Prisión o Exclavitud Mental del Siglo XXI
Por Carlos Díaz
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En su libro Prisión o esclavitud mental del Siglo XXI, Carlos Díaz Okrassa, nos proporciona una variedad de información sobre cómo actúa la mente de los seres humanos ante diferentes situaciones que se le plantean. Esto se da y se ha dado a través de los tiempos, pero recientemente ha alcanzado su mayor influencia dentro de las sociedades.
Carlos nos lleva de la mano en un recorrido por la mente, la conciencia, el ego y todo lo relacionado con el diario vivir y actuar de las personas. El por qué unos reaccionan de diferentes formas ante un mismo suceso, cuál es la percepción cerebral y cuál es el pensamiento.
Aquí vamos a deslindar y aclarar lo que es mente y conciencia y cuál es la que debe o debería prevalecer.
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Prisión o Exclavitud Mental del Siglo XXI - Carlos Díaz
Génesis de la conciencia
¿Cuándo es que realmente nacemos a la vida? Esta pregunta parece un poco obvia, pero desde mi punto de vista, me gustaría separar el momento en que venimos al mundo y el momento que nacemos al mundo.
Creo que a lo largo de la historia hemos venido y caminado por esta tierra, pero solo como el acto físico material de estar en el planeta porque, según mi punto de vista, no todos logramos nacer a esta realidad, podría decir que muchos se van sin haber logrado despertar a la vida.
Uno nace realmente cuando se da cuenta y esto no le pasará a todos, así como tampoco hay una edad específica en que nos deba suceder, simplemente nos damos cuenta cuando miramos hacia atrás de nuestras vidas y concluimos en lo ingenuo que hemos sido a muchas de las experiencias que el mundo nos ha proporcionado y que, por alguna razón, algunos afortunados han tenido la lucidez de descubrirlo y conectarse a otra forma de vida, la cual creo que está estrechamente ligada a la consciencia, o sea, la parte más profunda y poco explorada de nuestro ser, lo que nos conduce a despertar a un mundo con diferentes ojos, perspectivas, ambiciones, percepciones y sentidos en general.
Muy pocos son los que se ven atraídos a descubrir este mundo oculto de nuestro ser interno, la mayoría tienen la tendencia de navegar a lo largo de su vida por el mundo material, el cual, desde mi punto de vista, tiene un término corto de expectativa y caducidad.
Cuando empezamos a descubrir que hay otro mundo dentro de nosotros, es a lo que yo le llamo nacer a la vida
que, particularmente, me empezó, lentamente, a cambiar las ideas, conceptos, opiniones y expectativas, de cuando era solo guiado por mis pensamientos, los cuales están más apegados al ser terrenal material del cerebro con la mente, que ahora los sobrepasó y alimento con lo intangible.
No sé si esto pasa con todos, pero cuando vuelvo a ver hacia atrás, desde mis primeros años de vida y haciendo un análisis retrospectivo de cada época vivida desde la infancia, adolescencia, juventud y madurez; si hiciera un análisis sobre un mismo concepto, del cual he podido opinar en cada una de estas épocas, podría distinguir que este concepto, definitivamente, ha evolucionado y me ha cambiado la idea que tenía en una etapa primaria de la vida. En algunos casos no necesariamente para bien, sino simplemente más profundo y con diferentes perspectivas.
La vida es cambio y para algunos estos cambios se les dan más frecuente y rápido que a otros, lo cual podría ser un beneficio, siempre y cuando tomemos en cuenta los factores positivos y negativos de estos, para extraer el aprendizaje que nos han dejado; pero, desafortunadamente para la mayoría, estos cambios repentinos nos hace estancarnos, por lo que no nos damos cuenta por donde encontrar la salida y nos perdemos en nuestro ser externo, lo cual hace que pasemos demasiado tiempo tratando de salir de ese inmenso laberinto de incertidumbre y búsqueda de la verdad.
Esto nos sucede, precisamente, porque tratamos de resolver todo en base al conocimiento y experiencias con las que hemos nutrido la mente a lo largo de la vida, lo cual, lógicamente, entre menos años menos capacidad de razonamiento. Es por esto que la vida a la mayoría les llega a su fin antes de lograr comprender y entender cuál era su finalidad.
Todos los que hemos tenido la fortuna de educar hijos, podemos darnos cuenta de su increíble capacidad de aprendizaje. Quisiéramos regresar a esa edad donde casi todo quedaba grabado en la mente de manera instantánea y, por tal razón, la importancia de la responsabilidad que recae sobre nosotros, para llenar esa mente pura y virgen de nuestros hijos con suficiente conocimiento y experiencias positivas, que permitan el mejor desarrollo del individuo.
Pero, por otra parte, nos olvidamos completamente de enseñarles cómo empezar a conocernos internamente y, así, poder lograr mantener el equilibrio entre cuerpo-mente y conciencia.
Hay muy poca divulgación y material en lo referente a cómo enseñar a entender nuestra conciencia desde los primeros años de la niñez. ¿Cómo lograr que ellos puedan empezar a conocerse por dentro, más allá de los pensamientos y emociones? Si todos empezáramos seriamente a tomar consciencia de esto, nuestro mundo comenzaría a cambiar muy rápidamente. Con esto no me refiero al mundo material, sino al ámbito de lo espiritual, el que nadie mira y que es el más importante, para lograr alcanzar la felicidad plena.
Como seres humanos fuimos creados para crear, pero, lamentablemente, son muy pocos los que realmente crean, inventan o innovan. En comparación a la población mundial solo unos cuantos son los que se dedican a desarrollar las ciencias, la mayoría simplemente recibe la información de lo que otros construyen, casi nadie trabaja ni en su propia autotransformación.
Todavía son muchos los que viven en una profunda ignorancia y no me refiero a la ignorancia desde el punto de vista de la educación escolar o la que recibimos en nuestra casa con la familia, es la ignorancia de comprender nuestra propia evolución, de cómo somos, de que está formada nuestra esencia, sentidos y pensamientos, porque si no nos llegamos a conocer nosotros mismos en la parte más profunda del ser, o sea, la mente y conciencia, es difícil poder convertirnos en seres creadores, constructores, edificadores y no simplemente creadores desde el aspecto material, sino también en la construcción de la mente y descubrimiento de la consciencia.
Si analizamos algunas de las civilizaciones antiguas más desarrolladas, podemos notar que ellos le daban mucha importancia a la parte espiritual en lo relativo al alma, mente y consciencia, esto debido a su