociados
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Libro electrónico432 páginas4 horas

Exploración arqueológica en Ixtapan de la Sal: Análisis de entierros y objetos asociados

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Esta obra hace referencia al rescate arqueológico que tuvo lugar en Ixtapan de la Sal en 1993, a raíz del descubrimiento de restos óseos y vasijas durante la remodelación de la Plaza de los Mártires, hecho que presentó la oportunidad de explorar un sitio de gran interés de la época del Posclásico tardío.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 ago 2021
ISBN9786075394312
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    Exploración arqueológica en Ixtapan de la Sal - Beatriz Zúñiga Bárcenas

    CAPÍTULO 1

    ASPECTOS GEOGRÁFICOS


    UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE IXTAPAN DE LA SAL

    El municipio de Ixtapan de la Sal se encuentra en la región serrana del sureste del Estado de México. Este territorio queda comprendido en la provincia fisiográfica de la Sierra Madre del Sur, en la subdivisión de las sierras y valles guerrerenses (lámina 1.1) que se caracteriza por sus valles orientados hacia el sur alternados con serranías.¹

    El territorio de Ixtapan de la Sal colinda al norte con los municipios de Villa Guerrero y Coatepec Harinas; al oriente, con los municipios de Zumpahuacan y Tenancingo; al sur, con el municipio de Tonatico y el estado de Guerrero, y al poniente, con los municipios de Zacualpan y Almoloya de Alquisiras (lámina 1.2). La superficie municipal de 115.3 km² desciende de norte a sur; se ubica entre los paralelos 18° 45’38’’ y 18° 54’25’’ latitud norte y entre el meridiano 99° 36’33’’ y 99° 45’53’’ longitud oeste. La cabecera municipal, situada en un área de lomeríos, alcanza una altitud de 1 900 msnm (Flores Espino, 1978: 6). Su clima es cálido, con temperatura media anual de 18°C. Según la clasificación de Köpen, modificada por Enriqueta García, el clima es del tipo Cbw"2(w)i’g, es decir, templado subhúmedo con verano cálido. La temporada más calurosa se presenta entre abril y junio. La precipitación media anual es de 1065.0 mm (idem: 8). Las precipitaciones más altas se registran entre junio y septiembre (García de León y Gerald L. McGowan, 1998: 37).

    Lámina 1.1. Distribución de regiones fisiográficas del Estado de México.

    Lámina 1.2. Ubicación de Ixtapan de la Sal.

    GEOLOGÍA

    Ixtapan de la Sal se encuentra dentro del llamado Valle de Ixtapan, región comprendida entre el macizo del Nevado de Toluca por el norte, la Serranía de Taxco por el sur y las alineaciones montañosas por el oriente y poniente (Arana, 1990: 32). Se trata de una región geológica donde predominan las rocas calizas y donde los fenómenos kársticos² son abundantes en forma de dolinas,³ grutas⁴ y lapiaz.⁵

    En el estudio de las formaciones geológicas del Valle de Ixtapan, realizado por F. Bonet (op. cit.), se señala que el estrato más bajo del valle está formado por rocas denominadas esquistos Tasco, las cuales tuvieron su origen en el Precámbrico. A la era Mesozoica corresponde la formación Tasco Viejo, las calcáreas pizarrosas de la formación Acuitlalpan y Xochicalco, las calizas dolomíticas de color entre gris azulado de la formación Morelos, las calizas de color oscuro (a veces sustituidas por lutitas), las filitas alternadas con areniscas; todas éstas derivadas de la formación Mezcala (idem: 32-35). Al Cenozoico corresponden los conglomerados rojos y cantos de rocas ígneas de la formación del Balsas, las tobas riolíticas de la formación Tilzapotla, andesitas, tobas y conglomerados de la formación Tepoztlan y depósitos aluviales y piroclásticos de la formación Chontacoatlán (idem: 35-36).

    Hacia finales del Cenozoico, durante el Pleistoceno y el Holoceno, sobresalen los travertinos, estos minerales de carbonato de calcio se formaron por los residuos de las corrientes de los manantiales. Se encuentran en el centro del valle, desde Ixtapan hasta Tonatico (lámina 1.3).

    Lámina 1.3. Distribución de formaciones geológicas.

    OROGRAFÍA

    Al norte del municipio se localiza un área de colinas, entre ellas sobresalen el Cerro del Naranjo (el de mayor altitud: 2 100 msnm), el Cerro Casahuatepec, el monte de Ahuacatitlan; en el noreste, los montes de Yerbas Buenas y El Potrero; hacia el sur, el Cerro de Tlapala y las Colinas de Tonatico; en el sureste, el Cerro de Salinas; en el oriente, el Cerro Alto. Hacia el sur se extiende un valle por el que atraviesan las barrancas de Coaxusco y de Malinaltenango. Sobre el relieve de Ixtapan de la Sal, José Flores Espino describe:

    Forma parte del segundo sistema orográfico del Estado [de México] que es el del sur, y que se inicia en los montes de Ocuilan de Arteaga; los cuales al juntarse con los del Nevado de Toluca se prolongan en las serranías cercanas de Tenancingo y llega a confundirse con las montañas de Guerrero y Morelos. Esto ha originado una depresión hacia el sur del Estado creando una zona distinta del resto de la entidad, sobre todo en cuanto al clima (Flores, 1978: 6-7).

    EDAFOLOGÍA

    En el municipio de Ixtapan de la Sal se observan seis tipos de suelos: rendzina, regosol, litosol, luvisol, vertisol y feozen. A continuación se describen sus características y su distribución en este territorio. La información fue tomada de García de León y Gerald L. McGowan (1998) y Flores Espino (1978).

    Rendzina: nombre de origen polaco que designa suelos poco profundos y pegajosos sobre rocas calizas.

    Características: son suelos arcillosos poco profundos sobreyaciendo directamente a material calcáreo. Presentan una capa superficial blanda de color oscuro, rica en materia orgánica. Se consideran fértiles para actividades agropecuarias, para cultivos de raíces someras, frutícolas y hortalizas.

    Distribución: cabecera municipal de Ixtapan y en los poblados de Tlacochaca y Yautepec.

    Regosol: el nombre significa manto o cobija y hace referencia a la capa de material suelto que cubre la roca.

    Características: no presentan capas distintas, son muy parecidos a la roca subyacente cuando no son profundos. Se localizan generalmente en las laderas, junto a litosoles y roca que aflora. La fertilidad de este tipo de suelos está sujeta a la profundidad y a que no son excesivamente pedregosos. Su uso es principalmente pecuario y forestal.

    Distribución: presente en los poblados de Tecomatepec y el Refugio.

    Litosol: significa suelo de piedra.

    Características: su espesor es menor de 10 centímetros subyacentes a la roca madre, tepetate o caliche. No son aptos para cultivo.

    Distribución: son los suelos que se distribuyen en los cauces de los ríos y arroyos; en barrancas, sierras y malpaís.

    Luvisol: significa suelo lavado.

    Características: son suelos con capa superficial blanda, abundantes de color rojo, hasta pardos o grises; ricos en arcillas, con baja capacidad para retener agua, por lo que son muy susceptibles a la erosión.

    Distribución: en las zonas que comprenden los poblados de San Miguel, Ahuacatitlán y Yerbas Buenas; en la parte central de Tecomatepec y en la estrecha franja que va desde la confluencia de los arroyos el Calicanto y el Jagüey.

    Vertisol: significa suelo que se voltea.

    Características: son suelos de textura arcillosa de color negro o gris. Se caracterizan por las grietas que se forman en época de sequía; aunque son aptos para la agricultura, su dureza dificulta la labranza.

    Distribución: se localizan hacia el sureste del municipio, en los poblados de Puerta Grande, Malinaltenango, San Alejo, El Cedrito, El Espinal, Mesón Nuevo y El Salitre.

    Feozem: significa tierra parda.

    Características: este tipo de suelo se caracteriza porque su capa superficial es de textura suave, de color oscuro, rico en materia orgánica y nutrientes, por lo que es apto para todo tipo de cultivo.

    Distribución: se presenta hacia el noreste del municipio en la población de San Diego Alcalá.

    HIDROLOGÍA

    Los ríos principales que atraviesan el municipio son El Calderón y Nenetzingo, cada uno fluye en las barrancas del mismo nombre, al unirse dan origen al río Ixtapan, llamado también río San Jerónimo. Éstos son afluentes del río Cutzamala. Hacia el sur del municipio se localiza el río Malinaltenango, que penetra a las grutas de Cacahuamilpa. La geomorfología del territorio indica que existen corrientes de agua subterráneas y pequeños manantiales tanto fríos como termales. En la cabecera municipal fluyen el río Salado y el arroyo Los Aguacates. Las fuentes de abastecimiento de agua más importantes son dos manantiales que se ubican en el lugar denominado la junta de los manantiales; desde ahí se conduce el agua potable por medio de instalaciones hidráulicas hacia la cabecera municipal.

    Otra fuente hidrológica, aunque no comestible, la constituyen los manantiales ricos en cloruros y carbonatos de sodio, los cuales, debido a sus componentes minerales —carbonato de calcio, carbonato de magnesio, óxido de hierro y aluminio—, fueron aprovechados para la elaboración de sal desde la época prehispánica hasta mediados del siglo XX. Sin embargo, el desarrollo tecnológico de la industria salinera en otros puntos del país y el bajo costo de la sal provocaron el abandono de esta industria primero en Ixtapan de la Sal y después en Tonatico. Por tanto los manantiales de aguas minerales o termales fueron utilizados como fuentes curativas. Este aspecto impulsó las actividades turísticas y el desarrollo urbano.


    ¹ En esta subprovincia se incluyen por completo los municipios de Ixtapan de la Sal, Tonatico y Zumpahuacán y una parte de los municipios de Coatepec Harinas, Malinalco, Ocuilan, Tenancingo, Villa Guerrero y Zacualpan (Porfirio García de León y Gerald L. McGowan, Esbozo de la geografía del Estado de México, en Yoko Sugiura (coord.), Historia general del Estado de México. 1. Geografía y arqueología, t. I, Zinacantepec, México, Gobierno del Estado de México/El Colegio Mexiquense, 1998, pp. 31-33).

    ² Las formaciones kársticas son cavidades producidas por corrientes subterráneas a causa de la disolución de las rocas. Se producen en localidades compuestas por rocas fácilmente solubles: yeso, calizas, dolomitas, sal (Diccionario geomorfológico. Con equivalentes de los términos de uso más común en alemán, francés, inglés y ruso, 1989: 117).

    ³ Forma negativa del relieve kárstico, en plano de forma circular o elíptica más amplia que profunda; en sección transversal es de forma de embudo, con fondo plano. Sus dimensiones dependen del tiempo transcurrido desde su gestación y del tipo de rocas y estructuras en que se transformó (idem: 73).

    Oquedad en la superficie terrestre, con un conducto horizontal penetrable por el hombre. Las grutas se desarrollan especialmente en condiciones kársticas, en rocas calizas (idem: 110).

    Conjunto de formas kársticas superficiales, consistentes en una agrupación de hondonadas y salientes agudas, separadas por una red de surcos. Se originan por la disolución de la roca a lo largo de fisuras (idem: 122).

    ⁶ Jan Bazant (¹⁹⁸⁶: ¹⁷⁰) refiere que la construcción del acueducto se inició en ¹⁸⁰⁸ y concluyó en ¹⁸⁷⁷, luego de ser suspendida por la guerra de Independencia.

    CAPÍTULO 2

    ANTECEDENTES HISTÓRICOS


    El grupo étnico de los matlatzincas fue poco mencionado en las crónicas y los códices coloniales. Los datos acerca de ellos son pobres y repetitivos. Generalmente se les menciona cuando formaron parte de las huestes en las campañas de expansión de la Triple Alianza, pero principalmente cuando se relata el periodo de gobierno de Axayácatl, pues fue este gobernante quien inició la campaña de conquista hacia el territorio del Valle de Toluca.¹

    Otra referencia sobre los matlatzincas se encuentra en los códices Aubin y Boturini. En ambos se incluye a este grupo como una de las ocho tribus que, encabezadas por los mexicas, salieron de sus orígenes como errantes. Estas tribus fueron la huexotzinca, la chalca, la xochimilca, la cuitlahuaca, la malinalca, la chichimeca, la tepaneca y la matlatzinca (Códice Aubin, 1980: 11). Aunque, como dice Piña Chan, este aspecto ha sido mal interpretado y ha creado confusión, ya que los matlatzincas y los malinalcas eran muy antiguos y probablemente no vinieron con los mexicas; las tribus que vinieron con ellos eran los chichimecas y sólo habrían tomado el nombre del grupo que habitaba el lugar donde se asentaron (Piña Chan, 1975: 545).

    Fray Bernardino de Sahagún fue el cronista que mayor número de datos etnográficos aportó acerca de los matlatzincas. En el libro décimo, párrafo octavo de su Historia general de las cosas de Nueva España describe el origen de los nombres con los que fueron conocidos, las diferentes actividades en las que utilizaron la red (matlatl) —es decir, el artefacto que sirvió para identificarlos— y algunos aspectos de su vida cotidiana y de su cultura: modo de subsistencia, lengua, carácter, indumentaria, etcétera.

    La información que existe sobre esta región para el periodo chichimeca se refiere cuando Xolotl y su hijo Nopaltzin (siglo XI) tomaron posesión del territorio comprendido entre los límites de Xocotitlan, el volcán Xinantécatl y Malinalco, y que más tarde se convertiría en el Matlatzinco.

    En el Códice García Granados se menciona que durante la época de consolidación de los chichimecas hubo surgimientos de nuevos señoríos en el Valle de Toluca, los que más tarde mantuvieron relaciones culturales, sociales y de sometimiento con los tepanecas de Azcapotzalco (Hernández, 1988: 31-32; Durbin, 1970: 72). Según los Anales tepanecas, Jilotepec, Matlatzinco y Chiapan fueron pueblos tributarios de Tezozómoc, gobernante de Azcapotzalco (García, op. cit.: 52), aunque Rosaura Hernández piensa que esta tributación, más que por sujeción armada, fue por lazos de parentesco (ibid.: 38). Según la información que ofrece el Códice García Granados, el territorio del imperio tepaneca se extendió hasta abarcar gran parte de las poblaciones del Matlatzinco (véase lámina 2.1).

    La caída de Azcapotzalco después de la conformación de la Triple Alianza favoreció sin duda el fortalecimiento de los matlatzincas, aunque no hubo un rompimiento absoluto con los tepanecas, pues algunos de ellos, después de ser dominados por los mexicas, huyeron hacia las regiones de Ocuilan, Xalatlaco y Atlapulco.

    Ahora bien, para los objetivos de este trabajo se expondrá con mayor detalle la información sobre aspectos generales de los matlatzincas —territorio, lengua, origen de su nombre—; su organización política; el origen de la conquista de su territorio por la Triple Alianza y la consecuente emigración de población matlatzinca; la reorganización territorial; el repoblamiento del Matlatzinco por los miembros de la Triple Alianza, y la imposición de tributo, pues son éstos los aspectos esenciales para el marco histórico de referencia.

    Lámina 2.1. Poblaciones que formaban parte del señorío tepaneca, según el Códice García Granados.

    LA REGIÓN MATLATZINCA

    La región matlatzinca no se limitó al espacio geográfico del Valle de Toluca, sino que se extendió hasta el sur del Estado de México y el norte del estado de Guerrero, aunque ciertamente fue en el centro del Valle de Toluca donde se ubicó la capital matlatzinca y fue aquí donde se concentró la más alta densidad de población de este grupo étnico. En la superficie territorial del Matlatzinco quedan comprendidas tres regiones geográficas: los valles semifríos, donde se ubicaron los matlatzincas del valle —Toluca y Calixtlahuaca—; las montañas boscosas, donde se ubicaron los matlatzincas montañeses —Teotenango, Tenancingo, Ocuilan, Malinalco—, y las sierras cálidas, donde se ubicaron los matlatzincas serranos —Temazcaltepec, Tejupilco, Zacualpan—² (García, 1999: 47).

    En el libro I de su Historia antigua de México, el jesuita Javier Clavijero nos informa sobre la extensión territorial de los matlatzincas de la siguiente manera:

    La provincia de los matlatzincas comprendía, además del Valle de Tolocan al poniente de México, aquél espacio que hasta ahora es Tlaximaloyan, raya [frontera] del reino de Michoacán. El hermoso y fértil Valle de Tolocan tiene quince leguas de largo del sureste al noroeste y nueve de ancho por donde más se dilata. Tolocan, su capital, que era la principal población de los matlatzincas, está situada al pie de una alta montaña coronada perpetuamente de nieve a distancia de diez leguas de México.³ Los demás lugares de consideración eran Xiquipilco, Metepec, Calixtlahuacan, Calimayan, Tenanco, y Tzinacantepec, parte habitados de matlatzincas y parte de otomíes. Sobre las montañas que forman este valle estaban los señoríos de Xalatlauhco, Tzompahuacan, y Malinalco, a corta distancia al oriente el de Ocuillan y al occidente los de Tozantla y Zoltepec (Clavijero, 1991: 3).

    Por otro lado, don Manuel Orozco y Berra en su Historia antigua y de la conquista de México coincide con Clavijero en que Toluca fue la capital de Matlatzinco y además nos da información sobre otras poblaciones que conformaron esta región.

    Su principal asiento era el Valle de Tolocan; confinaban al N con los otomíes y los mazahua; al E, con los otomíes; al S con los cuitlateca y al O se internaban en Michuacan hasta Indaparapeo y Tiripitio. La ciudad más importante era Tolocan, contándose otros señoríos, entre los cuales se enumeraba el de Tenantzinco, con los pueblos sujetos de Atlatlauhca, Tenango, Calimaya, Tepemaxalco, Malinalco, y Ocuilla. Encontrábanse también matlatzinca en Xalatlaco, Cuauhtepec, Atlapulco, Capulhuac, Ocoyoacac, Tepehuexoyocan, Cuauhpanoaya, Teotenango, Zoquitzinco, Xochiacan, Xiuhtepec, Cepayauhtla, Texcaltitlan, Tejupilco y Temazcaltepec (Orozco y Berra, 1978, t. II: 149-150).

    En cuanto a los límites territoriales del Matlatzinco podemos decir que fueron:

    Al norte, con Acambay, Timilpa, Nicolás Romero y Jilotzingo, es decir, en colindancia con la provincia de Xocotitlán, donde se hablaban las lenguas mazahua y otomí.

    Al sur, con el actual estado de Guerrero, donde habitaban chontales y mazatecos.

    Al este, con el actual Distrito Federal, donde residían las cabeceras tepanecas de Azcapotzalco y Tacuba.

    Al sureste, con el actual estado de Morelos, territorio de los tlahuicas.

    Al oeste, con Michoacán, donde habitaban los tarascos.

    LINGÜÍSTICA

    Fray Bernardino de Sahagún advirtió que la lengua matlatzinca era distinta de la mexicana:

    Estos tolucas, y por otro nombre matlatzincas, no hablaban la lengua mexicana, sino otra lengua diferente y oscura, aunque a la verdad también entre ellos [hay] nahuas o mexicanos, y su lengua propia dellos no carece de la letra r (Sahagún, 1989: 664).

    Los estudios lingüísticos modernos ubican a la lengua matlatzinca dentro de la familia otomiana. De acuerdo con Leonardo Manrique (Arana, 1990: 54; Tomassi, 1979: 176-177), el matlatzinca es una de las lenguas de la familia otomiana derivada del grupo macrootomangue.

    Otros grupos hablantes de alguna de las lenguas de esta familia lingüística⁵ —otomí, mazahua y ocuilteco— compartieron territorio con los matlatzincas; pero estos últimos ocuparon la parte central, y su lengua fue la más importante en este territorio. La segunda lengua en importancia fue la otomí, cuyos hablantes se localizaban en el centro-norte; al norte compartían territorio con matlatzincas y mazahuas. La tercera lengua fue el mazahua;⁶ sus hablantes compartieron espacio territorial con los otomíes y matlatzincas. La cuarta lengua fue el ocuilteco,⁷ que se hablaba en el territorio bien definido de Ocuila, ubicado en la frontera con los tlahuica (lámina 2.2, tabla 2.1).

    Debe destacarse que dentro de este grupo de otomianos, los matlatzincas fueron el grupo étnico dominante en el sentido de haber sido el que alcanzó el más alto desarrollo político y económico y, en consecuencia, el que dio el nombre genérico tanto a los pobladores como a la región.

    Pedro Carrasco considera que en el Valle de Toluca hubo un entreveramiento de grupos étnicos y lenguas, principalmente matlatzinca, otomí y mazahua; descarta el ocuilteco porque, como ya se señaló, esta lengua se habló en un territorio bien definido, en contraste con las anteriores que se llegaron a mezclar en algunas poblaciones.

    Los tres idiomas principales de la familia otomiana que se encuentran en territorio mesoamericano —otomí, mazahua y matlatzinca— tienen una zona de contacto situada en el Valle de Toluca, donde se mezclan de tal manera que es imposible fijar linderos entre ellos. La situación se complica más por la presencia del mexicano, que era la lengua materna de parte de la población a la vez que la lengua franca de todos (Carrasco, 1979: 27).

    Lámina 2.2. Provincias tributarias de Matlatzinco.

    Del Valle de Toluca y las zonas vecinas a él, Pedro Carrasco dice:

    Se conocía por el nombre de Matlatzinco comprendiéndose en la región así llamada pueblos que no eran de matlatzinca como Xiquipilco […] El mismo nombre se aplicaba más en particular a la ciudad de Toluca, o por lo menos a una parcialidad dentro de ella (Carrasco, 1979: 30).

    Lo que se puede inferir de las evidencias arqueológicas es que el núcleo de la población matlatzinca habitaba principalmente en el sur y suroeste del Valle de Toluca, mientras que las zonas restantes estaban habitadas por otomíes y mazahuas (Sugiura, 1998a).

    TABLA 2.1

    DISTRIBUCIÓN DE LENGUAS OTOMIANAS EN EL VALLE DE MATLATZINCO

    La información para la elaboración de esta tabla fue tomada de Pedro Carrasco (1979), Noemí Quezada (1972), Peter Gerhard (1986) y René García (1999).

    Como ya se señaló, el nombre de matlatzincas fue el gentilicio de origen náhuatl que se utilizó para denominar a los grupos que habitaban el Valle de Toluca y las regiones aledañas a él, sin importar su lengua en particular; por otro lado, de este nombre se derivó el nombre de Matlatzinco, es decir, el espacio territorial ocupado por los grupos otomianos ya citados. Sobre el nombre de los matlatzincas fray Bernardino de Sahagún señala:

    El nombre matlatzíncatl tomóse de matlatl, que es la red con la cual desgranaban su maíz y hacían otras cosas los que se llaman matlatzincas. Y ansí, para desgranar el maíz, echan los dichos matlatzincas en una red las mazorcas, y allí las aporrean para desgranar. Y también lo que se cargan no lo llevan en un costal, sino en red, que, tenía de dentro paja para que no se salga por la red lo que llevan, el maíz o otra cosa (Sahagún, 1989: 663-664).

    Soustelle complementa la información sobre el origen del nombre matlatzinca como sigue:

    Matlatzinca deriva igualmente de una palabra azteca, matlatl, red. En la escritura jeroglífica, o más bien pictográfica, de los aztecas, la tribu está representada por un hombre provisto de una red, extraordinariamente parecida a la red que hoy en día usan los indígenas de la misma región. Como el hábitat de esta población tenía como centro el río Lerma y las lagunas adyacentes, donde ese tipo de red se emplea para pescar en los fondos limosos, este carácter de su cultura material habría determinado

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