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Los tiempos de la democracia: Conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo 1943-1955
Los tiempos de la democracia: Conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo 1943-1955
Los tiempos de la democracia: Conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo 1943-1955
Libro electrónico284 páginas4 horas

Los tiempos de la democracia: Conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo 1943-1955

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Desde una perspectiva que utiliza herramientas analíticas provenientes de la sociología política y la historia conceptual, el autor reconstruye los debates que se suscitaron en torno al concepto de democracia entre los principales partidos políticos argentinos. A partir de dicha reconstrucción, no sólo se examina el contenido que los partidos otorgaron a la palabra "democracia" sino también las lógicas conceptuales e identitarias implicadas en los debates. Este libro discute la tesis de los “dos modelos de democracia” enfrentados durante los años del primer peronismo. Desde allí se avanza en la problematización de algunas certezas en torno a los límites identitarios de la polarización política que marcó la segunda parte del siglo xx argentino. En efecto, el autor invita a pensar que el clivaje peronismo-antiperonismo, en el marco de los partidos políticos, no supuso posiciones radicalmente opuestas sino que estuvo estructurado por aquello que había en común entre ambos espacios identitarios. Un libro fundamental para repensar un período clave de la historia argentina.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 mar 2022
ISBN9789876995122
Los tiempos de la democracia: Conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo 1943-1955

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    Los tiempos de la democracia - Nicolás Azzolini

    9789876995115.jpg

    Desde una perspectiva que utiliza herramientas analíticas provenientes de la sociología política y la historia conceptual, el autor reconstruye los debates que se suscitaron en torno al concepto de democracia entre los principales partidos políticos argentinos. A partir de dicha reconstrucción, no sólo se examina el contenido que los partidos otorgaron a la palabra democracia sino también las lógicas conceptuales e identitarias implicadas en los debates. Este libro discute la tesis de los dos modelos de democracia enfrentados durante los años del primer peronismo. Desde allí se avanza en la problematización de algunas certezas en torno a los límites identitarios de la polarización política que marcó la segunda parte del siglo xx argentino. En efecto, el autor invita a pensar que el clivaje peronismo-antiperonismo, en el marco de los partidos políticos, no supuso posiciones radicalmente opuestas sino que estuvo estructurado por aquello que había en común entre ambos espacios identitarios. Un libro fundamental para repensar un período clave de la historia argentina.

    Azzolini, Nicolás

    Los tiempos de la democracia : conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo 1943-1955 / Nicolás Azzolini. - 1a ed. - Villa María : Eduvim, 2018.

    Libro digital, Epub. - (Poliedros)

    ISBN 978-987-699-512-2

    1. Historia Política Argentina. 2. Democracia. 3. Peronismo. I. Título.

    CDD 320.0982

    ©2018

    Editorial Universitaria Villa María

    Chile 251 – (5900) Villa María, Córdoba, Argentina

    Tel.: +54 (353) 4539145

    www.eduvim.com

    Editor: Agustina Merro

    Maquetación: Stefani Zucotti

    Conversión epub: Javier Beramendi

    La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios y otras colaboraciones publicadas por EDUVIM incumbe exclusivamente a los autores firmantes y su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista ni del Director Editorial, ni del Consejo Editor u otra autoridad de la UNVM.

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo y expreso del Editor.

    Impreso en Argentina - .

    Los tiempos de la democracia

    Conceptos, identidades y debates políticos durante el primer peronismo (1943-1955)

    Nicolás Azzolini

    Índice

    Prefacio

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo I

    Tiempos de cambio

    Capítulo II

    En nombre de la democracia

    Capítulo III

    Si este no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?

    Capítulo IV

    Juego en reglas y reglas en juego

    Conclusiones

    Prefacio

    Las páginas de este libro originalmente fueron escritas para dar forma a mi tesis doctoral defendida en marzo de 2014. Pese a que quité uno de sus capítulos, realicé modificaciones de estilo y le cambié el título, en el paso de la tesis al libro decidí mantenerme fiel a ese primer escrito. En parte porque allí se concibieron los argumentos que aquí presento. Reescribirlo habría significado hacer un trabajo distinto. En parte, además, porque fue el resultado de un proceso más amplio. Dicho proceso remite directamente a mi formación de posgrado. Los temas y problemas de este libro atraviesan mi tesis de maestría, muchos de los intereses compartidos y discusiones con quienes trabajé en el Centro de Estudios del Discurso y las Identidades Sociopolíticas en la Universidad Nacional de San Martín (Sebastián Giménez, Ricardo Martínez Mazzola, Daniela Slipak, Santiago Rosenberg, Martina Garategaray), mis proyectos de becas doctorales y posdoctoral que el CONICET me otorgó en su momento, mi acercamiento con quienes trabajan en lo que hoy es el Centro de Investigaciones en Historia Conceptual de la Universidad Nacional de San Martín (Claudio Nun Ingerflom, Giuseppe Duso, Sandro Chignola, Adrián Velázquez Ramírez, Agustín Casagrande). Por eso, agradezco a todos aquellos que de distintos modos formaron parte de ese proceso. Asimismo, a la Editorial de la Universidad Nacional de Villa María por permitirme publicar este libro respetando en gran medida ese primer escrito.

    Mantenerme fiel a ese primer trabajo, en definitiva, fue una decisión con la cual pretendí recuperar y cerrar un proceso de trabajo por el que transité varios años. En ese proceso fueron muy importantes Sebastián Barros, Alejandro Groppo, Gerardo Aboy Carlés y Julián Melo. Mi agradecimiento para con ellos es enorme. Finalmente, quiero destacar el apoyo fundamental de mis padres, de Victoria, y la llegada de Antonio. A todos ellos les dedico este libro.

    Prólogo

    Julián Melo

    Nunca resulta sencillo explicar por qué es importante leer un libro. Nunca es fácil exponer a otras personas razones para emprender lecturas complejas. Suele suceder que, muchas veces, encontramos motivaciones personales –teóricas y de otras índoles– para definir ese interés, y estas no siempre son fáciles de transmitir. Por ello es que, si nos preguntan por un texto, generalmente tendemos a dar una recomendación, a secas; luego, nuestro interlocutor lee y nos da su parecer. Sucede lo mismo con el cine y con tantas otras cosas más. Este no va a ser el caso, pues aquí resulta sencillo, para cualquiera que se adentre en la lectura de Los tiempos de la democracia, encontrar fuertes razones de interés por cuenta propia. Solamente trataré de contar al lector por qué a mí me parece un escrito con estribaciones muy importantes a largo plazo en lo que a la reflexión teórico-política refiere.

    Existe un clivaje definido por el peronismo y el antiperonismo que se asume como constitutivo de la historia del siglo XX argentino y que ha sido discutido por una cantidad infinita de autores desde otra cantidad infinita de perspectivas. En este libro, Azzolini se adentra en ese clivaje partiendo de una serie de virtudes que merecen destacarse. En primer lugar, lo hace desde una mirada que combina elementos analíticos provenientes de la historia conceptual y de una sociología de las identidades políticas que desafía al lector, sobre todo al lector acostumbrado a los anquilosados cánones de la historiografía. En segundo lugar, Azzolini se entrama en ese clivaje intentando problematizar certezas previas, incluidas las propias. Este gesto, aunque quizás aparentemente menor, es central. En tercer lugar, nuestro autor no escatima esfuerzos por generar interrogantes en torno a los saberes establecidos respecto del peronismo y el antiperonismo, lo cual, para mí, tiende a ser un valor fundamental en un texto de esta índole.

    Dentro de esos interrogantes me parece que hay uno central y tiene que ver con la forma y la textura de ese clivaje, peronismo-antiperonismo, que me resulta fundamental. Dicho en palabras que el lector observará ya desde las primeras líneas de este libro, hay una pregunta primordial por las características, el devenir y la contingencia de la polarización entre campos identitarios. ¿Qué significa polarización política? ¿Hay grados de polarización o es un hecho absoluto? ¿Con qué elementos teóricos pensamos la polarización? ¿Todas las polarizaciones son iguales?

    Normalmente tendemos a pensar que las polarizaciones, o los antagonismos, son generados por un sujeto asequible y recortable, esto es, con nombre y apellido, de carne y hueso. Por ejemplo, Juan Perón. Luego, tendemos a pensar que lo que se constituye enfrente de él, en este caso, el antiperonismo, funciona como un sujeto pura y exclusivamente residual y reactivo. Así, la imagen de las polarizaciones y los antagonismos suele ser unidimensional. Azzolini, en el texto que el lector está por comenzar, da por tierra de manera contundente con esa mirada. Por lo tanto, nos invita a repensar la unidimensionalidad como rasgo potencial de la polarización.

    ¿Qué nos propone nuestro autor? Nos sugiere, en primera instancia, pensar la posibilidad de que aquello que estructura a la polarización entre campos identitarios sea lo que esos campos tienen en común. Este es, a mi juicio, el eje del libro, su aspecto más provocativo y renovador. Esto nos lleva, en segunda instancia, a discutir una idea profundamente acendrada en el sentido común político y académico: suponer que cuando vemos un antagonismo estamos viendo a dos identidades perfecta, radical y paratácticamente separadas. Quizás alguna lectura ligera o poco informada intuya que la reflexión de Azzolini niega que el caso del peronismo y el antiperonismo haya sido, o sea aún hoy, un clivaje de potencia descomunal. Lo que hace Azzolini –y por esto creo que Los tiempos de la democracia es un libro central– es mostrar que la potencia de la polarización proviene de los puntos en común entre peronistas y antiperonistas y no de la radicalidad de las distancias entre ellos. Las claves teóricas que nos muestra Azzolini, en este sentido, son dos. Primero, que aun concibiendo a las identidades políticas de manera relacional y contingente, debe repensarse la textura de los límites entre campos identitarios y no darlos por sentado. Esto implica pensar que pueden existir identidades profundamente diferenciadas, que originen clivajes poderosos y longevos, y que se expliquen por sus puntos en común y no, como suele hacerse, por una supuesta oposición diametral. Segundo, que la forma significante de la disputa polarizada puede ser explorada en torno a la legitimidad otorgada por cada actor a su rival del juego para hablar sobre determinadas instituciones. Hoy por hoy, y no sólo en el campo de las ciencias sociales, repensar las formas y las texturas de eso a lo que llamamos polarización es, a mi juicio, una tarea cardinal. Tarea en la que, por cierto, Los tiempos de la democracia será un mojón inevitable para todos los que la abordemos.

    Ahora bien, ¿cómo trasunta Azzolini esa relectura de los límites identitarios? Si, de un lado, el libro es complejo y detalladamente informado sobre el proceso político peronista en general, del otro, hace hincapié en los debates sobre la democracia que nuestros rivales de turno, peronistas y antiperonistas, mantuvieron en el contexto de mediados del siglo XX. Aquí, el eje es la deconstrucción de un sentido común profundamente establecido en la historiografía argentina y que, otra vez, tiene que ver con la presentación de una imagen perfecta y radicalmente dicotómica: por un lado, una retórica, la peronista, que asume a la democracia sólo en su costado social; por el otro lado, una retórica, la antiperonista, que asumiría a la democracia solamente apoyada en su dimensión formal o procedimental. Esta imagen suele explicar, como mínimo, el suceso de la campaña electoral de fines de 1945 y principios de 1946 que llevó a Perón a la Presidencia de la Nación: suele ser la razón que explica, por ejemplo, por qué ganó el entonces coronel del Ejército argentino. Es decir, para muchos, la Unión Democrática (el conjunto de partidos antiperonistas que se aglutinaron para enfrentar a Perón en las elecciones) perdió por haber tenido un lenguaje engolado, haciendo hincapié en las necesidades institucionales del sistema político argentino y no pudiendo llegar, así, a tocar la fibra íntima de los sectores populares argentinos a los cuales Perón, en teoría con su encendida oratoria y un simple discurso de características socialmente comprensibles, sí pudo llegar. Azzolini, nuevamente, nos muestra una vía alternativa de reflexión que resulta, a mi criterio, necesaria y fructífera.

    Partiendo de la idea de pueblo como sujeto soberano central del ordenamiento político, nuestro autor se da a la tarea de estudiar cómo la democracia juega un rol estructurante altamente significativo en cada uno de los campos de los que venimos hablando. Es decir, no se trata simplemente del hallazgo de que la palabra democracia se encuentra y se repite, en un registro literal, en cada discurso enfrentado. Se trata, antes bien, de que ocupa un rol preponderante en la significación de todo el edificio gramático de cada uno de ellos. Pero, además, Azzolini muestra con persuasiva claridad los modos en que tanto el aspecto social como el procedimental estaban perfectamente entremezclados en la sedimentación de cada uno de los campos enfrentados. Por ello es que la intensidad de la polarización se monta, para nuestro autor, en la disputa por la legitimidad para poner el mundo en palabras que cada bando le negaba al otro. No se trataba, en aquel crispado escenario, de un campo democrático verdadero versus otro no democrático, sino del hecho de que cada uno le negaba al otro la legitimidad para hablar en nombre de la democracia. Según la mirada de Azzolini, esto, que se encuentra en la base del antagonismo, fue producto de los puntos retóricos comunes que tenían los contendientes entre sí. Así es que, después de este texto, podemos argumentar que la radicalidad del antagonismo proviene justamente de una disputa por la legitimidad para hablar y definir los lugares sociales que cada uno va a ocupar y, al fin y al cabo, definir directamente cuáles son esos lugares sociales en cada contexto.

    Todas estas cuestiones, a vuelo de pájaro, pueden parecer excesivamente especializadas. Y, efectivamente, Los tiempos de la democracia porta en su entraña un alto nivel de teorización, de entrecruzamiento de autores y perspectivas analíticas. Entiendo que, más aún en estos tiempos latinoamericanos brumosos, llenos de escaramuzas sociopolíticas, acusaciones de divisionismo, denuncias, donde la gran mayoría de los analistas y especialistas tienden a resolver la cuestión con la figura del giro a... (derecha o izquierda según sea el caso), este libro de Nicolás Azzolini puede ayudar a repensar saberes establecidos y comprensiones anquilosadas. Se trata de un texto que habla explícitamente sobre el período del peronismo clásico pero que, desde mi punto de vista, dice mucho más. Se trata, al fin y al cabo, de un texto que permite pensar, que obliga a pensar, lo cual, como resultará obvio, me parece fundamental.

    Buenos Aires, abril de 2017

    Introducción

    El tiempo de la interpretación pertenece, en cierta forma, al tiempo de la tradición. Pero, como contrapartida, la tradición, aun entendida como transmisión de un depositum, es tradición muerta si no interpreta continuamente ese depósito: una herencia no es un paquete cerrado que pasa de mano en mano sin ser abierto, sino más bien un tesoro del que se extrae a manos llenas y que se renueva en la operación misma de agotarlo. Toda tradición vive por la gracia de la interpretación: perdura a ese precio, es decir, permanece viva.

    Paul Ricoeur, El conflicto de las interpretaciones

    Una vez más el peronismo. ¿Qué otra cosa podemos decir de este fenómeno? Es una de las experiencias sociopolíticas del siglo xx que mayor atención recibió tanto de prestigiosos académicos argentinos como de distintas partes del mundo. El nacimiento de la sociología argentina tuvo como objetos los orígenes y la naturaleza del peronismo. Posteriormente, adquirió la madurez temporal necesaria para convertirse en materia de la disciplina histórica. En efecto, se pasó desde la caracterización de fascismo posible hacia su normalización. Esto es, que se lo considere como una estación cardinal dentro de un relato lineal, progresivo y teleológico acerca de la democracia argentina.¹ Entonces, ¿qué podemos decir sobre el peronismo? Evidentemente que constituye una tradición de estudio. Que sea una constante es prueba de ello. Que su sentido haya mutado a través de las décadas viene a confirmarlo. Por eso, siguiendo el epígrafe de Ricoeur, podemos afirmar que la interpretación lo mantiene vivo. Su modo verbal es indicativo y su tiempo presente. En cambio, ¿qué podemos decir del antiperonismo?² Si toda identidad se constituye de manera relacional, es decir, encuentra en otro su condición de posibilidad e imposibilidad, deberíamos indicar que fue totalmente antitético respecto del peronismo. Al menos su nombre parecería indicarlo. Así, la dicotomización del espacio político argentino entre peronistas y antiperonistas supondría posiciones radicalmente opuestas. En correspondencia, durante el período que hemos delimitado para este libro (1943-1955), los debates en torno a la democracia han sido caracterizados a partir del enfrentamiento entre dos visiones opuestas sobre la misma. Esto es lo que llamamos la tesis de los dos modelos. Por un lado, tendríamos una democracia indistintamente social, sustancial o real, que sería la propia de los peronistas. Por el otro, una democracia también indistintamente política, formal o abstracta, que sería la propia de los antiperonistas. Esta es la afirmación que ha sedimentado en los trabajos que hicieron del peronismo una tradición de estudio, y que constituyen en buena medida el sentido común de la historiografía y las ciencias sociales argentinas.

    Ahora bien, si el sentido del peronismo ha mutado a través del tiempo, nos preguntamos: ¿el sentido del antiperonismo debería seguir la dirección opuesta? Responder en los términos planteados supone partir de algunas premisas que son al menos problemáticas. En primer lugar, como sucede con bastante frecuencia, cualquier afirmación respecto del antiperonismo estaría subordinada a una lectura que refiere a la especificidad del peronismo. Aquí, particularmente, en lo que atañe al carácter democrático o no del peronismo. En segundo lugar, sostendríamos posiciones radicalmente opuestas entre ambos campos identitarios. Por lo tanto, al considerar democráticos a unos, deberíamos concluir que los otros no lo fueron. En tercer lugar, nuestra posición normativa definiría quiénes son o no democráticos.

    Entonces, al categorizar, estaríamos haciendo uso de nuestros propios conceptos. Si es así, como señala Giuseppe Duso, el acto de conceptualizar se da en un ámbito en el que reflexionamos críticamente, pero no por ello sobre los presupuestos de nuestro propio pensamiento.³ En efecto, la interrogación de los conceptos que habitan en las palabras que usamos puede ser una forma para escapar de las tres premisas que acabamos de mencionar. Por eso, en las páginas de este libro nos preguntamos si la definición negativa de los antiperonistas supuso posiciones radicalmente opuestas a las de los peronistas, o si bien hubo algo en común que posibilitó esa polarización; sobre cuáles son los presupuestos desde los que se afirma el enfrentamiento entre modelos de democracia opuestos y, en última instancia, si efectivamente podemos afirmar dicho enfrentamiento.

    Para ello, hemos reconstruido los debates que se suscitaron en torno al concepto de democracia entre los principales partidos políticos argentinos durante 1943-1955, ya que preguntarse por los conceptos que habitan las palabras que usamos es una forma de interrogarse por cómo nos definimos. En otras palabras, preguntarse por la forma en que esos conceptos se articulan en determinados lenguajes que dan forma a las identidades políticas. En este sentido, nuestro libro propone una visión complementaria entre historia conceptual y sociología de las identidades políticas. El estudio del conflicto que involucró a peronistas y antiperonistas desde la reconstrucción histórico-conceptual de dichos debates no sólo nos permitió analizar el contenido que los partidos otorgaron a la palabra democracia sino también las lógicas conceptuales e identitarias implicadas en la constitución del peronismo y del antiperonismo en cuanto tales. Por eso, a través de la reconstrucción de los debates hemos abordado los límites que marcaron la constitución del peronismo y del antiperonismo como identidades políticas.

    El libro está estructurado en cuatro capítulos. El primero, Tiempos de cambio, reconstruye los debates que se dieron en torno al concepto de democracia desde la reforma electoral de 1912 hasta el proceso que se inicia con la Revolución de Junio de 1943. A partir de dicha reconstrucción, se presenta la importancia del concepto de democracia en el lenguaje político argentino del siglo XX, lo cual es relevante para su posterior vinculación con los debates acaecidos durante los años del primer peronismo.

    En el segundo capítulo, En nombre de la democracia, se examinan los comportamientos, significados y posiciones que marcaron la constitución de la identidad política antiperonista, focalizándonos, principalmente, en el camino recorrido por los partidos políticos hacia las elecciones generales de 1946. Asimismo, dado el carácter relacional de las identidades, avanzamos en los debates entre peronistas y antiperonistas en torno a la justicia social.

    En el tercer capítulo, Si este no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?, se analizan los debates que se dieron en relación con la figura del pueblo como sujeto soberano de la democracia. En efecto, se presta atención a la red de relaciones entre los conceptos centrales de aquel contexto. Por eso, teniendo como referencias la centralidad analógica del pueblo en los estudios sobre el peronismo y su importancia en la lógica conceptual de las democracias modernas, se rastrea cómo su figura se inscribió en los debates y cómo jugó en los procesos identitarios de ambos espacios.

    En el cuarto capítulo, Juego en reglas y reglas en juego, se abordan los modos en que las lógicas ligadas a la democracia en tanto poder del pueblo implicaron un debate acerca de la dimensión formal de la misma. Puntualmente, se trabaja sobre un mecanismo de expresión de la soberanía popular que no es exclusivamente formal como un proceso electoral.


    1 Sobre el particular, véase Acha, O. y Quiroga, N., El hecho maldito. Conversaciones para otra historia del peronismo, 1ª edición, Rosario, Prohistoria Ediciones, 2012.

    2 En los últimos años

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