Fuera del DIVAN SUPERARSE
Además de festejos, el hecho de cumplir años provoca reflexiones y balances. Iniciar la década de los 40 es particularmente movilizante ya que estamos en la mitad de la vida y se impone realizar una evaluación de lo que hemos logrado hasta ese momento. ¿Nos hemos casado o estamos solos? ¿Nos separamos? ¿Tenemos hijos? ¿Hemos alcanzado una carrera exitosa? ¿Tenemos una casa propia de la que estamos orgullosos? ¿Nuestro auto y nuestras posesiones materiales están a la altura de lo que “se espera“?¿Hemos respondido satisfactoriamente a los mandatos sociales? ¿Hemos cumplido con las aspiraciones de nuestros padres? ¿Y con nuestros objetivos de juventud? Pero, por último, ¿estamos conformes con nuestra vida? Muchas veces, se desencadena una crisis cuando no se ha cumplido con estas expectativas. Otras veces, obtenemos una puntación perfecta en todos los ítems señalados pero, sin embargo, sentimos que tampoco nos alcanza y la crisis llega también.
Doctor Lóizaga, ¿por qué se produce la crisis de los 40?
■ Ante todo, debo señalar que todos los seres humanos padecemos de la crisis existencial. Porque tenemos un cuerpo animal pero tenemos una mente que cuestiona nuestra existencia. Y es alrededor de los 40 cuando comenzamos a tener las crisis de la mediana edad. Sin embargo, siempre existe un factor que