Cómo cultivar la espiritualidad en los niños

Por Dr. Rosie Kuhn

En Cómo cultivar la espiritualidad en los niños, la Dra. Kuhn aborda un tema de vital importancia para el desarrollo físico, mental y emocional de nuestros hijos: el establecimiento de valores y principios sólidos para la vida por medio del desarrollo de una vida espiritual sana. Nos presenta 101 ideas prácticas por medio de las cuales los adultos pueden establecer, primero para sí mismos, los fundamentos necesarios que les permitan ser guía y ejemplo a los más pequeños y poder, de esta forma, hacer florecer el espítitu de cada niño.

(In Cultivating spirituality in children, Dr. Kuhn addresses an issue of vital importance for the physical, mental and emotional development of our children: the establishment of sound values and  principles for life through the development of a healthy spiritual life. Here she gives us 101 practical ideas through which adults can establish, first for themselves, the solid ground necessary to enable them to be guide and example to the small ones and helping thus making flourish espítitu each child.

(Written up by the translator)

• Idioma: Español
• Editorial: Dr. Rosie Kuhn
• Fecha de lanzamiento: 16 jun 2016
• ISBN: 9781507143964

Vista previa del libro

Cómo cultivar la espiritualidad en los niños.

101 maneras de hacer florecer el espíritu de cada niño

Dedicatoria

A Andrew Jacob Fesyk, mi nieto,

quien inspiró la redacción de este libro.

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Tabla de Contenidos

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Introducción

Capítulo 1: Usted escogió este libro. ¡Magnífico!

Capítulo 2: Las reglas del pensamiento por consenso

Capítulo 3: ¿Confundido?

Capítulo 4: El final de la confusión

Capítulo 5: Hablemos de espiritualidad

Capítulo 6: Bienvenido a sus posibilidades

Capítulo 7: Mi camino espiritual

Capítulo  8: El final del principio

Capítulo 9: Cuando tenía 17 años

Capítulo 10: De regreso

Capítulo 11: La lucha con los traumas

Capítulo 12: Nuestro encuentro con Ego

Capítulo 13: El final del natural Y fueron felices por siempre

Capítulo 14: El conocimiento de la evolución espiritual

Capítulo 15: La vida ahora es diferente

Capítulo 16: La reactivación de nuestra inteligencia

Capítulo 17: Cómo ayudar a la naturaleza y mantener el conocimiento divino de nuestros niños

Capítulo 18: Sumérjase en lo asombroso

Capítulo 19: El volverse hacia dentro

Capítulo 20: Devolvamos la simplicidad a la espiritualidad

Capítulo 21: Revisión pre-vuelo: La preparación para el despegue

101 maneras de hacer florecer el espíritu del niño

Una lista de experiencias a cultivar en nuestros hijos

Práctica / Oración / Meditación Diaria

Lista de lectura

Agradecimientos

Biografía

Algo para tener en cuenta

Los procesos de desarrollo humano y espiritual con frecuencia llegan con sensaciones físicas, emocionales y energéticas. Aunque estas sensaciones pueden parecernos algunas veces desorientadoras, desagradables y un tanto desconcertantes, ellas son un componente normal y natural de la travesía.

La mayoría de nosotros evitamos e ignoramos el proceso de autodescubrimiento porque nos incomoda sentirnos incómodos. Expandir nuestra capacidad para convivir con la incomodidad puede ser parte de lo que perciba al leer las páginas de este libro.

Considere beber suficiente agua y descansar adecuadamente cuando se sienta fatigado. Igualmente, considere buscar el apoyo de un entrenador transformacional, un guía o grupo de ayuda espiritual, un grupo de apoyo para adictos en recuperación, así como amigos y familiares que puedan escucharle atentamente.

Pero, sobre todo, practique el ser amorosamente compasivo y bondadoso consigo mismo. No tengo duda alguna de que estará plenamente complacido con su experiencia al finalizar este viaje de aprendizaje.

Introducción

Los niños son seres espirituales que se aventuraron en el mundo de los humanos hace muy poco tiempo. Llegan a nuestro mundo teniendo ya una vida espiritual. En su inocencia, tienen acceso a la sabiduría y maravillas del mundo del cual vinieron. Disfrutan todavía de una relación con lo que no se ve: los ángeles y guías, sus amigos devotos del más allá. Tienen la habilidad innata de contactar con su naturaleza espiritual y el mundo inmaterial hasta que se vuelven más como nosotros. ¿Cuándo sucede esto? ¿Cuándo deciden olvidar su naturaleza esencial como seres espirituales? ¿Cómo nosotros, los adultos, tomamos parte en este olvido? Este libro es mi respuesta a tales preguntas.

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Capítulo 1

Usted escogió este libro. ¡Magnífico!

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Usted es un adulto que busca maneras de nutrir la espiritualidad en el niño. Y, al mismo tiempo, desea recorrer intencionalmente su propio camino espiritual. ¡Me alegra decirle que este libro es para usted!

Este libro está escrito para adultos que se preocupan por inculcar valores espirituales en los niños, estando dispuestos a evaluar las palabras que dicen, las acciones que hacen y preguntarse a sí mismos: ¿Mis palabras y acciones son coherentes con lo que deseo de mis hijos? ¿Estoy dispuesto a adoptar prácticas que no solo me hagan más consciente, sino también que cambien mi manera de pensar, hablar y actuar para que se correspondan con mis más altos valores y contribuyan lo mejor posible al bienestar de mis hijos?

El título de este libro podría hacerle pensar en una lista de acciones específicas para que nuestros hijos se desarrollen espiritualmente. En lugar de ello, le ofrezco la oportunidad de pensar en grande. Le reto a que piense en profundidad sobre lo que sus niños necesitan de usted.

Mientras los adultos no se comprometan consigo mismos a desarrollar su propia competencia espiritual, nuestros niños no tendrán razón alguna para creer en lo que decimos. Nuestras acciones hablan constantemente más alto que nuestras palabras, ya sea reflejando nuestros pensamientos basados en el miedo o reflejando nuestro conocimiento divino. Y, como ya sabe, los niños aprenden de lo que hacemos y no de lo que decimos.

Todos fingimos no darnos cuenta cuando actuamos en discordancia con nuestros principios, pero la verdad es que sabemos inmediatamente cuando no practicamos aquello que se supone que creemos. ¿Cómo pretendemos no saberlo? ¿Por qué pretendemos no saberlo?

Para poder ayudar realmente a nuestros niños a florecer como seres espirituales, antes que nada, debemos estar dispuestos a investigar, vivir y avivar nuestros propios principios espirituales más esenciales. Debemos estar dispuestos a adoptar el hábito de vivir de acuerdo con dichos principios. Si lo hacemos, nuestros niños seguirán nuestros pasos inevitablemente.

Al abrirnos a cultivarnos espiritualmente, nos colocamos audazmente en posición de hacer lo que sea necesario para expandir nuestra valentía, fe y autoconfianza. Las prácticas espirituales nos enseñan a ser profundamente humildes y, al mismo tiempo, producen y nutren dentro de nosotros una sólida confianza. Desarrollamos así el delicioso sentido de autoconocimiento y autoconfianza que, hasta ahora, habían permanecido fuera de nuestro alcance. Vivimos con menos estrés, mayor tranquilidad y adquirimos la dulce habilidad de aceptar y vivir en paz con la realidad.

Por medio de ellas, además, desarrollamos cada vez más el deseo de estar presentes en la vida de nuestros hijos, a medida que nos damos cuenta más claramente de que su presencia en nuestra vida es un regalo. Si este es el tipo de padre/madre/padrastro/madrastra/ abuelo/abuela o tutor que usted siempre ha deseado ser, entonces continúe leyendo.

Capítulo 2

Las reglas del pensamiento por consenso

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Ajustarse a los estándares fijados por la cultura, la religión, el gobierno, la educación, la sociedad y la familia con frecuencia requiere que neguemos e ignoremos nuestra propia realidad interior, nuestra alma o ser espiritual, por así decirlo, en favor de lo que obtenemos o esperamos obtener al adoptar una lealtad ciega hacia fuentes de poder externas. A cambio de nuestra lealtad y obediencia esperamos ser recompensados con seguridad, estabilidad, estatus y, tal vez, beneficios económicos. Y en lo referente a aquellos comprometidos en servir a Dios a través de sus prácticas religiosas, esperamos que atraviesen sin mayor problema las puertas del cielo.

Sin embargo, pocas personas experimentan en verdad el premio de tales servicios. La mayoría nos damos cuenta inevitablemente de que hemos renunciado a nuestra alma —nuestro ser espiritual— por jurar lealtad a los que sólo prometen, y no a los que en verdad cumplen. Esto es un problema endémico tanto en el mundo occidental como en el oriental. No sólo experimentamos una negación al respecto siendo actores voluntarios en el proceso, sino que