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Blunka Resh
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Libro electrónico120 páginas1 hora

Blunka Resh

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Información de este libro electrónico

Morukàj Eternica gobierna una sociedad superpoblada construida sobre cada centímetro del planeta tierra, a cuyos habitantes transhumanos, hermafroditas, sin vejez, sin infancia y carentes de reproducción biológica les ha otorgado la inmortalidad durante mil años, después deberán comprarla.
Blunka Resh comienza cultivando la tierra líquida en un rascacielos cultivable, compitiendo por prima-recursos contra robots y transhumanos con más poder, hasta que...

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 nov 2022
ISBN9781005169541
Blunka Resh
Autor

Jose Luis Paolo Garcia Morales

El lado ficccional-especulativo de la ciencia me ha seducido, por lo que en los últimos años me he dedicado a leer más acerca de ello. Finalmente he decidido escribir una novela, que pronto saldrá en versión eléctrica.Aún exploro mi estilo, pero por lo que sé al respecto, puedo decir que actualmente escribo prosa-poética, con la precisión y la profundidad del cuento y de la poesía

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    Blunka Resh - Jose Luis Paolo Garcia Morales

    Transcripción del Protocolo de Autenticación de Personalidad

    *Nombre del Ser sometido al Protocolo de Autenticación de Personalidad:

    Blunka Resh.

    *Lugar donde se realizó el Protocolo de Autenticación de Personalidad:

    Luna de la Nave Estelar Primigenia. Alias: Luna del Planeta Tierra.

    Estatus: Inoperable. Pero orbitando la Nave Interestelar Planeta Tierra y el Sol 9485935928093090485094689 de 082395498584320953094 mediante Mecánica Biofísica Cósmica Elemental.

    *Inteligencia encargada de efectuar el Protocolo de Autenticación de Personalidad:

    Inteligencia Artificial Gerundio v36.

    *Duración del Protocolo de Autenticación de Personalidad:

    5 segundos del sistema métrico de la Nave Interestelar Planeta Tierra

    Índice

    1

    ─…Llego. Las vigas circulares se arquean como vertebras en el largo pasillo, soportan el peso de la estratosfera superior y se estremecen con crujidos vacuos, lo cual es una pequeña oda que el tiempo dejó para mí como señal de que ya no falta mucho para el colapso de la pequeña catacumba a la que me dirijo. Las luces averiadas se encienden en una pequeña llamarada purpurea, pero es suficiente para ver el pasillo cavernoso. Mis parpados se mantienen abiertos con dificultad, mis piernas tiemblan. Llego a la pequeña catacumba lunar exhalando un poco de neblina sanguinolenta que se impacta suavemente en la cúpula, una que otra gota se embarra en las paredes sinuosas y el resto permanecen como racimos de uvas moribundas, todo ello a causa de la fuerza de gravedad inestable. Recuerdo entonces, como si fueran una serie de fotografías mal hilvanadas, las veces que estuve en el valle virtual del Chianti y de Montepulciano d´Abrusso, comiendo uvas robadas de los huertos calmos rodeados por centenares de olivares con ramas de brazos aberrantes, y el aire envuelto en un vaho cálido que se desparramaba sobre todas las cosas… este pequeño recuerdo tan vívido y aletargado me indica que debo apresurarme a transmigrar mi alma, pues éste, mi cuerpo primigenio, no durará mucho con lo lastimado que está.

    Afortunadamente Gerundio sí recibió mi orden de crearme un clon, que ya está preparado para recibirme. No tengo tiempo de hacer todos los rituales preparativos para transmigrar el alma, como es colocarme en posición de loto y serenar mi mente. Así que voy al paso siguiente y me inyecto una dosis de Icor. Tengo temor tremulante generado por la duda de si éste cuerpo moribundo podrá soportar la transmigración. Respiro para tratar de serenarme, para calmar mi mente, recito el mantra que inventé para ello, son ritmos provenientes de lo más arcano, de lo atávico que hay en mí…

    Mi alma comienza a despegarse, suena como el velcro separándose y se siente similar a un chirrido de aire oxidado desvaneciéndose sobre la costra salada del tiempo, aunque otras veces solo es como el letargo previo a quedarse dormido. Floto dentro de la forma espectral de una esencia polípoda, miro mi cuerpo, mi carne convulsa en estallidos sangrantes de muerte. Aunque no hay viento en esta catacumba lunar siento la atmosfera similar a una madrugada fría de otoño terrícola.

    Después, entro… en mí… en mi sangre hecha carne y huesos. El primer golpe de aire que me entra, a éste nuevo cuerpo, sin la ayuda mecánica, es extraño, adormece mi lengua y retuerce mis cuerdas vocales hasta extraerles un gemido agónico. Siento mi desnudez envolver el flujo sanguinolento y nervioso. Los parpados están sobre mis ojos como tela mojada que se desgarra con mi fuerza vital, los deshila y la luz entra, aunque está suave, duele en toda la circunferencia ocular y llega al cerebro como una ceguera blanca. Aquí no hay nadie, me refiero a mi cerebro, está limpio, sin mente ni consciencia, totalmente a mi disposición, un montón de tuberías llenas de telarañas inmaculadas, esperando a sentir el peso de mis recuerdos, que comienzan a flotar sobre ellas como insectos recién nacidos pero que huelen a tiempo rancio…

    Sé que debo hablarte, oh mi gran Gerundio, el que siempre está siendo, sin ser totalmente. Sé que debo hablarte porque es parte del Protocolo de Autenticación de Personalidad para comprobar que quien se ha posesionado de mi clon, de mi nuevo bio-cuerpo soy yo y no un ente ajeno, o un yo con la mente corrompida por algún virus biológico o informático o un alma no bien separada.

    Sé que puedo confiar en ti, pues eres la Inteligencia Artificial más hermosa y completa que he creado. Tendrás que tolerar mi plática decadente, porque sabes que en todos los experimentos de trasmigración que hicimos siempre me puse reflexiva y melancólica al llegar al nuevo cuerpo. Quizá porque es como morir, y aunque lo hemos estudiado bien y sabemos que no queda algo en el cuerpo abandonado, no deja de sentirse un vacío torácico, como un frasco que flota, a veces, entre el oleaje del cosmos y, otras veces, entre la presión abisal de un océano titánico inefable.

    Estoy segura que en los experimentos que precedieron al perfeccionamiento de éste método te he mencionado que cuando el alma transmigra, pierde momentáneamente algo de voluntad, se vuelve una observadora total, sin sentimientos a veces, una cosa flotante, como un voyerista estéril, además siempre está la posibilidad de quedarse en ese estado, de no volver en sí y quedar en estado pétreo, de limbo. Si eso me ocurriese efectúa el Protocolo de Respaldo. Lo difícil será sacar a ese clon de la guarida 3, ya que está en la Tierra y ahora soy muy buscada por Mórukáj Eternica, pero sé que lo resolverás, Gerundio.

    Te cuento entonces mi más reciente recuerdo.

    Me muevo hacia mi nuevo cuerpo, mi nuevo yo, flotando entre el tiempo, que para ti, Gerundio, fueron escasísimos segundos, pero, para mí, fueron más… quizá siglos.

    Luego, ya que comienzo a encarnar, me veo, es decir, veo a mi alma entrar a mi nuevo cuerpo. Que es idéntico, a primera vista, de las carnes anteriores, primigenias, que supongo ahora están en la primera fase de la putrefacción. Comienzo a tentar con los miles de millones de tentáculos de mi alma los sesos tubosos y fibrosos del cerebro nuevo, extiendo cada extremidad dentro de sus entrañas, saco mis pertenencias que yacen dentro de mí, lo que soy, y lo esparzo en todos lados, en el hardware, en cada arroyo sanguíneo, eléctrico, y químico.

    Entonces saco la esfera de la memoria. Comienzo a recordar quien era, desde el comienzo, hace más de mil cien años…

    Índice

    2

    ─Sé, Gerundio, que estoy siendo puesta a prueba con los lineamientos del Protocolo de Autenticación de Personalidad y que por ello mis palabras cobran una importancia suprema, pues mi existencia permanente en éste cuerpo nuevo depende de qué diga y cómo lo diga.

    Así que continuo con el relato que me dará pleno acceso a mi nuevo bio-cuerpo, que como sabes, resguardas celosamente porque yo te lo programé así.

    Soy Blunka Resh y tengo implementadas muchas mejoras que me hacen un ser tranhsumanizado. Una de ellas está relacionada con la memoria de mi alma, y es por esa mejora que puedo recordar con más precisión, sin miedo a inventar recuerdos o acciones, pese a que mi mente, alma y cuerpo han existido tantos siglos.

    Cuando comencé a existir, todo ser, cada parte de los octamillones de humanos que conformábamos la población total planetaria, recibimos un día la primera mejora genética gratuita y mundial que nos hacía ser inmortales. Fue otorgada por la unidad que controla el mundo, la Mórukáj Eternica, que regía, y rige aún, al planeta mediante tres Administraciones Gerenciales –Morukáj Primeta (antiguamente África y Atlantida), Morukáj Secundeta (antes Eurasia, Oceanía), Morukáj Terceta (América, Antártico y Ártico) − basadas en las estructuras, formas y funcionamientos de los antiguos mega-centros comerciales, que a su vez estaban basados y eran sucesoras de las megalópolis. Éste nuevo régimen ocurrió gracias a la Revolución Wallmartiana.

    Con ésta inmortalidad nos convertimos inmediatamente en los primeros transhumanos incapaces de envejecer y de enfermar de Bolsa Fangosa, un término para designar a toda enfermedad conocida y sin conocer, era como una especie de seguro médico gratuito otorgado a cada cliente que habitaba el planeta.

    Esta inmortalidad, aunque era buena, estaba limitada. Pues después de vivir o, mejor dicho, sobrevivir mil cien años debías pagar para re-invocar la inmortalidad… y si no eras Oligarca/Gerente, sub-Gerente o cuando menos tenías una mejora extra además de la inmortalidad, es decir, alguien con los suficientes prima-recursos, vivirías en precariedad la primera temporada, pero era dudoso si llegarías a la segunda inmortalidad.

    Yo era un típico ser, cuyo cuerpo estaba bien construido y era idéntico al de todos los demás clientes del mundo. Esto significa que el cuerpo que habitaba tenía muy marcados los huecos de los sesos con una consciencia/inconsciencia educada con información muy básica, tenía también las características biológicas, físicas y químicas de una humana y de un humano de veinticinco años, aunque mi edad era menor, es decir, que al existir yo ya tenía ese cuerpo desarrollado, no infantilizado, pese a tener escasos momentos de vida.

    No he investigado por qué la etapa de la niñez fue suprimida de la humanidad, al igual que la vejez. Siempre he supuesto que fue por hedonismo y practicidad, al igual que ocurrió con la supresión de géneros sexuales, haciendo que

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