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Sugerencia Terapéutico (Traducido): Enfermedades tratadas con medios sugerente e hipnótico
Sugerencia Terapéutico (Traducido): Enfermedades tratadas con medios sugerente e hipnótico
Sugerencia Terapéutico (Traducido): Enfermedades tratadas con medios sugerente e hipnótico
Libro electrónico160 páginas2 horas

Sugerencia Terapéutico (Traducido): Enfermedades tratadas con medios sugerente e hipnótico

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De las reglas aquí expuestas, que resumen una experiencia de más de treinta años, varias no forman parte de ninguno de los métodos habituales de sugestión, y entre las restantes algunas son modificaciones de reglas seguidas en algunos de ellos. No es de extrañar que sea posible un método de sugestión mucho mejor que los habituales. Los medios para dar a la idea o imagen sugerida la máxima intensidad, y por tanto la máxima eficacia, tienen mucha más relación con la psicología que con los conocimientos médicos ordinarios; además, son muy pocos los médicos que aplican verdaderas curas por sugestión, y lo hacen demasiado raramente, o no estudian para mejorar sus procedimientos lo suficiente como para poder descubrir ciertas normas que sólo una larga, variada y meditada práctica de la sugestión puede enseñar. Las ventajas del presente método sobre los habituales consisten en: una constante inocuidad de los procedimientos para poner al paciente en ese estado de ánimo casi siempre indispensable; en un aumento muy grande del número y variedad de casos en los que se obtienen resultados que ninguna otra cura puede dar; y en una estabilidad mucho más frecuente de los resultados obtenidos. Si el libro tiene un número bastante grande de páginas, las reglas no ocupan más que una pequeña parte, ya que la mayor parte está ocupada por las explicaciones; además, muchas reglas sólo se aplican en raras ocasiones, y algunas (como se verá por lo que se dirá sobre su oficio) no son indispensables más que en los casos difíciles de tratar, mientras que en los demás, el descuido de alguna de ellas no hace más daño que un retraso en la obtención del resultado. El estado de salud en el que me encontraba durante la preparación de la primera edición me indujo a completarla apresuradamente, temiendo no tener la oportunidad de hacerlo. Las adiciones y las numerosas modificaciones que he introducido en esta segunda edición harán sin duda que el libro sea mucho más digno del favor que recibió de la primera.
IdiomaEspañol
EditorialStargatebook
Fecha de lanzamiento28 feb 2022
ISBN9791221304176
Sugerencia Terapéutico (Traducido): Enfermedades tratadas con medios sugerente e hipnótico

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    Sugerencia Terapéutico (Traducido) - Thomas F. Schneider

    ADVERTENCIA

    De las reglas aquí expuestas, que resumen una experiencia de más de treinta años, varias no forman parte de ninguno de los métodos habituales de sugestión, y entre las restantes algunas son modificaciones de reglas seguidas en algunos de ellos. No es de extrañar que sea posible un método de sugestión mucho mejor que los habituales. Los medios para dar a la idea o imagen sugerida la máxima intensidad, y por tanto la máxima eficacia, tienen mucha más relación con la psicología que con los conocimientos médicos ordinarios; además, son muy pocos los médicos que aplican verdaderas curas por sugestión, y lo hacen demasiado raramente, o no estudian para mejorar sus procedimientos lo suficiente como para poder descubrir ciertas normas que sólo una larga, variada y meditada práctica de la sugestión puede enseñar. Las ventajas del presente método sobre los habituales consisten en: una constante inocuidad de los procedimientos para poner al paciente en ese estado de ánimo casi siempre indispensable; en un aumento muy grande del número y variedad de casos en los que se obtienen resultados que ninguna otra cura puede dar; y en una estabilidad mucho más frecuente de los resultados obtenidos. Si el libro tiene un número bastante grande de páginas, las reglas no ocupan más que una pequeña parte, estando la mayor parte ocupada por las explicaciones; además, muchas reglas no se aplican más que raramente, y algunas (como se verá por lo que se dirá sobre su oficio) no son indispensables más que en los casos difíciles de tratar, mientras que en otros, el descuido de cualquiera de ellas no hace más que un retraso en la obtención del resultado. El estado de salud en el que me encontraba durante la preparación de la primera edición me indujo a completarla apresuradamente, temiendo no tener la oportunidad de hacerlo. Las adiciones y las numerosas modificaciones que he introducido en esta segunda edición harán sin duda que el libro sea mucho más digno del favor que recibió de la primera.

    RESUMEN

    ADVERTENCIA

    CAPÍTULO I. Influencia de una gran estrechez del campo de la conciencia en la atención del paciente a la sugestión, y su importancia.

    CAPÍTULO II. Métodos inofensivos y nocivos para alcanzar un estado de gran estrechez del campo de la conciencia, y para llevarla a su fin.

    CAPÍTULO III. Otras observaciones sobre el estado de gran estrechez del campo de la conciencia y los diversos métodos para lograrlo descritos.

    CAPÍTULO IV. Reglas generales para la aplicación de cualquier sugerencia terapéutica.

    CAPÍTULO V. Sugerencias que actúan contra los estados físicos mediante acciones directas. Normas especiales para su aplicación.

    CAPÍTULO VI. Hechos psíquicos subconscientes.

    CAPÍTULO VII. Sugerencias que actúan contra los hechos psíquicos mediante la acción directa. Normas especiales para su aplicación.

    CAPÍTULO VIII. Normas complementarias.

    CAPÍTULO IX. Aplicaciones.

    CAPÍTULO I.

    Influencia de una gran estrechez del campo de la conciencia en la atención del paciente a la sugestión, y su importancia.

    Condición para la eficacia de una idea o imagen capaz de ejercer una acción curativa.

    Para que una idea o imagen capaz de ejercer una acción curativa logre ejercerla en alguna medida, o que logre ejercerla en la mayor medida posible, es necesario que, mientras se sugiere, ocupe el campo de la conciencia del paciente lo más posible por sí misma y sin interrupción. Las razones de ello -de las que es fácil obtener una intuición aproximada- se expondrán cuando nos refiramos a las dos categorías principales en que puede dividirse la sugestión; pues hay alguna diferencia entre estas razones, según se trate de una u otra categoría. Por supuesto, el daño causado por la ocurrencia, durante la sugestión, de hechos psíquicos diferentes a la idea o imagen curativa es tanto mayor cuanto mayor sea la frecuencia, la duración, la intensidad, el posible poder emocional depresivo y la posible oposición a la idea o imagen curativa. El poder emocional deprimente y la oposición a la idea o imagen curativa se encuentran casi siempre, porque casi siempre esos hechos psíquicos consisten en preocupaciones por la enfermedad o por lo menos en el recuerdo de estar enfermo y a veces en sensaciones dolorosas. El grado de intensidad y el grado de la posible potencia emocional depresiva son importantes porque hacen que el grado de energía nerviosa que emplean esos hechos psíquicos sea mayor o menor y, por tanto, impiden que se utilice a favor de la sugestión. Si el daño causado por la producción en el paciente, durante la sugestión, de hechos psíquicos distintos de la idea o imagen curativa no excede de un cierto límite -que puede variar mucho, según la naturaleza y la gravedad de la enfermedad y de la individualidad del paciente-, puede remediarse completamente prolongando la sugestión; pero si excede de este límite, entonces -según la medida en que esto ocurra- la sugestión, incluso a pesar de la máxima prolongación prácticamente posible, pierde más o menos su eficacia o permanece totalmente ineficaz.

    El estado mental del paciente en relación con la condición anterior .

    Para que la idea o imagen curativa ocupe, durante todo el tiempo en que es sugerida, el campo de la conciencia del paciente lo más posible por sí sola y sin interrupción, un elemento necesario (el único del que tenemos que ocuparnos en este capítulo) es evidentemente la existencia en el paciente de un estado mental tal que presente la menor tendencia posible a la producción de hechos psíquicos diferentes de la idea o imagen curativa, es decir, que presente lo menos posible de actividad propia.

    La forma de hablar en la sugerencia, en relación con la condición anterior .

    Otro elemento necesario para la realización de la condición anterior es, evidentemente, el uso por parte del sugestionador de un modo de hablar tal (por continuidad, pronunciación, voz, número y forma de las frases), que sea el más adecuado para mantener la atención del paciente fijada en la sugestión. Las indicaciones sobre este modo de hablar forman parte de las reglas generales de aplicación de la sugestión, por lo que las trataremos en su lugar (Cap. IV).

    4. - El estado de vigilia en relación con la condición anterior.

    Cuando la sugestión se aplica mientras el paciente está en estado de vigilia, el daño resultante de la presencia en él de hechos psíquicos distintos de la idea o imagen curativa alcanza siempre un grado considerable, salvo en el caso de aquellos raros histéricos que en estado de vigilia presentan un campo de conciencia tan estrecho que pueden ser fácilmente alucinados por el habla, y en los que, en consecuencia, suele ser fácil conseguir que la idea o imagen curativa ocupe el campo de conciencia, completa o casi completamente, sola y sin interrupción. Aunque se consiga dominar la atención del paciente despierto lo suficiente como para impedir que se produzcan hechos psíquicos que no tengan relación con la sugestión, es muy difícil dominarla de tal manera que se impida que el paciente haga, voluntaria o involuntariamente, apreciaciones de la sugestión, consistentes al menos en percibir lo contrario entre lo que se le dice y lo que sabe o piensa o siente sobre su estado; apreciaciones que distraen la atención de la sugestión. Además, lo que sabe o piensa o siente de su propio estado tiene casi siempre la desventaja de constituir una emoción deprimente, y siempre eso, mucho peor, de estar en contradicción con la idea o imagen curativa; desventajas que, cuando se producen durante la aplicación de la sugestión, son particularmente perjudiciales. Pero, aunque se logre impedir todo esto, no se puede evitar -salvo en esos raros histéricos con un campo de conciencia muy restringido antes mencionados- que persista al menos ese cierto grado de actividad psíquica espontánea, que es el mínimo suficiente para ejercer sobre las imágenes mentales un oficio de examen, crítica y control (de modo que se las reconozca como simples imágenes en lugar de tener ese carácter alucinatorio que tienen cuando ocupan sólo el campo de la conciencia, como enseña todo tratado de psicología). La aplicación de la sugestión terapéutica en el estado de vigilia puede tener otros graves inconvenientes, como diremos en el siguiente apartado.

    5. - Estados de gran estrechez del campo de la conciencia en relación con la condición anterior.

    Dado que, por tanto, el estado de vigilia -salvo en raras ocasiones de histeria- se presta mal a la aplicación de la sugestión terapéutica, es necesario ver si algún otro estado se presta mejor a ello. Dado que tal estado debe ofrecer la mayor posibilidad de que la idea o imagen curativa logre ocupar por sí misma todo el campo de la conciencia, debe buscarse (como se hará aún más evidente en lo que sigue) entre aquellos en los que el campo de la conciencia está más restringido.

    6. - Sueño espontáneo normal.

    Entre los estados de gran estrechez del campo de la conciencia hay uno conocido por todos por experiencia personal, y es el sueño espontáneo normal. Presenta el hecho común a tales estados, de que las imágenes mentales, en lugar de ser reconocidas por lo que son, son de carácter alucinatorio, debido a la ausencia de esa actividad psíquica remanente que, en el estado de vigilia más o menos normal, ejerce sobre ellas un oficio de examen, crítica y control, y permite así a la conciencia hacer un juicio correcto. No es infrecuente que las personas en sueño espontáneo normal se hagan oír y entender hablando sin despertarse. De la misma manera que las personas en tal estado pueden experimentar, sin despertarse, aquellas sensaciones que suelen malinterpretar como imágenes oníricas (como: la sensación del ruido producido por el paso de un carro, que transforman, por ejemplo, en una tormenta de truenos, o una sensación de frío en los pies, que transforman, por ejemplo, en un paseo por la nieve) así también les es posible oír, sin despertarse, las palabras que se pronuncian en su presencia; Y puesto que éstos (si la voz es suficientemente alta y la pronunciación suficientemente clara) constituyen un conjunto de sonidos que tiene en grado especial un significado definido y preciso, no transforman este conjunto de sonidos en imágenes erróneas, sino que lo interpretan con precisión, es decir, mediante aquellas ideas o imágenes que le corresponden precisamente. Esta posibilidad de ser escuchados y comprendidos por personas en sueño espontáneo normal puede comprobarse, por ejemplo, con el siguiente experimento. Se narra un hecho imaginario en su presencia; luego se les despierta y se les pregunta qué han soñado. Algunos de ellos narran ese hecho como su sueño. Es aconsejable repetir la narración varias veces sin interrupción, la primera vez en voz muy baja, y en cada una de las veces siguientes en voz un poco más alta que la anterior, a fin de que la voz, cuando empiece a ser oída, no tenga más, o sólo un poco más, que el grado de intensidad necesario; pues esto disminuye en gran medida la probabilidad de que la primera persona oiga la voz y le haga despertar. Además, es aconsejable despertar a los sujetos tan pronto como se haya repetido la narración por última vez, e interrogarlos de inmediato, ya que esto disminuye en gran medida la probabilidad de que las imágenes sugeridas sean borradas demasiado pronto por los sueños espontáneos o por las percepciones que siguen al despertar. Incluso en algunos de esos casos en los que el sujeto no recuerda haber tenido el sueño, puede comprobarse que éste tuvo lugar, recurriendo a uno de los cuatro primeros métodos mencionados en el § 66 como adecuados para dar a conocer los hechos psíquicos que han tenido lugar en estados mentales seguidos de amnesia. Cuando se consigue, hablando, atraer la atención de una persona en estado de sueño espontáneo normal sin que se despierte, es muy fácil, por la gran estrechez del campo de la conciencia, mantener su atención entera y continuamente sobre lo que se dice; pero es evidente que tal estado es demasiado difícil de utilizar para la sugestión terapéutica, por la posibilidad de que el paciente no oiga la voz o al oírla por primera vez se despierte, y por la necesidad de esperar el momento de su aparición natural.

    7. - Posibilidad de provocar un estado de gran estrechamiento del campo de la conciencia, que puede utilizarse para la sugestión terapéutica.

    Los obstáculos antes mencionados, que dificultan el uso del sueño espontáneo normal para la sugestión, no se presentan cuando se emplea un estado de gran estrechez del campo de la conciencia. Aunque para provocarlo se recurra a un método en el que no se haga uso de la palabra (como es el caso del primero de los dos métodos mencionados en el § 20) -de modo que sólo se comience a hablar cuando se tenga que aplicar la sugestión terapéutica, es decir, cuando ya se haya provocado el estado-, la voz no despierta al paciente, porque la atención de éste, si no a la voz, está sin embargo intensamente dirigida a la persona y a la labor del sugestionador en los momentos inmediatamente anteriores a aquel en que comienza a producirse el estado. Los métodos que todavía se utilizan hoy en día para provocar un estado de gran estrechez del campo de la conciencia causan

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